¿Qué quieres encontrar?

Cómo reconciliarte con la palabra ‘no’, aprender a gestionarla y aplicar límites en mi vida

Cómo reconciliarte con la palabra ‘no’, aprender a gestionarla y aplicar límites en mi vida

¿Cómo te llevas con estas palabras de 2 letras? Sí o No. Es como una moneda con su cara y su cruz. Si te digo que “sí” a ti… ¿quizá me esté diciendo “no” a mí? Por lealtad a los demás digo sí, ¿y entonces soy desleal a mí misma? ¿En que lugar me dejo? ¡Esto tiene mucho que ver también con el autocuidado del que tanto hablamos, Malasmadres!

Cómo reconciliarte con la palabra 'no', aprender a gestionarla y aplicar límites en mi vida

¿Cómo lo ves?

¿Cuál es tú miedo de decir “no”?

  • Que se ofenda.
  • Que no vuelva a contar conmigo.
  • Que se dañe la relación.
  • Que piensen que no soy capaz o que no soy útil.

¿Y más profundamente?

  • Que ya no le guste.
  • Que ya no me quiera.

Se pone en riesgo mi pertenencia, el aprecio de los demás, mi imagen de persona servicial y disponible… y sin esa imagen… ¿quien soy? ¿Te suena esto?

¿Qué cantidad de autoconfianza necesito para decir “no”? ¿cuánto contacto conmigo misma, y con mis necesidades necesito para decir “no”?

Porque claro, si estoy volcada hacia fuera, y mi seguridad depende del exterior: de la mirada de otros, de la aprobación externa, de lealtades… terminaré olvidando quien soy yo, qué necesito, qué deseo, qué siento…

En nuestra experiencia, a veces la dificultad a decir “no” está relacionada también con nuestra capacidad para relacionarnos con el enfado (la rabia). Siempre decimos que el enfado es una de las emociones básicas que todos tenemos, legítima y necesaria.

Quizá, históricamente el enfado o la rabia ha sido una emoción algo denostada entre las mujeres…. “¿una señorita no se enfada?”. Nosotras pensamos que una señorita (y una señora), sabe enfadarse (en el momento y en la intensidad adecuada).  Porque, señoras, el enfado es una emoción muy potente que nos ayuda a poner límites… a decir: “hasta aquí!!!”, a defendernos a nosotras mismas y a los nuestros… es una emoción que, en ciertas ocasiones, nos ayuda a levantarnos de la cama.  Y en este sentido, el enfado nos ayuda a decir “no”, cuando es “no”.

¿Y cuál es la consecuencia de decir “sí” cuando quiero decir “no”?

  • No llego a todo ??‍♀️.
  • O llego, pero de mal humor, agotada y exhausta.
  • O hago las cosas, pero con peor calidad.
  • Me frustro.
  • O me enfado con las personas que me piden (este es otro tema, si me cuesta decir no, probablemente me cueste hacer peticiones).
  • Pérdida de relaciones.
  • Me desconecto de mis necesidades y deseos.
  • Vivo con miedo.
  • Pierdo autenticidad.
Cómo reconciliarte con la palabra 'no', aprender a gestionarla y aplicar límites en mi vida

¿Y cómo podemos hacer para parar este piloto automático de decirsí”?

Como siempre decimos, ¡baby steps! Al principio basta con darnos cuenta de que hemos dicho sí, queriendo decir no. Esto ya es un paso de gigantes. Si es así, ¡Enhorabuena! Estás viva y estás creciendo.

Una vez visto esto… cuando te hagan una petición…

  1. Respira… Utiliza la técnica ? PERA: Paro, Escucho (¿qué me dice mi cuerpo?, ¿qué siento?, ¿qué pienso?), Respeto (me respeto: mis necesidades, mis deseos, mis gustos…) y Atiendo (con coherencia…).
  2. Gana tiempo, no tienes que dar la respuesta inmediatamente. Un “voy a mirarlo, “déjame que lo piense” …a veces solo necesitamos distancia, reflexión, tiempo… algo que brilla por su ausencia en nuestros días pero que podemos cultivar… vivimos en la época de la inmediatez… pero por respeto a ti misma puedes concederte este espacio.
  3. Un “sí, pero…”, puedes poner tus condiciones. “Ok, pero esta semana imposible. La semana que viene…”.
  4. Y, por supuesto, con amor, con cariño, con un mensaje de “en el futuro quizá”, con delicadeza (¡o no!)…. podemos decir “no”.

Te dejamos con este poema de Fritz Perls, padre de la terapia Gestalt por si te sirve. Un abrazo enorme y cómo diría nuestra querida maestra: ¡El mundo es un campo de prácticas!

“Yo soy yo y tú eres tú.

Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y,

Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.

Tú eres tú y yo soy yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos,

y coincidimos, es hermoso.

Si no, pocas cosas tenemos que hacer juntos.

Tú eres tú y yo soy yo.

Falta de amor a mí mismo,

cuando en el intento de complacerte me traiciono.

Falta de amor a ti,

cuando intento que seas como yo quiero.

En vez de aceptarte como realmente eres.

Tú eres tú y yo soy yo.”

Y a ti Malamadre, ¿te cuesta decir “no”?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *