Malasmadres, desde ayer nuestros buenoshijos van a poder salir a dar un paseo. Es una gran noticia, tanto por su salud física como por su salud mental.
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No podemos olvidar que son niños, a los cuales de la noche a la mañana les han quitado el colegio, el contacto físico diario con sus educadores y amigos. Es decir, su contexto seguro y muchas de sus referencias principales. Estas salidas, con responsabilidad, les van a permitir retomar algo de normalidad dentro de la situación.
Para algunos estará siendo sorprendente la capacidad de adaptación de sus hijos y para otros se estará haciendo muy cuesta arriba, porque habrán aparecido conductas y miedos en ellos difíciles de gestionar. Emociones como ansiedad, irritabilidad, frustración, tristeza y miedo entre otras y en muchos niños también conductas regresivas: falta de control de esfínteres, volver a dormir con chupete o andar por casa con un muñeco de cuando eran más pequeños. Todas estas conductas son normales, y cuando todo vuelva a la normalidad, la gran mayoría también lo hará y se readaptará incluso antes que los adultos. Como padres y madres, nuestra labor será la de ayudarles en ese proceso y ocuparnos emocionalmente en la medida que pueda cada uno.
Observad bien qué es lo que necesitamos nosotros y qué es lo que realmente necesitan nuestros hijos, ambas necesidades se mezclan durante el confinamiento: valorad si realmente a vuestros hijos les viene bien o no salir todos los días, al menos al principio.
Hoy os comparto algunas recomendaciones para tratar de afrontar la situación de la mejor manera posible:
- Cuéntale cómo será la salida, lo que podrán hacer, lo que no, y lo que hay que hacer al volver a casa. Todo con claridad y tranquilidad, sin asustarles ya que podría ser contraproducente y que no quieran salir más por un tiempo.
- Responde a todas sus preguntas, con calma y con respuestas adaptadas a su edad. Tendrán muchísimas, sobre todo cuando estén por la calle: Poca gente, muchos con mascarillas, comercios cerrados, parques vacíos, etc. ¡Preparaos para el tercer grado!
- Gestiona bien sus expectativas, y las tuyas. Tendremos muy marcadas las condiciones con las que deberán ser las salidas, y no creo que incluyan ninguna de las cosas que hacían antes el encierro con total libertad. Esperad siempre comunicados oficiales, y sobre todo no nos anticipemos demasiado ya que, como habréis podido observar, las cosas están cambiando constantemente.
- Explícale que eso llegará, pero que vamos a pasar por diferentes etapas. Y ahora estamos en la primera, que será dar un paseo corto con papá o mamá. Empatizar con ellos, nosotros también estamos deseando volver a la normalidad, pero nos estamos adaptando y cada vez estamos más cerca.
- No le obligues, pregúntale si le apetece salir a dar un paseo. Puede que no esté preparado y no pasa nada, déjale espacio. No tiene por qué salir el primer día, quizás pueden pasar un par de días y tratar de ofrecérselo de manera indirecta: “Voy a bajar a dar un paseo, ¿me quieres acompañar a tirar el cartón? ¡Necesito un ayudante!”. Si en casa se ha vivido con mucha angustia o hemos recurrido al miedo y al pánico, es normal que no quiera salir. Estamos a tiempo de rectificar, y reconducir la situación relajando los mensajes y haciendo que no vea salir a la calle como algo hostil.
- Sentido del humor. Es una situación muy complicada para todos, es normal que estemos nerviosos y nos ayudará a relajarnos un poco reírnos cuando nos veamos con las mascarillas puestas, o cantar una canción divertida cuando nos lavemos las manos. No olvidéis que, ante todo, son niños.
- Somos un ejemplo para ellos. Respetemos las normas nosotros también, y no nos agobiemos de más. De nada sirve decirles que estén tranquilos si nos ven angustiados en el proceso. Lo ideal es que baje con el adulto que vaya a gestionarlo con la serenidad y la seguridad que ellos necesitan.
- Disfrutad de ese rato, de ellos. Seguro que nos sorprende lo bien que se adaptan a la situación, igual que lo han hecho durante el encierro. Centraos en mensajes positivos, el aire libre, la poca contaminación, los pájaros que normalmente no escuchamos por el tráfico, lo limpio que está todo.
No dejemos de ver el encierro como una oportunidad para redescubrir a nuestros hijos/as, para volver a ser niños/as de alguna manera, y sobre todo aprovechar ese tiempo con ellos/as que nos está regalando la vida. Si nosotros estamos bien, ellos también lo estarán. Si no sabéis bien cómo abordar esta situación, no dudéis en contactar con un profesional que pueda orientaros. La mayoría estamos atendiendo las consultas online hasta que todo vuelva a la normalidad.
Y vosotras Malasmadres, ¿tenéis alguna duda? Dejadla en los comentarios y Silvia os ayudará.
Mi gran duda es el miedo y desconcierto que sufro hace días con la incorporación a las aulas de niños de 0 a 6 años.
Aunque sea aforo reducido y sólo para aquellos que acrediten que trabajan los dos. Me parece absurdo y peligroso. En primer lugar el riesgo altísimo de contagio ya no sólo por la clara falta de medios, si no porque son el rango de edad más difícil de controlar, como vas a evitar que un niño de 3 años chupe un lápiz, o que no se acerque a otro niño. No quiero pensar en los de 0 a 3. Segundo punto la seguridad del profesorado y los niños y sus familias, que no saben si ese día se llevarán el virus a casa después de 45 días de haber tespetado el confinamiento y ahora se contagian de la manera más absurda. Tercero: Que ocurre con las familias de los docentes., quien cuidará a mis hijos los abuelos de 80 años o me obliga el estado a exponerlos a un peligro por no tener donde dejarlos, no sería libre elección en este caso. Cuarto : ¿Por qué el estado no ayuda a las familias con el problema de la incorporación con alguna ayuda económica para cuidar a sus hijos en casa?. Esas familias no quieren exponer a sus hijos pero no saben cómo hacerlo. Y así no exponer al alumnado y al profesorado a esta locura. Gracias. Soy mamá de un bebé de 11meses, una niña de 3 años y de mis 24 niños de 5 años . Me preocupan cada uno de ellos. Y veo que al estado no le preocupamos ninguno.