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Siento decírtelo: por mucho que lo intentes, nunca serás perfecta. Por mucho que te pese, te equivocarás en el trabajo, tomarás decisiones erróneas en la crianza de tus hijos y alguna que otra vez tendrás un comportamiento con tu pareja del que te arrepentirás. La perfección, por mucho que nos esforcemos en alcanzarla, no existe. Siempre hay algo que se puede hacer mejor, algo que mejorar y algo que hacer de forma diferente a como lo hicimos.
El error forma parte de la vida, al igual que el aire que respiramos 27 veces por minuto y que nos permite seguir viviendo. El error nos hace crecer, nos hace grandes y nos conecta con la humildad porque nos hace sentirnos terriblemente humanas, por mucho que a veces sintamos la necesidad de que nos trague la tierra cuando nos pillamos o nos pillan en falta.
Sin error no hay progreso. Lo perfecto es tan aburrido. Sí, aburrido, porque en algo que es perfecto ya no hay margen de mejora.
Ya sé que desde que íbamos al colegio nos han hecho creer que la perfección existe. Cuando estábamos en EGB la perfección estaba en ese tan ansiado 10, ya en la universidad en la matrícula y ahora que somos mayores, ¿dónde está la perfección?
Para algunas personas en el trabajo: hacerlo todo bien, de la forma adecuada, correcta, competente, sin mancha. Para otras en tener una familia perfecta, con unos buenoshijos con un gran comportamiento, bilingües y con excelentes notas. Otras personas vuelcan esa perfección sobre sí mismas y se exigen el ser perfectas, llevar el trabajo a la perfección, la casa, los buenoshijos, las relaciones con la buenapareja, con los suegros, con lo padres, ir al gimnasio para tener un cuerpo 10 y seguir mejorando el inglés.
El vicio de la autoperfección, podríamos llamarlo. Vicio y condena porque, ¿te has parado a pensar cuanta exigencia hay en eso de querer ser perfecta? ¿Cuánto esfuerzo? ¿Cuánto juicio? ¿Cuántos “lo has hecho mal y lo tendrías que haber hecho bien”? Debe ser como tener dentro de la cabeza un juez interno, sí de esos con toga negra y mazo fácil, que cada vez te desvías de lo que consideras correcto se pone a gritar como un loco, te dice lo mal que lo has hecho, golpeando su mazo sobre la mesa a la vez que te señala con el dedo.
Vaya locura porque, como ya te he dicho, antes la perfección no existe. Y, créeme, tiene muchas ventajas saber que no existe.
Una de las ventajas de renunciar a la perfección es que te será más fácil entrar en acción. He tenido en mis sesiones de coaching a un buen número de clientes sin moverse por el miedo a no alcanzar ese ideal que tienen en su cabeza. “Si hago algo, tengo que hacerlo mejor que nadie” o “lo que haga tiene que estar perfecto” son dos de las creencias que fastidian bastante la vida porque te condenan a la inacción, al no poder moverte por miedo a equivocarte.
El concepto kaizen o la mejora continua
Hay un concepto que me gusta mucho y que es el de ‘kaizen’. Podemos traducirlo como la mejora continua. Es un término que viene del japonés y es lo contrario a la perfección, es saber que siempre hay margen de mejora en lo que hacemos. Todo se puede ir afinando, mejorando, optimizando. Aplicar la filosofía del ‘kaizen’ hace que nuestros proyectos estén vivos, porque pueden crecer, mejorar y nutrirse. La perfección crea proyectos cerrados y muertos porque algo que es perfecto ya no se puede mejorar, está acabado y una sola coma haría que dejara de ser perfecto.
Esta filosofía ‘kaizen’ también la podemos aplicar con nosotras mismas. Aplicarla con nosotras mismas significa sustituir a ese juez interno que nos señala con el dedo y agita el mazo cada vez que nos equivocamos por una madre amorosa que nos habla con el mismo amor con el que le hablamos a los buenoshijos cuando están aprendiendo algo. Ahí la actitud amorosa hacia nosotras mismas, esa que tan fácil sacamos con los demás y que tanto nos cuesta sacar con nosotras, será el mejor disolvente para ese juez interno que nos exige la autoperfección.
¿Cómo te llevas con la perfección? ¿Aspiras a ella o sientes que vivir una vida imperfecta te enriquece? ¿Cuáles son los errores que te han hecho crecer a lo largo de tu vida? Me encantaría escuchar tu testimonio ahí abajo en los comentarios.
