En 2017 dimos un paso más hablando de la falta de corresponsabilidad en el hogar a la hora de analizar el problema social de la conciliación. Lo hicimos presentando nuestro segundo estudio “Somos Equipo”, que pone el foco en la organización familiar antes y después de tener hijos.
Este estudio confirma la hipótesis de trabajo que planteamos a partir de la fase cualitativa anterior, demostrando que no existe un reparto justo y equilibrado de las tareas doméstico-familiares entre los miembros de la pareja y son los roles tradicionales de género aprendidos desde pequeños los que, junto con las medidas de conciliación ofrecidas, empujan a 6 de cada 10 mujeres a renunciar a su carrera profesional.
Los resultados analizados también muestran que, a pesar de que los hombres se implican cada vez más en las tareas doméstico-familiares, no están asumiendo las responsabilidades que tienen más carga mental (la planificación y organización de las actividades). Se dedican, por tanto, a las tareas visibles y medibles, mientras que las mujeres siguen estando al mando de las tareas invisibles sin reconocimiento social