Malamadre de 5 buenoshijos posee la pócima secreta para educar sin gritar y así lo difunde con sus talleres, aunque nos advierte que no resulta ni siquiera fácil en la teoría. En su blog ‘Mis trucos para educar’ nos ofrece herramientas muy útiles e interesantes, la experiencia es un grado y con 5 hijos Laura Monge tiene anécdotas mil. Nuestra invitada de hoy será además la protagonista del ‘Quinto desayuno ligero #daelpaso con Kaiku sin Lactosa en Escuela de Malasmadres’. En su charla-taller nos oferecerá ideas y planes para sobrevivir al verano con los buenoshijos así como a llevar mejor la convivencia con el resto de la familia (buenosabuelos, buenostíos…). Si quieres apuntarte hazlo en hola@clubdemalasmadres.com.
*Podéis seguirla en facebook y twitter.
¿Cómo surge tu blog ‘Mis trucos para educar’ y qué nos ofreces en él?
El blog surgió hace ya casi 5 años de una generosa siesta estival de mis hijos. Dos grandes amigas acababan de abrir sus respectivos blogs y quise unirme. Por entonces ya tenía 4 niños muy pequeños llenos de energía y su educación ocupaba buena parte de mi vida. Había preparado ya varios juegos motivadores que me habían dado muy buenos resultados y pensé que compartirlos podría estar bien.
En el blog podéis encontrar principalmente ideas y planes para enseñar buenos hábitos y rutinas, de la forma más amena posible. Ideas de motivación, juegos para mejorar la convivencia familiar, implicar a los buenoshijos en las tareas del hogar, hacerles más autónomos, darles más libertad, trabajar el orden,… Pero también la historia de mi reto personal para conseguir una educación sin gritos, nuestros álbumes ilustrados favoritos, talleres de literatura infantil con entrevistas que los niños han hecho a los autores, experimentos para niños,…
Eres madre de 5 buenoshijos, ¿en qué momento te has sentido una malamadre?, ¿qué anécdota divertida recuerdas?
Esos días en los que no me dio la vida para nada, no alcancé a llegar al supermercado y en la nevera sólo queda un limón. Esos días que acabo preparando otra vez macarrones con tomate de bote,… y al terminar de comer me encuentro a uno de los buenoshijos abrazado a mis piernas gritando a pleno pulmón: “¡eres la mejor cocinera del mundooooo!”
No perder la paciencia y educar sin gritar es fácil en la teoría pero en la práctica, ¿cómo podemos conseguirlo?, ¿algún truco?
No perder la paciencia para educar sin gritar NO es fácil ni siquiera en la teoría. Hace poco leía el libro “El cerebro y la Inteligencia Emocional: Nuevos Descubrimientos” de D. Goleman. En él Goleman decía que para cambiar un hábito y hacer que el nuevo sea más natural que el anterior, necesitábamos entre 4-6 meses de empeño continuo en todas las situaciones que se nos presenten de forma natural. Estoy segura de que Goleman no contemplaba la variable de los buenoshijos.
Por suerte, desde nuestro primer intento, se empieza a crear un “nuevo circuito en nuestro cerebro” para alcanzar ese nuevo hábito. Esto es una suerte para toda malamadre que se precie, pues los buenoshijos se encargan de ponernos varias pruebas al día para que podamos ir practicando.
Como truco, me encantan los 90 segundos. El “tómate 5 minutos”, “respira hondo”, “cuenta hasta 10”,… de toda la vida tienen una base científica.
En el centro de nuestro cerebro, tenemos un conglomerado de neuronas del tamaño de una almendra que se llama amígdala. Para que nos entendamos, la amígdala es como el “poli malo” que lanza al torrente sanguíneo una sustancia responsable de que nos hierva la sangre, se nos ponga el corazón a 1000 y queramos merendarnos a los buenoshijos. Lo bueno es que esta sustancia sólo dura 90 segundos. Tomarse un tiempo para respirar, contar, darse un paseo o si es imposible pedir soledad en la cocina para seguir con las patatas de la sartén, nos dejará tiempo para eliminar dicha sustancia de nuestro organismo, retomar las riendas de la situación y gestionar el conflicto como queremos.
El único problema es que a veces contamos así: uno, dos, todo el día con lo mismo tres, cuatro, se van a enterar cinco, seis, soy una malamadre siete, ocho,… Y ¿qué pasa si contamos así? Pues que retroalimentamos la amígdala que vuelve a enviar al torrente sanguíneo más neurotransmisores,… y entonces vuelta a empezar.
En resumen, que contar hasta 90, es un buen truco siempre y cuando nos concentremos en contar bien.
El verano se acerca y al estar más tiempo todos en familia surgen fricciones, ¿algún consejo para no acabar locos de remate?
Si el “buenrollismo familiar” no surge por sí mismo, sal a buscarlo. Las fricciones familiares son normales y muy habituales, pero también agotadoras.
