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Recreos y patios en los centros escolares: la importancia que tienen

Recreos y patios en los centros escolares: la importancia que tienen

El tiempo de recreo es el momento de descanso dentro de la jornada escolar que tienen los niños y las niñas en el centro educativo, y se da en un recinto abierto normalmente al aire libre. Este tiempo suele estar a cargo de los profesionales del centro, del profesorado. Suele ser un tiempo de 30 minutos a lo largo de la mañana y en los casos en los que exista jornada partida, otro tiempo tras el horario de comedor hasta que se reanudan las clases de la tarde.

La mayoría de centros tienen espacios separados para las diferentes etapas educativas (infantil, primaria, secundaria…), ya que esto sería lo más recomendado.

Los tiempos de recreo son necesarios dentro de las jornadas que desempeñan los niños y las niñas en su rutina escolar, ya que durante estos tiempos niños y niñas descansan de las tareas de clase, desconectan, y a su vez se ha comprobado que así mejora su atención en el aula, aumenta su concentración e incrementa su rendimiento escolar.

En los tiempos de recreo además el profesorado tiene el privilegio de descubrir a sus alumnos en otro contexto totalmente diferente y así conocer cómo se desenvuelve en un espacio más libre y menos guiado.

  • Es un lugar donde se favorecen sobre todo los momentos de juego, en los que los alumnos libremente escogen la actividad que van a realizar y llevar a cabo durante este tiempo libre.
  • El juego favorece la formación del yo, la identidad de cada uno y así mismo dentro del espacio del recreo podemos fortalecer el área social, emocional o de autonomía personal del niño y la niña.
  • La interacción entre iguales, la asertividad, la empatía, la aceptación de límites, normas y turnos, la comunicación, la amistad… todo ello son aspectos que se podrán fortalecer dentro del recreo.
  • Siendo un tiempo obligatorio en los centros escolares es curioso como en la mayoría de ellos no aparece reflejado de ningún modo esta actividad ni en los objetivos del currículo escolar, ni en las notas escolares, ni en las plataformas online compartidas entre colegio y familias, ni en ningún otro lugar.

Es llamativo como todas las asignaturas del centro aparecen reflejadas y tienen unos objetivos y, por el contrario, todo lo que se lleva a cabo a lo largo de media hora diaria en un espacio del centro, no se ve reflejado en ningún papel o documento que nos manifieste cómo se relaciona nuestro hijo o hija en este espacio, qué actividades realiza, cuáles suele escoger, cómo se desenvuelve, si necesita o no mejorar en algún aspecto o si hay algo relevante al respecto.

Mucha de esta información es el niño o la niña quien la transmite a la familia y expresa desde su perspectiva y vivencia, expresando cómo se siente, con quién juega, a qué juega o qué hace en ese tiempo. Pero no debemos olvidar que hay muchos niños que no lo hacen, que no quieren expresar su malestar o que se encuentran ante situaciones que no saben o no pueden verbalizar.

Pero, ¿por qué es necesario este feedback a las familias? ¿Qué importancia tienen los recreos?

Estos tiempos son espacios donde muchos niños y niñas no saben o no pueden desenvolverse adecuadamente. Hay muchos niños y niñas que no tienen herramientas para socializar con sus iguales de un modo adecuado y funcional.

Hay niños que por su carácter y su momento evolutivo, tienen que aprender estrategias de comunicación o de relación y precisan de una guía y un acompañamiento para adquirir ciertas herramientas y estrategias funcionales para su día a día.

Hay niños que “se pierden” entre tantos niños y pasan más desapercibidos, porque no generan conflictos, pero sí están sintiendo gran malestar.

De nada sirve que trabajemos desde casa o en el aula situaciones que únicamente se dan en el recreo o en espacios de tiempo libre. Es esencial trabajarlas en el contexto y la situación exacta, trabajando mucho la empatía entre iguales, la aceptación, la inclusión real, la tolerancia, el respeto, la diversidad, y muchos otros valores que son esenciales para la vida.

Y para ello es preciso formar a los profesionales que acompañan estos espacios y darle la importancia que se merece al tiempo de recreo. Ya que mientras se establezca como un tiempo libre, sin objetivos, sin guía, sin acompañamiento emocional, será imposible considerarlo como lo que es, un espacio esencial para la vida de los niños y la niñas.

No debemos perder de vista que hay muchos niños y niñas que no quieren ir al colegio porque no quieren ir al recreo. Sufren dentro de éste.

No quieren enfrentarse a tiempos vacíos de contenido, sin una estructura cerrada, donde en ocasiones sufren burlas, se sienten solos, desubicados, bichos raros, fuera de lugar, donde nunca son escogidos para jugar, no saben decir que no cuando algo no les agrada, o donde no saben entablar una conversación ni una amistad.

