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Verano y consumo de alcohol, cómo educar en la prevención

Verano y consumo de alcohol, cómo educar en la prevención

Verano y consumo de alcohol van asociados en muchas ocasiones. Esta época del año es un momento de iniciación para muchos y muchas menores, es una época más relajada, en la que el ocio ocupa mayor tiempo y las obligaciones disminuyen. Charlar con ellos y ellas antes de que se produzca este primer contacto es fundamental.

Con el fin de educar para prevenir, concilenciar y sensibilizarnos aun más sobre este tema, nos unimos el pasado mes de noviembre a FEBE (Federación Española de Bebidas Espirituosas) para facilitaros herramientas y consejos para transmitir la información de forma eficaz a nuestros buenoshijos y buenashijas. Y lo hicimos con la charla ‘Cómo educar en la prevención del consumo del alcohol’ que llevó a cabo la psicóloga conocida por todas vosotras Rocío Ramos-Paul y que os ofreceremos de nuevo el próximo miércoles 12 de junio.

Apúntate a la charla con Rocío Ramos-Paul

¡Te esperamos en la Malasmadres House el 12 de junio!

Si quieres saber cómo iniciar el diálogo con tus buenoshijos y buenahijas, comunicarte con ellos y educarles en la prevención del consumo de alcohol:

  • Reserva tu entrada AQUÍ.
  • Hora: 19.00 h.
  • Dinámica: charla de Rocío Ramos-Paul+preguntas+momento networking
  • Inscritpción gratuita y aforo limitado.

CHARLA-FEBE

Normas, información y diálogo, los pilares esenciales para la prevención Malasmadres

Educar a los buenoshijos y buenashijas en la prevención del consumo de alcohol es una de las preocupaciones que tenemos muchas Malasmadres y nuestras familias. Muchas ya lo están viviendo porque sus buenshijos y buenashijas ya han entrado en la adolescencia y otras familias, como es mi caso lo que hacemos es transmitir mediante el ejemplo unos hábitos de vida saludables en este sentido. La comunicación con ello más que nunca es necesaria, hay que dejarles claro cuáles son los efectos del consumo prematuro de alcohol y sus consecuencias, así como las normas a seguir y las consecuencias de no cumplirlas.

El atracón: grandes cantidades en un corto espacio de tiempo

Los datos están ahí Malasmadres y aunque la tendencia sobre consumo en menores de 14 a 18 años es descendente, la prevalencia sigue siendo muy elevada como nos confirman los datos del la Encuesta ESTUDES 2016/2017 publicados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Sin embargo, aquellos que beben, lo hacen a modo de atracón, es decir ingeriendo grandes cantidades de alcohol en un corto espacio de tiempo, sin que su organismo esté preparado para metabolizar el alcohol.

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La voz de la experta

Qué nos aconseja Rocío Ramos-Paul

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El verano es una época en la que muchos menores se inician en el consumo de alcohol, ¿cómo podemos alertar de ello a nuestros buenoshijos/as?

El verano es uno de los principales momentos en los que los menores se suelen iniciar al consumo de alcohol ya que es una época más relajada, en la que se socializa más. El ocio ocupa mayor tiempo y las obligaciones disminuyen. Además, el hecho de que en estos meses haya más fiestas y celebraciones brinda un mayor número de ocasiones a los menores para iniciarse al consumo. Por ello antes de que se produzca este momento hay que mantener una charla sobre el consumo de alcohol con nuestros hijos, para tratar de evitar su inicio prematuro.

En la mayoría de los casos la iniciación al consumo de alcohol por parte de los menores es experimental y puntual, no obstante, hay que dejarles claro cuáles son los efectos del consumo prematuro de alcohol y sus consecuencias, así como las normas a seguir y las consecuencias de no cumplirlas.

¿Cuándo es un buen momento para hablar con ellos/as? 

