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No todo el mundo puede teletrabajar (pero los que sí, tienen derecho a probarlo)

No todo el mundo puede teletrabajar (pero los que sí, tienen derecho a probarlo)

Si en algo ha incidido el movimiento Malasmadres durante la pandemia es en que la situación que hemos vivido no es sostenible. Hemos teletrabajado, sí. Pero ni lo hemos hecho tras una formación adecuada ni bajo la supervisión (en general) de personas que creyeran en ese formato laboral.

Ficha técnica: David Blay Tapia

Me presento en cuatro líneas: soy un (mal)padre que lleva 13 años como empleado remoto. Tengo una hija de ocho años y otra de cuatro. Mi mujer, desde hace algún tiempo, se encuentra en mi misma situación. Y el 90% de las tardes de 2019 las pasé con ellas tras configurar a diario mi horario.

Sé de sobra que lo que hicimos de marzo a junio no es teletrabajo. Porque su esencia radica en poder escoger tu horario, adaptarlo a los objetivos que se te han marcado (seas freelance o trabajador por cuenta ajena) e incluso aprovechar los momentos en que tu organismo es más eficaz. Cuando estudiábamos en la Universidad, algunos aprobaron gracias a estudiar por la mañana y otros por la noche. Pero ambos obtuvieron el título y se consideraron válidos. Sin embargo, en general la mayoría de quienes acceden al mercado laboral lo hacen en horario matinal.

Hablemos con cifras en la mano: España es el país que cierra la clasificación de estados europeos en el ratio horas trabajadas/productividad. A ello le une que mientras antes de la llegada del COVID solo un 4% del total de la población activa era remota, en encuestas realizadas por varias firmas de Recursos Humanos hasta un 69% se sinceraba y soñaba con probar esta manera de proceder en su día a día.

Sin embargo, todo aquello que llega por obligación no suele calar. Y lo que nos pasó a inicios del año juntó esa palabra a otra patente en el tejido empresarial: la desconfianza. Lo hemos visto en la negociación por una Ley que será inútil desde el principio. Las peleas han venido por conseguir que lo que se haga sea lo mismo, con el mismo horario lineal y las mismas obligaciones, pero desde casa. ¿Que te ahorras los desplazamientos? Desde luego, pero NO PUEDES CONCILIAR. Y esto va de conciliar vida personal y profesional.

Es cierto que tendremos que aprender a desconectar si somos flexibles con nuestras tareas, pero a eso también se aprende. Al fin y al cabo, esta situación es nueva para el 96% de las personas. Pero hablamos de ella como si todos debiéramos saber cómo proceder. Y no es así.

Necesitamos formación en el teletrabajo

Necesitamos que nos formen en una nueva manera de abordar nuestras obligaciones. Necesitamos que nos formen en un nuevo modo de integrar nuestras dos vidas. Necesitamos que nos formen en habilidades digitales (gran parte de los problemas que hemos tenido derivan no de no saber usar Zoom o Teams, sino de desconocerlos hasta el mes de febrero). Y necesitamos que las empresas vean que gracias al teletrabajo han mantenido sus ingresos. Y lo potencien de verdad.

Distintos perfiles, distintas situaciones

Dicho todo esto, analicemos los posibles perfiles que podrían encontrarse en una situación de flexibilidad de empleo en estos momentos (un 60%, según el Banco de España). Y qué podrían hacer para ser eficientes al tiempo que consiguen integrar parte de su vida personal en la ecuación:

  • Padre trabaja fuera, madre en casa (o viceversa). Ambos a media jornada y con los niños/as en el colegio.
    • Planificación semanal de tareas, objetivos y fechas de entrega.
    • Contacto asíncrono (no en tiempo real, por ejemplo a través de mails o plataformas como Slack) con superiores y compañeros.
    • Envío de informes cortos diarios sobre hitos alcanzados. Definición de tareas domésticas y de horas de conciliación. Partición entre ambos de las responsabilidades personales. 
  • Padre trabaja fuera, madre en casa (o viceversa). Ambos a jornada completa y con los niños/as en el colegio.
    • Planificación semanal de tareas, objetivos y fechas de entrega.
    • Contacto síncrono para una reunión diaria de 30 minutos máximo y asíncrono con superiores y compañeros para el resto.
    • Reparto realista de tiempo entre objetivos personales y profesionales.
    • Envío de informes cortos diarios sobre hitos alcanzados.
    • Definición de tareas domésticas y de horas de conciliación.
    • Partición entre ambos de las responsabilidades personales. 
  • Padre y madre trabajan en casa y con los niños/as en el colegio.
    • Aunque pueda parecer evidente, no hay que volcar toda la actividad laboral a la espera de que los niños salgan. Porque, en realidad, con las tecnologías de que disponemos hoy no necesitamos ocho horas para hacer nuestro trabajo.
    • Podemos intercalar descansos (obligatorios), bajar a hacer la compra para no tener que hacerla luego (se pueden contestar llamadas o incluso leer correos en esos momentos) y hasta hacer deporte.
    • Pero lo importante es comenzar a saber cuánto tardamos en hacer las cosas realmente y ganar minutos para luego poder disfrutarlos. Lo que no significa que por la tarde no vayamos a ver un mail o recibir alguna comunicación telefónica. Siempre hay trabajo que adelantar, pero eso no significa que al día siguiente podamos afrontar menos objetivos. Suele suceder más bien al contrario.
  • Familias monoparentales.
    • ‘Si creciste con Karate Kid, sabrás que pintando una valla o lijando un coche puedes aprender casi sin darte cuenta artes marciales. Y ahora, con los niños en el colegio, te darás cuenta de que (al contrario que en febrero), sabes usar ventanas de productividad, programar correos para que se envíen cuando estés por la tarde con tus hijos, trabajar en asíncrono a través de plataformas como Teams o Slack y, en definitiva, organizar la jornada de modo que saques adelante el mayor trabajo posible cuando estás sol@ y dejes imprevistos o gestiones menores para los ratos conjuntos’.
Palabrita de David Blay

