La apuesta por un ocio y consumo responsable: planes para cuidar el medio ambiente

Comenzamos el mes de octubre con la gran repercusión que han tenido las distintas marchas para pedir soluciones ante la emergencia climática y con nuestro firme compromiso junto con Ecovidrio de educar a nuestros buenoshijos y buenahijas en valores medioambientales y tomar conciencia de lo importante que es cuidar nuestro planeta.

Hoy Malasmadres damos un paso más en este sentido y os traemos una actividad para disfrutar en famila, un taller de reforestación organizado junto con Ecovidrio en colaboración con WWF España y que se celebrará el próximo sábado 26 de octubre (EVENTO COMPLETO), y un post con los consejos de María Negro, impulsora de ‘El Hervidero de ideas’, sobre ocio y consumo responsable.

Pequeños gestos generan grandes cambios

Los consejos de María Negro para educar en valores medioambientales y consumo responsable

*Podéis seguir a María Negro en Instagram, Facebook, Twitter y en su web.

El cuidado del planeta y la conservación del medio ambiente es algo que a todas nos preocupa en mayor o menor medida, y que intentamos poner en práctica a través de nuestros pequeños pasos y decisiones diarias.

Ha aumentado la temperatura global y el nivel del mar, cientos de ecosistemas y especies están desapareciendo, estamos perdiendo la biodiversidad el planeta, las emisiones de CO2 no dejan de crecer y las grandes reservas naturales – como la Amazónica o la situada en el Sudeste de Asia, están perdiendo superficie cada vez más rápido.

Por otro lado, vivimos en una vorágine de prisa y estrés. Vamos corriendo a los sitios, trabajamos de noche para llegar a esa entrega, hacemos la compra por internet y resoplamos cuando por fin, podemos disfrutar de esos 10 minutos de sofá al final del día… ¡si es que podemos!

Además, esta velocidad nos hace en muchos casos, no consumir de manera meditada, tener hábitos menos sostenibles.

Todo esto me lleva a sacar dos conclusiones a las que debemos prestar atención:

• El consumo está demasiado presente en nuestra vida.
• Vivimos desconectados de la naturaleza.

Entonces, ¿qué podemos hacer para trasladar el consumo responsable a nuestra familia?

1. Desligarnos del ocio del consumo

Uno de los puntos más importantes, y efectivos en mi opinión, es desligar nuestro ocio del consumo para evitar tentaciones y compras compulsivas: pasar una tarde en familia en un centro comercial, ir una tarde de compras o premiar o reforzar positivamente a los más pequeños a través de algo material. Y es que, cada cosa compramos o utilizamos (en caso de que requiera energía o combustible, como un coche o un ordenador) genera un impacto en el medio ambiente: emitiendo CO2, gastando recursos o electricidad, etc.

2. Regalar experiencias en fechas especiales

Otra idea interesante es, que en fechas especiales como Navidad o cumpleaños, regalemos experiencias que nos ayuden a trasmitirles valores como la creatividad, consumo responsable, la familia o el cuidado de la naturaleza y de los animales.

Algunas propuestas pueden ser: un vale por un curso de padelsuf, una acampada con amigos o visitar un lugar que les haga especial ilusión, etc. Y esto va ligado, con el segundo punto que mencionaba unas líneas más arriba, nuestra desconexión con la naturaleza. Vivimos en ciudades con pocos espacios verdes, nos movemos normalmente en coche, y a veces pasamos nuestro -escaso- tiempo libre pegados a una pantalla.

¿Cómo podemos reconectar con la naturaleza?

Se nos suele olvidar que somos animales. Formamos parte de un complejo ecosistema y como cualquier otro ser vivo, necesitamos recursos naturales para vivir: el oxígeno, el agua, luz. Por eso debemos proteger nuestros bosques y océanos, ya que se encargan absorber grandes cantidades del dióxido de carbono que generamos, y nos ayudan a combatir el calentamiento global y preservar la biodiversidad.

Además, de garantizar nuestra supervivencia, estar en contacto con la naturaleza tiene multitud de beneficios para la salud física, mental y emocional para grandes y pequeños. Estimula el vínculo entre padres, madres e hijos/as y la imaginación, promueve hábitos saludables, reduce el estrés y mejora el desarrollo cognitivo, entre otros.

5 ideas para recuperar el contacto con la naturaleza. Toma nota

Así que te dejo aquí algunas actividades que puedes llevar a cabo para retomar el contacto perdido con la naturaleza y promover el cuidado del medio ambiente:

1. Organizar acampadas con amigos o visitar algún camping en familia. Cambiar los videojuegos por actividades de ocio o deportes al aire libre.  Recogida de setas o recogida de moras silvestres (con supervisión).
2. Visitar refugios, granjas o protectoras para fomentar el cuidado y amor por los animales.
3. Apuntarse a talleres de reforestación como el que os proponemos hoy de bosques ya que ayudan a repoblar zonas arrasadas por incendios o que apenas tienen vegetación.
4. Formar parte de alguna iniciativa de limpieza en grupo de basura de playas, bosques o espacios naturales.
5. Montar un minihuerto en casa o participar en actividades relacionadas con la cosecha y el cultivo de fruta y verdura, les ayudará a entender de dónde vienen los alimentos que comen.

¿Necesitas más razones para reconectar con la naturaleza y cuidar el medio ambiente?

Sabías que…

• Alrededor de 10 hectáreas de bosque, el equivalente a 14 campos de fútbol,  desaparecen cada minuto.
• Cada año perdemos alrededor de 1.000 especies de plantas y animales. 
• Sabías que entre los años 1990 y 2015, hemos perdido a nivel mundial 129 millones de hectáreas de bosque por incendios, fabricación de papel, construcción, etc.
  • Sólo en 2017 se perdieron 15,8 hectáreas de bosque tropical, superficie que equivale al doble del tamaño de Andalucía.
• Con los envases de vidrio reciclados en España en 2018 se ha conseguido evitar la emisión de más de 500.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. Esto equivale a:
  • Retirar 126.977 coches de la circulación durante un año. § Conservar 518.514 árboles durante 100 años.
  • Dar la vuelta al mundo en avión 127 veces. (Fuente: Ecovidrio).
• Un árbol adulto absorbe el CO2 emitido por un vehículo que recorre de 10.000 a 20.000 kilómetros.