* Podéis seguirla en @Leonor_Cabrera y en su BLOG.
Hoy es uno de agosto, para muchas primer día de ese remanso de paz y de tranquilidad que se supone deben de ser las vacaciones. El verano es para desconectar, parar un poco, hacer cosas que no solemos hacer, estar con quien nos gusta estar sin prisas, sin agobios, disfrutando y también disfrutando del no hacer nada. En teoría no hay obligaciones, no hay estreses. El problema es cuando en ese tiempo entra el estar pendiente de los buenoshijos, tener más tiempo para pasar con la pareja y, en algunos casos, el convivir con los buenosabuelos. Tremendo cóctel, ¿eh?
Lo que en teoría debería de haber sido un remanso de paz y de tranquilidad se puede convertir en un abrir y un cerrar de ojos en una bomba a punto de explotar en cualquier momento en forma de peleas, discusiones, gritos e improperios varios. Lo bueno es que el mal humor siempre se puede achacar al calor, si es que aprieta esos días, claro.
¿Qué podemos hacer para evitar esos malos ratos? ¿Qué podemos hacer para lograr que la convivencia siga intacta tras pasar en algunos casos un mes juntos a todas horas, haciendo todas las comidas en familia y soportando momentazos sublimes como montar una tienda de campaña o hacer cientos de kilómetros todos juntitos y apretaditos en un coche o en un avión?
Estas son algunas claves que puedes incorporar a tu manual de supervivencia emocional para las vacaciones:
1. Piensa que todo comportamiento tiene una intención positiva
Cuando pasamos muchas horas con una persona, por mucho que la queramos como sucede con los buenoshijos, es normal que pueda acabar sacándonos de nuestras casillas y más si como puede suceder con los vástagos llega un momento en el que piden las cosas llorando o gritando. Si te ves en esta situación piensa que todo comportamiento, por muy descabellado que pueda parecer, busca un bien para quien ejerce ese comportamiento.
Lo que en apariencia es una travesura de tu buenhijo seguro que tiene un fin que puede ir desde llamar tu atención hasta protestar o experimentar algo nuevo. Sí, sé que es muy difícil de ver la intención positiva en una trastada, en una travesura o en un capricho pero vete a tu infancia: ¿para qué eras traviesa o llorabas?
2. Permanece zen
Cuando te digo permanece zen de lo que se trata es de ser capaz de observar lo que sucede sin implicarse. Sí, sé que es una utopía y más cuando llevas varias horas metidas en el coche con toda la prole y uno de los buenoshijos se pone a berrear y a preguntar como un disco rayado “¿cuándo llegamos?”. La propuesta que te hago es que, simplemente, intentes observar lo que sucede sin juzgarlo. No es lo mismo decirte a ti misma “¡qué agobio de niño que ha empezado a berrear como un poseso!” que “el niño ha empezado a llorar porque está intranquilo”.
En la primera frase hay un juicio, una implicación. En la segunda, no, lo que sin lugar a dudas le resta carga emocional. En definitiva es tener una actitud meditativa ante la vida e intentar no valorar y adjetivar como bueno en malo, simplemente tomando conciencia y observando lo que sucede. ¿Difícil? Como todo, la práctica ayuda
3. Disfruta del no hacer
Por el ritmo de vida que llevamos, nos cuesta muchísimo permanecer sin hacer nada. Vivimos en un mundo en el que el tiempo se ha convertido en un valor. Los coachs hacemos cursos para gestionarlo mejor, para lograr hacer en un día lo que deberíamos hacer en dos y para ser más productivas. Mi propuesta es la contraria: aprovecha las vacaciones para no hacer, para descargarte de las obligaciones que puedas descargarte y para disfrutar de lo que vaya llegando, en la medida de lo posible, sin imponerte horarios.
Sí, sé que los buenoshijos requieren horarios y está claro que algunos habrá que cumplir (o no), lo que te propongo es que pares y disfrutes de hacer las cosas que puedas cuando te vayan apeteciendo. Es dejar espacio a la improvisación, a estar en contacto con lo que te apetece en lugar de con lo que tienes que hacer.
4. Tómate tu espacio
Sí, las vacaciones son para pasarlas con la familia pero también es necesario que te tomes tu espacio, te des un respiro y estés en contacto contigo. ¿Qué te gusta hacer sola? Quizás ir a correr, dar un paseo, ir un rato a la playa o pasear por el campo. Intenta organizarte para tener estos espacios de intimidad, de estar en contacto contigo misma. Verás como te relajas.
Y en esto de tomarte tu espacio también se incluye el que dejes momentos para de la vida de pareja, de hacer esas cosas que de forma habitual no podéis hacer juntos por el ritmo del día a día y para las que igual en verano sí que tenéis tiempo.
5. Disfruta con tu familia
Si algo caracteriza a las vacaciones en familia es, como su propio nombre indica, que se pasan en familia y, por lo tanto, requieren que hagáis actividades todos juntos. Para determinar qué hacer es fundamental que os preguntéis cómo os lo pasáis bien juntos, qué manera tenéis de disfrutar en familia. Quizás pasar un día en la playa, ir al cine, a la piscina o a jugar a los bolos. Lo importante a la hora de acometer una actividad es que todos disfrutéis con ella y que sea una excusa para pasarlo bien y reír y no para discutir y estar con la cara larga.
Estas son algunas propuestas para ayudarte a sobrevivir a las vacaciones pero seguro que tú tienes ya algunas estrategias que te funcionan muy bien. ¿Te animas a contarnos cuáles son?
