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Ellas hablan: malasmadres ♥ Lucía de ‘Planeando ser padres’

Ellas hablan: malasmadres ♥ Lucía de ‘Planeando ser padres’

Madre de una hija de un año a la que le gusta llamar su ‘bichilla’, periodista y malamadre. Así es Lucía, la creadora del blog ‘Planeando ser padres‘. Todo esto de la maternidad supuso un antes y un después para ella, descubrió que todo no es tan bonito como lo pintan y tuvo que dejar obligada su trabajo porque ya no contaban con ella como antes de tener a su buenahija. Le tocó reinventarse y asumir que la sociedad aún no ha avanzado lo suficiente para entender que ser madre no es dejar de ser profesional y competitiva. Y además sacó su primer libro en el que nos cuenta cómo está siendo toda esta experiencia. Podéis descargarlo aquí. Ahora os dejamos con su entrevista.

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¿Cuándo y por qué decides lanzarte a crear tu blog, ‘Planeando ser padres’?

Pues andábamos mi maromo y yo buscando ese primer embarazo, y como habían pasado 5 meses de intentos y la cosa no cuajaba, yo empecé a preocuparme. Leía mucho sobre el embarazo, en libros, en webs y en blogs, hasta que decidí abrir el mío e ir recogiendo todos aquellos temas de los que estaba acumulando una cantidad de información muy útil de la que mi marido no quería saber nada.

Porque para él, como hombre que es, hablar del embarazo cuando estás intentando preñarte es obsesionarse con el tema. Es mejor no comentar nada, y yo necesitaba hablar, y compartir mis inquietudes. No podía hacerlo con mi familia y entorno cercano porque hubiera sido aún más agobiante si el embarazo se hubiese retrasado mucho. Y así, en una tarde de muchas preocupaciones, cogí una plantilla gratuita y lancé mi blog. Esto fue en enero de 2013, por lo que ya estoy a puntito de cumplir mi segundo año como blogger.

Tuviste a tu hija y se acabó tu carrera laboral a la que habías dedicado tanto tiempo, ¿qué sucedió? ¿qué sentiste?
Yo esto ya lo veía venir. Y no es que sea más lista que nadie, pero con la bicharraca de jefa que tenía, antes de ponernos a hacer prácticas para tener a nuestro primer bebé, ya le dejé bien claro al futuro papá de mi bichilla que deberíamos echar cuentas primero y ver si podríamos salir adelante con dignidad en caso de que yo perdiera mi trabajo, como así sucedió.

Él y mi madre me tacharon de exagerada y pesimista (a mí, que lo veo todo de color de rosa) e insistían con muchísima seguridad en que la cosa no pintaría tan mal como yo me imaginaba. Pero no me equivoqué. De hecho, fue aún peor de lo que había vaticinado. Estuve trabajando hasta el día antes del parto, levantándome durante todo el embarazo tempranísimo para adelantar todo el trabajo posible y evitar sobrecargar a mis compañeras. Dejé de lado mi tesis doctoral para volcarme en ese proyecto, con la esperanza de “quedar bien”, de que confiasen en mí y comprobasen por mis actos que el embarazo no me iba a cambiar.

Pero no sirvió para nada. Mi jefa nunca me preguntó como me sentía durante esos nueve meses, nunca quiso saber si tendría un niño o una niña, e incluso empezó a desconfiar de mí quitándome las llaves de su despacho, citándome a reuniones individuales apartada del resto del grupo. En fin, que la cosa no pintaba nada bien. Cuando iba llegando la hora de finalizar mi baja de maternidad, me contactaron para avisarme de que habría cambios sustanciales en mi jornada (y en la de todos los compañeros). Yo había estado 6 años trabajando desde casa y curiosamente, a raíz de mi embarazo, la jornada presencial sería obligatoria. Y nada de continuada, sino empezando a las 10 de la mañana, acabando a las 18:30 con una hora en medio para comer.

