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Ellas opinan: de autismo, inclusión y maternidad

Ellas opinan: de autismo, inclusión y maternidad

La maternidad es esa experiencia en la que pasas por diferentes estados de opinión y de acción. Como nos decía nuestra coach Leonor Cabrera tenemos derecho a cambiar de opinión por el simple hecho de que nuestras circunstancias también van modificándose. La maternidad, una experiencia maravillosa, también tiene su escala de grises y eso es lo que ha reflejado perfectamente nuestra Malamadre protagonista de hoy. Ella, que ha preferido mantener el anonimato, nos ha dejado una preciosa, sincera y real reflexión de lo qué es la maternidad. Para ella con algún obstáculo en el camino que ha hecho que sea aun más fuerte.

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Cuando nació mi primer hijo, yo me sentí la mujer mas feliz del mundo, era una felicidad diferente a nada que hubiera sentido antes, era el amor mas puro y sincero, era ese instinto por proteger, incluso por sobreproteger a aquella cosita tan pequeñita que había salido de adentro de mí, dos años mas tarde nació mi segunda hija. Primero cuando estas embarazada a ratos piensas y te preguntas, ¿seré capaz de quererla de la misma manera que quiero al primero? Después, cuando nace, ya no hay dudas, es exactamente el mismo sentimiento, aunque te relajas más para algunas cosas porque ya sabes que no pasa nada.

Cuando nace un bebé siempre es duro porque vienen las noches sin dormir, el cansancio, el no tener tiempo para una misma, la vida te cambia radicalmente, pero todo eso se sobrelleva con amor, y paciencia, y a pesar de estar cansada y ojerosa, adoras a tu bebé. De repente un día empiezan las complicaciones, a mi primer hijo le diagnostican autismo, con dos añitos, así que todas las complicaciones del autismo se juntan con una bebe recién nacida, un niño que no habla y no atiende ni por su nombre, que corre de un lado a otro como loco tirando cosas, que en la guardería muerde a todos los demás niños y que no puedes tenerlo cerca de la bebé por que le araña las manitas.

En todo esto, estás tú sola con ellos todo el día, y no duermes porque la bebe demandaba mucho por las noches, y no duermes de día por que el nene demanda mucho por el día, y llega un momento en el que ya no puedes más, y tu visión de la maternidad cambia, y empiezas a decirle a la gente que no tenga hijos, ser madre, es lo más duro que te puede pasar en la vida, según las circunstancias que te toquen. Después hay gente con hijos que la tiene fácil , y con familiares que les ayudan, te dice que exageras, que todo es dependiendo de tu propia actitud etc. Y es entonces cuando te sientes aun peor, porque te lo planteas, te planteas si no será verdad que es que eres tú , que no vales para eso, que lo estás haciendo mal.

Y vives por para tus hijos y no haces otra cosa, no trabajas, ni haces nada, solamente les atiendes a ellos día y noche, les das todo lo que tienes y aun así, no es suficiente, nunca es suficiente, y empiezas a observar a otras mamás y miras a sus hijos tan buenos, tan “normales”, con los problemas de los niños típicos (que no son ni una tercera parte de los problemas que pueda tener un nene con autismo) y con esa incertidumbre que te invade de no saber si tu hijo se valdrá solo el día de mañana, empiezas a envidiar, y te preguntas ¿por qué a mí?, ¿por qué a mi hijo?, y empiezas a repasar el embarazo, y el parto, y empiezas a pensar que fue lo que hiciste mal y no lo entiendes.

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Y todo sigue, un día más, y otro, y otro, y cada día un nuevo problema, y cada día superar algo, y de repente te encuentras con alguien que no tiene hijos, que viaja, que ha podido comprarse un pisito, y tiene una vida independiente, con preocupaciones banales de la vida, y sientes una profunda envidia, y piensas que te has confundido de vida, que tu querías ser madre pero te equivocaste. Pero a pesar de esos pensamientos y esos sentimientos sigues amando a tus hijos por encima de todas las cosas, y en ningún momento dejas de atenderles, aunque te llenas de amargura, empiezas a exteriorizar, empiezas a tener problemas con tu pareja, y ya todo te molesta, y a él, que le pasa algo parecido también empieza a tratarte diferente, y la relación se va a la mierda, aunque seguís viviendo juntos, y aguantando esos niños que os han tocado como podéis…

