Recuerdo que cuando empezamos a dar forma a la Asociación Yo No Renuncio, ya hace cuatro años y medio, cuando decidimos ponerle nombre a un movimiento social latente que se escondía detrás de vuestros discursos en la Red. Leíamos comentarios que expresaban la resignación, la rabia, la impotencia, la frustración y la indignación por no poder conciliar la vida laboral con la familiar y, sobre todo, por vernos obligadas a tomar decisiones vitales que no nos hacen sentir libres 100% (como apartarnos del mercado laboral, retrasar la maternidad o incluso abandonar nuestro camino escogiendo entre ser madre o ser profesional).
Este será uno de los obstáculos que visibilicemos en la ‘Segunda Prueba Yo No Renuncio’ cuyo nombre se remonta al origen de la asociación. Pero ahora adentrémonos en las causas de la renuncia.
¿Son realmente estas decisiones una elección libre?
Esta es la pregunta que rondaba en nuestras conversaciones cuando analizábamos qué estaba ocurriendo:
- Por un lado, sonaba atrevido hablar de renuncia cuando nos contabais que habíais ELEGIDO reducir vosotras la jornada laboral porque lo sentíais así. Si queremos estar con nuestros hijos e hijas este era el camino a elegir.
- Por otro lado, nos encontrábamos a menudo con la justificación de que si los hombres cobran más, lo lógico es “sacrificar” el sueldo de la mujer y que por eso habías ELEGIDO quedaros en casa cuidando. Este argumento aparentemente racional nos obligaba a seguir reflexionando sobre el término que definiera esta realidad en las familias.
- Por último, según leíamos en las encuestas oficiales, la dedicación de los hombres en las tareas del hogar va aumentando ligeramente en los últimos años pero leyendo vuestros comentarios intuíamos que ellos no estaban ELIGIENDO el mismo camino que nosotras, pese a responsabilizarse de las tareas doméstico-familiares.
Después de sentarnos con grupos de Malasmadres, con empresas
y con los principales partidos políticos, nos dimos cuenta de que la “libre elección” no es más que un mito, algo que nos queremos creer para justificar una decisión tomada en un momento tan importante como es la maternidad.
Así que, basándonos en la resignación que respiraban vuestros argumentos, decidimos hablar de RENUNCIA y no de ELECCIÓN. Y sí, Malasmadres, el
lenguaje y la manera en la que llamamos las cosas es el primer paso para un cambio estructural.
Y así fue como miles de Malasmadres empezamos a transformar nuestros discursos hablando de renuncia y poco a poco nos fuimos empoderando para reivindicar esta realidad injusta, visibilizando que vivimos en una sociedad desigual que no valora el trabajo doméstico-familiar y que deja en segundo plano a las mujeres madres que no cumplen con las normas de un mercado laboral incompatible con el cuidado.
La corresponsabilidad social
6 de cada 10 mujeres renunciamos a nuestra carrera profesional al ser madres y 5 de cada 10 mujeres que no son madres afirman que, si lo fueran, esto implicaría una renuncia como reducir la jornada, tomar excedencias o abandonar el mercado laboral.
Estos datos, recogidos en nuestro informe ‘Somos Equipo’ constataban que la decisión no se toma libremente cuando llega la maternidad, sino que hay barreras externas, como las medidas de conciliación mal planteadas, o barreras internas como la educación y las creencias que recibimos desde pequeñas, que nos empujan a renunciar.
¿Cómo revertir estos datos?
La solución no debemos analizarla como una cuestión personal, sino que se trata de un trabajo colectivo en el que todos y todas tenemos que estar implicados sin olvidar que el cuidado es un derecho para todo el mundo. Para ello necesitamos corresponsabilidad social en la que todos los actores asuman la responsabilidad por igual:
1. Ser equipo en casa: debemos replantear la distribución de las
tareas en el hogar, cuestionando los roles tradicionales de género porque
aunque las mujeres aporten los mismos o más ingresos en el hogar que sus
parejas, ellas siguen siendo las principales responsables (especialmente de la planificación y organización de las tareas).
Parejas hombres, mujeres, hermanos/as, abuelos/as, vecinos/as, padres y madres del colegio, amigos y amigas, entre todos podemos formar un equipo, una verdadera tribu que permita repartir las tareas y entienda
que la responsabilidad del cuidado es social, no es una cosa solo de madres.
https://www.facebook.com/214225512088885/posts/1597701157074640?sfns=mo
2. Ser equipo en las empresas, debemos replantear las medias de
conciliación dirigiéndolas a todos los empleados y empleadas, no únicamente a las mujeres con hijos/as ya que cualquier persona tiene derecho a ello. Pero a su vez, ser equipo en la empresa también es normalizar la maternidad o paternidad en los entornos laborales, evitando esconder embarazos, evitando decir que tu hijo o hija está enfermo y por eso has llegado tarde, dejando de señalar a quienes tienen que salir corriendo para llegar a tiempo a la guardería, etc. Necesitamos más empresas que entiendan que ser equipo también es ser flexible y crear un ambiente de confianza recíproco.
