¿Qué quieres encontrar?

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¿Qué tal las niñas?

¿Qué tal las niñas?

Llamas a tu madre, después de un día de locos, de esos en los que quieres abandonar el barco cuando nadie te ve y colgar la capa de mujer-madre-profesional-puedo-con-todo pese a las ojeras y haber dormido apenas 4 horas, respiras y lo primero que escuchas es:

¿Qué tal las niñas?

– No lo sé mamá. Son las 12 de la mañana. Supongo que estarán bien. Te llamaba porque…

Vas al súper SOLA, en un momento de huida. Te fuiste sin hacer ruido, de puntillas, por la puerta de atrás, mientras el buenpadre jugaba con las buenashijas y tú visualizabas tu momento zen de la semana: escoger frutas y verdurdas en silencio o con el ruido sordo de otros hijos, no los tuyos, los de otros no molestan. Esperar la cola del pescado sin prisa, dejando que las señoras mayores se te cuelen una y otra vez y lo primero que escuchas es:

¿Qué tal las niñas?

– Con su padre. Bien, gracias. Ponme dos lenguados y dos doradas. Pero limpitas, tómate el tiempo que necesites.

Bajas a Málaga, hace meses que no apareces por tierrasanta y es que la vida no te da para más, como al resto de madres mortales (o medio zombis), te cruzas con el vecino de tu madre, con la peluquera del barrio, con el perro de la esquina, con tu amiga de la infancia, todos te miran con los ojos muy abiertos y una sonrisa desmedida preguntando al unísono:

¿Qué tal las niñas?

-Bien, bien, las estás viendo ¿no? Muy graciosas. Han sacado lo bueno a su madre, aunque las malas lenguas digan lo contrario. Pero empiezan a pelearse hasta por un caramelo chupado.

Te vienes arriba, la semana pasada fuiste un día al gimnasio, solo hiciste 20 minutos de elíptica, pero te notas el cuerpo torneado y decides sacar del baúl de los recuerdos el salto de cama ese que te regalaron tus amigas para la despedida de soltera. No con pocos esfuerzos consigues entrar sin respirar en esa cosa de encaje, que por cierto pica, y esperas apoyada en el quicio de la puerta al buenpadre, que llega sin lentillas, pasa por tu lado, sin pararse y justo cuando le guiñas el ojo y le siseas, escuchas un gritito y un:

Mamaaaaaaaá

Resuena en tu tímpano. Despiertas y te das cuentas de que eres madre, de que hay días que inevitablemente tu M de Madre aplasta tu M de mujer. Miras a un lado y a otro y piensas: “¿soy invisible?”. Esos mismos que me piden que me quiera más, que me dicen que piense en mí, que vaya al gimnasio, que me cuide, que descanse, que hay que ser egoísta, que solo si estoy feliz, puedo hacer a los demás felices… más presión y bla bla bla… se han olvidado de mí, de preguntarme qué tal estoy, de preguntarme qué tal lo llevo, si necesito ayuda o no. Y no se han olvidado mi madre, el buenpadre, las amigas, los vecinos, el pescadero, el peluquero, no… Se ha olvidado la sociedad de mí, de nosotras.

Hola, me llamo Laura, en otra época fue mujer, hermana, hija, vecina, clienta, deportista… Y ahora también soy madre. Y pese a mi invisibilidad, a mis miedos, a mi reivindicación NO lo cambiaría por nada del mundo. Así que preguntad sin miedo y yo contestaré con una sonrisa “están muy bien” porque he decidido no esperar a que los demás se preocupen por mí.

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Han comentado...

  1. Totalmente de acuerdo con el post. Desde el momento en que nacen nuestros bebés las mujeres que éramos antes pasan a segundo plano y nos convertimos en mamás, que no es poco… pero todo lo que dejamos de lado..eso solo lo sabemos nosotras. No hay que olvidarse de buscar nuestros ratitos. Un beso, me encanta vuestro Blog!

  2. Yo también me he identificado mucho con el post, sobre todo los 4 primeros años de la niña.
    Luego la vida en la familia se ha normalizado y he vuelto a tener “presencia aunque sin interés”.
    Y lo curioso ha sido con las amistades que no tienen niños o con las personas de mi entorno profesional que no saben que tengo una hija. Porque se sorprenden si les hablo de algo que tenga que ver con niños, realmente nunca hablan del tema menores, y hasta me miran raro si yo lo hago,
    Son mi bomba de oxígeno, las personas con las que soy yo otra vez, con personalidad propia e interés simplemente por ser Mujer.
    Se lo agradezco tanto!!!!

  3. Mi madre entra por la puerta de mi casa diciendo vengo a ver a los niños que hace dias que no los veo ( a ellos los vio ayer a mi hace tres dias; no es envidia de verdad), osease que a la menda pa que…ni buenos dias ,ni como vas,ni te ha salido…no eso si me mira y me suelta nena tiñete que se te ven las canas y ese chandal jubilalo que te hace gorda…
    Yo tambien te quiero mami.Suerte que entra el buenmarido y te suelta estas guapisima te quiero todas las arrobas del mundo ( no pregunteis chicas…) y el mundo vuelve a su sitio,eso si con chandal de maricastaña ( pero que comodo es cielos!! ) y con canas que ya tengo hora pedida a la pelu.

  4. Que cierto, yo habro la puerta de mi casa y lo unico que ven es a mi buen hijo, pasan como unos diez minutos cuando de repente oyes, Ay hija, no te he saludado verdad? Perdona?? Jiji una se acostumbra, totalmente de acuerdo con, ¿Como ha pasado mi niño la noche? Bien buena abuela solo hemos dormido un par de horas… pobrecito esque es muy pequeñito… ????

