El posparto y el acompañamiento de las mujeres: qué necesitamos y qué deberían hacer desde los centros de salud y demás unidades. Qué tenemos que reivindicar en este sentido.
Últimamente termino todas mis entrevistas, directos y podcast de la misma manera: “gritando” por la necesidad de la existencia de unidades de posparto. Estoy pensado hasta en tatuármelo, no vaya a ser.
Cuidarse para cuidar
Como sabéis, “Cuidarse para cuidar” es mi lema, mi filosofía de vida y trabajo, y dichas unidades son una parte imprescindible de este objetivo. Hay veces que me levanto enfadada con el mundo y me digo a mí misma: “qué demonios, voy a crear uno yo misma y a gestionarlo”, pero lo cierto es que lo ideal sería que dichas unidades estuvieran presentes en todos los centros de salud y hospitales, como así ocurre en otros países. Así que si alguna mandamasa me lee (o mandamás), que sepan que me tienen a su entera disposición para asesorarles en todo.
En fin, que me lío y no empiezo a contar lo que quiero contar.
El abandono en el puerperio
Durante todo el embarazo estamos muy acompañadas por todo tipo de profesionales, pero es una realidad que a los 3-4 días de dar a luz todas nos sentimos abandonadas e incomprendidas.
Parece que el día del parto ha acabado todo y no es así.
Te encuentras con una cosa muy pequeña, completamente desbordada y sin saber qué hacer. Y, ale, patadita en el culo y para casa. El día del parto empieza realmente la carrera de fondo y de obstáculos. Te sientes sola con un cuerpo diferente, tanto a nivel físico como hormonal y mental, y con una nueva persona en casa que requiere atención 24/7 y que consume toda tu energía.
Los tabús en la cuerantena
Los tabús que siguen existiendo acerca del puerperio son muchos y son la motivación que nos sigue moviendo día a día y que promueve nuestra lucha diaria. Lo peor es que no se infravaloran (más quisiéramos, en este punto), sino que no existen, ni siquiera se habla de ellos ni se mencionan.
El principal problema es la exigencia a la que se nos somete cuando somos madres:
- Tienes que recuperarte bien físicamente (y cuesta).
- Criar a tu hijo o hija cuando es tan vulnerable (que te chupa hasta la sangre y con mucho gusto, eso sí).
- Seguir manteniendo viva la relación de pareja (dónde está Wally).
- Mantener el rendimiento laboral (que no sabes ni a qué te dedicabas antes).
- Y, además, poner buena cara porque, claro, debes ser la mujer más feliz del planeta cuando intentas sacar todo adelante con dolor perineal o en el pecho (superwoman se nos queda corto).
Las falsas expectativas
Seguramente, con suerte, habrás dormido 2 horas de sueño al día y alimentándote como buenamente puedas en la mayoría de los casos, sin casi ayuda (que sí, que la pareja está ahí, pero seamos realistas, todavía queda mucho camino por recorrer, aunque vamos dando pasitos importantes). No es justo, no es sano para nadie.
Estamos expuestas a muchas falsas expectativas sobre nuestro físico y emociones que debemos sentir. La maternidad está muy idealizada y parece que una mujer no debe quejarse en absoluto en una etapa en la que su cuerpo está expuesto a cambios físicos, hormonales, sociales y laborales brutales.
No podemos ser invisibles ni quedarnos solas. Además, cuando nos convertimos en madres, la mujer pasa a un segundo plano (o a la cola, directamente) a nivel social, familiar y laboral, siendo el posparto precisamente la etapa en la que más ayuda necesitamos y cuando más profesionales deberíamos tener al alcance para superar esos primeros meses tan complicados a todos los niveles.
Necesitamos estar atendidas y cuidadas también nosotras, ese es nuestro objetivo. Hay que contarlo y buscar soluciones.
Cuidarse para cuidar se pone en práctica con paciencia, sin expectativas y priorizando. Hay que analizar cómo es la vida y las rutinas de cada mujer, cómo se encuentran tras el parto y empezar encajando pequeños minutos al día para ella misma. La prioridad de los primeros cuidados tras dar a luz no es marcarse como objetivo el primer día 150 minutos de ejercicio aeróbico o establecer 3 días de fuerza a la semana, ni mucho menos.
Los primeros cuidados son algo tan sencillo como poder dedicarle tiempo a leer sobre el posparto, hablar con otras madres o hacerse una valoración de suelo pélvico. Poco a poco vamos incluyendo pequeños ejercicios simples y que no generen un factor estresante más en ese momento; hay que ir adaptándose a la vida de la mujer con empatía, sin prisa y, a veces, dejando tecnicismos a un lado para pasar nuestra evidencia científica a la vida real de la mujer. Cada persona es un mundo, por lo que hay que dejar protocolos a un lado para que sea un proceso paulatino, sano y eficaz.