3. El estado tiene que fomentar el cambio. Otro de los actores que
entra en juego en este trabajo colectivo para revertir los datos es el Estado
planteando políticas públicas que sean palancas de cambio y transformación social. En este sentido es clave que se escuche a la ciudadanía, que se atiendan las demandas sociales definiendo conjuntamente las soluciones para este problema social.
Por todo esto, este año queremos reivindicar que la conciliación no es una cuestión individual y personal de las mujeres. Es un problema social que requiere la implicación de más actores sociales. Es por ello que este año queremos llamar a correr no solo a las mujeres que se han visto obligadas a renunciar sino también a los hombres para que muestren su compromiso con esta lucha social, a jóvenes que quieren apoyar la causa para no tener que renunciar, a tíos y tías, vecinos y vecinas… En definitiva, este año queremos reivindicar la corresponsabilidad social para poner fin al problema de la conciliación y la desigualdad.
Y vosotras Malasmadres, ¿qué opináis?, ¿habéis elegido o renunciado?
Debemos replantear los horarios desde la base, quedándonos con el horario de invierno que favorecería la compactación de horarios laborales. Así no tendríamos tanta necesidad de comprar 24h 365 al año. Pero también hay que tener en cuenta la complejidad empresarial y la diversidad en los sectores. Hay empresas que apuestan por turnos intensivos de mañana, tarde y noche como solución.
Muchas gracias por visibilizar los sectores donde la conciliación se complica todavía más.
Lo del horario de invierno también lo veo fundamental…pero cuando te pronuncias sobre ello se te echan encima…qué poco empáticos somos! Yo tengo la tremendísima suerte de tener horario de lunes a viernes de 8 a 15h pero no dejo de pensar en la cantidad de gente que a las 10 de la noche sigue trabajando por ejemplo en un comercio y me parece una barbaridad.
De verdad que si “nos recogiéramos” todos mucho antes en casa y no alargáramos tanto todo, nos haríamos un favor enorme.
Un abrazo!
La corresponsabilidad social también es entender que el personal que trabaja en comercio y hostelería tiene todo el derecho del mundo a tener horarios racionales.
No hace ninguna falta tener un supermercado abierto hasta las 11 de la noche ni tener que bajar a tomar cervezas un día de diario a las 10 de la noche…se nos llena la boca con la conciliación, pero esa es para todos…y todo empieza por un importante cambio en la mentalidad de usos y costumbres que tenemos en este país y que desde luego no tienen en otros países en los que sí nos fijamos pero sólamente para lo que “nos interesa”…
Gracias y un saludo
Eso mismo pienso yo Alba, los horarios comerciales y de hosteleria no entienden de flexibilidad horaria de la que tanto se habla.
¿ Qué es eso de la flexibilidad? Hay trabajos que tienen horarios de entrada y salida sin posibilidad de flexibilizar, ¿el camarer@ te lleva la cerveza desde su casa? ¿ y la persona que trabaja en una gran superficie? ¿o en un comercio pequeño ?
Lo de flexibilizar con un trabajo de producción o que puedes desarrollar fuera de una oficina lo veo viable, pero hay muchos otros en los que sinceramente no lo veo.
Más bien hablaría de horarios razonables, no puede ser que los comercios cierren a las 20:00, 21:00 y 22:00 de la noche.
Mi sentimiento también es de renuncia… A cuidar a mi bebé hasta que fuera un poco más independiente, a quedarme con ella si estaba enferma y tenerla que dejar con otros, a poder hacer las cosas con calma hasta ponerme enferma varias veces … Porque me he visto en la obligación de volver a trabajar con un bebé de 5 meses en lactancia materna (con reducción, eso sí) por miedo a perder mi trabajo, porque tuve que elegir entre estar con ella o tener ingresos, porque lo que los bebés necesiten o las madres sientan que deben hacer no es una opción. Yo no elegí libremente, renuncié a lo que me gritaba el corazón.
Yo he podido elegir, no he tenido que renunciar. En primer lugar porque en casa los dos somos corresponsables por igual, tengo la suerte de formar un gran equipo junto con mi marido y los dos juntos nos ocupamos de todo. Y en segundo lugar porque tanto en mi empresa como en la suya existe una cierta flexibilidad de la que ambos nos aprovechamos alternativamente. Creo que en la corresponsabilidad es donde reside el verdadero cambio… por mucho que el Estado lleve a cabo políticas concretas, si las únicas que pretendemos beneficiarnos de esas medidas somos las madres, poco cambio va a haber…
Eso es, la corresponsabilidad es la clave. Pero no solo en el hogar, sino en toda la sociedad. Gracias, Maria Jose.
