¿Recordáis si os peleábais con vuestros hermanos? Yo con la mía mucho, nuestras disputas eran de lo más variadas, desde un juguete cuando éramos pequeñas a ropa cuando crecimos. Mi madre, la buenabuela, lo tenía muy complicado para mediar con éxito porque se lo poníamos muy complicado. Hoy nuestra psicóloga infantil Maribel Gámez nos darás consejos para poder realizar esa mediación en los conflictos que puedan surgir con los buenoshijos. Espero que os guste que yo ya voy tomando nota para cuando lleguen las peleas a esta casa.
* Puedes seguirla en su web ‘Sácate el carnet de padre’, un proyecto de formación de educación de los niños pero centrado en los padres y en las madres.
Nos sucede con nuestras parejas, con nuestros buenoshijos, con nuestros amigos, con el señor que nos vende el pan. A veces discutimos, gritamos, parece que llegamos a momentos irreconciliables… esto es porque el conflicto es inevitable e intrínseco a la vida. Chocamos unos contra otros, por la forma de hacer las cosas, por nuestras opiniones, por lo que es tuyo o mío.
Los hermanos no se pueden escapar de esta realidad, de esta parte de compartir el mundo con otros seres humanos.
Además, tenemos que tener en cuenta que los hermanos tienen una relación estrecha, es decir comparten el día a día, la intimidad de una casa, una vida en común. No podemos sorprendernos porque de vez en cuando se les escuche dando voces o que llamen a las malasmadres para que ellas puedan dictaminar lo que es justo o lo que no. Lo que si podemos hacer es enseñarles, lo mejor posible, la manera de gestionar esos conflictos para llegar a acuerdos ayudándoles a crear un repertorio de habilidades útiles para estas situaciones. En fin, a convivir.
Los roces entre hermanos en la infancia se suelen dar por temas muy concretos: necesidad de atención de uno o los dos padres, conflictos relacionados con la posesión de cosas (este juguete es mío, esta camiseta es mía, no la toques), y también por supuesto, a medida que van cumpliendo años, el territorio: es decir, que partes de la casa “pertenecen” a uno u otro y cuando las utilizan.
Lo primero a tener en cuenta es que cuanto más próximos en edad estén los hermanos más conflicto se suele dar. Y ahí, en parte, tenemos suerte ya que si la diferencia de edad no es muy grande (más o menos dos años) y les vemos en igualdad de condiciones tanto física como psicológicamente, una buena opción es intentar que ellos mismos resuelvan la situación. El objetivo es siempre que aprendan a resolver las situaciones problemáticas solos.
Por ejemplo, si se están peleando por tener un juguete y se les oye gritar desde la otra punta de la casa, sería bueno acercarse a ellos y preguntar que es lo que esta pasando. Si ambos quieren el mismo juguete se les puede decir: “tenéis que encontrar una solución para que los dos podáis disfrutar del juguete y así dejéis de pelearos”. Ese es el momento para preguntarles que soluciones se les ocurre respecto a ese conflicto. Si están secos de ideas para solucionar la situación se les pueden dar alternativas y pedir que las pongan en práctica en un breve lapso de tiempo. Si bien es cierto que lo deseable es que ellos desplieguen estrategias de solución por sí mismos, al principio hay que ayudarles.
Retirarles el juguete si siguen peleándose y no llegan a ninguna solución práctica puede ser una consecuencia que les estimule para que en sucesivas situaciones parecidas se esfuercen por resolver esa situación. La idea es que aprendan que hay ocasiones en las que hay que negociar y llegar a acuerdos para que ambas partes puedan disfrutar de aquello que quieren. Si no, se puede perder aquello que tanto desean.
También es una situación ideal para trabajar la tolerancia a la frustración y la empatía. Negociar significa pensar sobre un problema y no dejarse llevar por la frustración y el enfado y además buscar posibles soluciones teniendo en cuenta lo que quiere el otro.
Hay otro tipo de conflictos donde no tenemos muy claro quien ha empezado las peleas y es difícil saber a quien se debe castigar.
Una forma que puede ser útil para resolver estas situaciones es sentarse con ellos y poder hablar abiertamente de por qué se producen la mayoría de los problemas entre ellos, ya que éstos suelen repetirse, y qué conducta especifica les molesta del otro hermano. Establecer unas normas básicas de respeto entre ellos puede ser muy útil a la hora de decidir a quien poner un castigo si se da el caso. La idea sería que esas situaciones no se repitiesen en el tiempo. Por ejemplo:
– Llamar siempre a la puerta de la habitación del otro hermano antes de entrar
– No cogerle su ropa, ni sus juguetes sin preguntarle previamente
– No pegarle, gritarle o asustarle
– Pedirle las cosas por favor y utilizar el gracias
Escribir y poner estas normas en un lugar visible para los niños incluyendo dibujos explicativos para los más pequeños ayuda a no tomar partido por ninguno de los dos. Evitaremos esto si siempre hacemos referencia a unas normas de comportamiento como las anteriores.
Es importante que seamos capaces, cuando tenemos delante un conflicto entre hermanos, de empatizar con cada un de ellos; entender que puedan estar tristes, enfadados o frustrados porque su hermano le haya quitado alguna cosa o le haya dicho algo que no le haya gustado. Ayudarles a expresar sus emociones y acogerlas es vital. Normaliza la situación, les tranquiliza al sentirse comprendidos y les permite cierta calma para pensar sobre lo que ocurre.
Por supuesto hay que fomentar también la empatía entre ellos. Que sean capaces de ponerse en el lugar del otro hermano y experimentar cuales han podido ser sus sentimientos.
