Si hay uno de los que considero mis puntos fuertes es que nunca nunca dejo para mañana algo que bien podría hacer o solucionar hoy. Pero casi siempre lo hago en el ámbito laboral, soy tremendamente exigente en ese sentido y esa actitud, que en principio parece buena, me lleva a dedicar demasiadas horas y dejar de lado otros aspectos igual o más importantes. Porque, ¿qué pasa cuando lo que dejamos para mañana es algo como detenernos a disfrutar de las pequeñas cosas o decir un te quiero que por las prisas no decimos? De todo esto nos habla hoy Leonor. La grandeza de la vida está muchas veces en los pequeños detalles.
* Podéis seguirla en @Leonor_Cabrera y en su BLOG.
A veces pensamos que todo aquello que deseamos puede esperar ahí aparcado de manera indefinida porque va a estar a la vuelta de la esquina cuando nos pongamos a ello. Aplazar (o procrastrinar, como se dice ahora) se convierte para muchas de nosotras en un hobbie muy tentador.
“Ya lo haré cuando cumpla 40” o “ya lo haré cuando los niños sean mayores y tenga tiempo” o “tendré niños cuando seguridad económica” son frases que poco a poco se convierten en comodines y que enmascaran la incomodidad de ponerse con lo que en realidad es importante, con lo que en realidad queremos hacer, como si aplazar fuera también la solución para dejar nuestros sueños en ‘stand bye’.
Este post tenía que ser sobre qué hacer para evitar esa procrastrinación, ese dejar para mañana las pequeñitas cosas como ir al gimnasio o aprender el dichoso inglés que nos trae a todas de cabeza o perder los indestructibles kilos de más, pero una conversación que tuve este fin de semana con mi padre cambió el enfoque.
Mi padre, que es sabio, y que tiene 66 años me dijo que yo les digo a él y a mi madre poco que les quiero. Me argumentaba que yo ya tengo casi 41 años, ellos casi 70 y que algún día ellos no estarán y que a mí me dolerá no haberles dicho más ‘te quiero’.
Yo siempre he sido poco dada a expresar mis sentimientos, hasta hace unos años que empecé con todo esto del desarrollo personal. Ahí sí que empecé a sentir, a tener en cuenta lo que sentía y a expresarlo. Pero es cierto que de vez en cuando me endurezco, me pongo en modo eficiente y vuelvo a perderme de lo que siento en realidad. Los objetivos me nublan la vida o la justificación del cansancio de estar toda la semana trabajando 20.000 horas me llevan a sólo querer descansar y a aislarme.
Ahí es cuando dejo de sentir y el único cabo que puedo coger para volver a conectar con el corazón es el de disfrutar de las pequeñas cosas, del día a día con mi pareja, de ver a mis dos gatos jugando, de una charla con esos amigos con los que me río tanto o de una conversación como la de este fin de semana con mi padre. Ahí es cuando soy feliz y dejo de esperar para serlo, como le sucede a la protagonista de este corto que me recomendó hace poco un cliente de coaching.
Es muy probable que hayas visto ya en internet algún artículo hablando de Bronnie Ware, una enfermera de cuidados paliativos que escribió un libro sobre aquello de lo que se arrepiente la gente antes de morir. ¿Sabes cuáles son esos arrepentimientos?
- Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera
- Ojalá no hubiera trabajado tanto
- Hubiera deseado tener el coraje de expresar lo que realmente sentía
- Habría querido volver a tener contacto con mis amigos
- Me hubiera gustado ser más feliz
Sé que es la típica pregunta que habrás leído en algún que otro post o en algún libro sobre crecimiento personal, pero a mí me parece una de las preguntas más potentes que podemos hacernos, aunque sí te invito a que te la hagas con conciencia y con profundidad. Cuando digo con conciencia y con profundidad me refiero a poniéndote en situación, sintiéndolo, dejando sentir el desasosiego en el cuerpo y dedicándole unos minutos a dejar que ese desasosiego tome tu cuerpo.
Supongo que estas alturas ya te imaginarás qué pregunta te voy a sugerir que te hagas: “Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿qué me gustaría hacer?”. Esta pregunta, aunque típica, es cuando la contestamos con el corazón en la mano, una de las más potentes que nos podemos hacer.
Ya lo dijo Steve Jobs en su famoso discurso en la Universidad de Stanford: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuestas es no durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”. Si tu respuesta es no durante demasiado tiempo, igual es que necesitas cambiar algo.
