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Ellas hablan: malasmadres ♥ Boticaria García

Ellas hablan: malasmadres ♥ Boticaria García

Como ella misma cuenta en su libro ‘El paciente impaciente’, la pasión por la escritura le viene de bien pequeña. Tenía dudas entre ser escritora o farmacéutica, profesión de sus padres. Un sabio consejo de su progenitor le hizo decantarse por lo segundo, así podría ser farmacéutica y escritora en sus ratos libres. Y ese deseo se cumplió. Tenemos la suerte de contar hoy en nuestras sección de Ellas Hablan con la Boticaria García, amiga y colaboradora del club. Su particular sentido del humor lo ha plasmado en su primer libro con el que nos hemos reído y disfrutado muchísimo. La descripción de los personajes y de las situaciones hacen que te traslades a la rebotica de su farmacia y lo vivas en primera persona. No podéis dejar de leerlo. Enhorabuena Marian desde el club por este libro cargado de situaciones a veces hilarantes, otras surrealistas. Si queréis ponerle voz, no dejéis de escuchar la entrevista que le hicimos esta semana en Onda Mujer.

ELLASHABLAN-Marian

‘Mi gremlin no me come’ y ‘La Boticaria García’, ¿de dónde te viene la pasión por la escritura?

Según mis padres, desde que aprendí a escribir. Conservo un montón de cuentos escritos de cuando era una niña y garabatos varios de la adolescencia. Gracias a la oportunidad que tenemos ahora de “escribir al mundo” mediante los blogs, volví a cogerlo con ganas hace unos años. Jamás hubiera pensado que la maternidad sería el punto de partida para volver a contar mis historias.

Tratar con gente al otro lado del mostrador da para mucho, ¿cómo surge la aventura de poder plasmarlo en un libro?

Aunque la temática de Boticaria García es divulgativa, el blog ya contaba con una sección de anécdotas que siempre ha sido la más celebrada por los lectores. Tuve la suerte de que una editorial me propusiera escribirlo y pensé ¿por qué no? Al fin y al cabo, llevo toda la vida escuchando a mis amigos y familiares diciendo que debería escribir un libro con mis batallitas de rebotica… Me pareció una bonita manera de aunar mi profesión (farmacia) con mi afición (escribir).

Clasificas a los clientes por tipo de pacientes, ¿cuál es el que te hace temblar o intentar esconderte en la rebotica?

Aunque el Paciente Asesino (que en el libro tiene su propio capítulo) parece el más indicado para asustarme, en realidad le temo mucho más a El Niño de los Recados. Esos niños de seis o siete años, calladitos, con su billete de veinte euros arrugado en la mano, incapaces de recordar para lo que les ha mandado su madre, me imponen porque son una bomba que al final siempre estalla… ¡nunca sabes por donde van a salir! ¡Ni por dónde van a salir sus madres si el niño llega a casa con algo equivocado! Y lo mismo ocurre con El Padre de los Recados. La regañina que le puede caer a él (y a mí por extensión) si no acertamos puede ser épica.

Del que intento esconderme siempre es del Paciente Opinólogo aunque es imposible porque el Paciente Opinólogo siempre viene a por mí. Me interrumpe cuando estoy explicando cualquier cosa a un tercero e intenta convencerle de que haga lo que él dice y no lo que yo le aconsejo, porque a él le funciona. ¡El Paciente Opinólogo tiene consejos para todos!

Me reí mucho leyendo la historia de Inés, Inesita, Inés, la primeriza embarazada, ¿hay que tener mucho tacto con las futuras mamás?, ¿cómo capeas el temporal?

Si metemos en la coctelera una buena dosis de hormonas, le añadimos cierta cantidad de preocupación y rematamos con un exceso de publicidad que no siempre es rigurosa, obtenemos a la Madre Primeriza.

Yo me quejo mucho en el libro, pero en el fondo soy un pedazo de pan. Hago todo lo posible por intentar que relativicen la importancia de las cosas y sobre todo, por ofrecer información. La falta de información de calidad es el origen de muchas inseguridades.

Eso sí, cuando una primeriza decide marearme durante veinte minutos para elegir el color de un chupete porque no sabe cuál combina mejor con la personalidad de su bebé, se me llevan los demonios. Con la puericultura hemos perdido un poco el norte.

Recoges además un vademécum con el nombre que le dan algunas personas a los medicamentos, ¿se te ha resistido alguno que no hayas logrado descifrar?

Una de las patadas al vademécum más curiosas es la de las Pastillas de la Virgen. Fue toda una lección de etimología. El medicamento se llamaba Laxante Salud, pero la señora lo llamaba La Santa de la Salud. Con el tiempo la buena mujer decidió acortarlo a las Pastillas de la Santa. Y de ahí, meses después, cuando ya me lo había aprendido, inexplicablemente la santa subió de categoría y se convirtió en virgen. De Laxante Salud a las Pastillas de la Virgen. ¡Pura evolución lingüística!

Lo cierto es que a veces ni haciendo cónclave entre todo el personal de la farmacia conseguimos fumata blanca. Tiene su lógica, por un lado están los nombres de los medicamentos que, por decirlo diplomáticamente, son difíciles de memorizar (aquello del ácido acetilsalicílico y esas cosas). Y por otro lado están los nombres divinos de las cremitas en inglés… la imaginación que nos gastamos para su pronunciación es terriblemente poderosa.

El libro está contado con mucho sentido del humor así que tengo una curiosidad: ¿ha habido alguna situación en la que no has podido reprimir la risa delante de algún cliente?

