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Ellas opinan: decálogo de padres divorciados

Ellas opinan: decálogo de padres divorciados

La separaciones y divorcios cuando hay buenoshijos son, muchas veces, complicadas. Cuando cada miembro de la pareja hace un vida nueva e, incluso, forma también familia pueden surgir desavenencias. De los divorcios y de no usar a los niños como moneda de cambio nos habla hoy nuestra protagonista de hoy de ‘Ellas Opinan’, se trata de Lena Bu, malamadre de un buenhijo llamado Hermes y encargada de poner la banda sonora en la pasada Party3. ¡Os esperamos en los comentarios!

Malasmadres-LenaBu

*Podéis seguirla en facebook, twitter y en su blog.

Cada vez es más frecuente por desgracia, el hecho de que parejas que se casaron por amor, pensando que era para siempre, un aciago día se rompen, y ya no pueden vivir juntos. Entonces sobreviene un divorcio, donde ambas partes sufren, y el dolor hace estragos.  Cuando además hay niños fruto de esa relación, el asunto es mucho más delicado.

Mi nombre es Lena Bu soy cantante y compositora, y a los 37 años conocí a un hombre artista como yo, del que me enamoré perdidamente, y con el que hoy tengo un hijo de dos años y medio, y un hogar donde todo es amor, poesía y música, comedia, arte, paz y felicidad. Mi prometido, con el que me casaré el año que viene, tiene una hija. Una niña preciosa a la que adoramos.

Todo es tensión y dificultades. La niña sufre y sufre mucho. Sufrimos todos y esta situación… Tiene difícil solución.

Hay muchísimas mujeres y hombres en esta situación. A mí también me dejaron alguna vez, también sufrí por amor, como todo el mundo alguna vez en la vida, antes o después. El desamor nos hace madurar, entender la vida y las relaciones personales. Nos hace crecer. Nos hace mejores si eres capaz de aceptar, de soltar, y de comprender  que no podemos poseer a las personas. Millones de hombres y mujeres en el mundo pasan por un divorcio por desgracia, pero la vida sigue. Y se puede seguir amando. Se puede perdonar. Se puede construir, y en nombres de los niños, es nuestra obligación.

El sufrimiento es terrible para todos. Pero podemos aprender del dolor y crecer. Hacernos mejores personas. Podemos volver a enamorarnos, encontrar a alguien a quien amar de nuevo. Y nuestros hijos en cualquier caso, han de ser protegidos y salvaguardados.

En una relación pasan cosas que provocan reacciones en cadena, y normalmente ambas partes pierden el control. Se cometen equivocaciones por ambas partes y todos salen heridos. En algún momento, uno o los dos, deciden que la vida se vive una vez,  y que tienen derecho a salvarse y seguir su camino. De nada sirve buscar culpables. Todos tenemos derecho a ser felices.

Se trata de comprender. Se trata de evolucionar, de crecer, de perdonar y sobretodo… Se trata de amar. Porque el amor es amor. Uno perdona, olvida, aprende… Y ese amor se trasforma y se convierte en otra cosa, en amistad si tú quieres.

No nos damos cuenta lo receptivos que son los niños a las cosas más sutiles. Ellos perciben la energía que desprendemos, y son capaces de saber cómo nos sentimos, por la pureza y la inocencia  que hay en sus corazones. Por eso para ellos es más complicado.

“Si yo quiero a mamá y mamá está enfadada con papá… ¿Cómo puedo yo querer a papá y no hacerle daño a mi madre?”. Y los niños se ven en medio, y crecen en una contradicción que los desestabiliza. No pueden dedicarse a jugar y a vivir despreocupados con estas tormentas de las que son testigos a su alrededor.

Así que ayer en un momento de tristeza escribí esto. Sin ánimo de ofender a nadie, ni de herir susceptibilidades. Por el amor de Dios, dejemos a los niños al margen. Los niños son sagrados.

Decálogo de los padres divorciados:

  1. No manipularás a tus hijos intentando que no amen al otro progenitor
  1. No usarás a tus hijos como moneda de cambio por el dinero de la manutención.
  1. Respetarás que tu hijo tenga otra familia y que en ella sea feliz sin sentir celos o al menos, disimulándolos.
  1. No insultarás al otro progenitor ni discutirás en mal tono delante de tus hijos.
  1. No chantajearás a tus hijos cuando les toque irse con el otro progenitor y les animarás a ello con amor y alegría para que vayan contentos t sintiéndose libres.
  1. No cuestionarás las costumbres de la otra casa y aceptarás que hacen lo mejor para el menor, a no ser que se demuestre lo contrario.
  1. No controlarás con llamadas continuas y mensajes amenazantes y respetarás el tiempo del menor en la otra casa.
  1. Reforzarás a tu hijo en el amor que ambas partes le tienen. Nunca dirás “No te quiere” “No se preocupa por ti” o cualquier cosa que pudiera dañar la imagen que el menor tenga de su progenitor.
  1. Dejarás que tu hijo tenga una infancia normal. No está aquí para llenar tus vacíos ni para pagar tus errores. Permitirás que viva su vida con todo lo que ello conlleva, y no lo utilizaras para sentirte mejor haciendo siempre las cosas por su bien y no por el tuyo.
  1. No usarás a tu hijo para vengarte del otro. Amarás a tu hijo por encima de todas las cosas. Porque los niños son SAGRADOS.