Y todo sobre el papel, porque en la práctica hemos sido las últimas de salir por las noche cuando cerraban el edificio a las 21:00. Eso supondría ver a mi bichilla los fines de semana, porque a los 4 meses ella se dormía a las 7 de la tarde y no se despertaba ni una vez por la noche. Con el agravante de que revisarían mi contrato dos meses después y la persona que debería defenderme, mi jefa directa, era la primera que estaba en mi contra. Así es que renuncié a mi mierdabeca y me fui a casa. Mi reincorporación al trabajo duró una hora y media, lo que duró aquella reunión. Y claro, como encima se sobreentiende que yo he renunciado por voluntad propia, pues a casita, con una mano delante y otra detrás, sin derecho a ningún tipo de prestación económica.

¿Quedarte sin trabajo supuso un punto de inflexión en tu vida? ¿Qué opinas ahora de la conciliación?
Pues ¿que te voy a decir yo? Si en mi blog me refiero a ella como mi no-conciliación laboral… Creo que es un enorme despropósito del que nadie es consciente hasta que te toca vivirlo en tus carnes. Yo también creía que la baja por maternidad iban a ser 4 meses de vacaciones pagadas (mi jefa se encargó de grabarme esta idea en la mente) y que luego me reincorporaría como si nada.

Y mírame: yo, que soy la madre menos dramática del mundo y que estoy criando a la bichilla más desapegada e independiente de la historia ¡no fui capaz de someterme a esas condiciones! Antes prefiero pasar hambre en mi casa que ganar cuatro cuartos para gastármelos en una guardería y en gasolina. Tuve a la niña para criarla y estar con ella. No necesitaba que fuesen las 24 horas del día, pero tampoco quería que fueran solo un par de horas. Que me iba a parecer que tenía a la niña en alquiler con lo poco que disfrutaría de ella. Sé que existen empresas (las menos) con verdaderas políticas de conciliación tanto para el padre como para la madre. Porque a veces parece que esto de conciliar es sólo problema de la madre. Pero yo no he tenido la suerte de conocerlas. Y eso que en la oficina del papá de mi bichilla estaban dispuestos a flexibilizar algo los horarios para que él pudiese implicarse más en la crianza, pero era yo la que no quería tener que sacrificar mi tiempo con ella. Y menos por un trabajo que no me estaba llevando a ninguna parte y que había empezado a aborrecer con todas mis fuerzas.

¿Qué proyectos tienes en mente? ¿Cómo lo compaginas con tu ‘bichilla’?
Yo no me canso de decir que mi objetivo final es dominar el mundo (léase en tono irónico y con gracia andaluza). De momento, la mejor forma de compaginar el conseguir algo de ingresos y el cuidado de mi bichilla es seguir tratando de monetizar mi blog. Oye,con esto de los posts patrocinados y las pruebas de producto estoy ahorrando un montón en casa ¡que tengo cremas para poner una perfumería de marcas selectas! Lo que más me gustaría es sacar un segundo ebook. Ya me lancé con “Desdramatizando el embarazo semana a semana” y me ha sorprendido la acogida y que logro sacar un dinerillo extra de sus ventas cada mes. Tengo cantidad de ideas relacionadas con la maternidad para escribir una colección completa, nada científico, todo muy de andar por casa y muy en mi línea, pero lo que me falta es tiempo ¡ya ves tú qué novedad! Pero antes o después lograré escribirlo, aunque no sé si continuar con la saga para desdramatizar el parto y el post parto, o contar mi experiencia como madre no-conciliadora por si puede ayudar a las demás.

¿Qué ha significado para ti la maternidad? ¿A qué te ha costado más adaptarte?
Yo he llegado a la maternidad algo viejuna (con 31 años recién cumplidos) y claro, me lo he tomado todo con mucha calma. Desde luego es un cambio radical en la vida de  cualquiera. Un bichillo te cambia los esquemas y ya sólo vives pendiente de sus necesidades mientras recuerdas tiempos pasados en los que tú cuidabas de tu cuerpecito serrano y te permitías todos los caprichitos que te entraban por el ojo. Ahora mi fondo de armario está para el arrastre. Si visito una tienda sólo compro cosas para la niña y cuando llego a casa recuerdo que también necesitaría algo para mí. Yo soy poco sensiblona y de ñoñerías, por lo que el instinto maternal aún lo ando buscando.

