El pensamiento crítico es una herramienta fundamental en el mundo digital. Para un buen uso de la tecnología y las redes sociales es necesario trabajar este aspecto de la educación en los niños y niñas. Con Movistar retomamos hoy nuestro proyecto #TenemosLike para acercarnos a las necesidades de nuestros hijos e hijas, tan cambiante y marcado por la digitalización de nuestra vida.
¿Y cómo lo haremos?
Con la ayuda de José Carlos Ruiz, ensayista y profesor de Filosofía, que nos dará estrategias para poner la semilla del pensamiento crítico en nuestros hijos e hijas. Como sabes en una primera fase del proyecto #TenemosLike os ayudamos a comprender el lenguaje digital que manejan nuestros hijos e hijas y también a saber manejarnos ante los desafíos que la tecnología nos pone. Ahora damos un paso más para que sean los niños y niñas capaces de discernir entre la identidad digital y su identidad real. Esto sí que es un reto, Malasmadres.
Hoy a las 21.00 estaremos en Directo
Os ayudaremos a pedir ayuda y trabajar tu autoestima
José Carlos Ruiz se asoma hoy a nuestra ventana de Youtube para conversar junto a la Malamadre Jefa sobre pensamiento crítico y tecnología. José Carlos es autor de ‘El arte de pensar’, ‘El arte de pensar para niños’, ‘De Platón a Batman’ e ‘Historia de la Filosofía’.
- Recuerda hoy a las 21.00 horas.
- En nuestro canal de Youtube.
- ¿Qué te gustaría preguntarle a José Carlos Ruiz?
- Hoy, además haremos un ejercicio para fomentar la curiosidad en los niños y niñas.
¿Te apuntas, Malamadre?
Las claves de José Carlos Ruiz
Pensamiento Crítico ante el desánimo
*Podéis seguirle en Facebook, Instagram, Twitter y en su blog.
1. La tiranía de la “perfectibilidad”
De unos años acá tengo la sensación de que cualquier cosa, por muy pequeña que sea, requiere esfuerzo, demanda compromiso, y termina absorbiéndonos. Esta intensidad se manifiesta en cada faceta de nuestra vida y no entiende de prioridades. La aplicamos para cuestiones tan dispares como realizar una lista de la compra “healthy”, convertirnos en semi-profesionales del fitness, transformarnos en neuro-pedagogos amateurs que devoran divulgación en busca de la educación excelente, a la vez que ejercemos de agentes de viajes a la captura del mejor destino, con la mejor oferta, en el mejor momento, mientras tratamos de ser la mejor pareja posible, rendir al máximo en el trabajo, y ofrecer siempre la mejor versión de uno mismo, aunque sea organizando fiestas de cumpleaños, o decorando el salón. Agotador.
Por si no teníamos suficiente, le sumamos el avatar virtual, ese “yo digital” que somete nuestra atención y reclama nuestro tiempo de cara a presentar la imagen perfecta, tratando de encajar en la tiranía del canon algorítmico.
Esta tiranía de la “perfectibilidad”, donde hemos interiorizado la necesidad de perfeccionamiento en cada sector de nuestra vida, elimina una de las bases del pensamiento crítico: la jerarquía.
2. La importancia de la jerarquía
Aprender a pensar bien y enseñar a pensar bien implica saber cribar, saber separar. Pero no se trata de una separación horizontal sino vertical. El pensamiento crítico del siglo XXI está obligado a dar el salto de la reflexión de la acción, de ahí la importancia de priorizar. Y si hablamos de educar es fundamental darle prioridad a una cuestión que no está pasando por sus mejores momentos: EL LEGADO.
Esta intensidad que de manera inconsciente le otorgamos a todo, nos obliga a ACTUALIZARNOS constantemente, y nos impide reflexionar sobre qué herencia, en forma de legado, estamos filtrando a nuestros hijos e hijas. Lo queramos o no, somos portadores de una herencia que está afectando el modo en el que ellos enfocan la vida. Son testigos de esta ansiedad de perfección homogeneizada que nos invade las 24 horas de día, y la exigencia de esta constante mejoría empieza a calar en sus personalidades. Y el primer lugar donde mejor se proyecta esto es sus redes sociales. Con un pensamiento crítico precario y una personalidad inmadura, les dejamos acceder a un universo, el digital, donde la perfectibilidad es el buque insignia de las publicaciones que consumen. Las fotos, los textos, los contextos… pasan por el filtro de “lo ideal” y se calan en sus emociones reales, eliminando jerarquías y situando al mismo nivel lo digital que lo real. La adicción hacia el mundo virtual aumenta cuando perciben que esta “perfectibilidad” es más fácil de lograr a través de su avatar, lo que conlleva un aumento de atención, tiempo y preocupación por lo que consumen y publican en la pantalla.