¡Depende! Muchas veces en el momento me salen ronchas y luego me doy cuenta de que la situación realmente tiene gracia cuando se me pasa el sofocón. Por ejemplo cuando una señora te trae una bolsa con vello púbico recortado porque no sabe si los bichos que tiene ahí abajo son ladillas, no te hace mucha gracia. Luego lo piensas en frío y te ríes…

Otras veces sí que se me escapan bufidos en el mostrador y tengo que entrar corriendo en la rebotica para que no se me note. Por ejemplo, cuando me hablan del virus de Iberdrola (por el virus del ébola) o me piden las pastillas de Asteroides (en lugar de las pastillas del tiroides). También se me escapó la risa con una señora que estaba empeñadísima en comprar un cacao de Loewe y finalmente lo que quería era un cacao de Aloe Vera.

Tu particular manera de comunicar con tanto sentido del humor no es habitual en el sector farmacéutico ¿cómo ha sido recibido tu libro?, ¿ha tenido buena acogida entre los profesionales?

Puedo decir con orgullo que tengo a los mejores compañeros del mundo. Me animan mucho a seguir porque uno de mis objetivos es dar visibilidad a nuestra profesión y que el paciente también nos vea cercanos desde una nueva vía: Internet.

Cuento con el apoyo de las instituciones y especialmente desde el sector de farmatuiteros. Cada vez hay mayor presencia de farmacéuticos en las redes y, del mismo modo que pasa con las madres 2.0, nos hemos convertido en una gran familia.

Y ahora un cuestionario rápido:

Remedios que se han convertido en leyenda urbana y no sirven para nada. Lo primero que se te venga a la cabeza … El collar de ámbar para la dentición del bebé. Es mi cruz particular. ¡Aunque tengo un post donde lo pongo a caldo la gente me escribe mails para que le recomiende dónde comprarlo!

Lo más raro que te han pedido nunca … En una guardia de sábado noche me pidieron velitas aromáticas, bolitas de aceite y pétalos de rosa para una fiesta erótica. La chica se fue enfadadísima porque no teníamos nada de eso.

El personaje más extraño al que te has tenido que enfrentar… El señor que me pidió pastillas para no soñar, porque estaba cansado de que sus sueños no se hicieran realidad.

La botica, ¿mejor en la Mancha profunda o en la gran ciudad? ¿por qué? ¡Imposible elegir! Fui muy feliz los siete años que estuve en un pueblo de Cuenca, pero mi marido y mis hijos están en Madrid y en la farmacia donde trabajo ahora tengo la oportunidad de seguir aprendiendo muchísimo todos los días.

¿Qué tipo de farmacéutica eres? Un mix… ahora soy profundamente Farmatuitera, durante un tiempo fui Farma-rural y ocasionalmente soy FarMAMAcéutica cuando en algunas festividades escolares intempestivas acabo llevándome a los niños a la farmacia.

Hoy, además, estamos de enhorabuena porque nuestra querida Boticaria nos brinda tres ejemplares de su libro para sortearlo entre todas las malasmadres. ¿Qué tenéis que hacer? Muy sencillo contarnos vuestra anécdota más divertida y/o surrealista  que habéis vivido o presenciado en una farmacia o situaciones que os hayan pasado en casa relacionadas con los medicamentos, como por ejemplo, confundir dalsy-apiretal, ¿a qué #malamadre no le ha pasado?. Contadnos vuestra historia en un comentario en este post que queremos echarnos unas risas que para eso es viernes y empieza el fin de semana. ¡Os esperamos!

* Comunicaremos las ganadoras del sorteo el próximo viernes día 6 de marzo.

Malasmadres_paciente-impaciente2 Y para las que queréis conocer en persona a la Boticaria Garcia y que les firme su libro el 14 de marzo a las 19:00h estará en TOPBOOKS de Fuencarral en Madrid. ¡APUNTAD FECHA! Allí estaremos de malasmadres para acompañarte, Marián.

(El libro podéis conseguirlo en El Corte Inglés, FNAC, Casa del Libro… y en todas las librerías. ¡Esperamos que nos contéis!).

¡YA TENEMOS A LAS 3 GANADORAS! Gracias a todas por participar. Nos lo hemos pasado genial con vuestras anécdotas.

Enhorabuena a Marian Crespo con el comentario número 16, a Cristin con el comentario 83 y a Carmela con el comentario 90.

Malasmadres_ganadoras

Han comentado...

  1. Tiene buena pinta el libro. De farmacias no tengo muchas anécdotas, a no ser la vez que en Lisboa tuvimos que comprar algo para los gases para el pequeño y la farmacéutica en portugués (que yo no hablo) y yo en español (que no lo hablaba ella) nos entendimos bastante bien. Y al lado mi marido sin saber por qué yo me entendía con ella, que él no cogió ni una.

    Enhorabuena por el libro

  2. ¡Enhorabuena por el libro!
    A mi personalmente me encantan las farmacias, no se porqué, pero cada vez que le mando al buenpadre a comprar algo la tenemos. Como él dice: “¡Es que siempre me hacen preguntas trampa!!” Cada vez que baja cojo el móvil, se que lo voy a necesitar…

  3. Enhorabuena Marian!!! Tiene q ser la caña.
    yo lo q recuerdo era el bochornazo q pasaba al comprar condones en la farmacia del barrio. Decidi cogerme el metro o el bus e irme a otro barrio.

  4. Nosotros tenemos mucha suerte con nuestras farmaceúticas, nos miman mucho y ya están pensado en fichar a M como pequeño ayudante. Siempre que vamos, que es mucho porque somos fieles a comprar la leche y los cereales para la enana, al peque le dan un globo y una piruleta. Y a mi, muy buenos consejos para cremitas para todos los de la casa. En resumen, es una suerte tener buenos profesionales a los que recurrir, y sobre todo con buen sentido del humor. A ver si nos toca el libro dedicado y se lo regalamos a nuestra farmacia del barrio. Yo me lo voy a pedir por amazon :p jejejeje. Enhorabuena por tu nueva criaturita de papel!!!!