Y ahora, seamos realistas….

Habrá días que nos tendremos que levantar temprano. Otros donde nos acostaremos tarde o usaremos el horario de cenas de los niños para concluir algo pendiente. Unos días tendremos saturación y otros parecerá que está todo controlado.

Curiosamente, será en estos donde nos sintamos culpables, porque nos han enseñado a estar delante del ordenador aunque no pase nada durante la próxima media hora (¿cuántas veces has refrescado el Outlook a ver si entraba un correo?).

Pero, por encima de todo, lo que debemos saber es que esto es normal. Que cuando la gente pasó del campo a las fábricas no sabían qué debían hacer. Y que nuestra actual circunstancia, aunque no lo parezca, es exactamente la misma.

Para que haya conciliación debe haber flexibilidad. Formación. Confianza. Y comprensión. Porque hoy nos cuesta una centésima parte del tiempo realizar un informe que nuestros padres y madres debían mecanografiar. Y pese a ello, nos obligan a trabajar el mismo número de horas que ellos.

Y para vosotras Malasmadres, ¿cuál ha sido o es vuestra relación con el teletrabajo?

Han comentado...

  1. Los contratos de trabajo actualmente, (quizás herencia fabril), están basados en las horas trabajadas, por tanto nuestra productividad cae cuando, como bien dices, necesitamos menos tiempo para hacer el trabajo asignado. Esto es lo que les preocupa a las empresas que son los que nos pagan esas X horas diarias. Creo que para mantener el teletrabajo se necesitan otras formas de contrato y de medir la productividad, empezando por la organización y el acuerdo de los objetivos; principalmente para cumplir las expectativas de la empresa, que al fin es el pagador. Y también la semipresencialidad. Porque está demostrado que el individualismo vale, pero el equipo es el que hace fuerte tu proyecto y tus resultados. Y coordinarse en equipo a distancia, con la flexibilidad que necesita cada uno, no es sencillo pero tampoco imposible.

    1. Basado en mi teletrabajo de año y medio con un equipo en China (literal), y otro con equipos en 3 ciudades en España. La flexibilidad de adaptar horarios geográficos y con colegio+casa, esencial. Mientras trabajo, estoy en mi oficina, evitando el “mientras, pongo lavadora, conecto la Roomba, se cocina el cocido, etc”.

  2. El problema llega cuando los niños están en casa, como han estado durante 6 meses y como nos va a tocar que estén a lo largo de este curso.
    ¿Cómo afrontar los ruidos, interrupciones y tareas escolares? No hay hora en el día para poder discernir el horario de trabajo del escolar….

    1. Parece ser que ahora las cosas han mejorado al volver los niños al cole. Pero vamos, esto sigue siendo un caos…

      ¡Ánimo con lo que nos toca Malamadre!

  3. He estado teletrabajando durante 5 meses y la verdad que muy bien. Si es cierto que tenía ayuda para cuidar a mi niña y entonces todo es más fácil. También es verdad que necesito ir a la oficina para poder hacer cosas que en casa no puedo. Pero me gustaría teletrabajar un par de días a la semana, aunque mi empresa ya ha dicho que no por no tener el suficiente cargo.

  4. Durante el confinamiento no fue nada fácil el teletrabajo, ya que teníamos formaciones, puntos de control con los manager, respuestas y meetings con clientes en horario de oficina, todo ello a la vez que conectabamos con las clases de las niñas, 8 y 5 años.
    A día de hoy, la vuelta al cole lo facilita más. Aún seguimos teletrabajando y parece que para largo, pero con las peques en el cole, la organización es mejor.

    1. Ha sido todo un reto el confinamiento (trabajo + hijos en casa). Esta situación parece, repetimos PARECE, que va a mejor y esperemos que siga así.

      ¡Un saludo y un beso!

