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El mejor oficio del mundo. Gracias, mamá.

El mejor oficio del mundo. Gracias, mamá.

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* Podéis seguirla en @sonpa70 y en su BLOG.

– Mamá, ¿cuál es el mejor oficio del mundo?, me pregunta mi hijo mientras acaba sus deberes. 

– Le miro asombrada y no sé muy bien que contestar. 

– Tengo una duda mamá, ¿aquél en el que ganas más dinero o aquél donde debes trabajar poco?

– Sonrío y le contesto que el mejor oficio del mundo es aquel que te haga feliz. 

Su pregunta me transporta instantáneamente al pasado. Recuerdo que durante mi infancia me incomodaba enormemente que me preguntasen que quería ser de mayor. Primero, porque yo nunca tuve prisa por crecer y no quería tener las responsabilidades y preocupaciones que tenían los adultos. Yo era feliz en mi mundo y lo que más me preocupaba era jugar o reír con mis hermanas cuando era la hora de dormir y mi madre apagaba la luz. Recuerdo ese momento como algo completamente mágico.

La segunda razón era porque no tenía ni idea a que quería dedicarme en el futuro. Me inquietaba que mis hermanas respondiesen sin titubear cuando les preguntaban al respecto. La mayor quería ser “más alta que mamá” y a mí me parecía una respuesta genial, que arrancaba a todo el mundo una enorme sonrisa. Mi hermana gemela respondía muy segura de sí misma que quería ser periodista y escritora. Yo le escuchaba con resignación y deseando que por arte de magia me llegasen las ganas de ser alguna cosa cuando fuese mayor.

Recuerdo cambiar de idea cada vez que pensaba sobre ello y sentir que no sería capaz de elegir  jamás una profesión. Las dudas me persiguieron durante toda mi escolaridad, y en el momento de  entrar en la universidad, seguí dudando. El destino me llevó a dedicarme a la educación y eso, en la actualidad, me hace feliz.

Pero no es el oficio en el que desarrollo mi mejor faceta. En los últimos nueve años he comprendido que mi profesión  es aquella que no tiene horarios establecidos, en la que debes estar al máximo rendimiento las 24 horas del día, los 365 años del año, en cualquier estación. Aquella donde no se puede coger la baja, solicitar una excedencia o faltar si me encuentro mal. Ocupación en la que no existe una escuela para ir a aprender y vas haciendo maestría gracias a los innumerables  errores que vas cometiendo.

Oficio que exige hacer las cosas con una sola mano, dormir con un ojo medio abierto, fingir que siempre estás de buen humor y comer siempre la porción más pequeña y fría. Aquel que te exige perder muchas horas de sueño, renunciar a tener algo de tiempo libre o que me obliga a peinarte con una coleta porque no hay tiempo para más. Que exige de mi gran cantidad de paciencia, calma, empatía, eficacia y constancia y que además, me desafía a cada instante.

El quehacer que exige de mí la máxima responsabilidad, donde no existe hoja de ruta, donde se aprende sobre el terreno y siempre debes dar calidad. Puesto donde no existe un jefe al que me pueda quejar de las condiciones laborales a las que estoy sometida. Tarea altruista, desinteresada y sin paga doble en Navidad.

Pero a la vez es único oficio que a mi edad me permite jugar, crear lazos de complicidad, conversar sin interrogar y me contagia espontaneidad.  Tarea que te convierte en una experta negociadora, desarrolla tu capacidad de generar soluciones, te obliga a mirar las cosas desde otra óptica y superar todos los retos que te quieras marcar .¿Quién no querría tener un oficio que te hace ser generosa, mejor persona, más tolerante y te enseña a ver la vida desde una  perspectiva mucho mejor.

Única función que es capaz aún de sorprenderme, de ofrecer abrazos sin pedirlos, que me hace sufrir y gozar, dar y recibir, errar y acertar. El único empleo que llevo dentro de mi alma, que me crea adicción, que me recuerda que fácil es perdonar y vivir con sinceridad, Que me exige ser eficaz, atenta, activa, sensible y confiable.

He tardado más de cuatro décadas en saber qué quería ser de mayor. Ahora soy yo la que le pregunta a los demás si quieren saber cuál es mi profesión. Sí,  por fin sé que nací para ser MAMÁ.

El trabajo más duro del mundo.
Es el mejor trabajo del mundo.

Gracias, mamá.

Han comentado...

  1. Sonia Buen día! Me encantó lo que publicaste es precisamente mi sentir y ahora mas que nunca me siento orgullosa de ser mamá.

  2. Ayer no pude leerlo porque la buena hija estuvo todo el día con ganas de mami, pero ahora que aún duerme (tiene 4 meses) aquí me veo, con lágrimas en los ojos, y pensando que aunque tengo que hacer un artículo para el blog de mi nueva empresa y que en nada me incorporo a mi trabajo de adulta, lloro aún más. Es el trabajo más sacrificado, si, pero sin duda el más hermoso y satisfactorio. Gracias por este artículo que nos llena de ilusión y vida.

  3. ¡Buf, qué llorera! Pero qué bueno pensar así los motivos por los que tenemos hijos…Yo siempre he querido ser madre, no sabia qué sería de mayo, y aún sigo sin saberlo, a mis recientes 40, pero tenerlos a ellos estaba claro, por encima de todo!
    Pronto termina mi contrato laboral y ya tengo hasta ganas por recuperar mi tiempo y su tiempo, nuestras horas de sueño, la paciencia perdida por el cansancio y el mejor humor, la calidad de vida, que no es la da el dinero. …quiero tener tiempo para seguir siendo mejor madre! Gracias!!