Yo NO elegí, nosotros somos equipo desde siempre, si hubiésemos podido elegir el BuenPadre hubiese reducido jornada encantado y lo habría disfrutado mucho más de lo que yo lo hice, pero la realidad nos dió una bofetada en la cara, la brecha salarial era tan grande que si lo hacíamos así corría peligro la economía familiar, no elegimos, no tuvimos opción, yo no disfruté de la reducción de jornada y a él le pesó mucho, no pudo disfrutar de sus hijos como había querido y veía que para mí esa reducción suponía una carga. No, no elegimos, renunciamos ambos, lo hicimos en beneficio de nuestros hijos con la opción menos mala. Eso no es elegir, es renunciar, hay que llamar a las cosas por su nombre, y aquí estamos como equipo peleando para que nuestros hijos sí puedan elegir libremente, no como nosotros #yonorenuncio #somosequipo
Gracias Itziar por contar tu historia.
Hola,
buen artículo, yo la verdad es que cambie y cuando me pillo la maternidad estaba de autónoma y eso me permitió adecuarme a los horarios, es más duro, pero implica no renunciar con tu propia empresa.
Besos!
Anabel
¡Muchas gracias Anabel!
En mi caso, fue mi pareja a renunciar a trabajar porque era yo la que cobraba más. No tenemos familia ni amigos que nos ayuden, y ahora que el también vuelve a trabajar, tenemos que buscar y tejer una red de ayuda para cuidar a nuestro hijo cuando:
1. Salga del cole;
2. Estè enfermo;
3. Haya vacaciones en el colegio.
El punto 1. podría resolverse cambiando el horario de la jornada laboral (con la nueva ley de marzo), pero trabajamos para empresas pequeñas y si pedimos cambios ya sabemos que no serán bien aceptados y mal visto por la empresa y los compañeros.
Creo que el cambio mayor debería venir del estado. Bajar el número de horas de trabajo, acabar la jornada laboral a un horario decente y que corresponda con los horarios de los coles, bajas para el cuidado de un hijo enfermo y encontrar una forma para acoger a los hijos de padres que no pueden tomar vacaciones durante los días de libre disposición.
Creo que aún hay mucho por hacer… pero vamos por el buen camino!
Así es Valentina. Vamos avanzando, aunque demasiado lento. Mil gracias por tu comentario y soluciones propuestas.
Yo siempre lo he tenido claro…RENUNCIÉ a mi profesión…porque no pude contar con ninguno de los tres puntos en cuestión: ni la casa, ni la empresa, ni el estado. Me da que debe ser algo tristemente demasiado común.
Como tú muchas Malasmadres, Mar. Gracias por contarlo 😉
Lo dicho es cierto, desgraciadamente. Es difícil encontrar apoyo fuera de la familia, hacer amistades con madres del cole si no sueles ver a ninguna porque tu hijo es de los que asiste a las Mañanas y a las Tardes y por lo tanto hay caras con las que solo coincides en las reuniones de trimestre, y prácticamente imposible en el entorno laboral, cuando las circunstancias personales no cuentan porque no quieren hacer distinciones con nadie. Es un “allá de las compongas” por todos lados. Ni las instituciones apoyan la conciliación, con esos horarios de atención al público. Sin embargo, seguimos a flote, nos vamos arreglando, mal que les pese a todos aquellos con su boicot encubierto. Nos enseñaban de pequeños en Sociales que la familia es el núcleo de la sociedad: pues las malasmadres son el núcleo de la familia, pero eso no aparece en los libros.
Gracias Tere por tu comentario. Es así. Necesitamos más tribu, más apoyo social y corresponsabilidad entre todos los agentes sociales.
Enhorabuena Maite, magnífico post. Siempre he pensado que había elegido pero ahora me doy cuenta que verdaderamente renuncie, no fue debido a mi pareja pero sí a no hacer equipo en mi empresa y al estado que no fomentaba otra cosa en 2014. Seguiremos luchando por la conciliación día a día ya que aquí si somos equipo. Un abrazo.
Gracias Aurora. Efectivamente, necesitamos corresponsabilidad social para que todos y todas entiendan que los buenoshijos y buenashijas no es solo un “tema” de mujeres.
Hace una semana fui a hacer una entrevista de trabajo para una tienda en la calle Serrano. La segunda pregunta que me hizo la directora de la tienda era que si tenía hijos. Le dije que si. Y podrás conciliar bien el trabajo con tu familia. Le volví a contestar que si. Pero no tendrás problemas. Y le dije que no. No me han vuelto a llamar.
En otra entrevista me recomendaron que no dijera que era madre. En fin, de estas historias hemos escuchados miles. Me parece necesario que se involucre a toda la sociedad. Gracias.
Gracias Carmen por contarnos tu experiencia. Aunque se pretenda negar, estas situaciones siguen ocurriendo. Necesitamos normalizar la maternidad, paternidad y ser corresponsables todos y todas.
Un gran post, Maite. Creo que este resumen es necesario para hacer de recordatorio.
Muchas gracias Paula. Es muy necesario porque muchas veces se nos olvida 😉