Vamos,que cuando parí y me pusieron a la bichilla encima, lo primero que dije es que estaba calentita, que pesaba y que yo quería comer. Que con el rollo de la dilatación y el parto me había tenido en ayunas desde las 8 de la mañana y ya iban a dar las 6 de la tarde. La matrona no daba crédito. Y así sigo. Embrutecida del todo, pero hay momentos en que la miro, sobre todo cuando cree que está solita haciendo fechorías sin que nadie la vea, y no me hago a la idea de que para ella su papá y yo seamos el centro del universo. ¡Esto es una responsabilidad muy grande! Lo que llevo peor es que esta niña me engañó al nacer. Hasta los 7 meses era una bendita que dormía 11 horas del tirón cada noche. Ni teta, ni pipí, ni otros desvelos. Y claro, yo creí que esto de criar era fácil y que la gente se queja de vicio. Pero desde que le salió el primer diente, se me despierta cada 2 horas ¡y las noches se me hacen eternas! Me debato entre quedarme despierta y huir al salón para relajarme yo sola, y rezar porque se haga de día para tener un motivo por el que despertarme.

Cuando te conviertes en madre no cesan los consejos, ¿cuáles han sido los que más te han molestado?
Bueno, de estos tengo una colección muy vistosa en el blog, a la que yo llamo “Sabiduría popular”. Ya desde el embarazo el consejo que me dejó muerta fue “No cruces las piernas porque así no puede respirar el bebé. No ves que por ahí le entra el aire”. Para mear y no echar gota, oiga. Cuando la señora que te ha dicho esto, reincide tras el parto, asegurando que mi bichilla es muy grande y que no tendrá suficiente alimento sólo con el pecho, que si le diera un biberón dormiría más por las noches, etc. pues ya deja de tener mi confianza y lo peor ¡me saca de quicio y querría estrangularla! Yo esta mala leche ya la traía de serie, pero con la lactancia a veces se me agudiza. Luego están los de “¿por qué no la llevas ala guardería? Unas horita sólo. Que eso a ella le va a venir muy bien”.

Mire usted, que soy mamá blogger 24 horas y me paso el día en casa, por lo que puedo cuidarla perfectamente en lugar de ir limpiando como una loca. Si su hija lleva a su nieta a la guardería a mí me parece perfecto, pero no me diga usted que desde los 4 meses los bebés entran allí para socializar con nadie y que luego salen todos hechos unos superdotados. Yo le pongo un ratito el Baby Enstein en casa y le doy palique hasta reventar. Hala, y con eso me siento a esperar que sea lo que Dios quiera y que se críe medianamente normal. Y ya paro, porque si sigo contando consejos que no me han interesado o que hasta me han sentado como una patada en el culo, no acabaríamos nunca con esta entrevista.

Eres una malamadre confesa. Cuéntanos que te ha sucedido en este año de vida de tu buenahija que te haga merecedora de nuestro tip del día.
¡Es que vuestro tips del día tienen mucho nivel! Mi anécdota más de mala madre, creo que me pasó casi estando la bichilla recién nacida. Yo siempre he sido de buen dormir y eso de que la niña me necesitase de noche y yo no me enterase me tenía preocupada. Y así, fue como una mañana, el papá de la bichilla se levantó para ir al trabajo y vio que la niña se quejaba y lloriqueaba porque quería comer. Pero según él, yo estaba roncando de lo lindo y no me enteraba de nada. Así es que muy dispuesto y con mucha prisa por irse, la sacó de la cuna y empezó a sacarme una teta para dejármela ahí enganchada. Fue entonces cuando me desperté. Es por eso que suelo decir que sí, que soy mala madre y duermo por las noches, hasta el punto de no notar que tengo a la bichilla colgando de una teta.