Hace unos días el neurólogo Oliver Sacks, autor de libros como ‘Despertares’ o ‘El hombre que confundió a su mujer con un sombrero’, escribió una tribuna en The New York Times en la que se despedía. La han detectado un cáncer terminal y a sus 81 años le queda poco tiempo. “No puedo fingir que no tenga miedo. Pero mi sentimiento predominante es de gratitud”, dice Sacks. “He amado y he sido amado; he recibido mucho y he puesto algo de mi parte; he leído y viajado y pensado y escrito…”, enumera Sacks. ¿A quién no le gustaría llegar al fin de su vida con esa sensación de plenitud?
Llegados a este punto me encantaría escucharte y saber qué es eso que no puede esperar más en tu vida. ¿Qué necesitas cambiar para que cuando tu vida llegue a su fin tengas la sensación de haber vivido con plenitud? ¿Qué paso puedes dar para iniciar ese cambio?
El día a día me cuesta mucho. Casi siempre creo que me ha faltado algo por hacer o que me ha sobrado algo que no debí hacer.
Si fuera el último día de mi vida, me gustaría llenarlo de aciertos y dormirme con la sensación de que no ha sobrado ni ha faltado nada.
Me ha encantado,y me gustaria mas disfrutar de las pequeñas cosas que dia a dia por este ritmo de vida no nos damos cuenta que estan ahi,¿y si un dia no estuvieran?
Un Saludo 🙂
Qué buena pregunta ésa. Saludos Ana Belén.
Me ha encantado el vídeo, me gustaia disfrutar mas de mi familia, tener fuerza de voluntad para hacer lo que debo, estudiar y decir ,mas te quiero y no hacer lo que quieran los demás.
Un beso y gracias
Gracias a ti
Gracias por tan excelente reflexión!
Cada uno tenemos circunstancias particulares.
Yo en mi caso dejé mi país hace mas de quince años para empezar mi carrera profesional en España. Al cabo de cuatro años cuando cumplí los 30 me vino la “crisis existencial” y teniendo un contrato fijo, habiendo dejado una relación de pareja que ya no tenía futuro decidí regresar a mi país nuevamente, convencida que allí encontraria la felicidad, tampoco fue así, no encajaba en las costumbres de allí y no me acostumbraba a vivir a casa de mis padres. Pero tuve la oportunidad de reflexionar mucho. Fue un año “sabático” sin planear. Crecí en muchos aspectos y al ver que no tenía un futuro profesional claro volví a lanzarme al agua y regresé a España.
Me di cuenta que probando cosas nuevas aun con el riesgo a equivocarme… Me hacia feliz porque estaba siguiendo mi corazón. No me quedé con la pregunta de: que hubiera pasado si…?
Y para mi gran sorpresa regresé a una mejor posición laboral en la misma empresa, donde ahora se me valoraba por todo lo que había hecho antes y mis capacidades para construir nuevos proyectos.
La vida tiene muchos ángulos positivos que algunas veces están pintados de retos y nos hacen crecer siempre. El secreto esta en poder respirar profundo y ver en positivo las posibilidades.
Y si no funciona el plan B pues tenemos hasta la Z! Pero siguiendo nuestro corazón y valorando al máximo lo que nos da la vida seguro a la hora de dormir nos iremos un poquito mas felices habiendo dicho te amo (verbalmente y con nuestras acciones a quien amamos) y habiendo perdonado a quienes mas amamos (nuestros esposos e hijos que a veces son los que salen peor parados cuando una malamadre -como yo- pierde la paciencia-) Vaya rollo el mío 😀
En fin que gracias por el post de hoy. Feliz noche y feliz fin de semana!
Gracias a ti por tu testimonio, Claudia.
Me encanta esta pregunta y me encanta saber que sí, que, aunque me gustaría dedicarme a otra cosa profesionalmente, tengo la familia que quiero y la disfruto. Soy de las pesadas que dicen “te quiero” sin tapujos a todas horas 😉 y trato de que mis hijos aprendan a decir lo que sienten. Creo que es una de las mayores satisfacciones de la vida
Qué bueno, Sara. Enhorabuena.
Me llama la atención los pocos comentarios que ha recibido este post en comparación con otros que nos hablas de croquetas quemadas o perder unos kilos. Posiblemente toque en hueso y es más duro hablar de sentimientos tan íntimos como la felicidad o la satisfacción.
Creo que lo que nos falla principalmente en la vida es que pensamos demasiado. No propongo vivir como zombis, pero creo que hay cuestiones que no se deben decidir con el pensamiento lógico, sino con el sentimiento. Estás con la pareja ideal para los demás o para tí?¿Tienes un gran trabajo para los demás o para tí? Yo he tomado algunas decisiones polémicas en ese sentido a lo largo de mi vida y estoy muy agusto con ellas.
Tengo la creencia de que cada uno vive su propia película y no puede haber un mismo guión para todas. Puedes ser el héroe de guerra, la estrella del pop, la chica guapa, el chico feucho del que se enamora la guapa, el agente del FBI, el ama de casa… Es tu película, escribe tu guión.
