Ayer dimos por finalizadas las primeras Jornadas Yo No Renuncio por la conciliación, un evento que hemos organizado con muchísimas ganas y dedicación. Fue emocionante recibir la respuesta de las/os 16 ponentes que nos han acompañado diciendo “sí, quiero” participar en este foro. Nuestro objetivo era reunir a personas que, ya sea por su profesión o su experiencia personal, nos acercaran a la reflexión sobre la conciliación, la renuncia, la importancia del cuidado y la sostenibilidad de la sociedad.
Hoy hemos querido hacer un resumen de estos mensajes que no queremos olvidar, en los que debemos seguir trabajando para que, entre todas y todos, consigamos aprovechar esta crisis y convertirla en una oportunidad de cambio.
¿Qué hemos aprendido en las Primeras Jornadas Yo No Renuncio?
- En la primera mesa de debate que compartimos con Icíar Bollaín, Cristina Villanueva e Irene Villa quisimos debatir sobre la distinción entre renuncia y libre elección. Como nos contaba Cristina, al convertirnos en madres renunciamos a nuestros sueños, pero el equilibrio pasa por aceptar que nada es perfecto y que si no logramos el canon de perfección soñado, no pasa nada. Algo que también apuntaba Icíar Bollaín, cuando reconocía que su carrera profesional como directora de cine la ha ido adaptando a su realidad como madre. Irene, además, nos recordó que debemos vivir sin culpa y alejarnos del juicio social. Apostar por el autocuidado y apoyarnos en un equipo es algo fundamental para conseguirlo, algo que quiso reflejar Icíar en su última película “la boda de Rosa”.
- Con Charo Izquierdo, David Tomas y Teresa Jurado hablamos sobre los nuevos modelos y relaciones laborales que deben apostar por el equilibrio de la vida personal, familiar y laboral. Durante la sesión, David insistió en que las empresas deben superar las barreras autoimpuestas y escuchar las necesidades de las personas del equipo. Quitarnos los prejuicios y apostar por la confianza. Además, Teresa apuntó que las empresas deben fomentar que los hombres también estén al mando del cuidado en el hogar y, para ello, debe plantear medidas de conciliación dirigidas a todos y todas, no únicamente a las mujeres, por su condición de “madres”. En este sentido, Charo incidió en que las empresas y la sociedad en general deben entender que los hijos no son de las madres, son de la familia, de la sociedad.
- En la tercera mesa del primer día también reunimos a cuatro mujeres profesionales en el campo de la jurisprudencia: Ana Sastre, Eva Blázquez, Cristina Aragón y Pilar Nuñez. Con ellas concluimos que no debemos desaprovechar esta oportunidad en la que el teletrabajo se ha impuesto (aunque hasta ahora no hayamos teletrabajado, sino sobrevivido, como apunta Cristina), pero, según Eva, debemos regularlo bien, entendiendo que es una fórmula de flexibilidad para poder organizarte y compaginarlo el trabajo del cuidado. Además, Pilar destacó que debemos fomentar que éste lo utilicen también los hombres, incidiendo en el concepto de “medidas de conciliación corresponsable” que impliquen a todos y a todas en las tareas doméstico-familiares. Por último, Ana nos recordó que no debemos olvidar la perspectiva de la infancia en todo esto: debemos escuchar qué opinan y qué necesitan los niños y niñas para estar bien, contemos con ellos/as.
- Con Alberto Soler, Esther Vivas y Mercedes Wullich tratamos uno de los temas que más nos preocupan y que se han acentuado durante la pandemia: la crisis de los cuidados. Con ellos sacamos la conclusión de que el trabajo del cuidado ha de estar presente en la sociedad, debemos ponerlo en el centro para que las mujeres no tengamos que renunciar. Alberto nos recordaba que para cambiar todo esto e implicar a los hombres en el cuidado hay que partir de la educación. Señaló que, inconscientemente, las madres y padres nos dirigimos a los niños y niñas con lenguaje distinto, algo que acaba provocando que la interpretación que ellos hacen de la realidad también sea diferente. Mercedes nos recordó que no debemos dar nada por hecho y que debemos romper con la inercia de lo que está construido (por y para los hombres). Esther, además, incidió en que cuando debatimos sobre la crisis de los cuidados no se trata de idealizar la maternidad, sino de señalar el valor social, económico y político que tiene.
- Y para cerrar estas jornadas quisimos contar con tres personas increíbles que nos han hecho reflexionar sobre el poder transformador que tenemos cada una de nosotras en nuestras manos: Anne Igartiburu, Alex Rovira y Margarita Álvarez. Anne insistía en que debemos trabajar el descubrimiento de nosotras mismas sin juicio, solo así podemos estar en paz. Margarita, además, nos recordó que para ser felices (especialmente en esta época tan extraña que nos está tocando vivir) debemos fijarnos en lo que sí tenemos, no en lo que nos falta. Y las palabras de Alex fueron un llamamiento para rodearnos de gente que nos dé alas con amor, ya que con la voluntad de amar y de crear conseguiremos que llegue el cambio colectivo.
Nosotras, desde la Asociación Yo No Renuncio, seguiremos trabajando en línea a todas estas reflexiones para trazar un plan de transformación y cambio social a favor de una conciliación real.