Y vosotras malasmadres, ¿qué opináis?, ¿habéis vivido una experiencia similar?

Han comentado...

  1. Me ha encantado el artículo.
    Me ha parecido que recoge una realidad que nuestros hijos/as necesitan que sea afrontada por todos con un menor coste emocional.

    Sin duda en una ruptura de pareja con hijos pasan muchas cosas, se toman decisiones a veces en el peor momento personal de cada uno y ello acaba por pasar factura a todos/as.

    Para mí una separación cuando existen hijos requiere que cada miembro de la pareja ande los tres lados de un triángulo, donde no existen atajos:
    -1) duelo personal ante una relación que acaba.
    -2)llegar a acuerdos razonables para todos que sirvan para ordenar la nueva situación familiar.
    -3) la comunicación entre ex parejas que siguen siendo padres aunque ya no vivan juntos.

    Creo que a menudo se toman decisiones desde un único lado, que suele ser el segundo, confiando en que una sentencia nos proporcione la estabilidad que necesitamos y con el tiempo entendemos que los otros dos lados son tan necesarios o más con la respuesta judicial.

    Creo que las dos aportaciones anteriores de María y Namjwa demuestran lo importante que para los hijos es la forma en la que sus padres gestionen su ruptura y valoro si generosidad al compartirlo en el foro.

  2. Yo fui hija de padres divorciados por una infidelidad de mi padre de la que tuve constancia en todo momento desde los 16. Ese decálogo en mi caso no se cumplió con respecto a mi padre. Menos aún con mi hermano, de entonces 9 años. Yo pude “sacudirme” todas las emociones y secuelas (algunas no, esas prevalecen y se instauran) pero mi hermano, por constantes negativas a atender sus muchas preguntas en el paso de los años, ha arrastrado serios problemas de madurez, estabilidad, equilibrio, identidad… NIÑOS SIEMPRE FUERA de las inquinas adultas. SIEMPRE. (Y no lo pido “por favor”. Es una exigencia de adulto a adulto).

  3. Me ha tocado vivir esta situación pero no como madre, sino como hija. Este decálogo por desgracia no se ha cumplido en absoluto en mi caso, lo cual para mí ha sido realmente doloroso. Te ves envuelta en un continuo dilema y, aunque sepas “quién tiene la razón”, se siente muy mal tener que ir en contra de tus padres. Doy gracias que soy una persona medianamente paciente y lo he podido sobrellevar buenamente. Espero no verme envuelta en ninguna situación como esta, pues los más damnificados suelen ser los niños.

  4. Me encanta lo que has escrito!!!! Voy a hacerlo parte de mi discurso, porque yo no estoy separada, pero trabajo con niños y vemos y nos cuentan algunas cosas tan delicadas…
    Muchas gracias ????

  5. La verdad es que los niños son sagrados y además cuando las separaciones son complicadas y hay situaciones malas y difíciles entre los padres cogen el rol de defender, y eso es complicado de llevar. Para mí mis hijos son lo primero pero permití q durante mi matrimonio vivieran situaciones q ningún niño ni ninguna mujer deberían vivir y he tenido w resolver esa culpa para no hacerles daño a ellos. Pero es duro y difícil, decirles q lo van a pasar bien, cuando muchas veces son ellos los que no quieren irse, quitar hierro a situaciones desagradables q tienen q seguir viviendo porque su padre se enfada, es muy difícil escuchar cuando vienen a desahogarse de cosas q te descomponen …. Una vez mi padre me escucho decirles q no me contaran ciertas cosas porque no era capaz de gestionarlas y me copio a parte y me explicó q me tocaba hacer de tripas corazón pero q ellos son como barcos y necesitan un puerto donde atracar, al menos uno con un faro fijo q en toda esta tormenta q les ha tocado vivir este siempre en su sitio. Así q no entro a valorar más actitudes, comportamientos ni reacciones q los míos, he intento q sean felices y puedan vivir su etapa de niños sin tener q ser más maduros q nosotros sus padres. Ojalá pase pronto y ellos también salgan fortalecidos y con las mochilas cargadas de buen aprendizaje, situaciones resueltas y ganas de tener su propia vida de niño.

  6. Tengo 2 hijos, un niño de casi 4 años y una niña de 4 meses y estamos en proceso de separación. El motivo de ésta es q no me gusta como su padre trata a niño (de la niña mejor no digo nada), a parte de no tener paciencia, le grita a la mínima, le da algún cachete y no tiene en cuenta de lo que al niño le apetece o no (a casa de los abuelos hay que ir y punto, aunque el niño no quiera). Cada vez q se va, el niño lo hace llorando y tengo que poner toda mi buena cara y “chantajear” a mi hijo para q vaya tranquilo. Lo peor es q en la otra casa ni se divierte y no velan por su seguridad (ejemplo: lo han llevado en coche sin silla ni cinturón ni nada).

    Es un proceso muuuuy difícil, pero como bien dices, los niños no tienen culpa, por eso siempre hay que poner la mejor sonrisa que puedas y tragar.

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