Educar en la adolescencia se convierte en el reto de muchas familias. Se producen distintos cambios en nuestros hijos e hijas y la comunicación puede verse afectada.
Hoy estaremos en Directo con nuestra colaboradora Sonia López para hablar de cómo mejor nuestra relación en esta etapa de la vida. Os esperamos a las 18.00 horas.
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- Con Sonia López, formadora de familias y maestra.
- A las 18.00 horas.
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Háblame con cariño, ¡ahora es cuando más lo necesito!
Malas contestaciones, frases a medias, portazos que distancian, medias verdades que rompen la confianza. Conversaciones llenas de reproches, de silencios incómodos, de agresividad. De palabras fuera de tono y respuestas desafiantes.
Le miras y te cuesta reconocerle entre tanto cambio sintiendo que en ocasiones parece un extraño. Echas de menos que te busque para hacer cosas juntos, que te cuente lo que le preocupa, que te trate con dulzura.
La tarea de acompañar en la adolescencia
Acompañar a un adolescente es una tarea ardua, repleta de retos diarios, de estrategias por aprender. De situaciones en las que la desesperación y la tristeza se apoderan de ti, la culpabilidad y la impotencia te paralizan.
Una etapa que lo revoluciona todo; su forma de relacionarse, sus gustos e intereses, su manera de mirar al mundo.
¡Que difícil resulta aceptar que haya crecido tan rápido y pida su independencia¡. Educar a alguien que vive en constante ebullición, que en ocasiones cree que el mundo gira en contra suyo, que intenta dominar sus emociones torpemente. Con poca capacidad para la autocrítica, que vive entre la euforia y el catastrofismo y ama el riesgo.
Que difícil es acompañar con calma a alguien que se muestra rebelde, irascible y le cuesta mucho escuchar tus opiniones o consejos. Que tiene cambios de humor constantes y muestra dificultades para aceptar los errores y superar la frustración. Que prefiere compartir sus confidencias con sus amigos antes que contigo.
Convivir con serenidad con una persona que experimenta una metamorfosis de cambios, con sentimientos poco modulados, confusos y llenos de contradicciones. Que te cuestiona constantemente, que intenta saltar los límites, que tiene comportamientos desmesurados y no sabe gestionar correctamente sus arrebatos de agresividad.
Los adolescentes son rebeldes, egocéntricos, impulsivos, transgresores de normas. Pero también son cariñosos, curiosos, colaboradores y creativos. La adolescencia es sin duda la etapa en la que nuestros hijos necesitan NUESTRA MEJOR VERSIÓN. Que los acompañemos con grandes dosis de paciencia, cariño y comprensión.
Que les tratemos con respeto, que les ayudemos a poner freno a su impulsividad, que les ofrezcamos nuestro consuelo. Que les expresemos a diario nuestro amor incondicional, nuestra confianza, nuestro aliento.
Adultos que entiendan, que ofrezcan seguridad y calidez, que sintonicen con lo que sienten y necesitan. Que estén de buen humor y eduquen con firmeza en la responsabilidad, esfuerzo y constancia en el trabajo. Que regalen palabras que encorajen, reconocimiento, que muestren interés por sus gustos o intereses.
Que no utilicen amenazas que dañen o distancien, juicios de valor que etiqueten, frases que reprochen los tropiezos. Que sepan manejar los conflictos, las malas contestaciones, las discusiones o las actitudes desafiantes con empatía y calma.
¿Cómo podemos conseguir hacer frente a esas situaciones?
- Teniendo muy presente las características propias de la edad. Nada de lo que hacen es intencionado o personal sino cerebral.
- Siendo conscientes que cada vez que perdemos la compostura nos convertimos en el peor ejemplo comunicativo que puedan tener, abandonamos nuestros argumentos y permitimos que el clima familiar se enrarezca. No podemos consentir vivir siempre entre gritos y amenazas.
- Manteniendo la calma en el momento del conflicto y posponiendo la conversación cuando ambos estemos tranquilos, el respeto se consigue mostrando respeto. Aprendamos a seleccionar los conflictos que son importantes y transijamos los secundarios. No caigamos en la provocaciones o las críticas poniéndonos a su nivel.
- Debemos mostrarnos pacientes y respetuosos para conseguir que nuestro hijo adolescente exprese qué es aquello que le produce malestar. Preguntémoslos sin interrogarles y busquemos momentos distendidos para poder hablar sin prisas. Respetemos los momentos en los que no tengan ganas de hablar.
- Cuando compartan cosas con nosotros evitemos los consejos y los sermones. Respetemos la distancia que necesitan y los ritmos a la hora de hacer las cosas.
- Negociemos con ganas de entendernos mostrando flexibilidad y empatía, aprendamos a preguntar sin enjuiciar. Interesémonos por sus sueños, deseos o preferencias.
