¿Qué quieres encontrar?

Cinco claves para que la adolescencia de tu hijo/a NO saque lo peor de ti

Cinco claves para que la adolescencia de tu hijo/a NO saque lo peor de ti

Si convives con un adolescente seguramente tengas la sensación que te pasas todo el día enfadada con tu adolescente. Refunfuñando o alzando la voz  cada vez que entras en su habitación y encuentras ropa tirada por el suelo o la cocina sin recoger, después de hacer horas que haya comido. Que pierdes los papeles frustrada al ver que no cumple con sus responsabilidades en el instituto o con las normas en casa. Situaciones desagradables que te hacen perder los papeles fácilmente y entrar en un bucle constante de malestar y desesperación que provocan que muestres tu peor versión ante nuestros hijos e hijas.

Cómo convivir con un/a adolescente que casi siempre está de mal humorado

Cierto es que tu adolescente se ha convertido en un/a joven difícil de acompañar  y entender. Que anda enojado o enojada casi todo el día, escucha poco y muestra poco interés por pasar tiempo contigo. Que no colabora casi en casa y cualquier cosa que le dices le molesta. Que muestra su impulsividad a la hora de tomar decisiones y tropieza a menudo.

Tu hijo o hija está transitando una etapa vital muy complicada repleta de cambios y nuevos desafíos. Donde su cerebro inmaduro se encuentra en un proceso de total transformación y no le permite controlar sus impulsos, planificar ni organizarse correctamente. Un/a joven que vive entre emociones desbordadas, dudas y cambios de humor.

Es muy normal que pierdas el control con él o ella pero siento decirte que ese mal trago que pasas no va a dar ningún fruto positivo. Porque cuando gritas y pierdes los nervios nadie va a salir beneficiado ni a corto ni a largo plazo. Una rabia que únicamente va a provocar que os distanciéis y romper vuestro vínculo.

Acompañar la adolescencia con serenidad y empatía resulta sumamente difícil. Dar respuesta a sus nuevas necesidades, que nada tienen que ver con las que tenía en la infancia, será clave para su desarrollo. Pero aunque te resulte casi una misión imposible y te sientas agotada y saturada, debes ser muy consciente que es la etapa en la que tu hijo/a va a necesitar tu presencia y mayor comprensión. Tu amor incondicional y tu apoyo.

Aunque casi nunca te lo demuestre necesita tenerte cerca para ayudarle a entender todo aquello que le sucede o le crea tanta incertidumbre. Para encontrar las respuestas que no halla en su interior y hacer frente a sus indecisiones.

Si tu adolescente siente que reprimes, ridiculizas o ignoras todo aquello que siente o necesita será un/a joven infeliz. Esta falta de vínculo seguro provocará que se sienta inseguro, incomprendido y poco valorado. Si es así, buscará en su grupo de iguales la aprobación y ayuda que no encuentra en ti.

En cambio, un acompañamiento asertivo y afectuoso le ayudará a dar respuesta a todos los cambios físicos, cognitivos, sociales y emocionales que experimenta a diario. A sentir que su hogar es un lugar seguro donde puede expresar sin miedo y libertad lo que siente o necesita. Donde recibe el apoyo que precisa para crecer.

Claves para acompañar la adolescencia sin perder el control:

1. Ser muy consciente que para tu hijo es nada fácil hacerse mayor. Hacer frente a todos los cambios que experimente y gestionar correctamente sus emociones intensas. Saber que ninguna de sus conductas pretenden provocarte o hacerte daño, ya que son fruto de su desarrollo cerebral, te ayudará a no tomártelas de forma personal y a no reaccionar desproporcionadamente.

2. No impongas los límites o las normas a tu adolescente. Consensuálos con él desde el respeto y la comunicación empática para que sienta que su opinión importa y quiera cumplirlos. Unos  límites que deben ser claros, coherentes y constantes que facilitarán la convivencia en casa y aumentarán la responsabilidad y la autonomía de tu hijo.

3. Cuídate, delega y prioriza lo que es realmente importante. Si vives agotada y sin tiempo para cuidarte y atender tus propias necesidades será imposible encontrar la serenidad que necesitas para acompañar a tu hijo. Cuida tu alimentación, descanso, tus momentos para hacer aquellas actividades que te cargan de energía.

4. Incrementa el valor de tu hijo , hazle sentir importante y ayúdale a identificar todo aquello que sí hace bien ayudándole a construir una buena autoestima. Valora sus pequeños progresos y ayúdale a ponerse metas realistas. Si por el contrario tu adolescente siente que nunca cumple con tus expectativas y que te pasas el tiempo criticando sus errores o elecciones no va mostrar interés por acercarte a ti.

5. Identifica las situaciones que en casa desencadenan vuestros conflictos e intenta encontrar junto a él soluciones para que no se repitan constantemente. Intenta expresar tu enfado de forma asertiva y basar la relación con él en una comunicación respetuosa. Si crees que no puedes hacerlo, deja la conversación para otro momento. Recuerda que tu adolescente necesita a diario tus muestras de cariño a través de tus abrazos, besos y palabras que le encorajen especialmente cuando las cosas no le salgan bien.

Si tu adolescente siente que te conviertes en esa persona de referencia que ahora necesita a su lado y le regalas tu paciencia, apoyo y disponibilidad no tendrá miedo a equivocarse, a probar cosas nuevas y pedir ayuda cuando lo necesite. Tu amor incondicional será clave para conseguirlo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *