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Incomunicados en el parque de bolas

Incomunicados en el parque de bolas

Hace unas semanas se montó una pelea monumental en un parque de bolas a cuenta de una discusión-pelea entre dos niños. Sus madres tratando de resolver el conflicto acabaron pegándose y ofreciendo el ejemplo contrario que la situación requería. Maribel Gámez se pregunta: ¿Quién debe regañar a quien? ¿Cómo lo debe hacer? ¿Es inapropiado que un extraño regañe a tu hijo si ha hecho algo mal? ¿Deben resolver los niños ellos solos este tipo de situaciones? ¡Os dejo con este interesante post.

*Podéis seguir a Maribel Gámez en su página web: www.otrapsicologa.com. En ella encontraréis diferentes temas que os pueden ayudar.

La situación no podría haber sido más paradójica. Una batalla campal, una lucha cuerpo a cuerpo entre madres en un parque de bolas. Los parques de bolas son lugares sinónimo de diversión, de juego, de que los niños pasen un buen rato y los padres les vean disfrutar bajo su atenta mirada. Por eso resultó tan increíble y chocante la noticia de la intervención de la policía en un parque de bolas en Huelva, donde unas madres iniciaron una lucha entre ellas, cual gladiadoras americanas. Parece que el origen de la trifulca fue una situación nimia entre niños, algo común y en su comienzo fácilmente manejable, supuestamente, por los adultos de alrededor. Por lo visto el altercado llegó a tal nivel de agresión que las sillas volaban y los botellines se utilizaban como arma arrojadiza. Un descontrol total. ¿El resultado? 6 mujeres heridas, un local destrozado y los pequeños que presenciaron todo aquello, aterrorizados.

¿Qué desencadenó semejante situación?

Recapitulemos. Por lo visto, una madre vio como un niño del parque insultaba a su hija y fue directa a reprenderle por su comportamiento. La madre del niño reprendido ve la situación y se encara con la madre de la niña, pidiéndole explicaciones de por qué ha regañado a su hijo. Y ¡boom! En cinco minutos pasan a los insultos, y a los pocos segundos después ya volaban las sillas por el aire. Parece que una de las madres que estaba allí, intentó llevar a los niños a un rincón alejado en el local para evitarles daños físicos, pero no pudo protegerlos de presenciar la escena ni de algún que otro moratón.
Vamos, si os parece, a analizar la situación. Si el objetivo de la madre que regaña al niño era proteger a su hija de sus insultos y de que se sintiera mal, al final consiguió, enzarzándose en esa monumental pelea, justo lo contrario. Y además con consecuencias más graves e intensas para la pequeña. Ver a su madre enzarzada en una pelea física con otra(s) madre(s) es una de las situaciones mas ansiogenas y de peligro que puede sentir un niño por el miedo que entraña, a nivel psicológico, que su propia integridad física y la de su madre se vean amenazadas.
https://www.facebook.com/malasmadres/posts/1198402437004516

¿Y todo para conseguir qué?

Parece que a la madre del niño no le gustó que otra madre regañara a su hijo. Probablemente el intercambio verbal se parecería a “tú a mi hijo no le regañes” y por la otra parte “tienes que decirle algo a tu hijo por haber insultado a mi hija”. Lo que hay subyacente en esta pelea son las ideas, creencias y valores que se ponen en marcha sobre lo que está bien o no, lo que es correcto hacer o no, en un situación de enfrentamiento entre dos niños en el que las madres estén presentes. ¿Quién debe regañar a quien? ¿Cómo lo debe hacer? ¿Es inapropiado que un extraño regañe a tu hijo si ha hecho algo mal? ¿Deben resolver los niños ellos solos este tipo de situaciones?
A veces vamos con nuestras ideas sobre cómo son las cosas a convencer a los demás de como creemos que se debe actuar correctamente. Sea cual sea esa manera. Y nos encontramos con que el que tenemos delante no está abierto al diálogo, ni quiere escuchar nuestras estupendas razones. Y a veces nosotros tampoco lo estamos.
Pretender que otra persona se dé cuenta de que su forma de actuar no es la correcta, según nosotros, y que cambie, es quizá una meta demasiado ambiciosa. ¿Por qué insistir en nuestros argumentos cuando los demás no quieren escucharnos, están a la defensiva o incluso agresivos? Es como hablar con un muro, un momento ideal para empezar una inútil escalada de poder y llegar a las manos.

¿Qué podemos hacer?

