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La autonomía en la adolescencia

La autonomía en la adolescencia

– ¿Pero por qué tengo que hacer las cosas cómo tú me digas?

– Únicamente pretendía ayudarte.

– ¿No crees que lo puedo hacer sólo?

– Claro que sí lo pienso.

– ¿Y por qué no me dejas hacerlo a mi manera?

– Supongo que a veces me cuesta aceptar que te has hecho mayor.

Recuerdo el día que mi hijo mayor soltó mi mano por primera vez. Tenía poco más de un año y decidió correr detrás de una paloma, sentí miedo y emoción a partes iguales. Dieciséis años después experimento la misma sensación al  observar cómo ha crecido y se ha convertido en un adolescente que empieza a querer volar fuera del nido.

La adolescencia es sin duda una de las etapas más difíciles de entender y  acompañar, donde a menudo la confrontación se hace presente. Unos conflictos que nos alejan y nos llenan a los progenitores de culpa e impotencia y a nuestros hijos de rabia e incomprensión.

No es fácil vivir con alguien al que parece que todas tus opiniones han dejado de importarle, que muestra poco interés por explicarte cómo se siente  y que modula sus emociones muy torpemente. Que vive entre extremos y explosiones de euforia, enfado o tristeza. Que se muestra irreverente, reservado y crítico con todas nuestras decisiones, tiene comportamientos desmesurados y no sabe gestionar correctamente los arrebatos de ira o agresividad.

Una persona que necesita descubrir quién es, qué siente y qué quiere hacer con su vida. Que precisa crear su nuevo autoconcepto y entender la vorágine de cambios físicos, psicológicos, emocionales e sociales por los que transita y que tanta inestabilidad le generan.

Es complicado aceptar que nuestros hijos hayan crecido tan rápido y nos necesiten de forma diferente. Que quieran descubrir el mundo a su manera, elegir su camino de forma autónoma y hacer las cosas sin importarles demasiado si nos van a gustar o no.

Que difícil es no perder la paciencia con ellos, contagiarse de sus cambios de humor, sentirse herido con sus cuestionamientos. No alzar la voz cuando dan portazos o realizan juicios de valor que llenan de recelos el hogar.

Aunque hayan crecido tanto y no nos lo demuestren, nuestros hijos adolescentes siguen necesitando que estemos presentes y disponibles, que les apoyemos de forma incondicional, que les escuchemos con empatía y respeto y les mostremos a diario nuestro cariño. Que mostremos interés por todo aquello que les gusta, preocupa o ilusiona.

Precisan toneladas de miradas que acojan, palabras que entiendan, abrazos que protejan. Que entendamos que para ellos no es nada fácil hacerse mayor, que establezcamos unas expectativas acertadas  y tengamos en cuenta sus emociones y opiniones. Que utilicemos una comunicación afectiva y respetuosa que nos permita mostrarnos empáticos y hacer sentir a nuestros hijos que pueden contar con nosotros para todo.

Nuestros hijos adolescentes necesitan experimentar la autonomía aunque tropiecen a menudo y se dejen ayudar poco. Adquirir los valores y las habilidades necesarias para poder valerse por sí mismos, tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias de ellas. Está libertad les permitirá vivir como individuos y ciudadanos libres y responsables, elegir su futuro de forma consciente y relacionarse de manera saludable con la sociedad.

estrategias-ayudar-adolescentes

¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos adolescentes a ser responsables y conseguir una buena autonomía?

  1. Proyectando una imagen positiva sobre ellos que les ayudará a crear una sana autoestima y un buen autoconcepto haciéndoles sentir que nos gustan tal y como son. Eliminando las etiquetas, las comparaciones, los juicios de valor y los reproches que tanto les dañan.
  2. Confiando en ellos sin peros, aprendiendo a dejarles la distancia necesaria para que puedan crecer libres, para que tomen decisiones de forma autónoma. Dejándoles dibujar su propio camino y tomar decisiones aunque sepamos que vayan a tropezar. Ayudándoles a calibrar los riesgos, a controlar la impulsividad propia de la edad.
  3. Consensuando  normas, flexibilizando límites, estableciendo  consecuencias cuando no cumplan los pactos. Buscando un equilibrio entre el vínculo afectivo y las reglas sin sobreprotegerlos. Acompañándoles en la frustración con cariño y comprensión en su proceso de aprendizaje.
  4. Asignándoles responsabilidades y controlando que las cumplan. Potenciando el desarrollo de estrategias que les ayuden a comprometerse, a solucionar los problemas de forma efectiva, a aceptar el error como parte imprescindible del aprendizaje, a valorar el esfuerzo y no únicamente el resultado.
  5. Respetando la intimidad que necesitan, sus ritmos para aprender, sus gustos y prioridades. Motivándoles a explorar, a probar sus propias capacidades sin expectativas que ahoguen, a quererse con sus capacidades y defectos.
  6. Dándoles motivos para esforzarse, ayudándoles a marcarse objetivos reales que alienten su ilusión y ofreciéndoles nuestra ayuda y apoyo incondicional. Ensayándoles a sentirse orgullosos de sus éxitos y explicándoles que la perseverancia es la virtud por la cual las otras virtudes dan su fruto, donde la práctica diaria se convierte en el mejor de los maestros.
  7. Dándoles protagonismo dentro de la familia, valorando sus opiniones,  escuchando sus demandas y dando respuesta a sus necesidades. Buscando actividades que fortalezcan nuestras relaciones.
  8. Educándoles con toneladas de paciencia, serenidad, respeto mutuo y empatía. Conectando emocionalmente y compartiendo con ellos cómo nos sentimos cuando pierden los papeles o no nos tienen en cuenta.

