Vivimos en una sociedad llena de estereotipos que empequeñecen. Tenemos mucha tendencia a encasillar a las personas para definirlas. Todas y todos llevamos colgadas etiquetas, cualquiera podría reconocerse en alguna. Nos las ponen en casa, en la escuela, incluso gente que ni siquiera nos conoce.
Palabras que arañan la autoestima
Recuerdo como de pequeña esas etiquetas que iban otorgándome acababan condicionando mi conducta, mi forma de mirar el mundo, la forma de quererme. Simples palabras que a menudo arañaban mi autoestima, condicionaban mis decisiones, cargaban mi mochila de peros. Palabras que me hacían sentir que siempre decepcionaba a alguien, que nunca daba la talla ante las expectativas que ponían sobre mí.
Que poco somos conscientes del daño que generan las etiquetas. Opiniones subjetivas que a menudo nos encasillan, nos paralizan, nos atan inútilmente a expectativas que nos ahogan. Que nos esculpen por dentro erróneamente, que engrandecen nuestros defectos, que nos definen torpemente.
Las claves para librarnos de ellas
- Ojalá fuésemos capaces de educar sin ETIQUETAR, sin catalogar a nuestros pequeños según sus habilidades, resultados o su nivel de inteligencia. Sin poner nombre a comportamientos o a la forma sentir y de actuar. Sin juicios de valor que coartan, que marcan la personalidad, que merman la confianza, que deslucen el talento.
- Ojalá consiguiésemos que nuestros pequeños puedan mirarse al espejo sin filtros que les condicionen, sin rótulos que les recuerden sus defectos, sin marcas que engrandezcan el miedo a fallar.
- Educar desde la aceptación, la confianza y el respeto. Ofreciendo siempre una imagen positiva de ellos, regalándoles el tiempo necesario para aprender. Haciéndoles sentir que les acompañamos sin condición pase lo que pase, hagan lo que hagan, consigan o no sus objetivos.
- Asegurándonos que saben que les queremos independientemente de sus logros, errores o defectos. Que estamos a su lado para todo aquello que les haga falta.
- Ojalá fuésemos capaces de potenciar al máximo las capacidades, reforzando las debilidades con mimo y comprensión, empatizando con los tropiezos con dulzura y paciencia. Haciéndoles sentir comprendidos y escuchados, dándoles la oportunidad de equivocarse las veces que sea necesario, alentándoles a empezar de cero sintiendo que cada amanecer supone una nueva oportunidad.
Eduquemos SIN ETIQUETAS, enseñándoles a escoger lo que realmente quieren ser, regalémosles oportunidades para el éxito.
Buenos días,
Tengo un niño de 3 años nacido en noviembre , lo que lo convierte en uno de los pequeñitos de la clase. El hecho de haber nacido a final de año esta comportando una serie de dificultades tales que, en su primer año de colegio nos han mandado a un centro de psicología porque según sus educadoras , el no escribir aun su nombre o saber hacer series de lógica es un indicativo que algo va mal en él… La última reunión con su maestra , muchas de las frases que se mantuvieron fueron ” Es que de los 20 que tengo todos hacen….blablabla…menos él”…Las comparativas nunca me han gustado…pero conversaciones así, hacen mucho daño y parece que no se tiene en cuenta a la hora de comunicar con los padre.
Creo que no soy la única malamadre que se ha podido encontrar en una situación donde parece que el desarrollo madurativo del niño y el hecho de ser de finales de año , les han hecho pasar malos momentos puesto que , parece que, dan por hecho que deben tener un problema, si o si…ya que el sistema educativo esta formado por unas directrices que hay que cumplir si o si.
Comparto esta opinión personal puesto que, no creo ser la única con este “problema ” o “angustía.
Todo lo que no los encajan ..le ponen etiqueta .
Las etiquetas las ponen en el cole los “facultativos “ , o psicólogos
Un post muy interesante..así debería ser sin etiquetas. Yo misma a veces lo hago con mis hijas y reconozco que es sin querer y es un tema que trabajo constantemente…a veces es complicado no reproducir conductas que tus padres han tenido contigo y en mi caso yo era la buena e independiente, pero que la etiqueta no sea negativa no quiere decir que no te afecte porque en mi caso me creaba que fuera y soy muy exigente conmigo misma…demasiado.
Con mis hijas intento que se acepten como son y se quieran mucho..hay un cuento muy bueno o que a mí me gustó que se llama “guapa”.
Muchas gracias y un saludo