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Cinco estrategias para mejorar la comunicación con nuestros hijos e hijas adolescentes

Cinco estrategias para mejorar la comunicación con nuestros hijos e hijas adolescentes

La adolescencia es una etapa en la que nuestros hijos e hijas sufren muchos cambios, conocerlos nos ayudará a las familias para poder acompañarlos. Hoy en Directo estaremos con Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, y Sonia López, experta en adolescencia para hablar de ‘Cómo comunicarnos con nuestros hijos e hijas adolescentes y no morir en el intento’.

Cinco estrategias para mejorar la comunicación con nuestros hijos e hijas adolescentes

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Los consejos de Sonia López

Pocas cosas nos generan tanta culpa y frustración que sentir que hemos dejado de entendernos con nuestro hijo adolescente. Que nuestra conexión es casi inexistente y nos hemos convertido en unos auténticos desconocidos.

Si algo caracteriza a la adolescencia son los constantes conflictos que se desencadenan entre padres e hijos. Desavenencias que llenan a nuestros hijos de rabia e incomprensión y a nosotros de impotencia y tristeza. Los estudios, la hora de llegar a casa, el orden o las nuevas amistades son algunos de los motivos que nos llevan a pasarnos el día entre tiras y aflojas. Unas disputas que llenan nuestro hogar de incomprensión y mal humor.

La falta de recursos ante estas situaciones a menudo nos hace adoptar una comunicación violenta. Donde los gritos y los reproches toman el protagonismo en las conversaciones. Esta forma de relacionarnos crea en nuestros hijos un gran malestar emocional. Además, daña de forma importante nuestro vínculo y provoca que se establezca un distanciamiento.

Cierto es que los adolescentes son irreverentes, rebeldes y muy desafiantes. Que muestran poco interés por escuchar nuestras opiniones y quieren hacer las cosas a su manera sin tenernos en cuenta. Pero eso no significa que ya no nos necesiten a su lado.

Sus miedos e inseguridades están provocados por la cantidad de cambios físicos, psicológicos, cognitivos, sociales y emocionales que experimentan y a los que no siempre saben hacerles frente. Esta inestabilidad e incertidumbre provoca que en ocasiones se comporten de manera tan desajustada e impulsiva con nosotros.

La adolescencia es el período de desarrollo más complicado de educar desde la serenidad. No es nada fácil acompañar a una persona que vive absorta en sus problemas, que se muestra esquiva e insolente cuando intentas averiguar cosas de su vida. Que muestra muchas dificultades para hacer frente a la frustración, aceptar sus errores y modular correctamente las emociones que siente.

Una etapa en la que tu hijo empieza a interpretar el mundo a su manera, a pensar y decidir como él desea. Un momento vital de sana desobediencia, repleto de nuevos aprendizajes y primeras veces donde a menudo sentimos que somos incapaces de dar respuesta a sus nuevas necesidades.

La forma como nos comuniquemos con nuestro hijo marcará nuestra relación. Si nos pasamos el día dándole órdenes, emitiendo reproches, acusándole o etiquetándole no mostrará ningún interés por compartir con nosotros su nueva vida. Provocaremos que se encierre en su cuarto y busque en su grupo de iguales las respuestas o la complicidad que no siente con nosotros.

En esta etapa de desarrollo la comunicación debe seguir siendo uno de los pilares más relevantes en nuestro acompañamiento. Nos tocará buscar nuevas estrategias que consigan que nuestro adolescente se sienta escuchado, querido y respetado eliminando de nuestras conversaciones los sermones y las etiquetas que tanto dañan su autoestima.

Más que nunca tu hijo o hija necesita sentir que sabes que para él es muy difícil hacerse mayor. Que entiendes que aún no esté preparado para pensar y actuar como un adulto, para controlar sus cambios de humor, impulsividad o egocentrismo.

Necesita saber que estás a su lado sin condición y le escuchas con ganas de entenderle aceptándole tal y como es. Que le ayudas a descifrar el mundo tan complejo al que debe enfrentarse y le das el tiempo necesario para aprender.