Me gustaría decir también que acabo de cumplir los 40 y bueno, no es tan grave… 😉
¡Hola!
Yo también cumplí hace unos meses y estoy más feliz que nunca: es cuando me siento más realizada y más alineado entre lo que pienso, siento, hago y quien soy. Quizás la clave, como tú dices, esté ahí: en que haya congruencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Me encanta tu observación.
Qué interesante, Leonor, acabas de poner mi cabeza a funcionar…
Inés, yo nunca me he planteado algo así, pero creo que todos somos importantes, seguro que hay mucha gente que te quiere aunque no te lo diga. Mucho ánimo!!
¡Hola, Rebeca!
Qué funcione!!! Saludos.
Hola Inés,tus palabras nos han dejado preocupadas a muchas de nosotras.Es muy fácil dar consejos,pero cuando estás en un momento de crisis como el tuyo,las palabras caen en un pozo.Cumplir 40 años no es ninguna tonteria,es una edad de tránsito,en la que como tú,se llega a un estado como de espera.Ya has criado a tus hijos,has cumplido parte de tus metas y seguramente durante ese proceso has tenido poco tiempo para pensar en ti.Pero el momento llega y es normal que te sientas perdida.En vez de pensar quien te echaría de menos,piensa qué es lo que tú te perderías,sé egoísta,intenta encontrar de verdad lo que deseas tú como mujer, no como madre o esposa,porque el deseo mueve el mundo.Y tú eres pura vida,estoy segura de que dentro de ti aún quedan deseos.Cuando todo ésto pase,porque pasará, podrás contarnos cómo conseguiste superar tu crisis,y lo celebraremos contigo.
Gracias Leonor,
Actualmente estoy asistiendo a una psicóloga desde hace un par de meses. Es muy difícil pasar por esto e intentar pensar positivo.
Poquito a poco, Inés. Ya verás como vas saliendo de ahí. Un gran abrazo y mucha fuerza para tu proceso.
Me ha encantado el video y la señora hablando.
He cumplido 40 años hace unos meses y me siento infeliz desde hace varios meses por qué? No lo sé exactamente, debería ser feliz vivo en una casa bonita, tengo dos hijos preciosos y un marido muy guapo según las vecinas.
Sin embrago pienso en mi último día constantemente, pienso en el suicidio muy frecuentemente en los últimos meses y muchas veces me despido de mis hijos como si fuera mi último día. Creo que poca gente me iba a echar en falta y sería un problema menos si no estuviera aquí.
Ines
Ni lo pienses.
Mucha gente te echaría de menos.
Hay veces que no sabemos ver la grandeza de las cosas. Nos quedamos en la miseria.
Respira hondo y date un paseo tu sola de vez en cuando.
Animate
Sara
Hola, Inés. Mucha gente piensa en el suicidio y no por eso acaba cometiéndolo. Piensa en lo bueno que tienes en la vida, en lo que te llena y, si ves que sigues así, no dudes en pedir la ayuda de un profesional, un psicólogo, un terapeuta o un coach que te ayude a darte cuenta de qué es lo que te causa ese sufrimiento y que te ayude a salir de él. Tu vida vale mucho.
Inés, tu situación no deja indiferente. Es grave, pero por suerte tienes una profesional que te da apoyo y seguramente toda tu familia también. Aunque no los notes, están ahí.
Varios comentarios han intentado animarte, me ha gustado uno que te dice que te cuides, que estés por ti. 100% de acuerdo.
Yo quisiera añadir una reflexión complementaria. Hoy mi padre hubiera hecho 63 años. Hace ocho que murió. Tengo 35 años. Lo perdí relativamente joven, de un cáncer.
Aunque pude gozar de su compañía y de su amor hasta sus 55 años, me sabe a poco. Hubiera querido que conociera a sus nietos, viera a mi hermana casada, compartir más momentos.
Tuve tiempo de despedirme.
Lo mal que lo he pasado estos años no lo deseo a nadie. He vivido un duelo normal, con sus momentos bajos, bajísimos y su lenta pero continuada superación. Te acostumbras a vivir con la ausencia del ser querido.
Sí, nadie ese imprescindible. Mi padre murió y parecía que el mundo se hundía a mis pies, pero el sol sale cada día y la vida sigue.
Queda lo vivido con él y lo no vivido. El dolor. El vacío.
Esto no se lo deseo a nadie. Por supuesto no a mis hijos. Me horroriza pensar que algún día me puede pasar algo, cómo sufrirían. Ahora con 6 y 3 años) o cuando sean mayores. Y si la ley de la vida funciona como debería, llorarán mi ausencia.
Piensa en tus hijas. Piensa en tí.
