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Si quieres a tu hijo/a adolescente, consensúa con él límites que le protejan

Si quieres a tu hijo/a adolescente, consensúa con él límites que le protejan

Si hay algo que necesita un adolescente es explorar el mundo que le rodea a su manera sin ir de la mano de mamá o papá. Conocer su entorno con independencia y libertad, probar sin miedo a equivocarse, compartir con sus iguales dudas y confidencias y aprender por ensayo-error. Unas experiencias que le llevarán descubrir quién es, que necesita y que quiere llegar a ser y hacer. A construir su nueva identidad y tener una adecuada  autoestima.

Esta necesidad de descubrir y alejarse te hará sentir que tu adolescente ya no te necesita a su lado,  pero eso no es así. Aunque no lo parezca, ni te lo demuestre, tu hijo o hija necesita más que nunca que estés presente y disponible en su vida, que empatices con sus miedos e inseguridades, que comprendas lo difícil que es para él hacerse mayor. Precisa que te conviertas en un adulto presente y paciente que entienda lo que le sucede, atienda sus necesidades y le escuche sin cuestionarlo ni etiquetarlo constantemente.  Que le acompañe con grandes dosis de afecto cuando se sienta vulnerable o no sepa lo que le pasa.

La adolescencia es una etapa educativa de pleno despertar a la vida que va asociada con las emociones poco moduladas, el riesgo y las nuevas amistades y experiencias. Establecer límites saludables durante esta etapa con tu adolescente será esencial para su desarrollo personal, social y emocional. Unos límites que le aportarán seguridad y protección, darán respuesta a sus nuevas necesidades y le ayudarán a responsabilizarse de las consecuencias de sus elecciones y conductas.

Si quieres a tu hijo/a adolescente, consensúa con él límites que le protejan

El establecimiento de límites favorecerá en el adolescente la adquisición de hábitos en todos los ámbitos de su vida y le ayudarán a reducir posibles conductas inapropiadas que le puedan meter en problemas. Le facilitarán comprender el funcionamiento de su entorno y los códigos de convivencia. También serán claves para fortalecer los vínculos y reducir los conflictos en casa evitando que tu hogar se inunde de incomprensión, culpabilidad y mal humor.

Los límites nada tienen que ver con reglas rígidas y poco comprensibles. Sino que son las líneas que aportan estructura y seguridad en el día a día del adolescente yque le facilitaránidentificar y regular todo aquello que siente. Sin ellos no podrá establecer relaciones sanas, entender todo aquello que pasa a su alrededor ni hacer frente correctamente a loscontratiempos.

Uno de los conflictos más frecuentes que existen en las familias en esta etapa cuando el adolescente no respeta un límite. Cuando se deja llevar por la impulsividad y no calibra bien las consecuencias de sus actos. Cuando no cumple con su horario de estudio o uso de su teléfono o  no se hace cargo de sus responsabilidades.

Un joven sin límites bien interiorizados mostrará muchas dificultades para tomar buenas decisiones, mostrarse empático con su entorno y cumplir con sus tareas. No sabrá cómo debe comportarse ni qué esperan los demás de él y se mostrará poco respetuoso y con poca capacidad de hacer frente a la frustración.

En cambio,un adolescente que entienda y respete los límites será un joven autónomo, sociable y elocuente, capaz de hacer frente a todos los cambios físicos, psicológicos, sociales y emocionales que experimenta y que en muchas ocasiones le crean mucha inseguridad. Unos límites que le transmitirán valores tan esenciales como el respeto, la solidaridad o la responsabilidad.

Claves para consensuar límites saludables con un adolescente:

  • Consensuando los límites y las consecuencias que existirán si no se respetan desde el respeto y la confianza, así evitaremos las confusiones y las resistencias. Si estos límites son impuestos de forma autoritaria no serán respetados y provocarán muchas discrepancias en casa. Establecerlos conjuntamente permitirá que el adolescente sienta que se tiene en cuenta sus necesidades, intereses y opiniones.
  • Los límites consensuados deberán cumplirse siempre y jamás podrán depender de nuestro estado de ánimo.  Si como adultos no somos coherentes y firmes será muy difícil que el adolescente los respete.
  • Deberemos ir revisando y adaptando los límites a medida que el adolescente vaya creciendo y sus necesidades vayan cambiando. Un adolescente de 14 años no necesita las mismos límites que uno de 18.
  • Cuando el adolescente traspase un límite se deberá desaprobar su conducta y no a su persona. Cuando esto ocurra, desde el afecto y el respeto, deberemos analizar conjuntamente la situación y los motivos que le han llevado a tener ese comportamiento desafortunado y a establecer una consecuencia lógica asociada al límite que no ha respetado.  De nada servirán los gritos, las amenazas o los castigos carentes de significado que después no podremos cumplir.

En esta etapa tan compleja de acompañar desde la serenidad los límites regalarán a tu adolescente unas pautas claras para poder descubrir el mundo con respeto y seguridad. Además, os permitirán crear un buen vínculo creando una dinámica familiar armónica donde reine el respeto y la complicidad.

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