“Nadie ama todos los días, a todas horas. Las madres tampoco”.
Adrienne Rich.
Cuando los echamos de menos, ¿los echamos de menos 100%?, ¿las 24 horas del día?, ¿los 86.400 segundos de esas 24 horas? Yo no, definitivamente no. ¿O tengo que decir que la echo de menos como si se me fuera la vida en ello para que la gente NO DUDE, ni por un momento, de mi amor por ella?”.
Así comenzaba uno de mis primeros posts en este club. Me gusta la libertad con la que escribía, sin miedo al qué dirán. Con la fuerza de desconocer muchas cosas que me iban a pasar y con la vehemencia que te da el dolor. La buenahija1 tenía por aquel entonces tres años, hacía poco que acababa de renunciar a mi carrera profesional y estaba remontando vuelo. Vivía la maternidad en soledad, sin ayudas, sin familia, con un buenpadre que llegaba tarde y la intensidad de sentirme perdida, pero en paz, siendo dueña de mi devenir.
Recuerdo una de las primeras entrevistas por aquella época. La periodista me preguntó:
¿Os consideráis un movimiento feminista?
No supe qué contestar. Y esa duda fue fundamental para mí. Para comenzar a plantearme el feminismo de verdad, que llegó a mi vida de la mano de la maternidad. ¿Qué por qué? Pues muy sencillo. La primera vez que se disparó la desigualdad en mi cara, sin metáforas ni machismos ocultos, ocurrió cuando fui madre. Cuando fui madre y se cuestionó mi valía, como si ser madre me hubiera inyectado un chip en la cabeza que mermara mis habilidades. ¡No! Era la misma, más organizada, más productiva, pero menos sumisa e indulgente.
Ahora no valía alargar la jornada porque sí, ahora no podía priorizar el trabajo a todo. Ahora había una lucha interior tan fuerte que enfrentaba cada día mis dos identidades: la de MADRE y la de MUJER, enfrentadas a cada paso, intentando ganar en un duelo sin fin. Si a eso le sumamos la brecha salarial, la injusticia social, los prejuicios y la presión social, llegué a un punto sin retorno, a ese lugar que te sitúa a los pies del abismo… Durante dos años me mantuve ahí, al borde de la locura, hasta que me di cuenta que renunciar NO era perder la batalla. No era que mi yo MUJER quedará vencido por mi yo MADRE, si no todo lo contrario. Era ganar la batalla, era creer en mí, sentirme libre y darme la oportunidad de vivir.
Fue duro, muy duro. Pero el día que dije “adiós” fue uno de los días más felices de mi vida. En el que me sentí más guerrera y feminista que nunca. Y a partir de ahí un camino de autoconocimiento, autoconfianza y todos los “autos” que conozcas. Sintiéndome una rebelde sin causa, por ser una mujer que renunciaba, pero no para ejercer de madre 24 horas, si no para darme la oportunidad de reencontrarme y comenzar de nuevo.
Una Malamadre desobediente, que comenzaba a sentir la fuerza de la libertad, del feminismo y de creer en mi propia maternidad. Como deberíamos hacer todas. Así que a mí la maternidad me hizo más independiente, más fuerte, más feminista, más mujer. Mientras la sociedad mira de reojo a las madres desobedientes que vivimos nuestra propia maternidad con libertad, mientras los políticos no se toman en serio la maternidad y no asumen que es una responsabilidad social de la que depende el futuro de todos y todas, alcemos nuestra voz feminista como madres, porque esa voz no tiene fin, tienen un grito que es capaz de mover los cimientos de esta sociedad patriarcal.
- Gracias a Esther Vivas por inspirarme este post con tu libro una “Mamá desobediente”. “Si tomamos el principio feminista de que lo personal es político, el reto consiste en politizar la maternidad en sentido emancipador. No se trata de idealizar el hecho de ser madre, sino de reconocer su valor social, político y económico”.
https://www.facebook.com/malasmadres/posts/1497138927130864
- Gracias a mi madre por ser mi mayor ejemplo, por hacerme sentir que se puede ser independiente dependiendo… en un momento social donde la maternidad te paralizaba, te bloqueaba, te anulaba e invisibilizaba.
- Gracias a Adrienne Rich por poner en palabras un siglo antes que el amor fluctúa, que el amor duele, que el amor de una madre te hace sufrir, te aleja de tu realidad y te cuestiona con la misma fuerza que te da alas para sobrevivir, para luchar, para ser tu misma.