Y van pasando días, y problemas, y años, y los niños crecen, y un día ya no son mas bebés, y gracias a todo el esfuerzo que has hecho ves todos los avances de tu hijo, ves como ha podido hablar, ves lo inteligente que es, aunque siempre será diferente, y siempre seguirá teniendo un problema tras otro, unos mas grandes otros menos. También ves a tu hija que se ha vuelto una niña muy madura para su edad y muy independiente, y empiezas sin darte cuenta a disfrutar realmente de ellos, empiezas por fin a hacer cosas en las que los tres disfrutáis, tu vida no es como la demás gente, ni con ni sin hijos, hay muchísimas cosas que no puedes hacer por el autismo de mi hijo, pero hay muchísimas otras que sí puedes hacer, o puedes hacer de manera diferente.

Nadie comprende por qué no haces esto o lo otro, ya te da igual si comprenden o no , llegó un momento que ya te da igual concienciar a la gente de lo diferente, que piensen lo que quieran, no vas a cambiar la sociedad, ni vas a cambiar el mundo, pero si puedes hacer que tus hijos tengan la infancia que merecen, miras hacia atrás y te das cuenta que tú no has podido comprar un piso/casa y que siempre vas al día con el dinero y arrastrando… Pero miras a tu hijo y ves la inversión en sus palabras, en sus gestos, en su comportamiento, tu piso/casa , el que seria tu hogar, son las palabras de tu hijo, las has pagado con cada terapia y lo material solamente es eso, material…

No has podido seguir viajando y conociendo mundo, pero ¿ y qué? Hay gente que no sale de su pueblo en toda su vida y es feliz, tu mente se ha abierto a la inclusión y a la diversidad tanto como si hubieras pasado la vida viajando de un país a otro, y ya no envidias nada ni a nadie porque miras a tus hijos y te das cuenta de que tienes mucha suerte de poder conocerles, de poder pasar tiempo con ellos, que no cambiarías tu vida con ellos por nada del mundo.

Y vosotras Malasmadres, ¿os sentís identificadas con el post de hoy? Podéis dejarle vuestro mensaje a la protagonista de hoy en los comentarios.

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Han comentado...

  1. Es como si hubiera leído la historia de mi vida… Me sentí identificada con cada palabra. Gracias por escribir lo que nos pasa a tantas.

  2. Aquí estoy en tu misma situación salvo que mi niño autista es el pequeño y la niña la mayor. Aunque empiezo a disfrutar de mis hijos todavía no acepto muchas veces el porque mi familia no es igual que la de los demás, aunque avancemos, nunca iremos a verle jugar un partido de fútbol el domingo, aunque muchos días veo la luz, otros me hundo sin consuelo. Es un trabajo muy duro y agotador, muchos días me cuesta levantarme y enfrentarme a la realidad, me gustaría dormir eternamente en el sueño de la ilusión, pero me levanto con energía y veo los progresos y como juegan juntos los hermanos, me dan la vida esos ratos.

    Abrazos

  3. Cuanta razón, sé muy bien de lo que hablas porque yo también estoy viviendo una situación parecida y también he llegado a ese punto donde estás ahora, disfruto muchísimo de mis hijos y lo que alegra mis días son los avances de mi hija con autismo, todo lo demás es secundario.Un abrazo.

  4. Mucho ánimo; leerte me hace apreciar las cosas buenas y relativizar las malas. Y sobre todo me ayuda a ver qué no hay mal que cien años duro y que en esta al final todo pasa. Solo me queda una duda y una curiosidad: ¿con el tiempo la pareja también se ha recuperado de estos golpes o ya es imposible?

  5. Muchas gracias por tus anónimas palabras, enseña mucho saber de personas luchadoras cómo tú, sólo puedo sentir admiración y enviar mis mejores deseos para todas aquellas madres y padres que viven ese día día de lucha constante. La maternidad es un camino muy duro, y nadie es consciente hasta que ya está andando en él, a mí hay días que se me hace muy cuesta arriba, y luego me arrepiento porqué sé que en realidad somos afortunados porque todo nos va bien, nos va “normal” por así decirlo, aprendí hace años que la rutina es una bendición, hay que vivir hoy, amar hoy, luchar hoy. Un fuerte abrazo a todas esas malasmadres que están haciendo su camino.