Para evitar que la simulación de lo virtual provoque estragos en su visión de la vida es importante que les hagamos experimentar la belleza que encierra el mundo real. Tiene que armar su pensamiento, esa suma de razón y emociones, a través de experiencias “en vivo y en directo”, es decir, en vivencias, tratando de situar en un segundo plano, en sensacionalismo de la pantalla.
Es primordial que ellos tengan claro, y que les hagamos entender, la jerarquía entre el mundo real y el digital de cara a situar la construcción de su identidad en el plano de la autenticidad.
3. Separar los sueños de los deseos
Uno de los mejores ejercicios que podemos realizar de cara a mejorar su pensamiento crítico pasa por enseñarles a separar y jerarquizar una de las cuestiones más crueles del siglo XXI, la fusión que se ha producido entre sueños y deseos. Antes de que el pseudo-coaching y la psicología positiva hicieran acto de presencia, soñar era un ejercicio de fantasía maravilloso y desear era un impulso hacia lo real que nos activaba. Se deseaba lo real y se soñaba lo ideal. Pero desde le momento en el que nos han dicho que podemos lograrlo todo y nos bombardean con personas “excepcionales” (son la excepción) que lo han conseguido, hemos sentido que el sueño es posible y hemos activado los mecanismos del deseo hacia ese sueño. Esto implica que hemos degradado el sueño a la categoría del deseo, eliminando de nuevo las jerarquías.
Tampoco ayuda el hecho de que nuestros hijos puedan ver una proyección “real” de su imagen idealizada usando las redes sociales. Los filtros de Instagram, o la posibilidad de grabar y editar hasta la extenuación un video para Tik Tok, terminan acercando esa “imagen soñada”, a una imagen forjada que exponen como triunfo. Por lo que se aumentan las probabilidades de que el desánimo les invada cuando se miren al espejo y perciban las diferencias.
4. Ejemplares
Tenemos que enseñarles a identificar los sueños y separarlos de los deseos de manera que enfoquen su atención en el plano de lo real y sean capaces de regular la intensidad de su deseo en función de una jerarquía que se fundamente en contextos y circunstancias reales vs. virtuales. Para este proceso es primordial que tomemos conciencia de nuestro deber como progenitores y de la necesidad de ser Ejemplares.
Una parte importante de su visión de la vida se configura directa e indirectamente a través de la mímesis, de la imitación, de la asimilación de comportamientos, actitudes y valores que ven en nosotros. De ahí que sea de gran ayuda que tengamos una jerarquía familia, tienen que descubrir que hay cuestiones poco transcendentales para nosotros y es nuestro deber hacérselo comprender. Cribar, ordenar y jerarquizar es un paso esencial para su pensamiento crítico y, de paso, para su bienestar emocional. De lo contrario los estaremos condenando a experimentar la vida desde la amenaza del desánimo.
El pensamiento crítico no es únicamente necesario para manejarse correctamente , a salvo con las nuevas tecnológias…Es absolutamente necesario para la toma de buenas decisiones, el equilibrio , la madurez emocional y antídoto frente a las adicciones y el acoso.
Si quieres encontrar vídeos que te hablen de como enseñar a tu hij@ a pensar, a gestionar emociones…de forma que desarrollen su sentido crítico, entra en el canal “La adolescencia de tu hij@ adolescente”,
https://www.youtube.com/channel/UC5IE8w4cDn1G55xV55j3OyQ
Lo que creo que más nos cuesta es materializar en el día a día todas esas cuestiones…algún ejemplo práctico, de situaciones cotidianas a las que podamos aplicar el pensamiento crítico. Supongo que además, podemos aplicarlo desde bien pequeños…