  5. Pues de pequeña siempre hacía una torre humana para llegar al armario más alto de la cocina junto con mis dos hermanos pequeños y conseguir las aspirinas infantiles que eran de fresa…una al día para cada uno…estaban tan ricas…
    Mi tío trabaja en una farmacia también y muchas veces me quedaba con él en la recámara leyendo los prospectos de las medicinas porque siempre me ha llamado la atención el “mundillo”, tanto, que ahora soy enfermera.
    Recuerdo una vez que vino una señora a comprar “esas pastillas redonditas para hacer pis”, y cuando mi tío le preguntó: “¿Seguril?”, ella respondió, “Seguril seguril no estoy”…
    Cuando vienen pidiendo calmantes para los “eslinces”, que son más de uno y más de dos…y un señor que vino a comprar preservativos xxl y no pude evitar asomarme tras la cortinilla para ver como era;)

  6. Buenos días!!! Yo también soy farmaceutica y trabajo en oficina de farmacia, así que me he encontrado infinidad de anécdotaas. Los más típico es el cambio de nombre en medicamentos (ruprufeno por ibuprofeno, dolotil por nolotil que al final resulta que era dolocatil, cetamol por paracetamol, …), la clara y detallada explicación de los pacientes de su tratamiento (“- dame la pastillita para la tensión que esta mañana ya no la he tomado. -¿Y cuál es señora? – Pues una redondita, chiquitita; la caja es así cuadradita y siempre la sacais de aquellos cajones.”), cuando llegan con “dame un colirio” y al preguntar para que lo quiere que me respondan “para los ojos” ¿? (sí ya, ya sé que es para los ojos. Lo q necesito es saber si es por ojos irritados, ojos secos, o cualquier otro problema ocular), o cuando llegan los típicos guiris a comprar pilas para las cámaras de fotos, o te piden que si tienes cargador del móvil para cargarlo un rato que se han quedado sin batería. En fin, que ésto es un empezar y no acabar. Es verdad que muchas veces me quedo pillada y me agobia el no entender lo que explican y no saber lo que me piden, pero luego lo piensas y te hace gracia, sobre todo porque la mayoria de las veces se resulven las dudas y el paciente sale con su medicaciión o con el producto que iba buscando.

    Me haría ilusión tener el libro de “Boticaría Garcia” y saber que situaciones la han puesto en compromiso, jijiji. Seguro que en más de una no lo habrá pasado demasiado bien…

    Un saludo y muchas gracias.

  7. Grande boticaria ! Soy fan desde que descubrí tu blog del gremlin.
    Mi hijo mayor tuvo piojos con 14 meses, y me tiré 2 días “peinando” las farmacias de la zona en busca de algún producto apto para menores de 2 años…la respuesta de las farmacéuticas que me atendían siempre era la misma: que no había ninguno y que paciencia. Pero una de ellas reaccionó prácticamente gritando: “pero cómo! Tan pequeño y con piojos?!!” Lo cual dio lugar a que todas las vecinas que había haciendo cola empezaran a desarrollar la idea y a preguntarme detalles del tipo: “pero dónde los ha cogido? En el cole ?” Y yo como un tomate , explicando que todavía no iba a la guarde pero que tenía mucho pelo y muchos primos sospechosos de ser los “contangiantes” (sospechas posteriormente confirmadas por la madre de uno de ellos).

  8. Mi familia es cliente de la misma farmacia desde hace más de 30 años, así que se ha ido forjando una buena relación. Yo he estado tomando gazpacho en el mostrador de la farmacia como si fuese un chiringuito!

  9. Hola! Yo mandé a mi marido a la farmacia a por “suero para beber” porque estaba con la tripa hecha polvo sin retener nada ni el agua… y me trajo “suero fisiológico para bebés”!!! Y encima cuando le digo que no es eso se enfada y me dice que tengo yo la culpa por no escribírselo… en fin!

  10. Deseando leer el libro ya que tambien soy boticaria.

    Lo mas gracioso son los cambios de nombre que hacen los pacientes. Por ejemples

    Transgénico – Genérico
    Taxímetro – Tensiómetro
    Uroprofeno – Ibuprofeno
    Leotil – Nolotil

  11. Mi anécdota es sobre niños y medicamentos, ya que mi buenhijo de 4 años es de lo más raro del mundo con las medicinas: cuando la mayoría de malasmadres con las que he hablado del tema las pasan canutas para darle las medicinas a sus buenoshijos, a mi buenhijo en cambio le gusta el sabor del Apiretal, del Dalsy… ¡y de todo lo que se le ponga por delante! Y cada vez que le doy una medicina le tengo que explicar que sólo puedo darle la cantidad que ha dicho el médico porque siempre quiere que le dé un poquito más 😀

  12. Una amiga de mi madre estaba contándole que se encontraba fatal por unos sobres que le había mandado la ginecóloga porque tenía picores. Después de un buen rato de conversación se me ocurre decirle: “pero, ¿qué te notas?” y me dice “un ardor en el estómago muy grande”. Yo no podía parar de reír y ella y mi madre, con cara de póker. En vez de lavarse, se había esta bebiendo la disolución!! Cuando se lo expliqué, la mujer no podía parar de reír-llorar.

  13. Hola, me encanta la idea del libro, estoy deseando leerlo!! Yo también soy farMaMaceutica (término recién adoptado e incluido en mi vocabulario) y te puedo contar algunas anécdotas… Creo q me quedo con el chico que me pidió un locutorio (colutorio), el otro q me pidió lo de hacerse lo churros del pelo(a día de hoy no se que quería) o la señora q entró en la farmacia plancha en mano buscando un enchufe para ver si funcionaba…

  14. Hola.a mi me pasa que ccuando compro alguna crema me suelo acordar exactamente del packaging y no del nombre… Y a veces oye, tan bien lo describo q acierto y todo

  15. Jo! tiene que estar genial,que harton de reir solo con lo que ha contado en la la entrevista.Yo soy enfermera y anecdotas miles desde los típicos “girasoles” hasta pastillas de la prosteta, incluso tienes que conocer toda la morfología y caracteristicas de las pastillas porque ellos insisten en decirte color forma y envase sin nombre y tienes que conocerlo por narices…..”si hombre, señorita unas pastillas pequeñinas y azules”…me parto.