Y por último: ¿qué cosas no volverías a hacer si fueras madre por segunda vez?
No avisaría de mi embarazo a los 3 meses. Si como en este, no se me nota la panza hasta los 6 meses ¡hasta los 6 esperaré! La gente se pone muy pesada y muy nerviosa. No avisaría a nadie cuando fuera de camino al hospital para parir. Le dejaría la niña a mi madre y el resto de la humanidad se enteraría después del parto. Por culpa de los agobios de la gente durante el nacimiento de mi bichilla, hay relaciones familiares que han empeorado muchísimo (con decirte que nos vamos a pasar las navidades a Madrid, huyendo de la familia de Barcelona…). No me tomaría la dieta por mi mano y trataría de cuidar algo más mi alimentación. Con mi bichilla perdí 11 kilos durante el embarazo, pese a que me hartaba de pizza, chocolate y helados.

Esto no es sano para nadie, pero como los kilos se iban cayendo… No lo diré demasiado fuerte, pero creo que no pediría la epidural. En este primer parto lo hice porque el papá de mi bichilla sufría con mis contracciones más que yo. Tuvieron que pincharme 3 veces hasta que me hizo efecto y para entonces ya estaba dilatada de 9 centímetros. Creo que los pocos minutos del final los hubiera aguantado perfectamente. No volvería a sacrificar todo el periodo de mi embarazo por ningún trabajo. El de mi bichilla se me pasó en un abrir y cerrar de ojos. Un día estaba viendo el positivo en el test y al siguiente estaba empujando en el paritorio. El resto del tiempo sólo tengo un recuerdo difuso en el que me veo a mí misma con una panza enorme delante de un ordenador. Y todo para nada. No me haría una ecografía 4D. Son caras y me da miedo ver la cara del bicho que dicen que llevo ahí dentro. Menos mal que cuando nació mi bichilla ya no parecía un lagarto.

Y ahora un cuestionario rápido:

1. ¿Para qué comprarías el tiempo? Lo primero que me ha venido a la mente no queda nada fino y es muy escatológico, así es que diré que para estar un ratito en plan novios acaramelados con el papá de mi bichilla, sin el cargo de conciencia de no estar junto a ella. Este hombre anda muy necesitado… ¡de cariño!

2. Ese momento de la semana, para ti sola… (¿qué haces?)  Suelo tenerlo, al menos tres cuartos de hora a la semana Y lo que hago es coger el carrito de la compra e irme al supermercado a entretenerme por los pasillos y comprar lo que quiera. ¡Soy una mamá maruja en toda regla! Para lo que hemos quedado…

3. Ese sueño/ meta que siempre está ahí y que algún día conseguirás…Yo sé que voy a vivir de mis libros, de mi blog y de cualquier cosa que quiera escribir. Ahora estoy empezando, pero tengo grandes aspiraciones (y mucha más ilusión).

4. Un lugar donde te perderías una y otra vez… ¡Ay Nueva York! Justo al volver de ese viaje empezamos a buscar a la bichilla. Hace dos años y ya estoy desando volver. En cuanto la niña vea yo que aguanta semejante trayecto en avión sin desquiciar a todo el pasaje ¡me vuelvo de visita!

5. ¿Cómo te ves dentro de 20 años cuando los buenoshijos se independicen (esperemos)…? ¡Ah! Pero ¿se habrán independizado en 20 años? Pronto me parece, pero en el hipotético caso de que eso ocurra me veo ¡durmiendo del tirón por las noches! Y luciendo tipo de cincuentona con tetas caídas pero sin discos de lactancia. ¡Oyoyoy! ¡Cuánto glamour!

6. Un consejo para esas madres que se culpan por no llegar a todo…  Siempre digo que yo nunca he sido relimpia, como las generaciones anteriores de mujeres de mi familia. Pero desde que nació mi bichilla ¡las pelusas son muy bien recibidas en casa! Actualmente yo no soy una Superwoman, y no me da la vida para alcanzar a todo. Pese a que me paso las 24 horas del día en casa, al cuidado de mi bichilla y de mi blog, hay cantidad de cosas que no puedo hacer y en mi caso la mayor perjudicada ha sido la limpieza. Y para otras será el no poder llegar puntuales al trabajo, y para otras el no disponer del tiempo suficiente para dedicarle a sus churumbelitos o el tener que alejarse de ellos por viajes de negocios. En el grupo de crianza al que acudía cuando mi bichilla era una recién nacida, nos decían a diario que cada una de nosotras somos las mejores madres que nuestros hijos podrían tener. Y yo me levanto cada día con ese pensamiento para no sentirme culpable de nada. Que la vida es muy corta y no hay que desperdiciarla con tantos cargos de conciencia.