Detectar esas situaciones y cambiar nuestros objetivos y nuestras expectativas. Que una persona cambie o nos escuche no está en nuestras manos si, por el motivo que sea, no está dispuesta a ello. Y está claro que en esa situación el dialogo brillaba por su ausencia cuando, a los 5 minutos de empezar a hablar, ya habían pasado a los insultos y al poco a las manos, las sillas y los botellines. Ninguno estaba por la labor de hablar y de intentar comprender al otro.
Una situación así pone a prueba nuestra propia tolerancia a la frustración: la aceptación de situaciones que no se pueden cambiar, de personas que no quieren escuchar ni razonar. ¿Pero es que acaso no nos enfrentamos a situaciones así todos los días? Condiciones laborales que no nos gustan y que tenemos que aceptar, opiniones de familiares que no compartimos, ideas que chocan en nuestra relación de pareja y que se mantienen intocables… ¿Somos más sensibles si el tema tiene que ver con la educación de los hijos?
Es sabio ser capaz de ajustarse a la situación en cada momento, saber lo que puedes conseguir del otro y lo que no. Y a veces batirse en retirada cuando no vas a conseguir nada de lo que te propones es inteligente y ahorra muchos problemas aunque sea frustrante.
Ni qué decir tiene el mal ejemplo que da una madre o un padre que resuelve sus conflictos a hostia viva delante de sus hijos, ni de cómo transforma internamente a una persona, el haber sido capaz de llegar a tales extremos por una situación tan cotidiana como la que originó la pelea. Lo que hacemos hoy nos acerca o aleja de aquello que queremos ser en el futuro.
Y, cuidado, los hijos están ahí, mirándonos.
Y vosotras Malasmadres, ¿qué pensáis sobre este tema?, ¿os parece bien que un extraño regañe a vuestros buenoshijos si ha hecho algo mal?

educar1

Han comentado...

  1. Soy abuela y tan bien malamadre creo que a los niños hay que dejarles que entre ellos arreglen sus problemas cuando son peuqueños. Cuando los adultos entramos en accion lo estropeamos todo con nuestros prejuicios, que nuestros hijos y nietos no tienen.

  2. Hola Ana, me alegro que te haya gustado el post. Yo también creo que es importante saber relativizar las situaciones y darles la importancia que se merecen. Muchas veces los niños son capaces de resolver solos las situaciones conflictivas y muchas a veces funciona que los adultos simplemente se lo recuerden o les guien un poco en la resolución del conflicto. !
    Desde luego a los adultos nos dura mucho más el enfado que a ellos cuado tenemos un problema con alguien!
    Un abrazo

  3. En mi humilde opinión todo depende de la situación concreta.
    Seguramente, estas dos mamás ya habían tenido algún otro encuentro desafortunado con anterioridad y esta situación pudo ser “la gota que colmó el vaso”. En los parques de bolas hay una cosa que habitualmente no se da, y es la parte de “bajo la atenta mirada de los padres”. Están los padres que no pierden de vista a sus cachorros (aunque sea con sigilo y sin intervención) y los padres que van, sueltan a sus bestias y ancha es Castilla. Y eso no puede ser. Como en cualquier cosa lo importante es la “ANTICIPACIÓN”, por que casi siempre se ve venir que esto puede llegar a pasar, y por tanto es EVITABLE.
    Otra cosa es el tema de que alguien regañe a tu hijo. Pues bien, si se trata de un peligro como meter los dedos en un enchufe, estar cerca de un desnivel o similar, el que esté más cerca que regañe o corrija. Si se trata de algo diferente donde estén mamá o papá que se quiten los demás, por que cuando eres madre, las uñas se convierten en garras.

  4. Aprender a defenderse desde la educación y el respeto,si le dan una torta que la devuelva.no me diréis que niños molestan los comportamientos de madres y padres dejados que tienen hijos salvajes y parece que abusar de otro niño es lo normal..os molesta y lo sabéis. En este caso quizás lo mejor es recriminar el comportamiento del niño y de la madre en cuestión desde la educación e irte ,que tu hijo vea que no va a sacar punta pero claro….es fácil decirlo! De todos modos el parque de bolas debe disponer de unas medidas d e seguridad mínimas? No?? Siempre está la invitación a salir del local para no perjudicar a los niños,es bochornoso.habria que verbla actuación de todos los presentes porque con tanto adulto mirando,me. Parece increíble que se llegue a las manos delante de los niños.