Un abrazo y muchos ánimos
Preciosa Inés
Anoche me fui a dormir pensando en ti. Intento entender tu situación <3
Creo que lo mejor que haces es hablar de lo que sientes con tu terapeuta y tener el valor de compartirlo aquí.
Que tus hijos sean tu motor para vivir, esfuérzate por que así sea día a día y aunque no te sientas motivada… Fíngelo hasta que sea real… Como si fuera crear un nuevo hábito. Ellos te necesitan como modelo, apoyo y guia.
Una vez mas admiro tu valor de compartirlo aquí y sigue tus terapias.
Recibe un abrazo muy caluroso te tendré en mis pensamientos enviando energía positiva.
C
Inés a estas alturas de junio espero que mis palabras te ayuden.
A mi me pasó lo mismo,con terapia,pero lo mejor: unas palabras de un psiquiatra que me dijo que si yo desapareciera MIS HIJOS PROBABLEMENTE NUNCA LO SUPERARIAN.
Pues bueno eso me ayudó muchisimo,aparte de una muy buena profesional claro, pero esas palabras no las olvidaré nunca.
Adelante
Como siempre me ha encantado!! Que importante es ser conscientes de lo previlegiados que somos!! Un gran post
Gracias, Sonia.
Qué importante es pararse a pensar estas cosas más a menudo. Cada día deberíamos hacer esta reflexión. La vida puede cambiar tanto inesperadamente en un solo instante!! Damos por hecho muchas cosas cada día, a nadie le gusta la incertidumbre, pero hemos de ser conscientes de que el afán de llegar a todo y tener todo controlado, a veces impide que disfrutemos de cada momento. El video está genial. Muchas gracias!
En efecto, la vida puede cambiar en un solo segundo y es importante saberlo. Muchas gracias por tu comentario.
Pues justo ahora estoy esperando un gran cambio. Dejaré España si no pasa nada y empezaré casi de cero en otro pais.
Lo hago con el convencimiento de que todo va a salir bien.
La semana que viene cumplo 40 años.
Llegado a ese punto de inflexión, creo que cuando eche la vista atrás, no me arrepentiré y pensaré que he hecho lo que tenía que hacer.
Hay veces en que hay que incurrir en riesgos. Eso también forma parte de la vida.
En efecto, el riesgo forma parte de la vida. ¡Que te vaya muy bien!
Me encantan estos posts que te remueven por dentro y nos hacen reflexionar. Yo lo necesito porque muchas veces la vorágine del día a día me come!!Gracias Leonor!
¡Muchas gracias, Trimadre!
El momento decisivo y más importante de la vida siempre es HOY,y es sobre este momento inmediato es sobre el único que tenemos poder.No podemos cambiar el pasado y es imposible asegurar el futuro,ni siquiera sabemos lo que va a ocurrir dentro de unas horas,solo tenemos el ahora para hacer lo que queremos hacer.No digo que haya que vivir cada segundo como si fuera el último,pero si darle importancia a cada día,no dejar que se nos escape el tiempo.Y si hay que dejar algo para mañana,que sea porque lo que haces hoy merece realmente la pena.Hoy puede ser un gran día.
Qué bueno eso de vivir el día presente, Marta. Gracias por tus palabras.
Pues creo que lo dedicaría a contarle y decirle a mi hija todo lo que mi madre no tuvo tiempo de contarme y decirme a mi, aunque ahora que lo estoy escribiendo me estoy dando cuenta que lo estoy haciendo desde que nació.
A mi pareja que guarde el luto que el considere oportuno, pero que no se pase…. Mi padre no rehizo su vida y no es justo.
Y volver a decirles a mis amigos y familia que les quiero, aunque se lo diga habitualmente.
No siento que deje nada por hacer, aunque tengo muchos planes por delante….
Lo escribo en el autobús mientras voy a trabajar….así casi sin pensar.
Buen fin de semana a tod@s.
Qué bonito, Teresa. ¡Un saludo!
Pufff pregunta trascendental y yo me la hago muchas veces. Esa y la de antes de dormirme “he dejado algo pendiente para mañana q no debiera?” y cn eso me refiero a perdonar, decir te quiero etc. Hoy lo único q me faltaría sería estar cn la gente q quiero, mis 50 familia y amigos 🙂
Qué buena esa pregunta de antes de dormirte, Nuria.
Me alegro 😉 No sé si alguna vez te has preguntado si tuvieras todo el dinero del mundo qué harías. Esa pregunta también te puede dar pistas sobre cuál es el medio para llegar a la satisfacción. Saludos y gracias por tu comentario, La Musa.
Leonor, siempre parece que me hables a mí….Mi problema es que sigo buscando ese objetivo específico, el general (ser feliz y estar satisfecha) lo tengo claro. Pero el medio inmediato y real para llegar….
Keep on searching
Besos