Y vosotras Malasmadres, ¿os habéis sentido como yo?, ¿habéis realizado el mismo camino vital? Os espero en los comentarios.
Muy de acuerdo!! Por no hablar de trabajos precarios con sueldos de mierda donde al hacer cuentas te lo gastas en que otros cuiden de tu criatura. No entiendo de ninguna manera que defendais unos permisos intransferibles que no dan LIBERTAD de elección a las familias para que organicen su tiempo de la forma que les vaya mejor, que dejan fuera a familias monoparentales….tipos de maternidad hay tantos como mujeres existen y tan válido es querer reincorporarse al mundo laboral como disfrutar y gozar siendo madre. Ningún feminismo que me considere oprimida por la forma de vivir mi maternidad me representa.
Así es…. así fué…. así seguirá siendo… pero cada vez es un poco más distinto, cada día somos más las mujeres que nos levantamos y elegimos afrontar el día con el pensamiento en que se puede y se debe luchar por un mundo más justo para nosotras, las malasmadres que no renunviamos. Personalmente siento que llevo adelante dos luchas, la lucha exterior pero tambièn la lucha interior… mis culpas, mi conciencia, mis pensamientos día, tarde y noche…. mis miedos… tengo una buenahija y uno de mis grandes deseos es poder criarla con conciencia y fortaleza es su poder femenino. Gracias Laura! Una y mil veces, cada vez que te leo!
Así es Paula. Esa lucha interior para mí es la más difícil, la que me conecta y me desconecta de la realidad. Pero sentir que no estamos solas ayuda y mucho. Gracias por comentar!
Totalmente de acuerdo. Cuando fui madre fue como si me quitasen una venda de los ojos. Vi la desigualdad y las dificultades de conciliación. Mi hijo además tiene una discapacidad importante por lo que finalmente decidí dejar (un tiempo indeterminado aun) de trabajar.
Cuando además tienes una situación más complicada, todo se hace más cuesta arriba, pero tenemos que seguir creyendo en nosotras y “no renunciar” a nuestra manera. Mucho mucho ánimo. Ya sabes que tienes el blog abierto por si algún día te animas a contar tu historia. Gracias por comentar. Besazo
Pues yo tengo años intentando reinventarme y, ahora que soy madre (de mellizas) sigo con las mismas dudas, queriendo compartir con ellas al 1000% pero que, lamentablemente por tema económico no puedo permitirme. Sigo en la búsqueda, sigo luchando e intentando llegar a casi todo, pero poniendo como principial objetivo el bienestar de mi familia. Me encanta este club que nos ayuda a las que somos “reales” a no sentirnos tan mal. Gracias por darle voz a tanto silencio en este tema de la maternidad.
Un beso muy fuerte…
Mil gracias Kenya. Mucha fuerza. Y todo llega cuando tiene que llegar. besazo y gracias por tu comentario. Me encanta leeros!
He leído cada una de tus palabras y la semana he reconocido como si fueran mias.
Yo me siento ahora muy diferente a cómo me sentía hace diez años. A veces me siento como si hubiera sufrido una metamorfosis pero en mi forma de ver y viviendo la vida y veo la mirada de la gente cuando se preguntan quién soy. Porque me he transformado, y me he posicionado. Esa mirada de la gente dice “ y está ahora q es feminista?” . Y yo, que después de ser madre he caído hasta el fondo del abismo, he renacido. Y no volvería atrás NUNCA. Ahora a seguir luchando con la cabeza más alta que nunca.
Qué bonito. Me emocionas. Hoy justo me he encontrado con una Malamadre que me ha contado algo parecido. Me decía “yo creía que esto no iba conmigo, pero he sido madre, lo he vivido y ahora comprendo tantas cosas”. Ella ha tenido que renunciar, como tantas de nosotras. Tenemos que seguir concienciando para que antes de ser madre lo entendamos. Seguimos! Besos y gracias por compartir tu experiencia.