- Valoremos a menudo sus esfuerzos, fortalezas y reforcemos las buenas conductas. Pongamos en valor todo lo que nos gusta de ellos, regalando a diario palabras que alienten. Asegurémonos que las expectativas que tenemos hacia ellos son acertadas.
- Revisemos periódicamente las normas y límites (pocos y consensuados) haciéndolos cumplir con autoridad, serenidad y afectividad. Establezcamos también conjuntamente las consecuencias cuando no se cumplan.
- Expliquémosles con cariño cómo nos hace sentir su conducta cuando nos alzan la voz o nos menosprecian. Compartamos nuestra tristeza y malestar sin victimismos. Animémoslos a compartir con nosotros las actitudes que no les gusta de nosotros o aquello que echan en falta.
- Seamos para ellos una fuente de confort, sosiego, comprensión y serenidad. Ofrezcámoslos nuestra atención en positivo, escuchémoslos de manera activa.
Tengo una hija de 22 años , nuestra relación madre- hija funcionaba bien pero desde que me junte con otro.hbre para rehacer la vida ahora hace 3baños mi exno ha parado de hacer la puñeta para que mi.hija y yo no nos podamos ver. Hasta que lo ha conseguido. Cristina , que es mi hija me ha bloqueado de todo , del móvil , y todos las formas para ponerme en contacto con ella y a mi compañero también. He ido personalmente a la casa de mi.ex para poder hablar pero este no me habré la puerta. Sé que estuvo enferma y a mi me tuvieron que ingresar pero se ha vuelto fría y con maldat . La verdad es que no se qué hacer. Gracias.
Mi hija tiene 15 años y la verdad, que aunque es buena, hace todo lo que comentas en post y es muy difícil hablar con ella, se encierra en si misma y es bastante complicado. Seguiré tus consejos a ver si la cosa mejora.
Gracias
Mi hijo tiene 15 años y me lo he esta poniendo muy difícil el no entiende de normas y esta en edad q pasa de mi la verdad q es muy duro lidiar con el casi todos los dias discutimos y esto me tiene a mi muy agotada he pedido ayuda y aun así su comportamiento sigue siendo el mismo ya no wuiere ni estudiar para el solo le importa el movil y el salir
Estoy desesperada, angustiada,y un tanto decepcionada. Mi hija de 14 años está en un momento en que tiene muchos altibajos. Por momento me agota , me quiere y luego,me trata mal. Muy mal. Su tono de voz es horrible conmigo. No quiere avanzar, estudiar sabiendo que es si futuro y lo está tirando por la borda. No entiende a razones. La aconsejo ,la ayudo a diario y me responde con insultos y mala voces. Estoy muy triste porque se que tiene mucho potencial y no se lo cree que puede llegar a hacer cosas maravillosas. Necesita ayuda .
Primera vez que comento, pero no puedo resistirme. Madre de dos chicos de 16 y 15 y, además, profe de secundaria. Adolescencia 24/7 en todas las versiones posibles ?. Pero tanto el buenpadre (también profe de secundaria) como yo lo llevamos más que bien, la verdad. Con todo lo que vemos cada día en las aulas y en las calles, ni se nos ocurre quejarnos. Pero bien es verdad que la semilla para que esta relación “esté fluyendo” ahora, durante su adolescencia (aunque haya baches algunas veces, claro), la plantamos desde muy pequeños… Niños sí, pero crecen, y deben saber desde el principio que hay límites que no se traspasan. En fin, ¡¡que esta etapa también tiene su encanto!!
Yo intento hacer casi todo lo que dices… pero hay que reconocer que es difícil, que se te llevan los nervios, y eso que yo fui una adolescente de armas tomar y me pongo el 90% de las veces en su lugar. La entiendo, la comprendo y soy yo la que le explico como se siente a mi marido. Y hay que reconocer que en esta pandemia han sido los grandes olvidados. Podremos con esto!!!
Gracias por todo lo que hacéis.
Gracias por esta información. Mi hija de 15 años, casi 16, me lo está poniendo fácil la verdad. Tenemos una buena comunicación y muchas cosas en común. Lo que más me preocupa es que precisamente en estos momentos de su vida está muy preocupada por la elección de estudios, todos los días llega con lo mismo, no sabe que elegir, ¿ciencias-sociales? y me siento un poco inútil porque no sé cómo asesorarla. Trato de decirle que ella es la que tiene que decidir en función de lo que quiera hacer, pero con 15 años quién lo sabe? Es complicado
Muy buenos consejos, la verdad es que con los tiempos que corren y la adolescencia tiene que ser muy duro, para ellos y las familias.. la mayor mía tiene 7 años y ya casi me sorprende de como crecen y se comportan, pero bueno vamos tomando nota y esperando que el panorama mejore, sino con tanto confinamiento!!!
Ana