  16. Tiene muy buena pinta!
    Soy enfermera y por ahí también se escucha cada cosa…Pero esto lo oí en el autobús cuando estaba estudiando la carrera: Una señora contaba a otra que la causa de su sobrepeso, según su médico, no era por comer si no por un problema de “terlodes” y debía tomar tratamiento. “No toy gorda por comer, si no por que toy mala del terlodes y tengo que tomar pastilles pa ello” sic y ponedle acento asturiano. Obviamente se refería al tiroides.

  17. Mi madre tiene dos teorías curiosas sobre medicinas:
    Si es barata cura poco, asi que no te la tomes.
    Si es cara lleva demasiadas guarreríasguarrerías para un cuerpo humano, no te la tomes

  18. Un clásico cuando te mudas a Inglaterra, preguntar por unas pastillas porque estás constipated y que te enchufen unas “pastillas de la Virgen”…:P creo que nos ha pasado al 80% de los españoles la primera vez!! (Menos mal que cuando ves la imagen del medicamento te mosqueas y decides hacer lo que deberías haber hecho antes, mirar el diccionario!)

  19. Que ganas de sacar 1 rato para leer el libro que pinta genial. Os contare mi anecdota en una farmacia de ciudad: Una chica joven de unos 20 y tantos años, se encontraba delante mia. Llevaba en su poder una receta verde de antibiotico, para ser mas exactos augmentine. Ademas puso en el mostrador una caja de condones para llevarselos tambien. Pues bien, cual fue mi sorpresa que cuando la boticaria le dijo el importe, la chica solo llevaba un billete de 10 euros y dijo: Puff pues tengo la garganta jodida, pero mejor me llevo los condones y ya mañana bajo a por el augmentine.
    Moraleja: sexo y amor manque fiebre.

  20. Hay que ver el juego que nos da estar detrás del mostrador. Las anécdotas más divertidas son los nombres que se inventa la gente para los medicamentos. A veces tenemos que tener muchas dotes adivinatorias para saber qué buscan jejeje.

    Un gran libro. Lectura muy recomendada.

  21. De momento y afortunadamente visito muy poco las farmacias y no me ha pasado nada, pero a una prima de mi padre aquejada de estreñimiento le resetaron unas pastillas para resolver el problema, se que días después volvió al médico y le dijo que se encontraba peor, que seguía con el estreñimiento y esas pastillas que le había resetado le dejaban mal cuerpo y además eran muy grandes y no podía tragarlas y debía partirlas como en tres trozos para poder ingerirlas; el médico perplejo le dijo que los supositirios no son pastillas y que no se ingerian por via oral, le explicó como se usaban, el médico asumió que ella sabía lo que era un supositorio y como se usaba, pero hay mucha gente que ignora lo que para muchos es obvio, nunca sobra dar información en exceso para que no ocurran estas cosas. Pobre mujer, pero nos dió mucha risa, afortunadamente no le ocurrió nada malo por tomar supositorios varios días.

  22. Soy farmacéutica rural, y una de las anécdotas que siempre solemos recordar fue una, en la que una tarde de verano nos llamó una señora que acababa de estar esa mañana en la farmacia, para preguntarnos sobre una caja que desconocía. “Es negra, y no me suena de otras veces niña” me dijo. “Negra? Pues mire Beatriz que me de cuenta no conozco ninguna caja de medicamentos negra, está segura que es de ese color?” “Cómo que si estoy segura? Claro que es negra, que me muera ahora mismo si no” (aquí son mucho de jugarse lo más preciado con tal de demostrar que tienen razón) “No mujer, si le creo, solo que me parece raro. Y estaba dentro de la bolsa que se llevó por la mañana?” “Claro” “Pues vaya Beatriz, creo que por teléfono no vamos a saber cual es, le importaría mucho acercarse a la farmacia con la caja y resolvemos el misterio?” “Pues hombre, ya me había recogido y no pensaba salir, me hace usted una faena” (es un pueblo pequeño, y vive doblando la esquina de la farmacia prácticamente, calculamos que pudiera tardar 3 minutos)
    Al final la señora Beatriz vino a regañadientes a la farmacia y por fin resolvimos el misterio. Cuál fue mis sorpresa cuando me trae la bolsa de medicamentos y, razón tenía, ahí estaba la dichosa caja negra. Negra, como mis pecados que dicen por aquí. Negra, sin nada escrito. Y al abrirla? Pues una linterna de publicidad de Bankia. “Hay niña, pues no sé cómo ha podido llegar esto a la bolsa”. Ni yo cómo me has tenido toda la tarde dándole vueltas y no la llegaste ni abrir, pensé yo.
    (me encantan las historias de farmacia, asique con este libro me da que me lo voy a pasar pipa!)

  23. Tiene que estar interesante, siempre me asombran la facilidad con la que leeis las recetas escritas por los médicos…. eso si que tiene mérito….me lo apunto… felicidades

  24. Aún recuerdo cuando era una pipiolilla y fui con mi novio a la farmacia a por preservativos…el farmacéutico aprovechó para mostrarnos tooooooodos los modelos que tenía, todas las marcas con sus variaciones.La farmacia rebosando y a nosotros no nos salía la voz del cuerpo para decirle que no, gracias, no nos interesaban los de sabor a fresa ni el pack de 12 sabores + anillo vibrador, glups.