Jim Rohn decía que  “El gran desafío es llegar a ser todo lo que tienes posibilidad de ser”. Animemos a nuestros hijos a explorar, a querer perseguir cada uno de sus sueños.

Y vosotras Malasmadres, ¿cómo lleváis esta etapa?

Han comentado...

  1. Tengo un hijo con 15 años….estoy de acuerdo con todo lo que comentáis pero he de reconocer que el sistema educativo falla por todos lados…. están todo el santo día dedicados a ello y cuando salen del instituto más, y el fin d semana más, y llega un puente y tienen exámenes a la vuelta….me encantaría actividades complementarias dentro del propio instituto….para que se motivarán con otros proyectos vitales.

  2. Tengo 3 adolescentes y trabajo con adolescentes, ¡¡ y me encantan!!! A veces me sacan de mis casillas y entonces salta la alarma y me río de mi misma, cuando me veo pretendiendo parar un huracán. Me encanta observarlos, escucharlos, charlar, de la vida, de sus movidas, de lo que hicieron el finde, de los “mamá (o teacher) de qué sirve estudiar esto”, de la última serie coreana y de ese grupo de música que suena tanto, en fin, charlar de todo lo que se les ocurra. Muchas veces me sorprenden y me hacen pensar que los maestros son ellos. Realmente son shambalas andantes. Y hay algo que veo que me sucede constantemente y no lo entiendo, y es que en el instituto soy la profe guay y en casa soy la bruja piruja. Y me encantaría tener con mis hijos la misma buena relación que tengo con mis alumnos. Que no es que sea mala, ni mucho menos, pero mi comunicación parece que pierde efectividad en el momento en que abro la puerta de casa. ¿Por qué puedo lidiar con 25 alumnos y no puedo lidiar con mis 3 hijos? Creo que sé la respuesta: soyunamalamadre y así debe continuar.

    1. Buenas tardes a todas, leo todos vuestros comentarios, y me siento tan identificada con muchos de ellos… mi hija tiene 16. Siempre tuvo su carácter fuerte, en la niñez, al llegar la adolescencia se elevó a máxima potencia!! No se si os puede servir de ayuda, pero a mi el psicoterapeuta que os voy a recomendar, me enseño a empatizar con todo lo que sucedía con mi hija, me hizo comprender los “porques” y me enseño pautas que a día de hoy, puedo deciros que han sido más que efectivas. Tengo la suerte, de tener y hoy lo sé, no solo a una hija, sino a una gran persona. Este señor en cuestión, se llama Antonio Ríos, tiene algún libro publicado, y conferencias varias en Internet. Hay una en concreto, que dio en un instituto de Valencia, creo recordar que es una maravilla tanto para padres, como para docentes. Espero que os sirva de tan ayuda como lo ha sido para mi. Un saludo, y ánimo!!

      1. Maravilloso Antonio Rios, tiene una frase mítica con la que estoy pensando en hacerme una camiseta y es “vivir con un adolescente es como tener un Miura en casa, con sus cuernos y sus 600 kg” ???

  3. Pues yo, si fuera mi hija, le diría:
    Me parece bien que quieras probar a ser un niño…. Yo también voy a probar a ser un hombre… Vamonos de shopping y nos compramos algo de hombre juntas!. Tal vez empatize y se de cuenta y si no, habréis pasado un rato juntas! Mucho ánimo. Yo tengo la adolescente a la vuelta de la esquina. Así que me imagino lo que deberéis sufrir.
    Besos!

  4. Muchas gracias por cubrir el tema de la adolescencia, es la etapa más dura de la vida para los padres, en mi opinión. Leo el artículo y lo entiendo pero llevarlo a la práctica es otro mundo casi imposible ahora mismo…en casa tenemos dos adolescentes y derramamos muchas lágrimas en este proceso.