  5. Un artículo muy interesante David, muchas gracias. Yo trabajo para la administración pública y ya desde mi oficina teletrabajo: yo en Málaga, director en Sevilla y jefa principal en Granada, por lo que las vídeoconferencias y las llamadas de teléfono, están a la orden del día. Me dedico principalmente a la formación online, por lo que mi trabajo es perfectamente asumible en teletrabajo.

    Durante la cuarentena, me traje el equipo del trabajo a casa, siendo consciente que con dos buenashijas en casa (4 y 6 años) no iba a ser fácil. El buenpadre y yo nos organizábamos para atenderlas en ese “cole en casa” y aunque yo marcaba mi horario religiosamente (que era lo que me pedían), luego por las tardes y durante los fines de semana le dedicaba tiempo al trabajo. En mi departamento (otra malamadre y yo) sacamos 13 cursos online gratuidos con más de 14000 alumnos, además de otros proyectos paralelos…

    El trabajo sale, y hasta se le dedica un tiempo de más calidad (a pesar de las circunstancias). Estoy conectada a las carpetas compartidas, uso Teams, Gotomeeting, Zoom, TeamViewer, he compartido proyectos a través de google docs, dropbox, estamos comenzando con Openproject…Ahora volvemos a la oficina al 100% de presencialidad…para hacer lo mismo: teletrabajar en la oficina…falta confianza y un conocimiento importante de la gestión por proyectos. Espero al menos que a nivel de conciliar (buenoshijos enfermos, cuarentena de buenoshijos por covid etc) sea factible seguir teletrabajando, porque hemos demostrado que se puede.

    1. Totalmente de acuerdo con tu reflexión Malamadre. Si se puede teletrabajar y se ha hecho correctamente, no sabemos porqué no se puede seguir haciéndolo.

      ¡Seguiremos apoyando el teletrabajo para una plena conciliación!

      Un beso y ánimo Malamadre.

  6. Mi experiencia también ha sido buena, pero porque se planteó como algo temporal. Ahora no lo es tanto. Ahora la empresa ha visto que supone ahorro y quiere que sigamos en teletrabajo, pero no aclara sobre si van a pagarnos internet por ejemplo, nosotros estamos soportando todo el gasto de luz, aire acondicionado (pronto será calefacción muchas horas al día), conexión a internet, y ellos han visto que el trabajo sale igual y ahorran. Echamos de menos el contacto entre compañeros, hay muchos de los que no sabemos nada en meses. Muchos estamos en el salón, para un tiempo te apañas, pero quedarme ahí siempre no querría.

    1. Hola compañera,

      De esta situación, muchas empresas se han visto beneficiadas para recortar en costes. Hasta ahí bien, pero lo normal es que si os mandan a casa para teletrabajar, se hagan a cargo, como bien dices, de los costes que esto supone…. ¡Esto es un caos Malamadre!

      Un beso y ánimo.

  7. Buenos días,
    Me ha gustado mucho el post de hoy. Mi experiencia particular con el teletrabajo ha sido buena, si bien tengo claro que en mi organización no hemos teletrabajado. Nos hemos limitado a conectarnos en remoto a nuestro equipo y sacar trabajo adelante, pero no hubo ni reuniones de equipo ni un contacto tan estrecho como el que tenemos a diario en la oficina. Tampoco veo interés ni por parte de la gerencia ni de los trabajadores de cambiar para mejorar la situación.
    Bajo mi punto de vista el teletrabajo no es efectivo ni para todas las organizaciones ni para todas las personas. A mi la experiencia me ha gustado y no me importaría teletrabajar por ejemplo un par de días en semana, pero es verdad que yo quitaba mucha importancia al trabajo presencial y ahora me doy cuenta de que al menos en algunos casos, es importante.
    Gracias.

  8. En mi empresa hemos empezado a tener un modelo mixto de semipresencialidad pero sigue siendo presencialista en el sentido de estar disponible sí o sí en el horario que te corresponde. El teletrabajo, aunque se esfuercen en decir que ha venido para quedarse, es irreal.

    1. Hola Virginia,
      Pues eso mismo pienso yo también…que no ha venido para quedarse. No lo he comentado en mi primer comentario pero también se nos olvida que si salimos de casa a trabajar, también movemos más dinero. De repente dejamos por ejemplo, de tomar café, o de comer fuera. De hecho los locales de restauración que hay en la zona de mi trabajo no han abierto en su mayoría porque no les compensa al haber todavía mucha gente teletrabajando. También dejamos de comprar esa revista en el quiosco que está en frente de la oficina, o de “picar” y comprar esa chaqueta que hemos visto en el escaparate por el que pasamos todos los días delante. Y de paso, si no hacen falta oficinas “físicas”, ¿qué pasa con esos alquileres que también generan impuestos y por tanto riqueza?
      Yo estuve muy a gusto teletrabajando, y si tengo que escoger, egoístamente, lo prefiero. Pero la verdad, veo que hay mucho de lo que hablar y mejorar.
      Gracias!

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