  25. sabio consejo el de su padre …y usted q le hizo caso … yo últimamente no leo mucho, la verdad, estoy repasando inglés y he sacado del armario los libros que tenia en ese idioma y nunca creí que se olvidaran las cosas tan rapidamente

  26. Sin duda el título encierra curiosidad.
    Felicito a esta autora por haber logrado llevar a buen puerto su afición a la escritura.
    Si tengo ocasión de leerlo, compartiré sensaciones 😉

  27. Me encantas Marian! Eres genial!
    Yo tengo una buena anécdota! Mi quería abuela, con sus 85 años esta como una rosa pero no ve tres en un burro y se toma sus medicamentos por intuición ( los toca y según la forma de la pastilla sabe si le toca tomarla o no) y allá que va ella a tomarse su café y en vez de ponerse un sobrecito de azúcar se pone uno de spididen, frenadol o cualquiera con forma similar.. Y me dice: niña prueba este café que sabe como raro! Jajajajajajajaja…. Es autentica!
    Besos!

  28. Me he reido mucho 🙂
    pues mi anecdota es cuando era jovencita y reuni todo mi valor para bajar a la farmacia de debajo de casa y pedir una caja de preservativos.
    La farmaceutica me acuchillo con la mirada y me dijo:
    “aqui no tenemos de eso”. Que mal rato.

  29. Mi anécdota es: Ir a una farmacia con el buen padre y la buena hija en el carrito con sus 9 meses cumplidos, la farmacia estaba llena , sobre todo de gente mayor y 1 chica y 1 chica joven serian pareja, creo yo…. La farmacéutica me pregunta… que desea?? Si dame leche de continuación 2, cereales con gluten, suero fisiológico.. y me dice… algo mas estando en la otra punta de la farmacia… y yo le respondo con una voz en jarro.. si,,, una caja de condones.. de los normales… el buen padre se empezó a partir de risa y los demás allí presentes también las personas mayores algunas se reian y otras me miraban… yo al caer en cuenta.. respondi: Oye que aun no le quiero dar un hermanito!! me partia de risa!! y asi tan pancha me quede!!! la farmacéutica se reia de mi… Que risa!!!

  30. Hola, tiene muy buena pinta el libro.
    Lo mejor que yo he vivido en una farmacia es una chica a la que estaban atendiendo mientras yo esperaba y pidió la pastilla del día después. La farmacéutica le dijo que hacía falta que se la recetaran y ella le explicó que había tenido una falta y se había hecho un test de embarazo y le había dado positivo. Claro, la farmacéutica le dio que entonces ya no valía para nada, porque la pastilla era para el día después de mantener relaciones y no el de hacerse el test. Como no pareció quedarse conforme, salió fuera, que estaba el novio y entonces entró él y la misma canción. Al final, se debieron convencer, porque al tiempo me los encontré en el centro de salud haciéndose una ecografía… En fin…

  31. ¡Qué buena pinta! ¡Enhorabuena! Mi anécdota es en realidad de mi madre: un día en una farmacia pidió aspirinas fluorescentes!

  32. QUE NO ME DABA TIEMPO!!!!!
    QUIERO. no, NECESITO ese libro. Tras varios intentos de compra en formato ebook, me voy a pasar al modo vintage de los libros de papel.

    Para mí, un clásico de amigos boticarios es el “dele al bebé una cucharadita de café de este medicamento”. Y al día siguiente el padre que vuelve a decir al farmacéutico que el niño está como una pila y no duerme…..
    Besos y éxitos, querida Boticaria

  33. Muy fan de la boticaria García (y antes también de la madre del Gremlin), hasta he compartido sus posts sobre el Varivax con otros amigos que están igual de indignados que yo preguntándose por qué no nos podemos gastar un pastizal en inmunizar a nuestros churumbeles contra la varicela antes de los 12 años.

    Yo casi no pisaba las farmacias, pero ha sido convertirme en madre y hasta me he sacado la tarjeta de fidelización que tienen en la que más cerca me pilla de casa, por cada 500 puntos te hacen un descuento, ¡y ya he conseguido varios!

    Por desgracia no tengo ninguna anécdota divertida de farmacia, sólo me acuerdo de pequeña de unos sobres para cuando tenías diarrea que se llamaban Tanagel (ahora ya ni los venden, creo) y que me sabían a tierra…

    Me encantaría tener su libro.

  34. #muyfan de Boticaría García! Deseando leer su libro!

    Una de las cosas que más vergüenza me ha dado en una farmacia fue cuando, por una apuesta con mi entonces novio, entré a comprar preservativos con el corte que me daba!! La chica muy maja me ofreció: 6,12,24… Luego: normal, sensación, estriados… Por dios, no sabía dónde meterme!! Y después de escoger y con la vergüenza en el cuerpo no se me ocurre otra cosa que decir: ah! y también vaselina!! XD Las caritas de las señoras y mi cara de pánico por lo que acababa de decir…

    También he sufrido durante mi embarazo del Paciente Opinólogo… La farmacéutica aconsejándome algo y luego alguien dándome su opinión… 😉

  35. Lo primero, enhorabuena por tu libro! Debe ser muy divertido. Yo tuve a mi hija prematura y bajo peso, asi que fui de esas primerozas horribles que relatas. Menos mal que la farmaceutica era la de toda la vida que me habia visto crecer, porque cada vez que pesaba a mi ” minibebe” y no habia cogido peso, me entraban unos berrinches que pá que!!! Gracias a dios cuando las hormonas se estabilizaron fue mejorando la cosa… Pero que santa paciencia tivo la pobre!

  36. Tiene una pinta estupenda… ahora mismo no recuerdo una anécdota divertida en la farmacia , aunque les tendré. .. lo que si recuerdo de ir a la farmacia de pequeña es como me encaramaba al mostrador porque no llegava , para pedir unas bolitas de bolitas que regalaban a los niños… me encantaban !!!
    Muchas suerte con el libro . Ya lo buscaré para leerlo si no me toca 😉

  37. Tiene pinta de lectura amena y divertida, lo que necesito en esta etapa de mi vida. No puedo con los dramaaaaas.

  38. Pues no escuchan penas nuestras farmaceúticas de confianza!

    Gracias a todas y suerte con el libro!