Han comentado...

  1. Hola. Encontré esta nota buscando a Lucía. Su blog y su cuenta de Instagram me acompañaron en mi transición a la maternidad. Pero la extraño tanto…! Qué se hizo de ella?
    Gracias por tantas risas 😊

  2. Es increíble!
    Es realmente increíble que la gente se atreva a publicar sus obsesiones, sus fobias y sus filias como si se tratara de actos altruistas que sirvieran de algo o a alguien.

    Tenéis problemas. La autora del blog porque su marido no la escucha (no quería escuchar sus dudas cuando intentaba preñarse), y busca público que lo haga. Supongo que no tiene dinero para pagarse un buen psicólogo.
    Y las demás, le hacen de palmeras.

    O sois más pesadas que una vaca en brazos y por eso vuestras parejas no os hacen ni puñetero caso, o tenéis parejas que no sirven ni para hacer estiércol. En ambos casos estáis jodidas y lo estarán vuestros vástagos.

    Aún así, a ver si criáis niños decentes, que buena falta le hacen al país.

  3. Me ha encantado, me ha encantado leer tu crónica y también gusta leer tu blog; pero me he sentido tremendamente ofendida con eso de que llegaste a la maternidad “algo viejuna, con 31 años”. A día de hoy, con el ritmo de vida que llevamos, lo que cuesta hacerse un hueco en el mundo laboral y labrarse un futuro para poder mantener a los posibles hijos dignamente, eso es ser una madre jovencísima y un privilegio.

    Por todo lo demás, te felicito por tu iniciativa, tus ganas y tu manera de ver la vida. Seguiré leyéndote!

  4. Gracias por tu comentario Raquel. Tú sí que has sabido organizarte medianamente bien para que el tiempo de alcance y poder hacer tantas cosas. Me pasaré para ver qué habéis averiguado vosotras sobre el asunto de la no-conciliación en España.

  5. ¡Me ha encantado la entrevista! En cuento tenga un ratito (dichoso tiempo) me pongo a leer tu blog.
    Yo trabajo cuatro horas por la mañana, cuido de mis dos “bicharracos” por la tarde y trato de sacar una Asociación adelante junto a mi hermana. Escribimos un blog para dar a conocer nuestro trabajo y nuestras inquietudes y hace poco publicamos una entrada sobre la conciliación familiar. Te dejo el enlace por si te apetece pasarte.
    Un saludo.

    http://osoaaccionintegral.wordpress.com/2014/12/25/conciliacion-familiar-un-tema-de-mujeres/

  6. Mi reducción de jornada duró 5 meses y aguantando algunos comentarios y malas actitudes de una jefa que tiene 3 hijos y hasta nietos. Increíble. Y 5 meses hasta que me dijeron que podía “elegir” entre seguir con el horario pero cambiandome el trabajo que hacía en la oficina o volver a mi antiguo horario y viendo a mi buenhijo 2 horas y porque se duerme sobre las 10… Y tuve que volver al horario porque buen padre se quedó en el paro y no estaba el horno para bollos. Y calladita. Y sin que me aceptaran reducir el horario de la comida para poder salir antes. Eso sí, ahora muy contentos y felices conmigo. Y yo? calladita como ya dije. Ante comentarios como,de que te quejas si ya hay alguien que le cuida, o de pues tal y como está el trabajo no se puede ir haciendo tonterías. En fin. Mamá de fin de semana y buenhijo de 12 meses con mamitis aguda y malamadre con hijitis y sentimiento de culpa. Pero calladita.

