Vivimos a máxima velocidad, donde todo es inmediato, donde un solo clic nos acerca a casi todo aquello que deseamos. Nos hemos acostumbrado a que todo sea fácil, inmediato, a conseguir las cosas con el mínimo sacrificio. A obtener recompensas rápidas, primando la cantidad a la calidad, valorando únicamente la victoria y no el ESFUERZO.
En ocasiones educamos a nuestros hijos acomodándoles la vida para que consigan lo que deseen con el mínimo sufrimiento. Poco les hablamos de las derrotas, de que a menudo las cosas no se consiguen a la primera, de los tropiezos, de las veces que les va a tocar volver a empezar de cero, de que no siempre serán los mejores y primeros.
Los sobreprotegemos evitándoles torpemente el sufrimiento momentáneo y satisfaciendo rápidamente sus necesidades o caprichos provocando que tengan poca tolerancia a la frustración. Todo lo que exige dedicación, esfuerzo o constancia queda relegado a un segundo término.
Sin duda, uno de los aprendizajes más importantes que nos ha regalado este 2020 es aprender a vivir en el aquí y el ahora, sin poder anticiparnos a los acontecimientos. Una pandemia que nos ha impuesto una nueva manera de leer la vida y nos ha demostrado la necesidad de vivir sin condiciones, reservas ni excusas.
Una situación extraordinaria que nos recuerda la necesidad imperiosa de educar a nuestros hijos en la determinación, la resilencia y el ESFUERZO. En la capacidad de hacer frente al cambio, de trabajar sin pretextos, de creer en la perseverancia para aprender y avanzar.
El esfuerzo es una facultad personal de vital importancia, es la potencia que empuja la implicación libre en la decisión y la acción. La vida está llena de desafíos y enseñar a nuestros hijos a superarlos, debe ser una de nuestras prioridades.
De esta manera les ayudaremos a creer en la determinación y empeño como la fuerza motriz más poderosa que existe, aquella que les posibilitará conseguir todo aquello que anhelan sin depender que sea el destino quien decida lo que pueden o no hacer.
La fuerza de la voluntad debe convertirse en un elemento clave en la educación emocional de nuestros pequeños. Conseguir hijos mentalmente fuertes, resilientes, que sean capaces de afrontar las adversidades con optimismo y con una buena autoestima, deben ser pilares en nuestra educación.
Ojalá fuésemos capaces de poner de moda la CULTURA DEL ESFUERZO, aquella que te lleva a conseguir las cosas con paciencia, compromiso, tesón y trabajo.
Las 12 claves para educar en el esfuerzo
1. Démosles mil y un motivo para esforzarse planteándoles pequeños retos diarios. Ayudémoslos a buscar la motivación para dar pasos diariamente demostrémoslos que cada intento suma, que cada dificultad fortalece, que cada logro engrandece el alma.
2. Acompañémoslos sin condición con paciencia y afecto. Alabemos los logros con palabras que empoderen, que les hagan sentir fuertes.
3. Eduquemos desde el ejemplo con nuestra actitud ante la vida. Contagiémosles de energía, de voluntad, de optimismo, borremos la queja de Hagámosles creer que la voluntad es la fuerza del querer, el deseo que las cosas ocurran.
4. Ayudémoslos a planificar la hoja de ruta, a definir pequeños objetivos, a avanzar sin bajar los brazos. A perseverar y resistir, a creer que se puede.
5. Enseñémoslos a comprometerse con sus sueños, especialmente cuando las cosas se compliquen, a gestionar la frustración que los errores provocan. A entender los tropiezos como parte esencial del aprendizaje, a controlar la impulsividad y la indecisión, a vencer el mal humor cuando las cosas se tuercen,
6. Potenciemos la autonomía y el autoconocimiento haciéndoles responsables de sus decisiones. Animémoslos a nadar contra corriente, a esforzarse hasta que las fuerzas flaqueen, a diseñar nuevos planes cuando no se consigan los objetivos. A saber que cuando apuestas por ti ganas siempre.
7. Démoslos la mano para que sean capaces de enfrentarse a sus miedos, motivémoslos a probar con valentía sin temor a fallar, despertemos el interés por sentirse orgullosos de cada pequeño triunfo, por la búsqueda de la satisfacción personal.
8. Consigamos que entiendan que la perseverancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan su fruto, donde la práctica diaria se convierte en el mejor maestro.
9. Seamos capaces de que se sientan orgullosos de su esfuerzo, que se miren al espejo con dulzura, que se traten con respeto y se quieran sin condición. Los niños con buena autoestima son niños felices.
10.Hablémoslos del éxito bien entendido, ese que se logra comprometiéndose, siendo valiente y apasionado. Del triunfo como la capacidad de disfrutar de lo cotidiano, de ser agradecido por todo lo bueno que pasa sin tener que demostrar nada a nadie.
11. Enseñémosles a elegir los mejores aliados para recorrer el camino, personasque les hagan mejores, que remen en la misma dirección, que les alienten a ser valientes.
12. Ayudémolos a gestionar las emociones, a dominar la impaciencia y laindecisión, a vencer el mal humor cuando las cosas se tuercen. A no depender del azar o la fortuna sino del trabajo y el empeño.
Recordémoslos a diario que la satifasción radica en el esfuerzo, no en el logro. El esfuerzo total es una victoria completa.
Dejé mi comentario pero desapareció, lo siento, entre lo que decía, aprecio esta reflexión y será motivo de comentar con mis compañeros y compañeras de trabajo. Soy docente jubilada.
Buen artículo, yo siempre lo digo la educación y los valores se han perdido. Y nosotros como padres vivimos lo que cuesta inculcar estos valores y perder tiempo en la educación, es un granito con otro granito que al final se va notando… Pero en estos tiempos tan estresantes que se quiere todo ya, rápido y de malas maneras como que no, además con la que está cayendo si no se pone hincapié en estos valores que dice el artículo muchos niñ@s en el futuro lo pasarán mal…
Enseñémosles que, aunque te esfuerces, puedes no conseguir tu objetivo. Sucede muchas veces, la decepción y frustración cuando ven lo que se han esforzado y aún así no lo logran. Debemos hacerles ver la satisfacción del esfuerzo en sí mismo.
Un abrazo afectuoso y gracias por el esfuerzo constante ❤️
Totalmente de acuerdo. Como le decía a las madres y padres la dra. María Mobressori : nunca hagas algo que puedan hacer sí mismos. La autonomía es el presupuesto de la libertad y responsabilidad. Muy bueno, gracias