  39. Un día estando en casa de mis padres el buenpadre empezó a encontrarse mal y a visitar el wc cada dos por tres, el pobre no sabía ya qué decir cada vez que tenía que ir.
    Mi buenamadre, que cree tener el título de medicina y boticaria, le dió unas pastillas que se supone curaban su malestar o al menos cesaban las visitas al baño. Le dijo “toma una cada vez que vayas al baño o te encuentres con ganas de ir”.
    El buenpadre, se dispuso a tomarse las pastillas cuando por casualidad leyó el prospecto, y resultaban ser pastillas para la ansiedad y la depresión. Menos mal que leyó aquello y no las tomó, aunque no se atrevió a decirle nada a su buenasuegra, ya que ella tiene la creencia de saber mucho de medicina.
    Imaginaros al buenpadre si hubiera tomado una pastilla cada vez que se iba por la patilla, como ella le dijo. Se lo hubiera cargado!
    El buenpadre creyó que la buenasuegra quería matarle, como el paciente asesino, del que hablas en el libro, jajaja!
    Enhorabuena por el libro!

  40. Yo lo más gracioso que me ha pasado en una farmacia fue cuando un señor llegó pidiendo que le tomaran la presión atmosférica. El buen hombre solo quería que le tomaran la tensión pero la farmaceutica y yo no pudimos contener la carcajada.

  41. Tiene que ser muy divertidooo¡¡¡ (igual algo de vergüenza al verme retratada jejeejej)

  42. Jajajaja!!!! Que bueno! No me pierdo el libro…. Me he sentido totalmente identificada al leer el post, cuantas veces he deseado contar las anécdotas de la consulta en un libro… Divertido y simpático!, y es que la terminología “Médica” da mucho de si…, mis pacientes tienen “diabetis”, toman “sodio” ( en vez litio), les ponen la “pindural”cuando van a dar a luz…, y muchas otras que sólo ellos saben contar…

  43. Cuando mi bebé tenía entre 2-3 meses cogió un resfriado y tenía la nariz taponada de mocos. Lloraba porque tenía hambre. Le daba el biberón y lloraba también. ¿Por qué? pues no respiraba. O comía o respiraba pero las 2 cosas a vez no podía. Bajé a consultarlo a la farmacia y fue cuando descubrí esos artilugios que sirven para aspirar mocos (¡Qué asco cuando me lo contó!). Una era primeriza y no sabía de la existencia de esos aparatos. Reconozco que me fue un útil. Me gustaría conseguir alguno de los 3 libros de la boticaria.

  44. Que buena pinta tiene el libro!! Yo como buena malamadre que soy, no consigo aprender cual es el paracetamol y cual el ibuprofeno entre el Dalsy y el Apiretal… Buf! Es que no hay manera, que lío!

  45. Una vez estando en la farmacia una señora pidió “colocatil” para el dolor de cabeza…

  46. Yo la anécdota más vergonzosa en una farmacia ocurrió con mi hija pequeña. Tendría unos 10 meses y todo quería cogerlo. Entramos en la farmacia y ella iba reglamentariamente sentada en su sillita de paseo, bien agarrada, pero no calculé lo que podía estirar sus bracitos. Comencé a hablar con la farmacéutica y de repente oimos “cling-clang-CRACKKKK-PUMMMMMMM!!!!!!!!!!!!!” La enana había intentado coger unas gafas que estaban monisimamente colocadas en un stand vertical de unos 2 metros de alto, junto con otros 50 pares. Se cayó todo el tenderete al suelo, se partió el espejo que tenía para ver como te quedan las gafas, pero no se rompió ni un par!! Lo pasé fatal, allí recogiendo trocitos ante la atónita mirada de la ayudante y la pobre farmacéutica que decía “Nada, nada, tranquila, que no pasa nada” y yo pensando “¡¡Tierra trágame!!”. Volvimos a colocar el stand en vertical y todas las gafas… sólo se rompió el espejito… ¡pero que mal rato pasé!

  47. La bichito estaba malita y no fue al cole, así que le dije a mi madre si le sube la fiebre le das ibuprofeno. A las 2 horas de irme, me llama mi madre y me dice; hija donde has puesto el “neopreno” que no lo veo y a la bichito tiene fiebre…………jajajajjajaj es que aún me rio cada vez que lo cuento………..

  48. Muchísima suerte con tu libro!! Pienso devorarlo!!
    Aún recuerdo cuando pesé a mi hijo la privera vez en la farmacia. Lo hice más de 15 veces para asegurarme que había aumentado de peso!!

  49. Mi última anécdota divertida pasó hace poco… Fui a la armamos de siempre a comprar mi píldora anticonceptiva y un mes más tarde volví a por un test de embarazo. Al día siguiente me llevé la crema antiestrías y el ácido fólico! Una gastroenteritis severa ha provocado que mi segundo hijo pida pista para aterrizar el próximo verabo!!

  50. Cuando el peque tenia los dolores porque le empezaban a salir los dientes, le compre una crema para suavizar el dolor que funcionaba estupendamente. El caso es que una noche, el pobre estaba que se subía por las paredes y yo estaba con un ojo que no podía abrirse del cansancio y cogí un tubo que pensé que era la medicación, pero según se lo daba me parecía muy grasa. Cuando encendí la luz, observe que había cogido el tubo de la crema del culete y no la de las encías ohohoh Pero bueno, las encías las tenia muy bien hidratadas jejeje.