    1. ¡Ay Sonia! Cuánto lamento tu situación. Porque sí existen una serie de derechos que deben amparar a las madres trabajadoras,pero en la práctica no es todo tan fácil como nos lo quieren hacer creer. Este tipo de cambios de horarios para dificultar aún más la conciliación, ese abuso cuando saben que de algo tenemos que vivir y que no podemos dejar el trabajo y lo peor: que tal y como están las cosas encima nos digan que debemos dar gracias por vernos en estas situaciones y no en otras peores es algo lamentable. Y lo de tener que callarte ante tremendas injusticias… vaya sociedad nos estamos labrando.

  7. Qué ilu leerte por aquí….esa bichilla tiene una madre genial,qué digo?..una malamadre genial …jeje…creo que la entrevista ha sido buenísima y que vas a ayudar a muchas malasmadres q se encuentren en ese momento de volver al trabajo en el que muchas encuentran trabas…
    Espero que consigas hacer otro libro y te deseo lo mejor xq te lo estás currando mucho.

    1. ¡Muchas gracias por tu comentario!Sólo soy una malamadre más que se ha visto en esta situación tan difícil en la que la mal llamada conciliación se me ha resistido de todas las formas posibles. A día de hoy no me arrepiento de la decisión tomada, pero hay que pensárselo mucho antes de renunciar a un trabajo, porque se arriesga la estabilidad de una casa completa y eso da mucho miedo. A ver si de momento seguimos sacando para pañales con el blog.

  8. Esa es otra: las mujeres que han sido madres y que se esfuerzan en maltratar de esta forma a las embarazadas y mamás recientes. ¿Lo harán por venganza? ¿Es que a ellas las trataron así y quieren que todas suframos lo mismo? No es el caso de mi ex jefa, que era ver a un recién nacido o un bombo y se le ponía el poco pellejo que le cubría el hueso de punta por completo. Veo que somos muchas las que hemos creído que dándolo todo durante nuestro embarazo podríamos lograr que nos miraran con mejores ojos y nos permitieran disfrutar de una baja de maternidad a lo relajada y una reincorporación medio acogedora.Pero en mi caso esta técnica no funcionó.Me alegro de que a tu jefa no le salieran bien sus malos planes y de que tu turno te este facilitando la crianza. Un besazo.

  9. Genial paisana!! Y enhorabuena! Yo me incorporo en
    Una semana, después de la excedencia, y ya nos hemos sentado malamadre2 y yo a echar números para dedicarme de lleno con ella a nuestra empresa si veo que me dan por saco en el aeropuerto. Hay que ser valiente y decidir qué nos compensa en esta vida

    Un besote

    1. A pesar de ser malagueña ¡para eso de los numero fui más avisada que el papá catalán de mi bichilla! Antes de empezar con las prácticas de embarazo ya le obligué a sacar la calculadora(bueno,la hoja de Excel en su caso) y ponernos a sumar y restar ingresos, gastos, ahorros… para ver si llegados a este punto íbamos a tener para comer. Y como las cuentas quedaron en positivo,allá que nos lanzamos a la paternidad primeriza de cabeza. Espero que ti te vaya mejor la reincorporación y si no ¡que los números os cuadren!

  10. Genial entrevista Lucía!! Y es verdad las jefas son peores. Yo me pasé hasta el quinto mes sin parar de vomitar, no podía con nada en el estómago y perdí unos seis kilos. Aun así seguí trabajando para que me dieran la baja remunerada, que es a partir de la semana 20-22. Mi horario era de tres a nueve y media y a partir de las seis tenía que sentarme porque no me aguantaban las piernas. Pues la muy @#€@€%#% encima me decía cosas como “se te va a poner el culo gordo de estar sentada”, “es que parece que solo tu has estado embarazada” o “yo casi tuve a mi hija de pie en la caja”. Al volver de la baja tuve la suerte de coger un turno de mañana y no se cansa de repetirme que si hubiera sido decisión suya no estaría allí. Y que conste que es madre de dos churumbeles. Así que lo que me cuenten me lo creo.