Podemos encontrar infinidad de ocasiones para hablar con nuestros hijos. Es bueno aprovechar cualquier momento de nuestro día a día: una situación que se haya producido con algún compañero de clase, una noticia que aparezca en los medios de comunicación…. Cualquier situación en la que se genere una conversación sobre el tema, en el que puedas preguntarles su opinión y se genere la conversación (¡¡¡Nunca un monólogo!!!) para hablar de datos objetivos sobre los daños que ocasiona el consumo de alcohol en los menores de edad. Facilitarles información objetiva les ayudará a forjar una opinión propia.

Cuando hablemos con ellos tenemos que desmontar las ideas erróneas y mitos en relación con el consumo de bebidas alcohólicas, explicándoles los motivos físicos, psicológicos y sociales por los cuales los menores no deben beber alcohol. Tendremos que hablarles de las consecuencias de iniciarse en el consumo a una edad inadecuada y de cómo el abuso va a afectar a sus capacidades, tanto a corto como a largo plazo.

Es importante darles la oportunidad de que expresen su opinión libremente y entenderla. Es preciso escuchar sus motivos (aunque eso no les da la razón), es preciso empatizar con ellos pues nos recuerdan a nosotros cuando teníamos su edad, no queremos asustarles, pero debemos enseñarles.

Al ser la época estival más relajada, ¿de qué manera podemos controlar que no pasen de un consumo experimental?

Como comentábamos antes en la mayoría de los casos la iniciación al consumo por parte de los menores es experimental y puntual. Pero no por ello hay que permitirlos. Es importante hablar con nuestros hijos y dejar claro que en primer lugar es ilegal que un menor consuma alcohol; y en segundo lugar, debemos recordarles cuáles son las normas de la casa (nuestra casa), entre las que no está el que consuma alcohol o llegue a casa bebido. Tenemos que recordarle también las consecuencias de que no cumpla estas normas.

Uno de los factores más peligrosos del consumo de alcohol por parte de los menores de edad es que su cerebro no está preparado para el autocontrol. Actualmente el inicio al consumo de alcohol en los menores de edad se encuentra en torno a los 14 años y, pese a que esta edad se ha retrasado ligeramente en los últimos años, sigue siendo muy temprana ya que el cuerpo de un menor no está preparado para asimilar el alcohol.

Lo que todos debemos de tener claro es que las familias tienen que estar alerta e identificar qué tipo de consumo tienen sus hijos, si este ya se ha producido, y abordar este tema de manera objetiva y explicándoles a los menores las consecuencias del consumo a corto y largo plazo.

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Pongamos un ejemplo: son las fiestas del pueblo o lugar donde nos encontramos en verano, salen con los amigos y amigas y llegan bebidos a casa, ¿cómo deberíamos actuar?

Cuando un hijo menor llega a casa con signos de haber consumido alcohol, lo principal en ese momento es meterlo en la cama, ya que en ese momento cualquier conversación generaría mucho conflicto.

Es preferible esperar al día siguiente, que estará más receptivo. Además, debemos ser capaces de generar una conversación con él, nunca un monólogo. Podemos preguntarle acerca de dónde estuvo ayer, con quién, etc… Puede ser que no nos contesten y más cuando esperan una reprimenda. En ese momento puede que funcione que nosotros les expliquemos cómo nos sentimos: “has venido tarde a casa, no sabíamos con quién andabas” “verte llegar con síntomas de haber consumido alcohol nos ha preocupado”…

Una vez llegados a este punto y haber trasladado cómo nos hemos sentido nosotros en esta situación, si hemos tenido suerte, quizá nuestro hijo nos habrá explicado qué es lo que ha ocurrido. En cualquier caso hay que zanjar la conversación recordándole la necesidad de cumplir determinadas responsabilidades que le corresponden. Tenemos que hacerle ver cuáles ha incumplido: ha llegado tarde, ha consumido y es menor. Con lo cual a partir de ese momento le diremos las consecuencias de haber incumplido las normas: podemos hablar de los privilegios que pierden por incumplir las normas (la paga, salir, etc), o de adjudicarle una responsabilidad o tarea que le haga redimir la actuación con el resto de la familia, que puede ser que esta semana te toca ordenar la ropa de los armarios de toda la familia, o similar.