En mi primer embarazo llevaba un año de dependienta y a los dias de comentar mi maravillosa noticia a mi encargada, me despidieron, así que en el paro y con muchas dudas de todo, lo perdí….a los tres meses del aborto volví a quedarme embarazada y decidí que pasara lo que pasara mi hijo era lo primero. Así q los dos primeros años me dedique a él trabajando en pequeñas cosas que no me quitaran horas de su vida fuera del horario de guardería. Eso me hizo sentir mal, se me juzgaba por no tener trabajo fuera de casa como todas , parecia como si yo quisiera vivir a costa de mi pareja la vida cómoda en casa…Me sentía poco Madre, poco Mujer y menos aún profesional…Más tarde tuvimos que cambiarnos de ciudad por trabajo de mi marido así que mientras el afianzaba la parte económica familiar (por mutuo acuerdo) yo de Madre y ama de casa me castigaba por hacer poco, hasta que volví a quedarme embarazada y decidí que mis hijos necesitaban una madre al 100% . Encontré trabajo embarazada unos meses, y tras parir me volvieron a llamar y allí sigo hace tres años. Lucho cada dia por ser Madre, trabajadora y Mujer aunque no tenga un trabajo de 40h,ni la imagen femenina por escelencia, ni sea la Buenamadre que debería ….Soy una Malamadre mas y os agradezco mucho al club por ayudarme a abrir los ojos, gracias Laura Baena por dar luz y voz a tantas mujeres.
ohhhh te contesto emocionada por tus palabras de corazón. Esa lucha interior que tenemos que hacer y ese constate juicio que soportamos. Tenemos que seguir luchando por vivir la maternidad con libertad, por que no nos hagan sentir menos porque no lo somos y aunque decidamos parar, renunciemos para reinventarnos, sentir que somos igual de válidas. Ay! Cuánto por lo que seguir luchando, juntas. No estamos solas! Besos,
Apoyo tus palabras pero yo lo he vivido todo tarde, conseguí horario continuo cuando nació la niña, la dejaba en desayunos y la podía recoger luego fue peor de 8 a 5 o a 6 estaba en el cole,luego me puse a trabajar y esrudiar y ella se cabreo conmigo, me demandaba y ya 4 años después cuando ella tenía 10 pero reducción de jornada, pero no fue suficiente, no me gustaba lo que hacía, no me volcaba en el estudio y al final ya no trabajo, estudio y me han salido ofertas que me gustan más y de momento me permiten que la niña tenga al menos un horario medio normal, gracias por abrirnos los ojos
Mil gracias Anya. No estamos solas, seguiremos luchando unidas. Gracias por tu apoyo siempre!
Trabajo en la misma empresa desde hace 17 años, siempre he tenido que ir abriendo camino pero sobre todo cuando fui madre, fui la primera en solicitar con todas las de la ley mi reducción de jornada y digo la primera porque a mis compañeras no las dejaron, a ellas cuando fueron madres , les cambiaron el contrato de trabajo y les pusieron un contrato de 27 horas semanales ya que no les permitían mas. Fue ahí cuando empieza mi lucha, mi lado feminista y conseguí que todas tuvieramos lo mismo. Mi sueño es la libertad y la independencia y algún día me atrevere pero de momento sigo en la empresa privada luchando ahora por un Plan de Igualdad .
Wow! Orgullosa de ti y de lo que has conseguido. Más mujeres como tú que cambien la sociedad desde su entorno. Besazo y gracias!
Soy madre de tres hijos, la conciliacion familiar es muy complicada, y en la empresa privada un abuso en toda regla
Respecto a ser mama desobediente, vivimos en una sociedad machista, abarrotada de micromachismos, en todos los ambitos, y uno es la maternidad, o eres mama entregada al 120% o eres una MALAMADRE
Me encanta los articulos que publicais, animais a seguir adelante, “desobedeciendo”
Feliz viernes malas madres
Sigamos desobedeciendo y luchando por no renunciar. Para que se entienda. Gracias Ana!
Cada palabra de este texto es una palabra que siento en lo más profundo de mí. Porque ahora mismo estoy viviendo esa sensación de libertad y vértigo que supone haber saltado al vacío y decidido renunciar. Y si algo tengo claro es que he renunciado por rebelde, por feminista, por ambiciosa, por anticonformista y por todo lo que me ha enseñado saber quién soy de verdad y conocerme hasta las entrañas, mirando a la cara lo bonito y lo no tan bonito. Y no, no he renunciado para dejar de trabajar. He renunciado para pelear por mí como mujer. Tú y todas las Malasmadres de este club sois una gran inspiración y me habéis acompañado también en este camino. ¡Gracias a todas!
Precioso! Eso es! Nunca la renuncia se vivió con tanta fuerza. Así la viví yo. Así la vivirán muchas, como actos de rebeldía para que un día no tengamos que hacerlo. GRACIAS POR VERLO y vivirlo así. Besos,
¿Quién no se ha sentido así?
En mi primer embarazo, me despidieron embarazada, fue duro. Y tras dar a luz y prepararme salí a buscar trabajo porque necesitaba confirmar que siendo madre también seguía siendo la misma profesional que antes, y lo conseguí. En menos de 1 mes desde que empecé con la búsqueda empecé a trabajar.