    1. Si, es increíble que delante de niños se pierda el control de esa manera ( y sin niños)
      También es cierto que queda preguntarse por la actuación de las personas responsables del parque de bolas. Es posible que todo el altercado les pillara por sorpresa. O eso es lo que yo entendí cuando leí la noticia, que la trifulca se organizo en cuestión de pocos minutos…

  5. Es curioso, Maribel: tú describes una situación y la Jefa en FB parece describir otra. Si eso nos pasa desde la serenidad de ser ajenos a esta “batalla” imagina lo que debió pasar por la cabeza de esas dos señoras: muerte y destrucción parece poco 😉
    Quizás las formas no son las adecuadas pero probablemente hubo dejación de funciones por parte de los responsables del parque de bolas, hueco que asumen sus madres con la autoridad del “bien común”. No veo bien reprender a niños desconocidos; yo habría optado por estar al lado del mío coartando la libertad del otro para abusar de él: confundimos la defensa con el ataque; la defensa es un derecho, el ataque es un abuso. También te digo que si el padre “del otro” pretende que los deje (que deje al suyo abusar del mío) allí se lía al igual que se lió en el dichoso parque.
    Un beso.

    1. Jajaja, estoy totalmente de acuerdo Albertwo. Creo que simplemente lo que ha pasado es que ella ha puesto el acento más en una parte del post que en otra. Qué bien que te hayas dado cuenta, eso significa que has leído el post con atención y tienes muy buena capacidad de observación!
      Buena distinción entre defensa y ataque pero creo que si el otro padre no estuviera de acuerdo en reprender a su hijo, el que insultó a la pequeña, hay otras formas de salvar la situación que no sea un enfrentamiento entre padres, quizá simplemente alejando a la niña de la zona donde esté el otro niño o estando especialmente cerca y atento de sus juegos (muchas veces cuando los niños son simplemente observados por otro adulto dejan de hacer ciertas cosas)
      Es la tolerancia a la frustración de los adultos lo que se pone a prueba en esta situación. A recibir que el otro no quiere, no puede, no sabe entender lo que queremos decirle.
      Un abrazo

  6. Creo que los niños deben resolver entre ellos, ahora bien si persiste la situación, para mi lo más prudente seria alejar a mi hijo del niño agresor. Aunque se supone que si al niño agresor lo acompaña su madre/padre y estos ven que esta actuando mal, pues en teoría la situación no deberia de continuar porque los padres ya vieron que se esta portando mal y lo corrigen, pero claro muchas veces los padres por estar en el móvil o platicando no se enteran de lo que estan haciendo sus hijos. Yo en lo personal jamás regañaría a otro niño, a menos que la situación se salga denlas manos y los papás del otro niño no actúen.

  7. Pues no sé si me molestaría o no, depende del tono. Lógicamente, si está haciendo algo a no debe me gustaría al menos que me lo dijesen sí en esos momentos no lo he visto para poder corregirlo yo, que sería lo ideal. Ahora bien, ¿cómo debo actuar yo cuando es al revés? Ejemplo, Ayer mismo, niños mayores jugando con coches en el tobogán y no dejando bajar a los pequeños, entre ellos mi hijo. Uno de los pequeños ,un amiguito de mi hijo,se atreve a bajar y el dueño de los coches le pega disimuladamente, pero lo suficientemente fuerte para hacerle llorar por pisar sus coches… ¿No debo intervenir?

    1. Pues, como tú dices, con un bueno tono y educadamente se le podría decir al niño que no está bien pegar a otros. Y sobre todo darle el mensaje de que hay adultos observándole que le van a señalar que esas conductas hacen sentir mal a los demás niños.
      Un abrazo Milindrkis

      1. La teoría es muy fácil. La práctica no lo es tanto. Tú puedes advertir al niño agresor muy educadamente que lo más probable es que te tome por el pito del sereno. A los niños hay que hablarles con firmeza, sin gritos, pero que sepan que vas en serio y que no vas a permitir que peguen a tu hijo. Sobretodo estos niños con padres permisivos que no les ponen límites ni les enseñaron que cada acción tiene una consecuencia. Hablo de consecuencias no castigos porque estos a parte de poco pedagógicos a la larga no resultan útiles. Estos niños normalizan la competitividad, los gritos, las peleas, los insultos, porque nadie les está poniendo límites ni enseñando a gestionar sus emociones. Todo lo que no se enseña en la infancia se ve reflejado en la adolescencia. Y ahí sí que es difícil cambiarlo. Sobretodo si los padres no cooperan y dan un pésimo ejemplo como los de Huelva.