Hay que tener claro que nosotros no vamos a zanjar el asunto con una sola actuación, es decir que mi hijo menor no consuma implica una serie de comportamientos, habilidades y herramientas que tenemos que seguir utilizando a lo largo de esta etapa.

¿Cómo podemos proteger a nuestros buenoshijos y buenashijas de que caigan en el consumo de alcohol de manera temprana?

El papel de las familias en materia de prevención es siempre fundamental. La familia es la encargada de fijar qué privilegios le concede, y a partir de ahí comienza a fomentar su autocontrol.

El menor pretende acercarse al mundo de los adultos, y una de las cosas que esto acarrea es el consumo de alcohol. El menor debe de entender que tiene que ganarse su hora de salida, el dinero que necesita para salir y, en general, todos los privilegios de los que dispone en función de las responsabilidades que cumpla. Para ello es fundamental la labor del entorno familiar. La familia es la única capaz de educarle en el autocontrol, y dotarle de herramientas para que, poco a poco, se convierta en adulto responsable. También es importante desde el ámbito familiar fomentar otro tipo de ocio, como el deporte, el cine, y realizar actividades de ocio en familia.

El grupo de amigos y amigas empuja en ocasiones al consumo de alcohol y más cuando en verano hay más tiempo de ocio ¿qué hacemos?

Si el grupo bebe, aumenta la probabilidad de que el menor también consuma por su necesidad de integrarse. Sin embargo, se habla de probabilidades, es aquí donde cobra importancia la educación en saber decir no, en la toma de decisiones sin dejarse presionar… También es importante resaltar que según la edad, las relaciones grupales suelen ser inestables y poco duraderas.

La presión del grupo siempre es difícil de resistir, sobre todo a determinadas edades, cuando la opinión de nuestros amigos cuenta más que la de nuestra familia. En estos casos tenemos que haber trabajado con él su capacidad de decir NO, pero también su autocontrol, y su autoestima, para que sea capaz de expresar su opinión libremente.

Es importante mostrarles que hay un gran número de menores que no consumen alcohol y que existen otras alternativas de ocio. Hacerles ver que ser distinto no es malo, y no vale todo para ser aceptado. Dejarles claro el valor de la amistad: un amigo de verdad te respeta, y apoya tus decisiones. Hay que saber hacer amigos de verdad, no sólo cómplices. Todo ello les ayudará a tomar las decisiones adecuadas.

Y vosotras Malasmadres, ¿cómo educáis en este sentido?, ¿qué tipo de conversación habéis puesto ya en marcha?

Han comentado...

  1. Es muy interesante la publicación de este artículo, sobretodo pensando que el verano está próximo y también las fiestas estivales y más tiempo libre para nuestros hijos.
    Aparte de las salidas con amigos es importante que practiquen actividades deportivas, otras como la lectura que durante el curso no tienen tanto tiempo libre y porqué no hacer algún voluntariado o ir a algún campamento de muy distintas aficiones y actividades.

  2. Mi hija tiene 11 años pero ya empieza a mandar señales de adolescente. El alcohol me preocupa porque se enfrentará a este cuando salga en grupo, ya que en casa no somos consumidores. Con este artículo me queda claro que lo más importante es trabajar el que sea capaz de decir No al alcohol cuando tenga alrededor una presión importante por el Sí. Es difícil….en la sociedad Del botellón. Gracias por este espacio de reflexión.

  3. Aunque todavía me faltan unos cuantos años para el tema del alcohol (espero, solo tiene 8) por otras circunstancias ya hemos empezado a tratar el tema de las amistades, lo que son amigos de verdad y lo que son compañeros, creo que es fundamental para en un futuro evitar ” hacer borreguismo” lo que has llamado las amistades cómplices.

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