    1. Te he respondido un poco más abajo, pero ha salido como un comentario suelto. Te lo vuelvo a poner aquí: Esa es otra: las mujeres que han sido madres y que se esfuerzan en maltratar de esta forma a las embarazadas y mamás recientes. ¿Lo harán por venganza? ¿Es que a ellas las trataron así y quieren que todas suframos lo mismo? No es el caso de mi ex jefa, que era ver a un recién nacido o un bombo y se le ponía el poco pellejo que le cubría el hueso de punta por completo. Veo que somos muchas las que hemos creído que dándolo todo durante nuestro embarazo podríamos lograr que nos miraran con mejores ojos y nos permitieran disfrutar de una baja de maternidad a lo relajada y una reincorporación medio acogedora.Pero en mi caso esta técnica no funcionó.Me alegro de que a tu jefa no le salieran bien sus malos planes y de que tu turno te este facilitando la crianza. Un besazo.

  11. Desde luego Lucía desdramatiza allá donde va jaja! Lo que me he reído con su manera de expresarse.. Igual de directa que en el libro y en su blog! Yo creo que el optimismo es el estado de ánimo más contagioso, por eso me gusta leerla 🙂
    Lo de la jefa cabrona ya lo sabía pero sigo sin dar crédito…

    1. Hay expatriada en Bulgaria, es que si no me lo tomase todo a risa y lo desdramatizara así ¡me habría muerto ya de pena! Ella era una bicharraca de cuidado, y yo tardé demasiado en darme cuenta. Ahora considero que todo el esfuerzo dedicado a ese puesto fue un tiempo muy mal invertido ¡y que debería haberme lanzado con la maternidad mucho antes! Pero claro, a toro pasado todo se ve de otra manera.

  12. Una entrevista muy interesante y genial.
    Me he sentido muy identificada. Yo tampoco lo diría a los 3 meses, ni avisaría camino del paritorio, ni dejaría q mi suegra me agarrase la teta mientras amamantaba a mi peque, porque según ella la iba a ahogar! Ains.
    Yo por el contrario tuve suerte y en mi empresa no me pusieron ninguna pega. Mi reincorporación fue además con reducción de jornada. Qué lastima que todavía haya empresas y jefes así. Y lo peor es que sean mujeres.
    Aquí tienes una nueva seguidora de tu blog.
    Un beso y feliz día de los Santos Inocentes

    1. ¡Muchas gracias por animarte a seguir mi blog! Para el segundo churumbel ya cambiaré radicalmente la forma de enfocar el proceso del embarazo. Va a ser un asunto con un secretismo ¡y eso que yo soy de contarlo todo!Pero hasta que no desaloje mis interiores creo que se van a poder contar con los dedos de media mano las personas que van a estar al corriente de todos los detalles. Es un gustazo oír que hay empresas que ayudan con las políticas de conciliación. De hecho, la empresa del papá de mi bichilla estaba dispuesta a facilitarle el horario para que nos apañásemos mejor,pero con el despropósito que me hicieron a mí con el mío ¡eso no había forma de parchearlo!

  13. Me he sentido identificada con lo de los consejo durante el embarazo y respecto a la crianza.
    A mí también me ha pasado alguna vez lo de no enterarme por la noche de que los mellis me necesitan. En realidad han sido en dos ocasiones, y porque estaba REVENTADA. Normalmente me entero al primer gritito.
    Ahora hablemos de lo importante: me parece ciencia ficción que aún estemos así con la conciliación. Estamos retrocediendo no sólo en derechos laborales, sino en ética. ¿Cómo se puede hacer eso a una persona que acaba de ser madre y que nunca ha dado un problema? Cada vez hay más gentuza, qué deprimente…

    1. Como dice mi madre:”Tanta cátedra y tantos estudios para que una mujer acabe tratando a otra así”. Pues yo también creía que esto de la conciliación era un invento que a mí no me afectaría nunca,pero ya ves, es decidirte a ser madre y que se te cierren muchas puertas. Si eres madre se te considera peor profesional. Asó, de la noche a la mañana sólo porque te está empezando a crecer el bombo. Yo no tuve oportunidad de demostrar si iba a empeorar mi rendimiento en el trabajo tras la maternidad, porque con las condiciones que me plantearon ya le di carpetazo al asunto.

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