Una comunicación afectiva y respetuosa te permitirá mostrarte empática ante sus necesidades, proporcionándole la seguridad y el cariño que tanto necesita en esta etapa tan convulsa.

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¿Cómo podemos mejorar la comunicación con nuestro hijo o hija adolescente?

1. Hablando siempre desde el respeto y el amor incondicional. Eliminando de nuestras conversaciones los improperios, las críticas desmesuradas, los juicios de valor o las comparaciones. Utilizando un lenguaje lleno de afecto y positividad que le haga sentir valorado e importante.

2. Estando presente y disponible mostrando interés por todo aquello que le pasa, siente o necesita. Escuchándole activamente conectando con sus emociones de forma empática. Ofreciéndole la libertad que necesita para tomar sus propias decisiones y asumir sus responsabilidades.

3. Buscando el momento y el lugar adecuado para poder hablar con serenidad. Un espacio donde pueda expresarse u opinar con libertad sin sentir que le interrogamos. Respetando la intimidad que necesita, su ritmo vital y estados anímicos.

 4. Aprendiendo a escoger correctamente las batallas. Tu adolescente se encuentra en un conflicto continuo al que tu no debes entrar así que deberás aprender a elegir los conflictos que consideres más importantes y dedicar toda tu energía en ellos.

5.Siendo el mejor ejemplo comunicativo que pueda tener, gestionando correctamente nuestros propios conflictos, controlando nuestra ira y ofreciendo soluciones desde la calma, el amor y la comprensión.

Cuando tratas con respeto a tu hijo adolescente no solo aprende a respetar a los demás sino también le enseñas a respetarse y quererse a si mismo. Cuida tu forma de hablarle, de mirarle, de enseñarle el mundo que le espera ahí fuera.

Y vosotras, ¿cómo lleváis la etapa de la adolescencia? ¡Os esperamos, Malasmadres!

Han comentado...

  1. Buenas,

    muy buenos consejos, la educación tiene que venir desde atrás y lo mismo con la buena relación… si es cierto que una edad complicada en tiempos muy complicados… así que hay que prepararse para la guerra.. miedito tenemos aún nos faltan unos años pero intentamos darle unas buenas bases!

    Besos!

    A. Moreno

  2. Gracias por el post!!
    Que difícil es, tengo tres varones( 12,8 y 5 años)
    Para mi mayor soy una BRUJA, dicho por el. Quiere un móvil y es algo pactado en casa que hasta los 15 no hay. Y además de remar a contracorriente, estamos en una montaña rusa de emociones y frustraciones( de ellos y mia).Es un debate constante, en el que cuando no tiene lo que quiere te empieza a hablar mal, a no soportar ni que le respiren los hermanos al lado, te habla como si fueras un amigo del cole (o más bien enemigo). Intento mantener la calma para hablarle, escucharle… pero al final me puede el cansancio psicológico y termino diciendo SE ACABO LA CONVERSACIÓN, y se que esta mal pero son tres edades distintas cada una con sus taras correspondientes, y encima niños frustrados( nivel dios) en fin sólo pensar en pasar la adolescencia dos veces más, me pone los pelos de punta.

  3. Qué difícil mantener la calma siempre. Con las barbaridades que dicen, a veces. Suelo tener mucha paciencia, pero mi hijo utiliza la ofensa (padres separados). Mi hija pasa hoooras tirada en la cama, sin ganas de nada. Qué difícil acercarse, cuando sólo les motiva salir con sus amigas! Una malamadre desesperada y muyyyy triste. Gracias ?

  4. Hola, mi hija de 17 ya parece que pasó lo peor de la adolescencia, ha sido peor con su padre que conmigo porque nosotras siempre hablamos mucho. Ahora me preocupa la de 11 que tiene un carácter más introvertido y le cuesta contar las cosas, pero ahí estoy intentando estar siempre que me necesita. Saludos malasmadres me habéis ayudado mucho al saber que tantas madres tenían el mismo sentimiento, gracias

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