  51. Hay veces que cuando me voy a tomar alguna pastilla me las quita mi hijo de 2 añitos (más rápido que un rayo) y hace como si las sacase del blister y se las tomase, es muy gracioso pero la primera vez que se lo vi hacer me dió un susto pensando que se la tomaba de verdad!. Por supuesto intento que no ocurra, pero muchas veces es más rápido que yo.

  52. en las farmacias se escuchan cosas muy curiosas, una mañana me acerque a pesar a mi bebe y mientras una de las muchachas lo hacia otra atendía a una señora que le pedía las medicinas y que sobre todo no se le olvidara los “girasoles “,jajajajaja

  53. Qué buena pinta tiene, enhorabuena! Y si, necesario saber reírnos de nosotr@s mismos y de algunas situaciones.

  54. tiene una pinta estupenda el libro!
    mi anecdota es de madre primeriza (terror!) primer dia en casa, enero, nevando.. pero yo TENIA que pesar al niño, no fuera a ser que en el ratito que llevabamos fuera del hospital se hubiera consumido.. (idea fomentada también por mi propia #malamadre, todo he de decirlo…).
    En fin, mi marido siempre dice que aun no se ha recuperado del shock de verme salir como una loca de casa, sin abrigo porque “es ahí al lado”, con el niño en brazos y arropado con una mantita.. Obviamente, el niño pesaba exactamente lo mismo que unas horas antes en el hospital!
    acabé alquilando una báscula, si, si, en serio… y el niño tan pichi claro. Eso sí, solo con el primero lo juro!

  55. ¡Enhorabuena por el libro!
    ¡Yo lo quiero!
    También soy farmacéutica y fan de “Boticaria García”. A mí me ha pasado de todo en mi farmacia pero creo que lo más gracioso son los cambios de letras en los nombres de los medicamentos. El ibuprofeno es el rey: ibupofreno, ibufeno, espidifren, espidifrena, millones de variantes…
    Mi paciente más temido es el hermano/hijo de médico que creen que son médicos ellos mismos. Esos son los más peligrosos…
    La anécdota más graciosa fue una guardia de noche el 6 de julio en Pamplona (primer día de san fermin) en que a las dos de la mañana vinieron dos parejas para ver qué había para quitar el hipo de uno de ellos. El sujeto sufriente venía desesperado y los demás, partidos de la risa. ¡Fue muy divertido!
    Un saludo y a ver si hay suerte!!

  56. Trabajar cara al público no tiene precio.Yo trabajé en un centro de salud y cada día había alguna historia….tantas que las acabamos apuntando…jjj
    – Señorita, quiero que me de vez para el “osculista”, para medir la “velocidad de la vista”…que veo las cosas pasar muy rápido…
    – Señorita, quiero vez para el “cinecólogo”…
    …y un largo etc…
    ¡Que tiempos!!!!!, lo recuerdo con mucho cariño….

  57. Mi anecdota es de chiquitita! En la farmacia del Barrio. Entra mi madre con tres niños y la verdad, nos moviamos mucho. Mi pobre madre no nos podia controlar y mi hermano un bicho se metia por todas partes…Mi madre nos cuenta que le descuadramos la caja a la farmaceutica y se tiró u buen rato para poder cuadrarla otra vez… Como son los niños, jejejeje!!!

  58. Yo trabajo con personas mayores desde hace muchos años y antes tb como voluntaria, un día fui a recoger la medicación de una señora octogenaria y cuando el farmacéutico sacó una bolsa, enormeeeeeeeeee, de medicación , me miró y me dijo con cara de pena: pobre con lo joven que eres y la buena pinta que tienes por fuera. Me hizo tanta gracias que no pude ni decirle que se fijase en la receta, que no eran para mi!!

  59. no se si realmente será una anécdota…cada vez que voy con mi hijo a comprar a la farmacia salgo con piruletas para las llagas de la boca, caramelos de limón para la tos, tiritas de colorines, pastillas de regaliz…y un largo etcétera…vamos que me queda la cartera vacia

  60. Qué buena pinta tiene este libro!!!

    Pues una historia de mis padres con la que siempre he llorado de la risa, es un día que mi madre recién parida de mí, le mandó a mi padre a la farmacia. Mi padre pidió una caja de cotones (palillos de oídos) y el farmacéutico le dijo: de cuántos? Mi padre lejos de sorprenderse por la pregunta le dijo, yo qué sé la que más tenga de todos. Pagó, cogió la bolsa y se fue. No tuvo que tener desperdicio cuando mi madre abrió la bolsa en casa y se encontró una caja enorme de condones! (y vuelta a la farmacia mi querido padre…).

  61. Uno de mis momentos favoritos del día es cuando llega el #buenpadre y le digo… uy quedate con los niños un minuto que bajo a la farmacia que no tengo leche para el #buenbebe!!

    Y ese minuto se convierte en 15 o 20 de charla con la farmaceútica de temas varios, ideal para desconectar de todo el dia con los #buenosniños

    Por supuesto, al final me vuelvo a casa relajada y contenta de hablar con un adulto de cosas que no sean niños, y al llegar al portal me doy cuenta que no he comprado la leche! Y toca devolverse corriendo a comprarla para no llegar con las manos vacías a casa 🙂

    Me encantaría que me tocara este libro para reirme un rato, y compartirlo con la de la farmacia de mi barrio 🙂

  62. Mi anécdota es post-medicamento. Tendría 5 años y me dieron un jarabe que sabía fatal, para quitarme el sabor quería beber agua y vi un vaso con algo trasparente. Lo agarré y bebí un trago muyyy largo pensando que era agua, casi me da algo, me supo peor que la medicina. Resultó que era un gin-tonic de mi padre, y bien cargadito además

