Ellas opinan: ser niño o niña en un país en conflicto no te protege de nada

Ser niño o niña debería estar alejado de todo mal, pero la realidad no es así. No están libres de nada y muchas veces son víctimas de la sinrazón de los adultos. Hoy es el ‘Día Universal de los Derechos del Niño’ y en nuestro blog hemos querido acordarnos de los 250 millones de niños que viven en países en conflicto. Para ellos ser niño no les protege de nada. Hoy Sara Collantes, responsable de Políticas de Infancia en Unicef Comité Español, y malamadre de 2 buenoshijos, nos habla de los niños en Siria.

Ayer me tocó llevar a mis dos hijos de 2 y 5 años al cole. Casi siempre me encargo yo de recogerlos a la salida, pero justo tenía una reunión #nosoysuperwoman y tuve que hacer la clásica pirueta de ir a llevarlos temprano y buscarlos en el mismo día. Qué os voy a contar sobre esto que no sepáis las Malasmadres… Pero la verdad es que ayer fue uno de esos días dulces en que las sonrisas y los besos de mis hijos me cambiaron la perspectiva.

Conflicto en Alepo

Al llegar a la oficina me topé con una dolorosísima, dura, indignante noticia que llegó desde Alepo y que me tocó especialmente por muchas razones. Quizá, precisamente, porque yo llegaba de dejar a mis hijos en el colegio. En Alepo, una madre había perdido a sus 4 hijos, todos menores de 11 años, en un mismo día por el ataque de un mortero mientras caminaban a la escuela. Hanadi, Lamar, Ismail y Zaina nunca llegaron a encontrarse con sus profesores y sus compañeros. La noticia nos llegó de manos de Radoslaw, compañero de Unicef que hace lo imposible para proteger a los niños en la que se ha llamado la crisis humanitaria más grande de los últimos tiempos.

“Primero me enteré que dos niñas preciosas habían fallecido”, explicaba Radoslaw. “Estaban tumbadas como si durmieran plácidamente. Lamar tenía incluso todavía en sus manos la chocolatina que estaba comiendo. Y lo peor estaba por llegar. Varias horas más tardes me llamaron para comunicarme que los hermanos pequeños de estas niñas, Ismail y Zaina, no habían superado tampoco el impacto de los morteros a pesar de los intentos de los médicos”.

No sé si habéis visto alguna vez imágenes de conflictos donde se usan morteros. No sé si habéis visto una vez un mortero. Es un arma con una especie de trípode que lanza un proyectil sin vislumbrar un objetivo. Un lanzamiento en plan “¡ahí va eso!” y que caiga donde caiga y contra quien caiga. ¿Qué es a la hora de entrar en un colegio de los pocos que quedan en pie? Qué más da. Las escuelas se han convertido en objetivos. Ser niño o niña en un país en un conflicto no te protege de nada. Más bien todo lo contrario. Te convierte en objetivo.

Estoy hecha de la misma pasta que la madre de estos niños sirios y por eso puedo llegar a vislumbrar tremendo dolor… Pero hay ciertas barreras que no me dejan imaginar bien qué puede vivir una madre de Alepo cuando despide a sus hijos cada mañana sin saber si esta vez volverán. Ayer mi máxima preocupación cuando les despedí fue que se me había olvidado la merienda.

Madres y niños de todo el mundo se ven obligados a jugar cada día a la ruleta rusa. Quizás este juego macabro se haya convertido en el “juego” más universal de todos.

250 millones de niños viven en países en conflicto

La historia de Hanadi, Lamar, Ismail y Zaina es solo una entre millones, en países como Siria, Irak, Sudán del Sur o Nigeria. Hay 250 millones de niños que viven en países en conflicto. Cada día a plena luz, y en horas punta, se atacan sus escuelas, sus casas, los caminos por los que transitan y los espacios donde viven e intentan jugar y disfrutar de su infancia. Cada día, otros muchos niños y niñas son reclutados a la fuerza o convertidos en objetivos de violencia sexual. Esto explica que al menos 28 millones de estos niños hayan salido desesperados de sus hogares, buscando refugio en otras ciudades o países. También somos testigos en Europa de este drama de los refugiados que no encuentra fin.

Día Universal de los Derechos del Niño

Lo que más me gusta de vosotras, Malasmadres, es que habéis creado un espacio donde se va de frente, sin rodeos. Un espacio donde podemos mirarnos como madres de carne y hueso, a la vez que soñamos con un mundo distinto y que las cosas pueden cambiar. Por eso me apetecía compartir con vosotras hoy, Día Universal de los Derechos del Niño, mi dolor de madre y mis ganas de revelarme por lo vivido por estos niños sirios, obligados a jugarse la vida en una ruleta. Me niego a aceptar que ser niño no importa y que yo no puedo hacer nada. Puedo contarlo y que muchas malas madres también lo cuenten y nos ayuden a difundir el mensaje.

Uno más uno, es mucho más

Y como la unión de todos es fundamental, Unicef ha lanzado una campaña para ayudar a todos los niños que viven en situación de emergencia. #Unomásuno.

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