La adolescencia es todo un reto para las Malasmadres, una época llena de emociones en las que tenemos que acompañar a nuestros buenoshijos y buenashijas. Hoy junto a @DisneypPlusES, que mañana estrena en exclusiva la “RED”, la nueva peli de Disney y Pixar sobre la adolescencia y el control de las emociones, hablaremos de este tema y de cómo ayudar a nuestros hijos e hijas. Lo haremos con Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres y Sonia López, formadora de familias, maestra y psicopedagoga.
El post de Sonia López: cómo acompañar a nuestros hijos e hijas en la adolescencia
- Haga lo que haga no te va a gustar.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque te pasas todo el tiempo criticando a mis amigos, mi forma de vestir o mis decisiones.
- No es fácil aceptar que hayas crecido tan rápido.
- En vez de ponérmelo más difícil, ayúdame a hacerme mayor.
Le miras y te cuesta reconocer a aquella chica extremadamente cariñosa que necesitaba tu ayuda para casi todo y a la que le encantaba explicarte todo aquello que hacía en el colegio y con sus amigas. Al observarle con detenimiento, ahora ves a una joven que muestra poco interés por escucharte, que se comporta de forma rebelde, irascible y desafiante sin un motivo aparente. Que en ocasiones parece sufrir en silencio pero que se cierra y no te explica qué le sucede realmente.
Como familias la adolescencia es la etapa más difícil de educar. No es nada fácil acompañar a un/a adolescente al que parece que has dejado de importarle, que se muestra reservado e insolente y muestra muchas dificultades para hacer frente a la frustración. Que vive entre extremos, contradicciones y no sabe modular correctamente sus emociones. Con variaciones de humor constantes, poca capacidad para la autocrítica y gran vulnerabilidad.
¡Qué complicado es conectar con una persona que, en ocasiones, nos falta al respeto, nos alza la voz o se muestra desagradecida! Que le cuesta reconocer sus errores, escuchar nuestros consejos y se siente insegura y perdida. Un/a joven en proceso de descubrimiento, de cambio, con altas dosis de ego e impulsividad.
Que frustrante es sentir que en muchas situaciones no sabemos dar respuesta a sus necesidades o aspiraciones, que parece que hablemos idiomas distintos y no logramos encontrar un adecuado equilibrio entre la exigencia y la libertad.
Si algo caracteriza la etapa de la adolescencia son las constantes desavenencias que se encadenan entre las familias e hijos/as. La ropa, los estudios, el orden o la hora de volver a casa generan conflictos constantes que habitualmente acaban en portazos reproches o amenazas. Situaciones que nos entristecen, que nos llenan de culpa e impotencia y que rompen el vínculo con nuestros hijos.
La falta de recursos ante estas situaciones nos lleva a adoptar una comunicación violenta donde normalizamos los gritos o los juicios de valor. Unas situaciones que llenan a nuestros hijos/as de ira e inseguridad creándoles un gran malestar emocional y haciéndoles sentir que no les comprendemos.
Que nuestros hijos/as adolescentes se muestren con nosotros de forma desajustada e impetuosa no significa que hayan dejado de necesitarnos. La adolescencia es la etapa de desarrollo en la que más necesitan de nuestro cariño y comprensión, de nuestra paciencia y empatía. Que les ayudemos a entender todos los cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales por los que transitan y que tanto les daña la autoestima. Que les ayudemos a descifrar el mundo cambiante al que se enfrentan.
Es esencial que nuestros adolescentes se sientan escuchados/as, reconocidos/as, y respetados/as. Necesitan sentir que continuamos estando a su lado sin condición, que les escuchamos con mucho respeto y que entendemos que para ellos no es nada fácil hacerse mayor. Que establecemos unas expectativas acertadas hacia ellos, que les escuchamos con ganas de entendernos y tenemos muy en cuenta sus necesidades u opiniones dentro de la familia.
Nuestros hijos e hijas necesitan a su lado adultos que miren la adolescencia con respeto, cariño y empatía, abandonando los patrones adultistas que tanto nos separan de ellos.
¿Cómo podemos acompañar a nuestros hijos adolescentes?
1. Conociendo las características propias de esta etapa educativa repleta de fluctuaciones. Conocer la metamorfosis de cambios por los que nuestros hijos están pasando nos permitirá entender sus comportamientos para poder ofrecerles la ayuda que necesitan. Hacer el ejercicio de recordar qué tipo de adolescente fuimos, qué problemas ocasionamos a nuestros padres y qué errores cometimos nos permitirá ser mucho más empáticos.
2. Estando presentes y disponibles, ofreciéndoles el tiempo y la atención que necesitan. Haciéndoles sentir queridos, valorados y apoyados. Estrechando nuevos vínculos adaptados a la edad para demostrarles nuestra confianza y amor incondicional.
3. Hablando siempre desde el respeto y la comprensión. Eliminando de nuestras conversaciones los improperios, las críticas desmesuradas, las comparaciones y etiquetas que tanto dañan autoestima.
4. Estableciendo normas y límites consensuados y haciéndoles responsables de sus propias decisiones buscando un equilibrio entre la permisividad y la sobreprotección. Permitiéndoles que descubran el mundo a su manera, respetando sus gustos, ritmos de aprendizaje y deseos. Dándoles el espacio y la intimidad que necesitan para ir construyendo su propia identidad.
5. Aceptándolos tal y como son, explicándoles todo aquello que nos gusta de ellos. Valorando sus esfuerzos y logros, fomentando el esfuerzo y ofreciéndoles nuestra ayuda siempre que lo necesiten.
6. Ayudando a construir una autoestima y autoconcepto sólido, enseñándoles a mirarse al espejo con afabilidad y sin miedo. Resaltando todas las virtudes que poseen e incitándoles a aceptarse tal y como son, valorando sus fortalezas y buscando respuesta a sus dificultades.
7. Validando lo que sienten, enseñándoles a reconocer, analizar y gestionar las emociones, ayudándoles a modularlas y a darles respuesta.
Nuestros hijos e hijas adolescentes necesitan que seamos modelos, guías y acompañantes, sentir a diario nuestras muestras de afecto y palabras que alienten. Que le ayudemos a capear el temporal por el que transitan y nos convirtamos el mejor refugio que puedan tener.
Y a ti Malamadre, ¿qué es lo que más te preocupa de la adolescencia?, ¿ese momento RED que te hace perder la paciencia?
Mi paciencia acaba cuando parece que vivo sola. Convivo con mis dos hijos adolescentes a unos auriculares pegados. Les hablo y claro, no escuchan, tienen los auriculares, y así es imposible convivir?♀️
¡No habrá paz para las Malasmadres, Inma!
Buenas tardes, me conectar al directo, aunque es hora de cenas.
Yo intento leeros a todos, formarme, intentar conectar… q difícil es.
Pero mi hija de 15 No da tregua. Un día parece q dialogas y al siguiente sigue otro conflicto. No hay descanso para la mente. Ese es mi planteamiento, entre otros.
Gracias. Un saludo
¡Puedes ver el directo cuando quieras! Están grabados. Mucha suerte y paciencia, santa paciencia!