Las vacaciones de verano hacen que estemos más tiempo pendientes de los buenoshijos. Sin embargo, eso no debe significar estar encima de ellos y planificarles cada minuto sin tiempo a otra cosa más que a lo que hemos planeado para ellos. Hoy Alejandra Melús nos da las 7 claves para no convertirnos en padres helicóptero.
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Las vacaciones de nuestros buenoshijos y buenashijas ya han llegado, y esto nos hace planificar una rutina diferente a la del resto del año, casi de manera inevitable. Cada familia escoge y lleva a cabo la mejor dinámica para sobrevivir a las vacaciones escolares, y sí, digo sobrevivir porque para muchas familias conciliar vida laboral y familiar en esta época del año se vuelve una auténtica odisea.
Las vacaciones de nuestros buenoshijos suponen más tiempo libre, en familia, para disfrutar del tiempo juntos, establecer nuevos hábitos, horarios y ritmos que se van instaurando poco a poco en las semanas de verano, haciéndose nuestra nueva rutina de vacaciones. El hecho de pasar más tiempo juntos, nos hace a veces estar pendientes continuamente de ellos, algo que puede parecer muy positivo pero a veces se puede convertir en todo lo contrario.
Ser madres y padres “helicóptero” no les beneficia en nada, y en verano a veces asumimos este riesgo casi de manera involuntaria. Aquí te dejo algunas claves que pueden servirte para estas vacaciones.
Por qué no beneficia a nuestras hijas e hijos que estemos encima de ellos de manera continua
1. Fuera la sobreprotección
Las niñas y los niños necesitan tiempo en familia para crecer sanos y felices, y aunque nuestra obligación sea protegerles y cuidar de ellos, sobreprotegerles no les generará ningún beneficio, sino más bien todo lo contrario. La sobreprotección genera desconfianza e inseguridad en ellos mismos. Es importante alentarles e impulsarles a hacer, permitiéndoles equivocarse y aprender de sus errores, intentos y aciertos.
Aunque nos de miedo o nos genere intranquilidad que prueben un nuevo deporte o pasen una noche fuera de casa, debemos impulsarles a hacerlo si ellos se sienten con ganas, favoreciendo su capacidad de decisión, la seguridad en sí mismos y su autoestima.
2. Probar, supone acertar y errar
Esto genera cantidad de oportunidades que nos llevan a dar nuevas y diferentes respuestas ante lo sucedido. La capacidad de resolución de conflictos es necesaria e imprescindible a lo largo de la vida, por lo que si queremos ayudar a nuestras hijas e hijos, lo que mejor podemos hacer es darles oportunidad de errar y adquirir nuevas herramientas para resolver sus conflictos.
3. Dar espacio, confianza y tiempo libre
Las vacaciones son perfectas para conocernos más, compartir conversaciones, gustos, dialogar sobre aquello que nos preocupa o pasar tiempo de calidad juntos, pero a la vez es primordial dar espacio, confianza y tiempo libre a quienes más queremos, para establecer seguridad en sí mismos, autonomía y confianza.
4. No somos mejores padres si llenamos sus horas de actividades
Los buenoshijos no necesitan una agenda más ocupada que la de una ministra, ya que los momentos libres favorecen el aburrimiento, lo que amplía su capacidad de crear, imaginar, elaborar y mostrarse activos ante esta situación de “parada”.
Tendemos a pensar que si se aburren estamos haciendo algo mal como padres; si no llenamos sus días de juegos, deportes, quedadas o planes, parece que estamos incumpliendo nuestro papel de madres y padres preocupados, pero esto no es así. Tenemos que cambiar el chip y comprender que si les damos todo masticado no aprenderán a buscar sus estrategias para entretenerse y aprender sin la guía de los adultos.
Adquirir herramientas para ocupar su tiempo, elaborar planes, crear juegos o saber divertirse sin la ayuda de los demás, les enseña a valorar el tiempo, los diferentes momentos de la vida y a aprender a apreciar la soledad y la compañía de otros.