  8. Personalmente soy de las personas que cree que los conflictos de los niños deben resolverse entre ellos mientras tengan cierta edad y sean leves ya que hoy se pelean y mañana son amigos, el hecho de reñir hijos de otra persona o que otra persona riña al tuyo creo que no es prudente, podemos decirles que eso no se hace, no se dice incluso separarles si se enzarzan a golpes y directamente hablar con la madre o padre aunque hay veces que es mejor llevarte al niño y evitar conflictos según su forma de responder. Yo tuve uno hace poco porque la madre de un niño mucho más mayor que el mío le agarró de los brazos y le zarandeó insultandole no me lié a tortazos pero ganas no faltaban

    1. Ganas no te faltaron pero no lo hiciste. Ahí reside el problema de conflicto en el parque de bolas: la lucha entre lo que uno desea (lo que le sale) y lo que debe hacer, lo que es correcto, cívico y ejemplarizante para los niños. No es tarea fácil pero, sin darnos cuenta lo hacemos todos los días. Si hicieramos lo que “nos sale ” en cada momento no tendríamos trabajo, ni amigos, ni pareja…
      Gracias por comentar Alba
      Un abrazo

  9. Pues depende, si una de mis hijas ha hecho algo mal y otra madre la regaña con respeto y educación, bien regañada esta. Pero si se sube de tono y habla desde el odio y la mala educación no lo consentiría. El KIT de la cuestión es el respeto, el civismo y la educación.

    1. Súper importante él tono en como se dirijen al niño y cómo le tratan. Al final en la guarderia o el colegio también les regañan personas que no somos nosotros pero sabemos ( o suponemos ) que lo hacen desde el cariño y la idea de ayudarles a mejorar. Y no pasa nada
      Un abrazo Eva

  10. muy buen post que invita a la reflexión y a no perder de vista que somos el ejemplo de lo que hacemos. los niños hacen lo que nos ven hacer, no lo que les decimos que hagan.
    Soy maestra, y situaciones de conflicto entre padres derivadas de un conflicto entre niños se dan cada vez más hoy en dia. Creo que a veces los adultos hacemos un mundo de lo que les pasa a los niños. Ellos resuleven mucho mejor las cosas solos y sin rencor, desde muy pequeños. Ellos se pelean y se abrazan y vuelven a jugar juntos en menos de nada! Tenemos tanto que aprender de ellos!!
    Sin embargo, si los adultos se meten el conflicto se suele hacer bola y se lía muchísimo más

    1. Hola Ana, me alegro que te haya gustado el post. Yo también creo que es importante saber relativizar las situaciones y darles la importancia que se merecen. Muchas veces los niños son capaces de resolver solos las situaciones conflictivas y muchas a veces funciona que los adultos simplemente se lo recuerden o les guien un poco en la resolución del conflicto. !
      Desde luego a los adultos nos dura mucho más el enfado que a ellos cuado tenemos un problema con alguien!
      Un abrazo

      1. Hace tiempo de este post pero a mi me vale como si fuera hoy mismo. Porque para mi, está pasando ahora!
        Mi hijo ha pegado mucho desde pequeño, yo he intervenido siempre pero de manera respetuosa, hablando con él, explicándole las cosas, después de todo, yo creo que el respeto se enseña con respeto. Ahora, que ya tienen 3 años y medio, no pega, o lo hace muy de vez en cuando. Pero resulta que otros padres, que han convivido conmigo desde el principio en el parque, se han dedicado a criticarme por detrás por hablarle tranquila a mi hijo, no gritarle ni insultarle (como he visto hacer a otros y que yo no comparto). Y resulta que, cuando esos otros niños abusan de él de otras maneras, ahora juegas, ahora no juegas…veo con estupor que nadie presta atención. Yo hablo con mi hijo, intento que entienda que si hay otros niños que no le hacen sentir bien, tiene que jugar con gente que le haga feliz. Pero el otro día, por no decirle nada al otro niño, le comenté a los padres, que suelen estar charlando en la entrada del parque, que su retoño estaba haciendo sentir mal al mio de manera constante. Y su respuesta fue espectacular!!! Resulta que al parecer mi hijo se merecía que los otros le trataran mal porque él había pegado en tiempos A!
        Hombre…yo entiendo perfectamente lo que decís de los niños que pegan, como ha pegado el mío. Pero creo que es importante diferenciar entre no hacer nada y hacerlo de determinada manera….
        Si yo hablo con mi hijo y le explico que no se pega, que hace sentir mal a la otra persona y que debe pedir perdón o reparar el daño…puede que a mi hijo le cueste entenderlo uno o 100 días, pero yo le estoy educando! Si otros padres justifican acciones negativas de sus hijos porque este niño en concreto tiene determinada fama, aunque no se corresponda con la situación actual….
        Así que, como madre de niño que ha sido pegón, pido un poco de comprensión y entendimiento hacia la tarea de educar, que cuesta mucho y es la tarea más importante que desarrollamos en nuestras vidas aquellos que hemos decidido ser padres.