Pasé por momentos buenos y no tan buenos, hasta que llegué a la empresa donde me encuentro ahora donde puedo llegar “a casi todo”
Tantas y tantas historias de renuncia. Increíble. Nos tiene que dar fuerzas para seguir luchando! Gracias Ana.
Pues si! Exactamente el mismo! Después de tener claro que las empresas (y si son grandes mucho menos) no te permiten tener responsabilidad y ser madre, junto con mi pareja, comenzamos la aventura de formar empresa y familia. Y tienes razón, no ha sido fácil, sobre todo los 3 primeros años! Pero aquí estamos, 9 años después disfrutando de nuestros niños y ganándonos la vida sin renunciar a nada. Yo me considero LIBERTA, porque me siento como aquellos esclavos que conseguían la libertad y se ganaban la vida sin el yugo de un amo que te dice lo que tienes que hacer para merecer el pan que te da. Gracias Laura por poner palabras a lo que muchas hemos vivido. Ojalá el camino emprendido les dé una luz de esperanza a todas las que se plantean cambiar su vida profesional.
Yo me encuentro en tu situación de hace unos años. Llevo 15años trabajando en la misma empresa y cuando fui madre , me preguntaron que iba hacer…si iba a pedir excedencia a dejarlo o seguir trabajando.Esa pregunta no se la hicieron a ninguno de mis compañeros cuando fueron papas…Yo decidí seguir como hasta entonces. Cumpli los 4meses de baja por maternidad y a trabajar. No sabia lo que se me venía encima, los peores meses de mi vida. No tenia tiempo de estar con la peque,ni de hacer algo en la casa aunque eso siempre fue cosa de los dos dos. Hasta que ya no pude más y pedí reducción de jornada, es decir trabajar de 8 a 3.en vez de jornada partida. La respuesta fue que imposible,y despues de negociarlo,me dieron alguna tarde libre, pero por dos años… Me sentía tan mal…que acepté,y sí, ya se que tengo derecho a pedirla,y ellos obligacion a dármela,pero cuantas nos encontramos con esta situaciòn… asi que como en casa necesitamos ese dinero… aguantar. Pero sigo con la sensación de que no hago nada bien. En el trabajo con las bromas de que si tengo que volver a marchar(porque la peque se puso mala)aunque nos alternamos el papa y yo. A todo esto tengo que decir que para mi marido cualquier cuestión de la familia es cosa de dos,los dos somos papas y tenemos las mismas obligaciones en todo , que nos repartimos como podemos según las necesidades. En fin,que no me atrevo a pedir lo que es mio ni a dejarlo y reinventarme…y supongo que como yo… nuchas
Por desgracia esa situación se ha dado y se da mucho, de la teoría a la práctica y luego el sentimiento de culpabilidad cuando pides lo que te corresponde como la hora de lactancia, que me fue denegada de mi primer hijo ahora con 14 años. No sé si en las empresas privadas pequeñas es por desconocimiento (la maternidad esa gran desconocida :)) por no querer ver más allá de una mesa ocupada…o realmente es por machismo.
Como escribía Laura nunca me planteé la desigualdad hasta que fui madre, en casa tanto mi hermano como yo alternábamos las tareas, en el colegio nunca me planteé nada realmente todos íbamos por el mismo rasero, salvo en gimnasia, en el trabajo nunca noté nada ….hasta que nació mi hijo y volví al trabajo. Ahí abrí los ojos a una realidad, que si ya estaba, nunca había visto. Me plegué, aguanté y aquí sigo, con el segundo algunas cosas mejoraron pero es como si no les fuera posible comprender que puedes ser muchas cosas y disfrutar tus diferentes personalidades dando lo mejor en cada una de ellas. Me niego a esclavizar a una de mis personalidades para que otra prevalezca, y cuando los hombres y algunas mujeres se den cuenta de que no se trata de ser siempre la mejor, sino de vivir y dar lo mejor de ti en cada una de las facetas, en el momento que acepten que podemos ser varias cosas y hacerlas bien, en ese momento podremos conciliar.
Un abrazo para todas
No has podido escribirlo mejor y más bonito. Algunos/as no quieren verlo pero por eso tenemos que alzar la voz y con nuestro mensaje visibilizar y concienciar siempre. Seguiremos luchando por no renunciar. Y que nuestros dos yo puedan convivir en armonía, no es fácil pero tenemos que seguir luchando por nosotras mismas. Besos y gracias por tu comentario!