5. Dejemos que se desarrollen su autonomía personal
Como os hablaba en este post hace unas semanas, la autonomía personal juega un papel imprescindible en el desarrollo del ser humano. El verano es buen momento para poner en práctica todo aquello que durante el curso nos cuesta un poco más o nos da más pereza, cómo puede ser aprender a lavarse sólo los dientes o enjabonarse el cuerpo, atarse los cordones, poner y quitar la mesa, servir el agua en los vasos o regar las plantas.
Las vacaciones son ideales para favorecer el trabajo en equipo y la asignación de tareas. Hay tiempo de sobra para practicar e ir perfeccionando y también los espacios abiertos permiten que practiquemos con más facilidad y menores consecuencias, como, por ejemplo, si servimos agua en la terraza y se derrama, no pasará mucho más que que estemos 5 minutos mojados, ya que después con el calor todo se secará rápido y se habrá quedado en una anécdota.
6. Practicar o repasar aquello que hayan aprendido a lo largo del curso escolar
Puede ser muy beneficioso siempre y cuando lo hagamos de manera atractiva para ellos, como por ejemplo, con actividades del día a día podemos afianzar conceptos numéricos, lingüísticos, motrices o cognitivos, como ayudando en la cocina a pelar fruta, cocinar, lavar los platos, yendo a la compra, saliendo de excursión a la playa o al campo, recogiendo la casa, limpiando, haciendo la lista de la compra o el menú semanal.
Todas estas tareas ayudan a activar las áreas cerebrales implicadas en los procesos matemáticos, lingüísticos, de lectoescritura, memoria o motricidad, entre otros. Con imaginación y creatividad podemos favorecer desde la práctica todo lo que han adquirido desde la teoría.
7.Dar ejemplo de lo que queremos transmitir es el mejor regalo que podemos hacerles
Si queremos que aprendan a tomarse con calma el verano, a ser autónomos, a resolver sus pequeños problemas, a tranquilizarse ante un conflicto o un disgusto o a ser más valientes o aventureros, debemos darles oportunidad para serlo y ofrecerles buenos ejemplos de ello. Como ves el verano es perfecto para mostrar lo mejor de nosotros mismos, ¿no crees?
Y tú, ¿te identificas con la maternidad o la paternidad helicóptero? ¿Crees que beneficia a nuestros buenoshijos que estemos tan encima de ellos?
Genial el post…intentaremos llevarlo a cabo, aunque a veces es difícil y depende mucho del niño. Con mi hija mayor, 5 años, es muy fácil..juega sola, autónoma total y la dejas 5 minutos en un parque ya tiene 5 amigos..jajaja. Pero la pequeña (2,5 años) es otro cantar…está bien lo de no sobreproteger pero con ella y sus trastadas suelo acabar en urgencias, creo que quiere explorar demasiado..hoy mismo me ha tocado sacarle una goma del pelo pequeña de la nariz con unas pinzas (no gano para sustos)…cada 5 minutos y cuanto menos te lo esperas me la está liando..jajaja pero bien que me dice ” mama soy mayor no me ayudes ehhh” jajajaj
Muchas gracias a todas, gracias por este club tan genial.
Genial.
¡Ay, por favor! ¡Soy la buena madre del verano! La niña se me aburre a diario, le he puesto unos cuadernillos Rubio de toda la vida para que repase lo aprendido `¡y anda fascinada! Como tengo que estar pendiente del trabajo y del bebé, la autonomía le chorrea ya por los 4 costados. No, si al final va a resultar que sólo soy malamadre en temporada escolar 😛
Muy buenos consejos! Esperamos ponerlos en práctica! A ver si no nos ablandamos..jeje
La mía acaba de empezar el verano y ya lleva numerosas heridas de guerra en brazos y piernas…
Besos,
Anabel
Gracias por tus palabras! Un fuerte abrazo y a seguir coleccionando recuerdos!
Muy buenas pautas, Alejandra. Yo creo que soy el antihelicóptero jajaja. Aunque seguro que en alguna cosa caeré, claro, pero lo intento evitar. Me parece un estilo educativo muy dañino a medio plazo, que hace a los niños inútiles funcionales con todo lo quque conlleva paga su autonomía y autoestima y la dinámica familiar que genera. Yo tengo pensado, a ver en qué queda luego, aprovechar el verano para desarrollar habilidades… Veremos. Jajaja.
Gracias Nuria! Pues seguro que lo aprovecháis genial! Un abrazo enorme