        1. Hola, Carolina! Me ha llamado la atención tu comentario, porque me he sentido muy identificada. Tengo un niño de 6 años y medio q es un amor, pero es bastante movido. En su momento pasó por una etapa de pegar o empujar a otros niños, a los 2 años más menos. Yo hacía lo que tú: estar super pendiente y explicarle respetuosamente que eso no se hacía, incluso alguna vez nos hemos ido más pronto del parque o de algún cumple a modo de “castigo”, explicándole q si no seguía las normas, no podía jugar.
          A día de hoy ya no pega, aunque sigue siendo activo, y muy sociable. Pero debido a algunos comentarios q tuve q oir de algunas madres y padres en su momento, yo no soporto ir al parque, parques de bolas o similar con él; voy porque hay q ir, pero estoy en tensión todo el rato, lo paso fatal, con miedo a que corra un poco más de la cuenta o lo q sea y los demás padres le juzguen. Y eso q, como te digo, ya superó esa etapa y normalmente se porta fenomenal, tanto en la calle como en el cole.
          He de decirte tambien q muchas veces eran otros niños los q le pegaban sin venir a cuento, o en vez de pegarle le agredían verbalmente, y da la casualidad q los padres de estos niños eran los mismos q criticaban al mío, aunque claro, como estaban de charleta o con el móvil, ni se enteraban, en cambio yo estaba y estoy totalmente pendiente de mi hijo, aunque ahora ya con un poco más de distancia. Tengo una niña más pequeña, de 3 años, q es lo opuesto al hermano, muy tranquila.
          Con esto quiero decirte q creo q lo estás haciendo genial, q los q lo hacen mal son los padres q con total impunidad critican y etiquetan a los niños, y más cuando son tan pequeños. Además, ni unos son tan buenos ni otros tan malos; los niños son niños, son personitas q están aprendiendo a relacionarse, a gestionar sus emociones. Por supuesto q los padres tenemos q estar ahí, y estoy a favor de intervenir respetuosamente si hay violencia ( con mi hijo, no con los otros, nunca he regañado o llamado la atención a otro niño aunque no me han faltado ganas). Pero nunca jamás etiquetar al niño por su comportamiento, etiquetemos a los padres, pero no al niño

        2. Hola, Carolina! Me ha llamado la atención tu comentario, porque me he sentido muy identificada. Tengo un niño de 6 años y medio q es s un amor, pero es bastante movido. En su momento pasó por una etapa de pegar o empujar a otros niños, a los 2 años más menos. Yo hacía lo que tú: estar super pendiente y explicarle respetuosamente que eso no se hacía, incluso alguna vez nos hemos ido más pronto del parque o de algún cumple a modo de “castigo”, explicándole q si no seguía las normas, no podía jugar.
          A día de hoy ya no pega, aunque sigue siendo activo, y muy sociable. Pero debido a algunos comentarios q tuve q oir de algunas madres y padres en su momento, yo no soporto ir al parque, parques de bolas o similar con él; voy porque hay q ir, pero estoy en tensión todo el rato, lo paso fatal, con miedo a que corra un poco más de la cuenta o lo q sea y los demás padres le juzguen. Y eso q, como te digo, ya superó esa etapa y normalmente se porta fenomenal, tanto en la calle como en el cole.
          He de decirte tambien q muchas veces eran otros niños los q le pegaban sin venir a cuento, o en vez de pegarle le agredían verbalmente, y da la casualidad q los padres de estos niños eran los mismos q criticaban al mío, aunque claro, como estaban de charleta o con el móvil, ni se enteraban, en cambio yo estaba y estoy totalmente pendiente de mi hijo, aunque ahora ya con un poco más de distancia. Tengo una niña más pequeña, de 3 años, q es lo opuesto al hermano, muy tranquila.
          Con esto quiero decirte q creo q lo estás haciendo genial, q los q lo hacen mal son los padres q con total impunidad critican y etiquetan a los niños, y más cuando son tan pequeños. Además, ni unos son tan buenos ni otros tan malos; los niños son niños, son personitas q están aprendiendo a relacionarse, a gestionar sus emociones. Por supuesto q los padres tenemos q estar ahí, y estoy a favor de intervenir respetuosamente si hay violencia ( con mi hijo, no con los otros, nunca he regañado o llamado la atención a otro niño aunque no me han faltado ganas). Pero nunca jamás etiquetar al niño por su comportamiento, etiquetemos a los padres, pero no al niño

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