Podemos mejorar nuestra calidad de vida si nos dedicamos cada día un poquito de tiempo a nosotras mismas.
¿Qué entendemos por cuidarse?
La definición de salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino que también aborda nuestra esfera emocional y social.
- Cuidarse no es solo enfundarse ropa deportiva y moverse. Cuidarse es centrarse en aquello que más te preocupa e ir buscando soluciones fáciles, coherentes y adaptadas a cada mujer.
- Cuidarse es imprescindible para sacar adelante a nuestros hijos.
- Cuidarse no es solo salud para nosotras, sino también para todos los que nos rodean, y más aún, si depende de nosotras.
- No hay calidad de vida sin autocuidado.
La necesidad de unidades posparto
El acompañamiento durante el posparto debería ser el mismo que el acompañamiento durante el embarazo. No podemos tener a la mujer embarazada entre algodones durante 9 meses y abandonarla a su suerte el mismo día del parto. El posparto debería considerarse un trimestre más de la etapa de gestación: la etapa final y la reincorporación a la nueva vida. Por ello, como comentaba, es muy necesaria la existencia de las unidades de posparto.
Estas unidades deberían estar formadas por ginecólogos, urólogos, coloproctólogos, fisios, preparadores físicos, psicólogos, matronas, etcétera. Puestos a pedir, ¡pidamos!. Pidamos también a esteticistas, masajistas y personas que se dediquen al bienestar, a profesionales que pueden tener un rol dentro de la recuperación de las casuísticas más comunes a las que se expone la mujer en esta etapa. Un centro al que una mujer pueda ir si tiene una incontinencia, una mastitis, una depresión posparto, un problema en su sexualidad o, simplemente, quiere hablar con otras madres para ver qué tal les va. Y por qué no, un centro al que pueda ir si no le gusta su pelo, si quiere que le den un masaje relajante o si simplemente le apetece verse las uñas bonitas mientras amamanta a un bebé. Una unidad para la maternidad donde la mujer esté arropada y se cree una tribu. ¡Sería un sueño! ¿A que suena bien?
Supongo que nos impulsó el hecho de que después de años hablando con nuestras clientas las frases más repetidas en sus pospartos fueron: «¿Por qué a mi nadie me contó esto?», «¿Por qué esto me pasa solo a mí?», «Me siento muy sola y un bicho raro» y otro largo etcétera. Es muy injusto que tengamos que sentirnos así cuando todas pasamos por ello. Nuestro objetivo es reunir a todos los profesionales que atienden a la mujer en su puerperio para que cuenten y expliquen qué puede suceder en esta fase y cómo pueden ayudarnos. Al igual que es importante acudir y realizar a una buena preparación al parto, también se debería realizar una buena preparación al posparto y a los cuidados de la mujer.
En conclusión…
A nosotras nadie nos gana como reivindicadoras profesionales, porque tenemos mucho por lo que luchar, así que incorporaremos este lema, “Cuidarse para cuidar”, en nuestra batalla diaria. Damos vida, por Dios bendito. ¿Hay algo más importante que eso? Lo dudo, así que luchemos porque juntas podemos con todos.
Antes de irnos…
Aquí os dejamos toda la información.
Y vosotras Malasmadres, ¿qué habéis echado de menos en el posparto?
Y no olvidemos las lactancia que se pierden por no valorar a la mamá en esos primeros días que no le sube la leche y su familia le mete el biberón entre ceja y ceja, dejándola sin opción a seguir intentándolo porque no tiene a dónde acudir tantas veces como fuera necesario para poder solucionarlo.
Hola, no se si es tu caso pero a mi con la lactancia me ayudó mucho la comadrona del CAP (soy de Barcelona).
Genial !! Yo añadiría talleres lucrativos con puericultoras que cuiden a los bebés un situ, para que podamos hacer actividades tipo clase de cocina o yoga o clase de pintura mientras vemos que nuestros bebés están « a salvo » y pudiendo darles el pecho si es necesario, por ejemplo.
Estos talleres para mi son como un regalo, una meditación « , un tiempo de relax y de evasión muy necesario en el postparto ♥️
La verdad es que es una etapa muy dura, que prácticamente recae sobre nosotras, el recuperarnos físicamente que faltan unas cuantas semanas, alimentar y ocuparse de los bebés que no es poco… en esta etapa algunas madres tienen recaídas psicológicas… estaría bien tener cuidados y algo más de seguimiento en el posparto.. pero como bien dices si no te cuidas tú, no te cuida nadie.
Ana