Pues yo soy bastante cuadriculada y eso me ha llevado a alguna que otra frustración…desde niña me llevaba un buen disgusto con el tema notas cuando en lugar de un 10 sacaba un 8..jejeje La vida y las experiencias me han ayudado a controlar este aspecto..ya antes de tener hijas..y ahora lo llevo mucho mejor.
Mi hija con 5 años en ese sentido…ha salido a mí y tengo que trabajar con ella en que no tiene que exigirse tanto y que no pasa nada por no ser perfecto…al contrario.
Me encanta lo de la filosofía kaizen y a mí me viene muy bien hacer ejercicio y liberar cuerpo y mente durante un ratito…
Muchas gracias por el post.
No Delegar, error comun, el sindrome de la esponja ha sido el mio cuando mis hijos dependian de mi y ahora que no lo hacen sigo intentando controlar, encima sufridora, lo tengo todo y ahora estan mis nietos, nunca se acaba…
Buenas noches. Me ha encantado leerte Leonor, como siempre, la verdad. Yo tb he pecado de querer ser perfecta y con la edad he aprendido y ahora me encanta la filosofía de saber que cada vez es distinta y mejor. Me ha costado más con lo que hago por y para mis hijos.
Te hago un comentario aparte a tu descripción del juez interno para reírme contigo y decirte q los jueces no usamos mazo y que no buscamos la perfección ni en nosotros ni en los demás;). Cuando yo quería ser perfecta precisamente era cuando no era juez.
Besos mil
Jajaja…. Qué bueno. Pues sí que me he reído al leerte. Gracias, María José por contarnos cómo es eso de ser juez 😉
Jo pues yo con muchas cosas soy un desastre y me alegro de serlo aunque el sentimiento de culpa de madre esta siempre ahi presente machacando que deberia ser mejor en muchas cosas…. Tengo amigas que se creen perfectas (en su cabeza porque no es verdad que lo sean) con sus maridos perfectos y sus hijos perfectos y sabeis una cosa? Que me dan mucha pena porque constantemente tienen que demostrarlo y creo q en el fondo son muy infelices porque viven una mentira. Gran post. Saludos
Gracias, Raque. Saludos.
Da mucho gusto ver que no soy la única al pensar que la perfección no existe, o si existe, no se puede determinar de forma objetiva si no que cada niño, padre y familia son únicos. Siempre intentaremos hacerlo lo mejor posible, pero nunca gustaremos a todos.
Qué bueno eso que dices, Laura. Un abrazo.
Me he identificado con cada palabra. Debería aplicarme esa filosofía “kaizen”. Gracias por los consejos
Ánimo con ello, Mimi.
Muy buen post. Yo cuando más estresada estoy es cuando me “acribilla” una vocecita interna que me dice lo mal que lo estoy haciendo, lo “lejos de la perfección” que estoy, en casa, en el trabajo… gracias por la ayuda, intentaré tenerlo más presente.
Gracias a ti por tu testimonio.
Hola!! Muy interesante el artículo… Lo peor, en mi opinión, no es que te lo exijan los demás, es cuando te lo exiges tu misma porque piensas que es lo que debe ser… En mi caso en concreto no es la perfección, a mi lo que me agobia desde siempre y se ha agudizado desde que soy madre, que es hace dos años, es el control. Por mi forma de ser, necesito tenerlo todo medianamente (al menos controlado) y si algo sé, desde que soy madre, es que no controlas nada.. buff estoy trabajando en eso pero me cuesta muchíisimo. Gracias por lo que hacéis y un abrazo fuerte 🙂
Qué bueno que te hayas dado cuenta de que no controlas nada. Me apunto lo del control para escribir otro post sobre ello. Saludos y un gran abrazo.
Madre mía, ¡hoy también habéis dado en el clavo! Yo peco de perfeccionista y muy a menudo me recuerdan mis familiares y amigos cercanos que debo olvidarme de ello, por mi salud, pero no consigo hacerlo.
¡Me alegro de que hayamos dado en el clavo! Un saludo:
ER
Buenos días Leonor,
Yo me considero una madre completamente imperfecta y lo tengo asumido.
El problema lo tengo con mi buenahija, 9 años. Ella tiene un gen de uno de los buenosabuelos, sobre la perfección en el orden y la limpieza en la casa. Si, estoy siendo completamente realista. Se levanta un sábado pensando en recoger y limpiar el salón.