  6. A mi buenahija1 le detectaron TEA hace poco tras años de diagnósticos erróneos y terapias fallidas. Hasta ese momento de desconocimiento viví la maternidad con dolor, culpa y mucha rabia. Y me sentí muy MALAMADRE.
    Ahora sigo agotada y asustada pero me he recuperado de muchas otras emociones negativas. Me siento orgullosa de lo que soy y de lo que tengo. He tardado 8 años en sentirme así.

  7. Eres una gran luchadora y la mejor madre para tus hijos!!! un abrazo grande y gracias por compartir tu historia

  8. Cómo te entiendo. Mi hijo mayor tiene tea y TDAH y mi hija ha tenido que ir al paso.
    Nunca tendré nada material, me conformo con que los dos sean felices y se valgan por si mismos.

    Mi inversión es su terapia. Su padre y yo no pensaba igual, se acabó. Divorcio y seguir luchando. No es fácil pero vale cada avance, cada paso.

  9. Parece que alguien ha visto mi vida por un agujerito y lo ha escrito en este post….

  10. Es también mi historia, pero aún estoy a medio camino. Es bueno ver que se ve luz al final del túnel que es para mí un hijo con autismo, no poque le quieras menos, pero quema a muchos niveles.
    Un abrazo muy fuerte, seas quien seas.

  11. Totalmente de acuerdo contigo, gracias x tu historia, aquí malamadre de un peque con síndrome d down, y una bebé intensa, un abrazo, eres un ejemplo a seguir ????

  12. Un post lleno de sentimientos, un post montaña rusa, como es la maternidad en estado puro, una montaña rusa. Dura, claro que si, con un niño sano o con un niño con algún problema, cada cual tiene lo suyo… pero después de 2 años y medio siendo mamá, he aprendido una cosa que creo que es muy valiosa…. LAS ÚLTIMAS VECES… las últimas veces de todo llegarán y casi siempre sin que nos demos cuenta… la última vez que tome el pecho de noche, la última vez que lo tome de día, la última que vez que quiera meterse en tu cama, la última vez que se despierta mil veces de noches, pero también llega la última vez que quiere que tú le des de comer, la última vez que quiere que te metas en su cama para dormirlo o que lo cojas en brazos y lo abraces hasta que se quede dormido… Unas últimas veces son de agradecer que lleguen y otras, cuando llegan, dan mucha pena. Pero de una u otra manera, las últimas veces llegan para dejar paso a otras primeras veces igual de bonitas e igual de intensas. Solo hay que intentar disfrutar de lo que a cada una le toca en ese momento porque este viaje, con sus dificultades incluidas va demasiado deprisa. Ánimo malasmadres.

    1. Te aseguro que ni por asomo es igual la maternidad de un nene tipico que de un nene con diversidad, pero vamos, ni parecido, tengo uno de cada y se de lo que hablo!

  13. Me siento identificada y eso que mi nene no tiene problemas, gracias a dios. Justo en estos dias, se me esta haciendo muy cuesta arriba, a penas duerme una hora seguida, ya no sabemos si esnpor los dientes, un catarro que no termina o pura demanda… el caso es que estoy agotada y agobiada… y ahi empiezan los problemas con el buenpadre… discusiones por quien se levanta ahora, por quien puso mas chupos o por quien se levanta a darle el desayuno cuando el niño cree que ya se ha dormido bastante en esta casa… lo unico que me anima es pensar que queda un dia menos, solo un dia menos para volver a descansar, ese descanso que tanto necesito para volver a sentirme yo misma… lo adoro, pero ya me he planteado la pregunta de quien me mandaría a mi meterme en esto varias veces… supongo que como a la escritora del post, en unos años miraré atrás y me reiré, pero ahora, señoras, me apetece llorar… disculpar mi tono derrotista de hoy, es que me habré despertado unas 15 veces esta noche… mañana seguro que, como.bien dice aqui, pensaré de otra manera. Gracias por estos post, porque al menos veo que no soy yo sola la malamadre rara… y además me va bien para desahogar… vamos a por un dia intenso con este niño que no sabe lonque es jugar sentado!!

  14. He llorado al leerlo, porque esta madre luchadora y valiente se ha quedado con lo bueno y ha dejado atras las dificultades. No hay nada mas grande que el amor por los hijos y las cosas materiales son efimeras y no aportan nada que perdure en el tiempo. Ella tiene suerte porque ha sabido verlo.

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