Las reuniones son la forma más habitual de comunicación en las empresas. Allí es donde se comparte informaciones clave, se llega a consensos y se toman las decisiones estratégicas para que el negocio avance.
Sin embargo, son también allí donde las mujeres suelen ser más “invisibilizadas” en pequeñas acciones que acaban marcando grandes diferencias en su desarrollo profesional.
- ¿Te has sentido alguna vez cohibida al dar tu opinión?
- ¿Has visto como otros se atribuían lo que acababas de decir?
- ¿Has sentido como no te dejaban acabar de argumentar una y otra vez?
Estas situaciones ocurren más habitualmente de lo que parece, y no es por ser tú, hay un componente de género que juega una papel importante relacionado con los sesgos inconscientes.
Lo más grave es que cuando estas circunstancias se repiten, tu autoestima se puede ver mermada, puedes acabar tomando un rol pasivo en las reuniones, no atreverte a intervenir dejando de aportar todo el valor que podrías y confirmando a la vez la expectativa de que no somos tan buenas profesionales.
Esto produce un ciclo vicioso, que nos perjudica e impide que podamos brillar y generar valor.
En este artículo te comparto 10 formas para romper con la invisibilidad en las reuniones para que no se desperdicie ni una pizca de tu talento.
1. No te quedes callada toda la reunión
Si estás en la sesión es porque piensan que puedes aportar. Aunque no sea un tema que creas que dominas: opina, apoya a tus compañer@s, explica ejemplos parecidos desde tu experiencia… Diferentes ángulos ayudan a tomar mejores decisiones. Piensa que las mujeres solemos infravalorarnos a nosotras mismas y tenemos el síndrome de la impostora más agudo, así que aunque a veces no estés 100% convencida, sí estás allí es para que puedas aportar valor desde tu perspectiva.
2. Si te interrumpen, no lo dejes pasar
“Las mujeres son interrumpidas 3 veces más que los hombres.” Esto ocurre ya que se suele infravalorar sus aportaciones y por lo tanto, se tiende a cortar y no dejar acabar, prejuzgando la calidad de lo que se iba a compartir. Con educación y respeto, remarca que no has acabo de explicarte y estás en tu turno.
3. Que no te lo cuenten de forma paternalista
El “mansplaining”, un concepto acuñado por Rebecca Solnit, explica el comportamiento de algunos hombres que interrumpen a una mujer para explicarle algo de forma paternalista, asumiendo que ella no sabe o que tiene menos conocimientos por el hecho de ser mujer.
Cuando esto ocurra, levanta la voz y sigue con tu argumentación o pregúntale por detalles para que vea que tú eres la experta de este tema.
4. Aléjate del tono dulce cuando quieres dejar clara tu postura
El tono de voz y volumen también expresan tu seguridad. No susurres o hables murmurando. Sitúate cómoda para proyectar tu voz con confianza.
Aunque hemos sido educadas para ser amables y serviciales, hay momentos que nos conviene ser contundentes para poder dejar claro lo que pensamos o sentimos de forma más directa. A veces hay que elegir entre caer bien o mojarse para aportar valor. ¿Qué prefieres?
5. Siéntate en medio de la mesa
Sitúate en lugares céntricos, cerca de las personas con más poder de decisión para que puedan oír bien tus intervenciones. Si es posible de frente a ellas. No te quedes arrinconada o al final de la sala.
6. Deja de hacer el acta de las reuniones siempre
La persona que está tomando apuntes no puede hacer la mejor aportación de la reunión. Si hace falta, ve a las reuniones sin libreta y boli para no caer en la tentación o propón organizarlo de manera rotativa.
7. Di no a las tareas de soporte
Cuando haya que pedir comida, avisar a las personas que llegan tarde, enviar las convocatorias, recoger la sala… Muchas veces se espera que sea una mujer la que tenga la iniciativa de hacerlo.
Estas tareas que no están dentro de tus funciones, te roban mucho tiempo que podrías usar para tareas estratégicas. No sientas la responsabilidad de tenerlas que hacer siempre. Invita a las demás personas a poderlas realizar también o simplemente espera que otra persona tenga la iniciativa de hacerlo.
8. Ocupa espacio con tus pertenencias
Una sencilla forma de visibilizarte empieza por cómo te sientas y hasta cómo colocas tus objetos o pertenencias. Repártelo ocupando espacio de la mesa para mostrar tu voluntad de participar y de que te tengan en cuenta.
9. Habla de tus logros con información objetiva.
A menudo nos cuesta hablar de nosotras y de lo que hemos logrado por miedo a parecer arrogantes. Plantea tus avances con datos o resultados objetivos para perder el miedo a compartirlos. Muestra imágenes y gráficos concretos si te da más seguridad al hablar de ello, pero sobretodo no dejes de poner en valor tu trabajo.
10. Vístete para la posición que quieres, no la que tienes.
Tu aspecto también habla de ti. Siéntete cómoda y empoderar a través de tu apariencia. ¿Sabes que los pintalabios rojos se veían como una amenaza en la época de la dictadura porque eran elementos empoderadores para las mujeres?
En mi web puedes descargarte de forma gratuita la “Guía de visibilidad” con más consejos para mujeres que quieren dejar de ser invisibles.
Por último, recuerda que “si no te ven, no existes”. Tú lideras tu visibilidad y tus oportunidades. Nadie lo hará por ti. De ti depende ponerte en valor y crear impacto con tu trabajo.
Malamadre, cuéntame: ¿te atreves a poner en práctica estas acciones? ¿Crees que te ayudaría a tener más visibilidad en las reuniones?
Hay que hacerse valer por una misma!
Buena info!
Gracias,
A. Moreno
Gracias por este post! Muy interesante y necesario. Tomo nota