    Por si esta etapa de búsqueda de su independencia no es lo bastante difícil, nos, ellos y nosotros, encontramos con los “modelos” que siguen en diferentes sectores como la música, streamers, etc.. Yo me pregunto: ¿Qué está pasando en el mundo? ¿Cómo puede ser que los referentes que siguen nuestros hijos sean iconos de la falta de respecto donde lo que prevalece es el bien sobre el mal disfrazado de “oh, somos niños de la calle y nadie de los míos pasa hambre”. Pero, ¿qué basura es esa? Ahora resulta que se puede robar, drogarse, traficar, maltratar o faltarle el respecto a tu pareja porque como tu origen es humilde, todo vale. Los adolescentes normalizan lo que está mal.

    Perdonadme, acabo de ver un vídeo de patrón970. Sabía que a una de mis estudiantes le gustaba su música y quería aprovechar el contenido para motivarla… cuando he visto el vídeo…. siento ganas de hacer explotar las redes en contra de todos estos grupos musicales, hay muchísimos y todos hablan de lo mismo. Qué tristeza y qué rabia. Me considero una persona con mente abierta pero creo que el mundo está muy enfermo. Vivimos en una sociedad en estado avanzado de colapso…

    Ánimo y un abrazo a todas 🙂

    1. Pienso tal cual lo mismo. Mi hija además con un trastorno de personalidad. Es terrible. Nunca he llorado tanto! Pero es que además como bien dices, los ejemplos que les ofrece esta sociedad enferma son caóticos. Como no van a estar desquiciados?

    2. Los ejemplos que tienen de referencia los adolescentes no son siempre los más acertados. Animemos a nuestros hijos a explorar.

  5. Buenas … de verdad q todos los días intento poner en práctica la teoría pero en la practica es un horror la mente de un adolescente. Mi niña con 13 años, una niña muy niña, inmadura y nada “callejeada” ha pensado q ahora quiere ser un niño y llamarse Dani. Lo pensaba hacer cuando se independizara… y duerme con una luz y abrazada a un muñeco rosa, y ni se levanta a por agua xq le da miedo, en fin… en su clase hay 3 casos más… todos los trans están en el mismo aula, q casualidad. Y todo esto con la incertidumbre q te da confundirte. Apego emocional solo con una amiga, q se declara hetero, xq todos y todas tienen etiquetas… algo tienen q ser. Entonces ella se viste de niño para ser su novio, en fin una locura en casa… la teoría se nos va de las manos. Andamos un poco desesperados….

    1. Hola
      Yo te aconsejaría que aproveches para hablar el tema de la diversidad sexual, explicarle que están en fase de tener dudas y descubrir su verdadera inclinación. Respetable y no le prohibas. Es un poco de tiempo. A veces quieren seguir modas, pero finalmente será lo que su cuerpo este destinado a ser.
      Mi hija tuvo una temporada en que todas eran bisexuales, pero luego cambio.
      Animos

      1. hola, wow es muy lindo que fuera apoyado a su hija por ser bisexual, yo soy una adolecente de 14 años y si… soy bisexual, pero mis padres no lo saben quisiera decirles pero ellos siempre desde pequeña me dijeron que esto de dos chicas esta totalmente mal, y se que no me aceptarian, la verdad tengo miedo y mucho….. me enemore por primera vez de una chica, pero no se como decirles esto a mis padres…..

    2. Pues yo, si fuera mi hija, le diría:
      Me parece bien que quieras probar a ser un niño…. Yo también voy a probar a ser un hombre… Vamonos de shopping y nos compramos algo de hombre juntas!. Tal vez empatize y se de cuenta y si no, habréis pasado un rato juntas! Mucho ánimo. Yo tengo la adolescente a la vuelta de la esquina. Así que me imagino lo que deberéis sufrir.
      Besos!

      1. Me lo dices a mi, verdad??? Pues la verdad es q no soy muy muy femenina, a ver… soy mujer y hetero pero mi hija sabe, de sobra q en casa no hay problemas x ninguna orientación sexual o cualquier otra identidad …. O lo q sea… pero se niega a admitirlo, y se defiende diciendo q no la entendemos… es de locos, o locas, o loques ? mejor reírse xq esta etapa pasará. Ahora mismo enamoradisa de su amiga de toda la vida ??‍♀️ Pero ha manifestado no tener claro lo de ser un niño (a otras amigas) y se empeña en q su amiga no la deje (como novia). Creo q la amiga se empieza a cansar. En fin… 5 años y medio dice q dura la adolescencia, acabará conmigo

    3. Terrible. Pero es que además como bien dices, los ejemplos que les ofrece esta sociedad enferma son caóticos. Como no van a estar desquiciados?