Lo que al principio, cuando tenía 4 años, era gracioso, se está convirtiendo en una obsesión para ella y algo complicado de gestionar para sus buenospadres.
Si me puedes dar consejos para relajar su obsesión por la perfección en el mundo del la limpieza y el orden, te lo agradecería mucho.
Sldos,
Mónica, una buenamadre en apuros.
Hola, Mónica.
Trabaja con ella la polaridad del desorden y el juego… Sé creativa e invéntate maneras de que vea los valores que hay también en el relajarse, en el desorden, e intentad valorar esa parte suya, que vea que ahí también hay algo positivo. Espero que te sea de ayuda. Besos.
Muchas gracias Leonor.
Lo pondré en práctica!
Saludos!
Me ha encantado el concepto Kaizen para mi misma ….no me lo había planteado así . Yo tengo que acordarme cada día de esa idea de que la perfección no existe , que hay que perdonarse y continuar … que buscar la perfección es agotador , destructivo .. e imposible . A mi me ha costado y me cuesta demasiada lucha interior … y reconstruir mi autoestima constantemente . Pero en el camino estamos … en el caso de la maternidad , a mi me resulta más fácil porque ver a tus hijos ser buenas personas y criarse felices , aún con todo el margen de mejora …. es muy satisfactorio . Ver qué cada día te dan mil alegrias y momentos de felicidad … ayuda mucho !!!
Genial el artículo . Lo guardo para días de bajón . Gracias !!
Gracias, Raquel. Qué bien que te haya ayudado.
Hola, María. Si dices que no lo haces del todo bien te estás metiendo caña. Hay una parte de ti que conecta con la exigencia y que pone, por así decirlo, el foco en lo mal que lo haces. Sin embargo, si a ti misma te dices que es posible mejorar es una forma de hablarte más amable. La primera forma de hablarte debilita, mientras que la segunda fortalece. Saludos.
Más que la perfección, para mí la inacción está en aspirar a algo que nunca es suficientemente bueno…, así que nunca encuentras algo ideal…, y sobretodo creer que como tú haces las cosas es siempre la mejor opción…, con lo cual no te permite relajarte ni un minuto…
Sí, así es. Eso de creer que somos las mejores haciendo algo es un mal muy extendido que nos impide delegar y relajarnos. Relativizarlo es importante. Saludos, Ana.
Me vais a perdonar, pero o no lo he entendido bien, que es posible, o a mi me parece más de lo mismo, pero dicho de una manera más delicada.
Lo mismo me da pensar que no lo hago del todo bien, que pensar que podría mejorar lo que estoy haciendo, no veo la diferencia.
Hola, María. Si dices que no lo haces del todo bien te estás metiendo caña. Hay una parte de ti que conecta con la exigencia y que pone, por así decirlo, el foco en lo mal que lo haces. Sin embargo, si a ti misma te dices que es posible mejorar es una forma de hablarte más amable. La primera forma de hablarte debilita, mientras que la segunda fortalece. Saludos.
En el terreno de la maternidad cuando tienes amigos o conoces a las madres del cole ( digo madres Porque en mi caso es así ) te cuentan lo perfectos que son sus hijos y lo perfectas que son ellas como madres, que al principio me creaba ansiedad porque en mi caso no era tan perfecto, hasta que un día llegue a la conclusión que con mi imperfección y con mi hija no tan perfecta yo era feliz y esa ansiedad se ha ido borrando
¡Qué bueno, Jes! Me alegro mucho
A mi me pasaba lo mismo que a ti, cuando nació mi hijo a ninguna de las chicas que conocia, ni a mis amigas, le dolía el pecho cuando daban de mamar y yo estaba que me moría de dolor, los niños les dormian toda la noche y el mio ni dos horas seguidas, salian a la calle guapísimas con sus bebes y yo no me quité el chandal en los 3 primeros meses … Y cuando llegué al cole fue peor, las mamás hablaban de lo perfectos que eran sus hijos y todo lo que les rodeaba, hasta que llegue a la conclusión de que la gente miente para aparentar que todo es perfecto .. y ahí empeze a aceptar mi imperfección y ha dejar la ansidad de lado.
Yo reconozco ser más de perfecta imperfección, de aceptarme como soy, que parece otra forma de inacción…
Y si, estoy de acuerdo contigo: alguien ya dijo aquello de “Lo Perfecto Es Enemigo de lo Bueno”
Eso de la perfecta imperfección suena bien. Saludos.