- “No soy suficientemente buena”.
- “No lo voy a saber hacer”.
- “Mi opinión no es importante”.
¿Tu voz interior te ha repetido alguna vez alguno de estos mensajes? Tengo que decirte que esto no solo te afecta a ti, sino que afecta a la mayoría de mujeres y tiene un nombre: el Síndrome de la Impostora.
La pregunta no es si lo sufres o no, si no qué tipo de síndrome de la impostora sufres y cuánto te limita para lograr tus objetivos.
Te aliviará saber que este síndrome es muy común en mujeres, dado el contexto socio-cultural en el que hemos sido educadas. Mujeres reconocidas como Emma Watson, Natalie Portman o Michelle Obama han confesado abiertamente que lo han sentido.
Como explica muy bien Reshma Saujani en su charla TED ‘Enseñemos a las niñas valentía, no perfección’, las mujeres hemos sido educadas para ser perfectas y no valientes y esto hace que tengamos unos niveles de autoexigencia muy elevados y dudemos de nuestras capacidades y talentos, haciéndonos sentir a menudo un fraude o que no estamos a la altura. Esta autocrítica constante nos debilita.
¿Has tenido la sensación de que lo que has logrado es gracias a la suerte y que algún día tu entorno se daría cuenta?
Tendemos a infravalorarnos, a no valorar nuestros talentos y lo peor de todo es que por ello dejamos escapar multitud de oportunidades.
Desde descartarnos para hablar en público, no opinar o participar en reuniones, dejar de proponer nuevas ideas, no atreverse a llevar a cabo nuevas iniciativas que hemos ideado, rechazar o no aplicar a promociones profesionales,… Todo esto por no sentirnos suficientemente capacitadas o buenas.
¿Qué tipo de impostora sientes que eres tú?
Hay 5 tipos de síndrome de la impostora que puede que te estén afectando:
- La perfeccionista: por su alta autoexigencia se siente frustrada y duda de ella misma. Suele exigirse metas que son inalcanzables y esto le causa un gran desgaste.
- La experta: se infravalora y tiene miedo de no saber tanto como piensan. Nunca se siente suficientemente preparada, no se cree lo suficientemente experta. No cree que es quién dice ser.
- La superwoman: cree que para estar a la altura ha de trabajar más duro que nadie. Se responsabiliza de tareas que no le corresponden y esto la agota.
- La “Yo lo hago todo”: teme pedir ayuda y que lo consideren como una debilidad. Intenta hacer malabares sola y sin querer aleja a las personas de su vida.
- La genia: piensa que ha de hacerlo bien a la primera y se castiga duramente si falla. No se permite una segunda oportunidad.
¿Cuál predomina en ti? Todos estos miedos nos frenan constantemente. No nos dejan sentirnos bien, sino que nos provocan un ahogo constante debido a esta mentalidad.
“Como te tratas, te tratan”. Derrumbemos los mitos de las madres perfectas, de las trabajadoras perfectas, de las mujeres perfectas… Empecemos a creer en nosotras mismas y ser nuestras fans número uno.
Si tú no crees en ti, nadie lo hará ¿lo sabes?
Cómo hacer frente al Síndrome de la Impostora
Te comparto algunas ideas para combatir el Síndrome de la Impostora de las que cuento en mi libro MamaBoss. ¡Vamos a llevarlo a raya!
- Trata siempre de recordar tus logros con datos o hechos objetivos. Esto te ayudará a ver que no estás exagerando si no que tienes información real que avala tus resultados.
- Comparte tus éxitos, habla de ellos de manera habitual y gana seguridad en ti misma. Empieza con tu familia, con tus amigos,…
- Apunta en una libreta todo lo que consigues y sea relevante para ti. Tendemos a olvidar lo que ya hemos realizado y solo acordarnos de lo más reciente, pero si lo anotas estarás ayudándote a autorecordarlo y darle valor. Siempre podrás recurrir a ella o revisarla.
- Procura celebrar los logros o avances. ¡No te pierdas ni una party! Nuestra mente valora mucho más lo negativo que lo positivo y tenemos que equilibrarlo de forma consciente.
- Pide feedback de tu trabajo: solemos confiar más en la opinión de los demás que en la nuestra propia. Pregunta a tus clientes, jefes, compañeros de confianza: ¿cómo les ayudas con tu trabajo? Seguro que sus respuestas te sorprenden gratamente.
- Háblate bonito. Controla tu dialogo interno, tu autocrítica para frenar el síndrome cuando lo detectes. Háblate como le hablarías a tu mejor amiga.
- Pide ayuda cuando lo necesites. Esto no te hace débil, te hace inteligente. Acepta que no puedes llegar a todo.
- Quiérete imperfecta y deja a un lado la presión de siempre acertar. Los errores son nuestros mejores aprendizajes para crecer. Sostente con amor. Trátate bien también en los momentos de bajón.
- Repítete cada mañana frente al espejo alguna de tus cualidades. Esto te dará seguridad en ti misma dado que la repetición ayuda a tenerlo presente. Tú vales.
- Visualiza a la mujer en la que te quieres convertir. Imagina que ya eres esa mujer ¿Qué energía tienes?¿Qué actitud? Sincronízate con esas emociones para empoderarte.
- Agradece cada día: el agradecimiento te sitúa en una mentalidad más positiva.
Por último…
Hazlo aunque sea con miedo
Aunque te parezca que no estás 100% preparada: pregunta, prueba, propón… Solo vas a lograr lo que intentes.
Di que sí a hablar en público, di que sí a dar tu opinión, di que sí a nuevos retos/ nuevas propuestas, di que sí a delegar, di que sí a nuevas candidaturas, di que sí a esas nuevas oportunidades ¡que como mujer mereces!
Te mereces todo lo bueno que te haya pasado y te vaya a pasar.
Y tú Malamadre, ¿qué síndrome de la impostora tienes y cómo vas a desprenderte de él?
Leer las soluciones a este tipo de conflictos me da tranquilidad, ahora se como sobrellevar esta situación. Gracias.
Yo no sabía de este síndrome y hace poco lo leí en LinkedIn, analizado sobre todo desde el punto de vista laboral y ahora lo leo desde el punto más amplio como mujer … leer sobre esto hizo un click en mi … no soy RARA, es la educación que he recibido. Y que aunque no los digan, lo leamos y nos sintamos absolutamente identificadas… nos cueste reaccionar.. Por lo menos a mi. Gracias por visibilizar, ahora toca que cada una trabajemos para ser más felices
Muchísimas gracias Laia por esta pedazo de reflexión.
Me he sentido 100% reflejada en 4 de los 5 tipos de síndrome que describes en el ámbito laboral. Es algo con lo que cuesta mucho romper, a mi por ejemplo me parece “anti-natural” el compartir mis éxitos con el equipo, y parece que si no lo cuentas, no lo has hecho!
Madre mía, soy una EXPERTA de libro!!!! Me tengo que poner las pilas porque a mis 50, yo creo que ya es hora……GRACIAS!!
Muy bueno Laia. Gracias por ayudarnos a reflexionar y darnos cuenta d todas nuestras posibilidades. Subimos al tren y tiramos adelante… leer tus reflexiones nos hace parar y pensar!!!