Si por lo que luchan es por la atención de los adultos, hay que observar si pasamos tiempo suficiente con ellos (a veces nos echan de menos con razón, por la vida ajetreada que llevamos) e intentar pasar tiempo individual con cada uno de ellos siendo muy conscientes de qué actividades o situaciones les atraen para realizar con cada uno de los padres.
No puedo terminar el post sin mencionar que en un porcentaje pequeño de casos, y este es un tema del que creo que apenas se habla, el problema va más allá del conflicto típico que podemos encontrar entre hermanos. Hablo de que a veces se da una situación de maltrato de un hermano a otro. Suele ser el hermano mayor el que maltrata al más pequeño. La diferencia de edad suele ser claramente visible y las agresiones pueden ser físicas o psicológicas. Evidentemente el hermano más pequeño carece de los recursos y estrategias necesarias para poder defenderse y necesita protección de un adulto para poder salir airoso de esas situaciones. Es muy importante detectarlo cuanto antes y actuar ayudando al hermano agredido a sentirse protegido y a entender lo que le pasa, y al agresor a manejar sus sensaciones de frustración, enfado o ira.
Por último, podemos encontrar otras situaciones. Por ejemplo cuando parejas separadas con hijos vuelven a rehacer sus vidas con otras personas que también tienen hijos. Para ellos (para todos) es una situación delicada y hay que ir introduciendo a los nuevos hermanos poco a poco, resaltando lo que tienen en común e intentando que ninguno se sienta forzado o desplazado por los nuevos hermanos ya que eso crearía malestar y conflictos.
Fomentar actividades gratificantes para los dos, buscar qué les gusta hacer en compañía del otro o qué puntos de su personalidad tienen en común es una forma de que puedan compartir tiempo de disfrute y dejar, aunque sea durante un rato, las rencillas a un lado.
Y vosotras malasmadres, ¿cómo medíais en los conflictos de vuestros buenoshijos?
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Mis dos buenoshijos chica de 6 y chico de 4 han entrado ahora en esa fase y es insoportable ese runrún todo el santo día y desde por la mañana. En mi caso el pequeño es el que pega, y no entiende de normas. Cuando al final decido quitarles el objeto de disputa, me desafía y me dice que le da igual. No sé qué hacer porque la niña es muy buena, y es que está todo el día recibiendo palizas, tirones de pelo, pobrecita mía. Espero que se le pase pronto y se tranquilice como la hermana. Las soluciones en el post no me parecen realistas. No hay hermanos que lleguen a una solución el orgullo los vence
Yo tengo 3 buenos hijos y la mayor que tiene 18 años recién cumplidos llama mounstruitos a los hermanos de casi 10 ( chica ) y 8 el pequeño.. La verdad es que el pequeño cunde por un par más por su carácter impulsivo y poco controlable y cuando ella se queda a cuidarlos plan canguro como hoy ( vacaciones) muchas veces no puede con ellos.. Los peques no pueden vivir el uno sin el otro, pero ya comienzan a necesitar tb su espacio y lo reclaman para estar en lo suyo cada uno.. Juegan pero también se pelean y sobre todo el pequeño esta detrás de su hermana para que le haga caso.. yo les dejo que resuelvan sus conflictos, pero si es cierto que hay que intervenir en muchas ocasiones porque se convierte en un caos la casa en un momento.. Mi actual problema es que me gustaría que cada uno de los peques tuviera su habitación porque empieza a ser un conflicto tenerles juntos siendo niño y niña..aunque a veces también veo que pese a las peleas se ayudan… Que hacer!! teneis alguno situación parecida? besos!!
Muchas gracias por el post!! Aunque aun nos quedan varios años para que estas situaciones se den, ya he puesto al buenpadre en alerta. Él no tiene hermanos y creo q le va a costar entender las peleas entre los dos buenoshijos, pero espero q con paciencia y estos buenos consejos lo consiga.
Yo siempre he peleado tanto cn mi hermana mayor como con mi hermano menor. La diferencia de edad entre los 3 es muy pequeña y como bien dices, esto repercute en las disputas diarias. Siempre mis hermanos se han peleado menos entre ellos q yo cn ambos, tb la diferencia en el carácter cuenta y aqui creo q es importante que conozcamos a nuestros buenoshijos para poder mediar de una forma mas efectiva y, totalmente de acuerdo, cada vez menos directiva.
Gracias y un saludo
Hay días que comienzan a discutir desde la mañana y es desquiciante. Supongo que son el cóctel ideal para discutir, chico 12 años, chica 6 años. Cualquier escusa es buena para discutir. Así que de los pocos momentos que tienen en que juegan y se ríen juntos, casi lloro de felicidad.
Jajaja. Un cóctel interesante tienes ahí. Mucho ánimo!
Un abrazo
“Suele ser el hermano mayor el que maltrata al más pequeño …” Aún recuerdo la expresión del buenhijo1 cuando le dimos permiso para defenderse de los ataques físicos de la buenahija2 (4 años menos): ¿SÍ? ¿DE VERDAD PUEDO?
Hubo una época que sospeché que las disputas “porcualquiercosa” eran simplemente excusas para liarse, para forjar ese vínculo especial con el hermano con quien te sueles pelear, el que sientes mas cercano (yo tengo 5 hermanos y las “disputas” eran por parejas casi fijas).
Coincido en que, si no pasan a mayores, es mejor que aprendan a solucionar solos sus diferencias aunque necesiten algo de ayuda al principio … los primeros 20 años!!!
Espero que sea un poquito menos de 20 años!. Gracias por comentar Alberto. Un abrazo