Yo, siempre me he negado a compartir nuestras escasa y ansiadas vacaciones con nadie, pero este año se casa mi cuñado, y no nos queda mas remedio que acudir a tal evento ( estamos a mas de 1000km, los unos de los otros), y tengo un cabreo, uffff!!. Solo pensar en mi suegra hablándole a los niños en modo, “e nene tene ambe”, mi suegro metido en todo, por que el es lo mas de lo mas y lo sabe todo. Me pongo a sudar…. Modo zen…modo zen… Mido zen. Jajaja!!
A mi me gustaría irme sin niños de vacaciones, soy malamadre, si pero no tengo con quien dejarlos, también alguna noche me gustaría hacer una tortilla francesa y decir esta es vuestra cena pero dos adolescentes por desgracia se quedan con hambre y tengo que alimentar a mis lobos.
Para mi las vacaciones en casa de buenoabuelos no son vacaciones, me producen más estres y malos ratos que el trabajo diario, que transmito al buenpadre y a la buenahija. Así aunque dejar de ir unos días no podemos evitarlo desde allí nos vamos directamente de vacaciones de verdad, al menos una semana de tres en la que desconectar.
Hola, Amatxu:
Te invito a observar qué es exactamente lo que te produce estrés: una actitud, un comentario… Y qué es lo que eso que te produce estrés te mueve dentro: rabia, ira… Cuando algo nos genera tanto rechazo la simple observación nos puede dar muchas pistas de qué es lo que se mueve dentro de nosotros y qué rechazamos. Y lo de guardaros un tiempo para vosotros me parece una excelente idea. Besos.
IMPROVISACIÓN¡ Esa es para mi la palabra clave, soy incapaz de improvisar, tengo que tenerlo todo planeado y si no por lo menos previsto, no hay forma. Si el buenhijo no ha comido a las 14 ya me empiezo a agobiar…, pero lo intentaré, porque me merezco unas vacaciones y también se las merecen el buenhijo y el buenpadre que bastante les planifico la vida durante el resto del año. Intentaré seguir tus consejos, a ver si a la vuelta lo he conseguido. Buenas vacaciones¡
Hola, Vanessa:
El control no existe, es algo ilusorio. ¿Cuántas veces te has creído que controlas una situación y de repente se ha venido todo abajo? Además, le restas espontaneidad a la vida, magia. Puedes empezar a probar qué pasa si eres espontánea en cositas pequeñas, que no tengan para ti mucha importancia, a ver qué pasa. Besos.
Qué bueno comprobar que tenéis grandes estrategias. 😉
Para mi el post llega 1 mes tarde… 🙁
21 días en apartamento de dos dormitorios con los #buenosabuelos (maternos), el #buenhijo y un #buenpadre yendo y viniendo por cuestiones de trabajo… 21 días repitiendo a la #buenaabuela “cuando esté riñiendo al niño no digas ni mú”, y la #buenaabuela 21 días haciéndole gracietas al niño mientras la #malamadre le reñía… Resultado: el #buenhijo ha regresado hecho un #buenbicho que no hace caso a nadie, y la #malamadre necesita unas vacaciones de las vacaciones… Y un par de mantras repetidos hasta la saciedad: “Una y no más, Santo Tomás” y “Cada mochuelo a su olivo”…
Vamos, que tienes el cielo ganado…
Pues como andaluza te diré que eso de “no hacer” ¡me cuesta un mundo!Y así ando, todo el día estresada de arriba para abajo. Y eso que sólo me dedico a la casa, a mi bichilla y a mi blog. Si llego a conservar mi trabajo fuera de casa ¡habría muerto en el intento de no-conciliación!Menos mal que ya se acerca nuestro viaje de vacaciones,a ver si logro desconectar de todo tal y como propones.
Espero que desconectes al 100%
Flexibilidad. Para mi esa es la máxima vacacional familiar. Es lo mismo que ser zen. Y cuando ni eso funciona. …corre!! Huye hacia una terracota, tómate una cerveza y sueña que estas en hawaii. ….el vaso siempre medio lleno.
Genial post.
La flexibilidad es siempre una bendición. Me alegra que te haya gustado el post. Besos!
Teniendo mi buenahija sólo tres meses me fui a la playa con los buenosabuelos. La verdad es que no tuvimos encontonazos ni nada, me ayudaron un montón con la enana y pude descansar bastante antes de tener que reincorporarme al trabajo. También es verdad que dos no discuten si uno no quiere y yo soy de las que evita discutir por motivos absurdos. Es difícil, pero normalmente antes de ponerme de los nervios me tomo unos segundos para evaluar el caso y de ahí veo si es para discutirlo o no. Ese es mi método para pasar unas vacaciones relajantes y no estresantes.
Gracias por compartir tú receta.
A mi se me da bien lo del estado Zen, hasta cierto punto, jeje, porque a veces el buentio supera mi paciencia. Pero para lo que está en casa, mejor pongo en off los comentarios.
A todas hay cosas que nos superan la paciencia. Ánimo.
Todo eso que dices yo lo hago desde hace tiempo pero no sé si se aprende con la práctica o con la edad…. cuando eres joven y tus hijos pequeños todo te afecta más y es difícil conseguir ese equilibrio. … conforme los años pasan y tus hijos crecen y tu experiencia también. … puedes relajarte de ese modo y aprendes el valor de cada momento. .. y claro ya no pierdes el tiempo en mosqueos innecesarios… pero vaya a mi me ha pasado con el tiempo. …. y a veces me sigo agobiando también…
Susana, no hay nada como la sabiduría natural. Gracias por tu testimonio.