    1. Hablar de lo que más queremos en este mundo nos hace tocar la fibra!! Me alegro que te haya gustado y aprovecha cada momento con tus pequeños. Un fuerte abrazo

  4. Yo repito y repito una frase que a veces me posee y no sé si la digo yo. ” Cuidado no te hagas daño”. Se la digo muchas veces sin saber que hace, tal vez solo esta pintando en la habitación o jugando con sus cacharros. Me da miedo que le ocurra algo malo.

  5. ¡Precioso! Y muy cierto. Desde que nació el buenhijo mayor, el trabajo donde me pagan con dinero pasó a un segundo plano. Con el nacimiento del segundobuenhijo, ni os cuento. Me gusta mi trabajo, lo desempeño lo mejor que sé, pero desde luego que no es mi prioridad, y aunque el trabajo en el que no me pagan con dinero es agotador, una sonrisa, un abrazo, un beso o un “mamá, me haces la vida muy feliz”… te recompensa todo

  6. Oh, qué hermoso post, Sonia. Porque ser #malasmadres nos ha posibilitado muchas cosas, entre ellas, tener fuera de nosotras un (dos o tres) corazoncito que late y nos da fuerzas para continuar. Ese corazoncito que nos desafía cada día.

  7. Hace diez meses que Leo llego a nuestras vidas.Todos los días acabo agotada pero merece la pena cada segundo que paso y que disfruto con él. Es precioso el post y oye ¡¡como nos identificamos con él!! Besos para todas las malasmadres!

  8. Que bien empezamos la mañana! Yo añadiría algo muy importante: el trabajo de malamadre ha desarrollado en mí competencias increíbles aplicables a cualquier otro ámbito personal y profesional y todas estaremos de acuerdo en que eso no se valora: paciencia, multitarea, capacidad de organizacion infinita, PRODUCTIVIDAD…jejejeje.
    Mil capacidades nuevas que no sabías que tenías. Y todo gracias a nuestros renacuajos!
    Precioso post

  9. Uff! qué pasada… muy bien descrito, con la lagrimilla estoy. Me ha encantado el post!

  10. Yo también estoy contigo y no cambiaría mi vida de ahora por la anterior, ser madre es lo mejor del mundo.

  11. Precioso y una gran verdad por lo menos para mi.Desde q he vuelto al trabajo cada vez soy más consciente de que lo q me hace feliz realmente es el tiempo q paso con la buenahija. Con 7 meses q tiene es la personita q más me recompensa con su sonrisa y su mirada q me mira como si yo fuera la mejor persona del mundo .Ella me hace grande¡¡

  12. Aunque sea muy duro.Tiene una grata recompensa.Ver los felices y contentos.Gracias por el post!!!Tan bueno como todos.

  13. Menos mal que existe gente como vosotras capaz de expresar lo que toda madre siente!! pecioso y real!!
    Gracias Sonia

    1. Muchas gracias!! A veces cuando las cosas las ponens por escrito te facilita darte cuenta de lo previlegiada que eres. Me alegro que te haya gustado

  14. Leerte, y reconocerme en tus palabras….Es el trabajo más duro, pero el más gratificante, por el que merece la pena trabajar a tiempo completo.

  15. Cada vez que leo los post: o lloro cual boba, o rio cual boba.
    Acabo de enterarme: soy boba…

    Yo tengo el mismo trabajo que tu (ademas de otro donde me pagan y nadie me da abrazos ni besos)
    Mancantao…
    Gracias Sonia.

  16. Qué maravilloso oficio! Ojalá cuando mis gemelos estén ya en este mundo pueda decir lo mismo, implique lo que implique, pase lo que pase.
    ¿Tú eres gemela también? ¿Qué se siente? Siempre quise tener gemelos y ahora que están a punto de nacer más aún, aunque me muera de miedo!
    Anita
    http://gemelosinvasores.com/

  17. Tan de acuerdo, Sonia!! Lo has clavado, me veo reflejada 100%, pero sobre todo a mi madre 🙂 A veces se nos olvida que ellas también nos lo dieron y nos lo dan todo!!
    Un abrazo a todas esas malasmadres que también saben ponerse tontorronas 🙂

  18. El mejor y más dificil oficio….desde que soy madre echo mucho más de menos a la mía, ya hace casi quince años que no está con nosotros, pero valoro mucho más todo el sacrificio que hizo, cinco hermanos, trabajo fuera y en casa…uffff ella si que era una superwoman…Nunca tuve instinto maternal, pero desde el momento en que le vi en la primera eco, supe que quería ser mamá por encima de todo.

  19. Sonia, una vez más un post precioso! Lleno de verdades y emoción! Qué bonito es saber que hay gente como tu y que lo expresa tan bien y con unas palabras tan tiernas.
    Gracias por alegrarme el despertar del martes y hacerme reflexionar.

  20. Precioso, y que fácil se nos paga con una sonrisa y un te quiero mamá, un dibujo….

    1. Expectacular, como siempre Sonia! Ternura, pasión y sencillez se dan la mano y nos acompañan a amar esta gran “profesión”…sigue escribiendo!

    2. Precioso post lleno de ternura, simplicidad y vocación! Felicidades, sigue escribiendo…contigo reflexionamos en un nivel superior.

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