- Mamá, sabes, sabes, sabes… (la buenahija1 lo repite para dar emoción al asunto y cuando está nerviosa)
- ¿Qué pasa hija?
- Que he pensado que cuando seas mayor no te dejaré sola nunca…
- Ammm, estupendo. ¿Y eso por qué me lo dices?
- Porque he pensado que me vendré aquí a vivir con mi novio y mis hijos cuando yo sea Malamadre, sabes… Dormiremos todos en la misma habitación aunque la hermana se tendrá que ir, ella no cabe.
Así de claro lo tiene la buenahija1, últimamente le da muchas vueltas al tema. Está obsesionada con el hecho de que algún día seremos mayores como los buenosabuelos y las conversaciones se tornan en algo surrealistas cuando nos cuenta sus planes de futuro. Y es que cuando eres madre te conviertes en intérprete y traductor de las conversaciones más extrañas que jamás pudieras imaginar. La buenahija1 lo tiene claro y le parece un gran plan eso de meter varios camastros en mi habitación y compartir techo. ¿Os imagináis el cuadro flamenco?
No habrá descanso alguno ni posibilidad de dormir del tirón por nunca jamás. Estoy abocada al vivir somnolienta, ahora porque son pequeñas, después porque serán mayores, y más allá porque pretenden instalarse en casa. Sospecho que la idea es echarnos al buenpadre, a la hermana y a mí.
La perdedora de estas conversaciones y relatos enrevesados es siempre la buenahija2, aunque a ella poco le importa, es un espíritu libre que se ha hecho su hueco con su personalidad tan espontánea y graciosa. Debes ser por eso que el otro día la primogénita me dijo muy convencida que ya que llevamos año y medio conviviendo con la hermana la podíamos descambiar y traernos otro bebé. “Por probar mamá, a lo mejor no chilla tanto ni es tan molesta como ella”, afirmó. Me quedé alucinada, le expliqué suavemente que quería tanto a la hermana como ella y que, por supuesto, no podíamos devolverla. “Pues entonces quiero otro hermano, un niño como el primo…”, espetó alegremente. Aún me dura el susto, ¿otro buenhijo? Acabáramos…
Buenahija1 versus buenahija2
Así que el buenpadre y yo estamos curados de espanto, la imaginación de la buenahija1 no tiene límites, tratamos de escucharla y comprenderla mientras ella sigue fabulando sobre el mundo que le rodea, a veces más realista, la mayoría de las veces no.
Y, por otro lado, seguimos interpretando el vocabulario de la buenahija2 que a base de onomatopeyas y palabros extraños trata de comunicarse con el mundo. Cuando no la entendemos o damos la respuesta incorrecta entra en cólera y se enfada. ¡Lógico!
Para muestra un botón, algunas pildoritas del extraño lenguaje de la benjamina:
“ieo omé”= quiero comer.
“afrar”= trabajar.
“cuscús”= arroz.
“pipad”= ipad.
“arrer”= barrer
“elo-ela”= abuelo y abuela
“nana”= hermana
“abu”=perro
No voy a tener ganas de irme a una isla desierta, entender a la buenhija1 y traducir e interpretar a la buenahija2 requiere de un esfuerzo enorme.
Ahora cuéntanos tú
Nuestra marca amiga Direct Seguros y nosotras nos hemos propuesto inmortalizar esas conversaciones surrealistas que tenemos las Malasmadres con los buenoshijos en el coche o en cualquier otra situación. Sólo tenéis que contarnos ese momentazo y las mejores la incluiremos en un libro precioso. Porque #CuandoEresMadres nos convertimos en intérpretes con dotes mágicas para entenderlos.
- Es tu turno, ¿cuál es la conversación más surrealista que habéis tenido con los buenoshijos?
- Cómpartela en los comentarios de este post, en facebook o twitter con el hashtag #cuandoeresmadre.
- Entre todos los que participéis Direct Seguros sortea 10 Tarjetas de 50 euros para gastar en El Corte Inglés.
- Podéis participar hasta el 23 de enero a las 23.59 horas.
¡Esperamos vuestros comentarios!
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