  5. Laura que bueno!! y a veces que tristeza da!! pero bueno luego te mimas tu un poco y te vienes arriba!! besos!!

  6. ‘Cuando tu M de madre aplasta tu M de mujer’ es la descripción perfecta de lo que me pasa desde que me convertí en mamá de mis gemelas fantásticas! Y a pesar de que muchas veces me iría a nado a otro continente, es lo más maravilloso que me pudo haber pasado. Amo ser una auténtica malamadre.
    Y gracias a la buenaabuela algún que otro día mi M de mujer viene a rescatarme. ????

  7. Yo ya empiezo a sufrir signos de invisibilidad, y eso que el #buenhijo aún no ha nacido. Me ven la tripa y la pregunta es: “¿Cómo está el bebé?” Pues el bebé bien, y por suerte yo también, aunque eso ya parezca que no le interesa a nadie.

  8. Hola soy de Mexico. Me hiciste recordar que acá es impensable que una madre salga a la calle sin las remoritas… hasta mi mamá me pregunta cada vez: y los niños? Yo suelo hacer la mala broma: ay, se me olvidaron en la casa/auto/super. A lo que sigue la pregunta: pero con quién los dejaste? –con el padre… –ay pobre, y sí puede? O no lo dicen, lo piensan y acto seguido, le llaman o caen de visita para ver si necesita ayuda. Si mi respuesta al “y el bb?” es “en la guardería” lo que sigue es una cara compungida y un “pobrecito” seguido de una mirada de reproche a la malamadre abandonadora. Y no solo es mi mamá, es hasta el perro del vecino.

  9. A mi en cambio me encanta haber pasado a segundo plano. Ahora cuando tengo boda, o algo así, no me preocupo mucho por qué ponerme, peinado, porque como soy invisible, sé que sólo tengo que arreglar mi escaparate, es decir a los 6 buenoshijos.
    Lo bueno es que ellos son monísimos, no tienen mis arrugas, canas… Al final veo positivo que sean ellos lo único que la mayoría ven de mi. 🙂

  10. Buenos dias Malasmadres,

    Me acabo de unir a este club y estoy encantada de ver que somos muchas las que pensamos igual.
    Es el primer post que leo y aunque llevo poco tiempo siendo malamadre ya he vivido el “Qué tal la niña?” Asi que estoy al 100% con lo que has escrito, un reflejo perfecto de la realidad!!!

    Asi que me despido con un Qué tal chicas? Qué paseis un gran dia!!!

    LeTy

  11. Uich! Jamas se me olvida el primer dia q mi cuñada vio ami hija. Yo acababa de poder dejarla en la cuna y meestaba comiendo algo (sigo algo xq no habia tomado ni agua en toda la mañana y eran casi las 12), sin ducharme, sin peinarme, con la superpanza d recien parida… entra mi cuñada, me da la esplada y comienza a hablarle a la niña q acababa d dormirse, acto seguido senpone a hablar con el resto d la sala… entre rabia y desesperación le dije: hola, si gracias, yo tb estoy bien
    Mi cuñada, q es muy buena mujer, no sabia donde meterse de la vergüenza… en fin, nos hacemos invisibles o nos hacen? Esa es la cuestión.
    Gracias x el post, acertadisimo como siempre.

  12. ¡Buenísimo y ciertísimo! Y esa sensación cuando empiezan la escuela infantil o el cole de perder tu identidad, ya no tienes nombre, ya eres “la mamá de…”

  13. A nosotros nos pasó una buenísima, estabamos con mis suergos y en eso que sale en la conversacion que yo tenía que ir ha hacer norecuerdoqué, mi suegra: “ay que bien, que me quedo con la niña” saltando, literalmente, cuando le respondimos, “perdona, que tiene padre, se queda con él” su cara un poema, y claro, que diga algo, el buenpadre es su buenhijo, si nosootras desaparecemos, que lo hacemos, ni te cuento ellos…

  14. Mi madre me lo dijo muy clarito en cuanto me quedé embarazada del primero: “tú ahora pasas a un segundo plano”. Me encanta también eso de “cuídate no te vayas a poner mala, que tienes tres niños”.

  15. Totalmente de acuerdo . Cuando de alinean los planetas y estamos malos mi buenhijo y yo, la pregunta es, ¿qué tal el niño?.Tu respondes, ha pasado mala noche, estamos levantados desde las 4 de la mañana. Y el comentario es, pobrecito. Y mi salud y descanso, ya si eso otro día.

  16. Buenísimo me levantó el ánimo ahora que mi bebé duerme los dos mayores se fueron al cole y tomando el café después de haber encendido la chimenea y otros menesteres pude leerlo. Jaja un saludo

  17. Ayer estuve en un cumpleaños con la familia y mi prima, a la que hacía tiempo que no veía, me dijo ¿Qué tal las niñas? Muy bien, gracias. Pero después añadió: Pues tú estás estupenda y me alegró el día.
    🙂

  18. Es cierto Laura;cuando eres madre, parece que dejas de ser todo lo demás para preocuparte de que tu hijo/a este bien.
    Dejamos de ser mujer,amiga, pareja o hermana para ser solo madre a tiempo completo y creo que ahí nos equivocamos.
    Hay que buscar “mini-tiempos” para volver a ser mujer, amiga, esposa, hermana o hija.
    Y si nadie nos mima, pues nos mimamos nosotras.
    Estoy luchando cada día por conseguir mas mini-tiempos y lo voy consiguiendo, muy despacio pero lo consigo. Es organización, planificación y buena coordinación con el buen padre (pues el resto de familia esta fuera).
    Un abrazo y mucho animo a todas las malasmadres que luchamos cada día.

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