Es necesario que los recreos tengan la importancia que se merecen dentro del currículo educativo, y se conviertan en espacios donde haya una guía, se propongan actividades para todos, se enseñen herramientas y estrategias para socializar, se dé ejemplo y modelo de cómo crecer con unos valores esenciales, se incluya a todos los niños y se trabajen las diferencias.

Formar a los profesionales, que tengan sus tiempos de descanso propios (ya que en muchas ocasiones si se encargan del tiempo de recreo no tienen descanso en su jornada) y adquieran el compromiso de dar el valor a esta asignatura como a cualquier otra dentro del centro escolar, o aún mayor, ya que en el recreo los niños se están formando como seres humanos, están adquiriendo valores, están aprendiendo a gestionar sus emociones y empatizar con las de los demás, y esto son herramientas necesarias para toda la vida.

Quizás cuando tengamos en cuenta que la observación o la intervención de un adulto puede “salvar” a un niño, tanto del bullying, como de la exclusión, de la soledad o de una situación emocional difícil, podremos darle al recreo la importancia que tiene.

Que no parta del compromiso y la buena voluntad de cada uno, sino de un compromiso a nivel general, donde se contemple todo ello en las leyes educativas y se exija un cambio para crear una sociedad mejor.

Y tú, ¿qué opinas, Malamadre? Te esperamos en los comentarios.

Han comentado...

  1. He disfrutado con la lectura, ¡me encantaría que las escuelas, tal como dices, proporcionaran guia y feedback del desarrollo emocional y social de los peques!

    Encuentro absurdo que se descuide la formación de unas habilidades -las de hacer amigos, interactuar en grupo, ect…- que al fin y al cabo influirán muchisimo en su futuro, incluso el profesional. Creo que el tiempo libre y no estructurado es imprescindible, pero tambien reforzar las competencias de los muchisimos niños/as que no pueden desenvolverse bien en el, y no veo la manera en que como padres podamos atender esto.

  2. Muchas gracias por este post. A comienzo de curso me sentía preocupada, angustiada porque mi hija de cuatro años me decía que no quería salir al patio ni jugar con sus compañeros. Ha sido el primer curso sin grupo burbuja y ella se ha sentido intimidada por esta situación. Ha pasado el tiempo del recreo con las maestras hasta que ella se ha visto preparada. Hace tiempo que no comenta nada pero me sigue preocupando no saber como se desenvuelve en ese entorno y si hay algo que le preocupa y no se atreve a contarlo por lo que podamos decirle. La verdad que no sabíamos muy bien como actuar, le decíamos que tenía que jugar con los demás y que el recreo no era para estar con las maestras casi parecía que nos enfadábamos con ella.
    Hace unos días me comentó que en el recreo le gustaría estar sola…
    ¿Algún consejo?

    1. Hola mami! Mi hija entro a una nueva escuela y entro mucho después ella se sentía un icho raro por que? Por que todos ya tenían a su amiguita a su amiguito y ella no, le comenté que ella podía jugar sola sin en cambio tenía que jugar con los demás niños, platiqué con su miss y le comenté que como se desenvolvía ella y me comentaba que ella jugaba sola aveces y aveces con alguna compañera le dije a su mís que si podía hacer una actividad donde ella pudiera colaborar y conocer más a sus compañeros para que así pudiera hacerse amiga o amigo algún niño que le llame la atención a lo que a ella le gusta y así fue la miss hizo varios ejercicios hasta que pudo conectar con dos niñas. Ojalá te sirva mi comentario 😊

  3. Mi hija ha empezado este año Primaria y no lo ha pasado bien en los recreos sobre todo al principio.Nos decia que no sabia que hacer ni a que jugar. Aunque los niños con los que esta los conoce de infaltil estaba como perdida. Conseguimos que estuviera mejor con dos cosas: le dijimos que se llevase un cuento para leer y un cuaderno para pintar. Con esto ya no se aburria tanto y creo que la ayudo mucho.Ahora ya nos cuenta que juega mascon otros niños y no suele usar ni el cuardeno ni leer.

  4. Toda la razón. Yo tengo una lucha particular en el cole de mis hijos a raíz de los patios.
    Mi hijo mayor es el único chico de su clase al que no le gusta el fútbol y se siente solo en los patios y no quiere ir al colegio por eso. A mi hijo le gusta el skate, el baloncesto, leer, pintar… podría hacer de todo ese tiempo si le dejaran, pero lo tienen encerrado en una parte del patio para comodidad del que vigila, sin poder acceder ni a la biblioteca, ni al rocódromo, ni a las pistas de baloncesto… así que está cada día dos horas aislado sin hacer nada, aburrido y sintiéndose un bicho raro.
    Y tanto que son importantes los patios!

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