  63. Yo fui a la farmacia a pedir una cosa para mí y me dijeron: tu hijo (que tenía un año) tiene la cara hinchadísima! Le miré bien y les dije: “no, no, mi hijo es así”. Me fui tranquilamente y a los 20 minutos tuve que volver porque al llegar a casa el padre le vio y me dijo que nuestro hijo se había convertido sencillamente en una esfera…yo seguía sin verlo! Jajaja.. al final tenían razón, le había echado aután en la cara y le había dado alergia. Por lo visto en la cara no se podía dar. 🙂

  64. El año pasado operaron a Peque de un hidrocele. Aunque es una operación ambulatoria finalmente tuvimos que pasar allí la noche, en teoría, para que el cirujano le valorase a la mañana siguiente.
    Cuando llegó el momento, el cirujano pasó por la habitación, miró el informe y dijo, ya se puede ir. Yo me quedé con cara de póker, porque ni siquiera miró al niño.Mi madre acertó a preguntar si teniamos que curarle la herida o darle algo. Nos dijeron que no la teníamos que curar y que sólo le teníamos que dar la misma dosis de Dalsy que le estaban dando allí. Así lo hicimos y el segundo día tuvimos que comprarlo porque se nos había acabado. Cuando fuimos a la farmacia le pregunté a la farmacéutica porqué el que le estábamos dando en casa era rosa y el del hospital era naranja y nos dijo ¡¡¡que el nuestro era concentrado!!!
    Le estábamos duplicando la dosis. Lo peor de todo es que habíamos mirado el prospecto y nos parecía mucha cantidad la que le dábamos comparada con la que venía indicada, pero como en el hospital nos dijeron esa, pues estuvimos dopando al niño dos días.
    Menos mal que se nos gastó y tuvimos que ir a la farmacia, de lo contrario le habríamos dado un sobredosis de paracetamol durante una semana completa.
    Besazos y enhorabuena por el libro.

  65. Me encantan los libros divertidos, y este tiene pinta de ser genial!!!, me lo pido!! quiero uno!!!!!!!!!!!!!
    Sobre todo porque sirve para aprender.

  66. Yo anécdotas no tengo ninguna, solo agradecer lo que nos soportan, porque la mía como esta al lado del centro de salud hay veces que vas con la mala noticia o posible mala noticia en la cabeza

  67. Una petición para el cumpleaños!!! Yo que tengo dos buenoshijos de 2 años y 2 meses, conmi sonambulismo he lllegado a darle la vitamina D al buenhijo grande…

  68. Genial! seguro que es muy divertido.
    Yo como #malamadre me he equivocado con la medida del Dalsy y el Apiretal y no saber si has dado ya el medicamento o no.

  69. Genial! seguro que es muy divertido.
    Yo como #malamadre me he equivocado con la medida del Dalsy y el Apiretal y no saber si has dado ya el medicamento o no.

  70. Me encantan esas anécdotas. Yo en la óptica tb podría contarte muchas. Lo mejor cuando me piden gafas progresistas en lugar de progresivas jajajaja. Siendo jovencita fui a la farmacia a por pepsamar ( para mi madre) y la farmacéutica me pregunta ? Grande o pequeña ? Y yo, grande, grande, pues se presentó con una caja de preservativos de 24 jajaja.

  71. Un adolescente delante de mi en la farmacia le pide a la farmacéutica una caja de preservativos , le pregunta de 6,12 o 24? El chico rojo responde yo creo que 6/12 a 24 centimetros no llego ni de broma. Ay pobre ! Debió salir más acomplejado de lo que entro ! La dependienta me miraba intentando aguantar la risa , menos mal que salió a la velocidad del rayo porque allí nos falto tirarnos al suelo jejejeje

  72. Me ha encantado la entrevista! Recuerdo cuando era pequeña quedarme asombrada con el muestrario de lacas de uñas (con forma de uñas puestas en redondito) porque me dijo la boticaria que eran de las clientas que no podían pagar!!!

  73. Genial! un libro que vamos a poder leer sin desconectarnos…jajajaja me gustan estos libros porque puedes terminar riéndote al final del día…mucha suerte!

  74. Buenísima la entrevista y el libro promete. La mía es del tiempo en q todavía no era SW y empezaba a salir con el q ahora es SM… pasamos por una farmacia: oferta de condones 3×2… Mira están bien de precio, dice él. Ah, contesto yo, pues tengo algo más q comprar así q vale. Según vi la cara entre el horror y el cachondeo de todos los presentes comprendí lo chusco que había quedado aquello de: “Me pone tres cajas de preservativos y el paquete de Pharmaton Complex más grande que tengan”. No hay mal q por bien no venga, desde ese día se ha encargado él de comprar los condones hasta el momento en que dejamos de usarlos.

  75. Pues, por más que pienso no se me ocurre ninguna anecdota divertida que me haya pasado en una farmacia. ¡Qué vida más aburrida!
    De todas formas, me encantaría leer el libro para poderme reir un rato como lo he hecho con la entrevista.
    Enhorabuena por tu trabajo!!!

  76. Con muchas ganas de leerlo!!! que mejor un libro con anecdotas reales, que todas tenemos alguna y que por verguenza no hemos contado nunca…. Yo desde hace un tiempo solo leo libros que me saquen una sonrisa, o carcajada, porque para penas ya estan los telediarios. Mucha suerte y seguro que sera un exito.

  77. Fan total de nuestra boticaria.
    Yo no entendía por qué las viejitas me miraban con esa cara hasta que asocié lo que te estaba comprando. El pediatra nos había mandado vaselina en crema para eso de ayudar a bajar el pellejo de la cola, para no echarle tanto tiempo la crema con corticoides, así que fui a la farmacia y aprovechando el viaje compré también preservativos. Vaselina para cola en crema y preservativos, jajajaja mis vecinas viejitas me miraban….jajajaja yo creo que desde entonces no me miran igual.

  78. Me encantaria disponer de mas tiempo para leer….
    al final del dia cuando todos duermen…el silencio y un buen librod es la mejor desvonexión

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