Vivimos a máxima velocidad, donde todo debe ser inmediato, donde un solo click nos acerca a casi todo aquello que deseamos. Nos hemos acostumbrado a que todo sea fácil, a conseguir las cosas con el mínimo sacrificio. Valoramos únicamente la victoria, no el ESFUERZO.
En muchas ocasiones educamos a nuestros hijos acomodándoles la vida para que consigan lo que desean con el mínimo sufrimiento. Poco les hablamos de las derrotas, de los tropiezos, de las veces que les va a tocar a volver a empezar de cero.
Una educación basada en la resiliencia y en la responsabilidad
Ojalá fuésemos capaces de poner de moda la CULTURA DEL ESFUERZO, aquella que te lleva a conseguir las cosas con tesón y trabajo. La fuerza de la voluntad debería convertirse en uno de los pilares en la educación emocional de nuestros pequeños.
Una educación centrada en enseñar a ser resilientes, a asumir responsabilidades, a afrontar las adversidades con optimismo. En desarrollar el potencial con constancia y paciencia.
Las claves para lograrlo
- Démosles mil y un motivo para esforzarse, para no cansarse de aprender. Demostrémosles que cada paso les acercará a su objetivo, que cada intento suma, que cada dificultad fortalece, que cada logro engrandece el alma. Hagámosles creer que la voluntad es la fuerza del querer, el deseo que las cosas ocurran.
- Consigamos que se hagan amantes de los retos y de las ganas de dar lo mejor de ellos en cada momento, a creer en el camino. Enseñémosles a comprometerse con sus sueños especialmente cuando las cosas se compliquen, a gestionar la frustración que los errores provocan, convirtámonos en el mejor ejemplo.
- Démosles la mano para que sean capaces de enfrentarse a sus miedos, motivémosles a probar con valentía sin temor a fallar, despertemos el interés por sentirse orgullosos de cada pequeño triunfo, por la búsqueda de la satisfacción personal.
- Consigamos que entiendan que la perseverancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan su fruto, donde la práctica diaria se convierte en el mejor maestro.
- Logremos que apuesten a fuego por lo que deseen, hagamos que la constancia, la paciencia, la tolerancia a la frustración y el compromiso sean pilares en sus vidas. Seamos capaces de que se sientan orgullosos de su esfuerzo, que se miren al espejo con dulzura, que se traten con respeto.
- Ayudémosles a planificar la ruta, a definir objetivos, a trabajar sin bajar los brazos. Contagiémosles de energía, de voluntad, de optimismo, borremos la queja absurda de sus labios.
- Hablémosles del éxito bien entendido, ese que se logra comprometiéndose, siendo valiente y apasionado. Del triunfo como la capacidad de disfrutar de lo cotidiano, de ser agradecido por todo lo bueno que pasa sin tener que demostrar nada a nadie.
En definitiva, grabémosles a fuego que no existe una FUERZA más poderosa que la VOLUNTAD.
Me ha gustado el post. Así me han educado a mi, y de igual manera me gustaría educar a mi hijo. Espero poder hacerlo. Gracias por las claves para conseguirlo.
Gracias por tus opinión y tu forma de ver la vida, me haces darme cuenta que cada persona vive y piensa diferente por lo que la educación a nuestros hijos debe ser adecuada por cada situación.
de acuerdo en que hay que enseñar a los niños a esforzarse. Desde pequeños se puede enseñar fomentando que sean constantes en sus encargos de casa, que aprendar a ahorrar cuando quieren algo para que sepan lo que cuesta conseguirlo.
Veo a muchos padres que hacen lo que deberían hacer los hijos. Recogen sus juguetes, les hacen la cama, les hacen los deberes… así sólo conseguirán hijos cómodos que todo les dará pereza. Mi sobrina con dos años tiraba su pañal ella sola a la basura.
Me ha encantado el post, me parece más necesario que nunca educar en el esfuerzo y la constancia. Es algo que intento trabajar a diario con mis hijas.
Me ha gustado el post,
Estoy totalmente de acuerdo en que es necesario tener claro que en la vida las cosas cuestan…la fuerza de voluntad, el esfuerzo y la asunción de responsabilidad es fundamental.
En general no asumimos responsabilidades ni tenemos claro que nuestros actos tienen consecuencias…
?????Grande
Me sorprendo muchas veces pensando si no estaremos completamente equivocad@s en lo que se refiere a la cultura del esfuerzo, y me explico: para sobrevivir en la naturaleza la regla más útil es “mínimo esfuerzo, máximo beneficio”. Cuando estamos en sintonía con nuestra naturaleza las cosas se consiguen optimizando al máximo nuestros recursos. A esta situación solemos calificarla como “fluir”. Y suele ser satisfactoria y envolvente. Y no se debe al empleo de nuestro máximo esfuerzo, sino al uso casi espontáneo de nuestras mejores capacidades.
Tal vez estemos tan desconectad@s de nuestra naturaleza que estemos errados en el camino a seguir hasta el punto de considerar correcta la dirección contraria a nuestras habilidades y pensar que es bueno que las cosas nos cuesten mucho esfuerzo, despreciando las que conseguimos con soltura porque estamos preparad@s de forma natural para ellas.
Reivindico el elogio del buen uso de nuestras habilidades y el enfoque en la dirección en que las aprovechemos con facilidad. Ahorrando energía y optimizando recursos.
Me parece muy buen planteamiento y muy buenos principios para educar a nuestros hijos, me encantaría saber y poder transmitir a mi hija estos valores. Pero para ello los adultos tenemos que tener interiorizadas estas palabras y por desgracia creo que no todas las malas madres tenemos el control y sabemos gestionar del todo los contratiempos…
Tenemos que aprender primero para poder enseñar.
Alguna recomendación?
Creo en cada una de estas palabras!!!! Es lo que voy a luchar por transmitir a mis hijos!!! Fantástico el artículo, me ha encantado ?
Muchas gracias me alegro te haya gustado!!