  6. Tengo dos hijos en plena adolescencia. Lo que intentas aplicar para uno, para el otro se te vuelve en contra. Intento respirar, pero me resulta muy difícil. Procuro hablarlo con ello, pero no quiero que por evitar discusiones con ellos, se vuelvan personas maleducados, desordenadas, etc….mi situación actual sería PICO Y PALA….gracias

  7. Sí, está muy bien tener artículos sobre esta etapa tan difícil.
    A mí me supera un poco, la verdad, me siento fatal con sus contestaciones o desplantes ?
    Tendré que ir aprendiendo…

  8. Muy interesante el tema de la adolescencia. Es sin duda una de las etapas más difíciles de gestionar tanto por los chicos como por los padres. Del texto escrito, lo que no sé cómo hacer es el punto 6. Mi adolescente me dice que su vida es un rollo porque lo único que hace es estudiar y no se siente motivado. Ante esto, siempre le digo que está laborando su futuro, pero no le convence nada, y ya no sé qué más decirle. En tiempos de pandemia tampoco socializa lo que debería. Tiene 14 años.

    1. Buenos días, me siento tan identificada con lo que leo, que hasta alivio siento de ver que no soy la única. Mi hijo con 14 años tiene el cerebro como una olla a presión, no se le puede decir nada, todo lo lleva al lado negativo, agresividad y faltas de respeto es lo q vivo con él. Después tiene su lado infantil, torpe, inmaduro y dependiente que le impide relacionarse conmigo de forma sana. No piensa más que en amigos y dando gracias que los tiene buenos. De notables y sobresalientes ha pasado a 6 suspendidas en la última evaluación.en fin…aún nos queda. Animo

    2. Me siento totalmente identificada…. Yo soy madre separada… Y aunque de vez en cuando quedamos con gente… Cuando no quedamos con nadie… Me dice lo mismo, que solo estudia y no tenemos planes guays!!!! Y ya no sé qué hacer con ella… La mía tiene casi 13… Pero hay días que no se, ni que hacer.

    3. Quería decirte que el mío de 16 años dice lo mismo, porqué tiene que estudiar esto o lo otro y que el planeta va a colapsar, están un poquito tocados con la pandemia y el psicólogo me dijo que todas las semanas hiciéramos una vez algo juntos, que respete sus tiempos y le escuche sin quitarle la razón no cuestionarle sus ideas y si, ponerle límites que podemos negociar dependiendo de sus comportamientos y si realiza las obligaciones que tenga en casa.

  9. Buenos días, esto es súper difícil, lo intentas un día de una manera otro día de otra.
    Ves que pasan los días y no se produce ningún cambio en su forma de ser, de hablar, de comportarse. El tiene 17 casi ya 18 y el otro 14 casi 15, que difícil está siendo para mi. El pequeño copia a su hermano siempre que le interesa. Al mayor no le importo ni lo más mínimo. Mi trabajo me impide dedicarles todo el tiempo que necesitan. Pero cuando estoy de libre en casa, también me siento sola.
    Pasan el tiempo encerrados en sus habitaciones, a que dedican ese tiempo? Pues ni lo se!!! Como un niño adorable, ordenado, limpio, amoroso se ha convertido en un adolescente amargado, enfadado, pasota, incluso sucio!!!!
    Lo estoy pasando mal y el tampoco lo está pasando bien.
    Gracias por vuestra ayuda. Saber que hay tantas malasmadres pasando por lo mismo, quizás ayuda en algún momento.

    1. Tienes toda la razón aveces nos preguntamos en que momento cambiaron su firma de ser, la adolescencia está siendo difícil… Pero supongo que como las Malas madres que somos tenemos que armarnos de paciencia y seguir….??

  10. Me vienen fenomenal este tipo de artículos porque tengo una hija de 12 años, con la que he aprendido a respirar la mayor parte del día, si no quiero estar enfadada la mayor parte del tiempo. Agradezco que escriban sobre la adolescencia, porque es una etapa muy difícil, de la cual he aprendido que tengo una paciencia infinita… Yo, que parezco una ballesta…
    Muchas gracias al club de malasmadres porque me siento muy apoyada y uy Empatica a la vez.
    Feliz martes a todas!!

  11. Hola, yo lo veo como que la adolescencia es una amplificación de la infancia, los problemas se verán potenciados y también las virtudes,… yo mi hija con 8 años tiene muchas rabietas y celos del peque con 4 pero es que son así tenemos que intentar gestionar como somos de la mejor manera posible. Pero sí la adolescencia es una etapa dura y de cambios para todos! Mucho ánimo, paciencia y apoyo!

    Besos!

    Anabel Moreno

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