En estas situaciones está genial proponer juegos en los que haya que pensar en las bondades del resto de la familia así como tener buenos gestos y muestras de cariño y agradecimiento.
– La mesa y el coche, son lugares perfectos para hacer turnos para pensar y decir lo mejor del que tenemos a nuestro lado.
– Otro juego muy sencillo consiste en poner un tarro en un lugar visible de la casa y que cada vez que alguien haga o diga algo bueno, meta un garbanzo en él,… este juego es genial y revierte rápidamente situaciones complejas.
– Esta semana, estamos jugando en casa a hacer una “cadena de favores” que como tiene un factor sorpresa importante está siendo un exitazo.
Los buenosbuelos están más presentes en la época estival y tienden a ‘mimar’ a los buenoshijos, ¿cómo podemos llevar la convivencia mejor?
En estos casos las dos partes deben poner un poco de su parte.
Por un lado, nosotras, las malasmadres que tenemos algo de tigresas, debemos esconder las garras, serenarnos un pelín y dejar que los mimos de los abuelos fluyan más libremente. Tener abuelos es un tesoro y si estos están cerca y pueden echarnos un cable es un auténtico privilegio.
Cierto es que a veces los buenosabuelos se tienen que hacer cargo de los buenoshijos y que sabemos que si no ponemos un poco de orden pasarán el verano viendo la televisión a su antojo, jugando a todos los juegos del ipad del tirón, almorzando siete veces, comiendo a la carta,…
Viene muy bien para todos, organizar un plan en el que se faciliten ideas para hacer durante esas horas, involucrar a los niños en el juego y pedir colaboración a los abuelos para cumplirlo.
¿Qué palabras no debemos perder de vista en la educación de nuestros buenoshijos?
Hoy en día no se nos escapa decir a nuestros hijos todas las cosas que hacen mal, pasando por alto muchas de las que hacen bien… Sin embargo, deberíamos hacer justo lo contrario. Es mucho mejor recordarles las que hacen bien y ya que estamos, dejar pasar por alto alguna de las que no hicieron del todo bien.
Si además no dejamos escapar estas oportunidades y les preguntamos “¿cómo te sientes?, les damos la oportunidad de experimentar esa sensación de bienestar profundo que sentimos después de haber hecho algo bueno,… un refuerzo positivo que no tiene precio.
Por otro lado, la vida acelerada que llevamos, da paso a repeticiones continuas, órdenes que tienen que cumplirse rápidamente, correcciones más que motivaciones,… Todos los días deberíamos decir a nuestros hijos de forma serena y desde el corazón cuánto les queremos y lo especial que son para nosotros, pues es cierto que ellos ya lo saben, pero necesitan que se lo digamos con frecuencia.
Ahora un cuestionario rápido:
1. ¿Para qué comprarías el tiempo? Para que los fines de semana tuvieran las horas suficientes como para hacer una escapada a Pamplona y no estar muy loca,…
2. Ese momento de la semana, para ti sola… (¿qué haces?) Soy muy madrugadora y adoro el rato de 6:00-7:00 de la mañana, antes de que los buenoshijos y el buenpadre se hayan despertado. Me tomo el primer café, me organizo el día, mareo un poco en redes sociales y estudio. Esto es un secreto, pero he descubierto que las 6 de la mañana tiene muchos más minutos que el resto de las horas del día,…
Además una vez cada 15 días llega MI gran momento malamadre y me escapo a que me hagan la manicura, la pedicura, una limpieza de cara o lo que se tercie,… Me relajo sólo de pensarlo y soy capaz de quedarme dormida en plena depilación,… Cuando salgo sigo con las mismas ojeras pero yo me veo “divina de la muerte”.
3. Ese sueño/ meta que siempre está ahí y que algún día conseguirás… Sacar los pinceles. Y ya que me pongo a soñar, sacarlos en un mini estudio que me voy a hacer en un lugar de mi casa que ya he pensado pero que el buenpadre desconoce,…
4. Un lugar donde te perderías una y otra vez… En Roma. Me encanta cómo se mezcla la civilización romana y la contemporánea con esa naturalidad aplastante. Y como no suelo perderme en Roma y una necesita desaparecer con frecuencia, pues me escapo a mi jardín, que es pequeño pero resultón.
5. ¿Cómo te ves dentro de 20 años cuando los buenoshijos se independicen (esperemos)…? En plan hippie. Viajando por todo el mundo con el buenpadre, pintando, tocando la guitarra, con mis plantas, leyendo,…
Plan que entiendo se interrumpirá con las visitas de los buenoshijos, la buenahija (que estará a punto de convertirse en una malamadre de provecho), las buenasnueras (o estas serán malasnueras? aquí me pierdo,…), los buenosyernos y los buenísimosnietos.
Y bueno, me veo en una casa ordenada todo el tiempo, incluso cuando no haya ordenado,…
6. Un consejo para esas madres que se culpan por no llegar a todo… Que no se culpen, que la culpable es esa que llega y no nos ha contado el secreto. Un consejo para ella? Que lo cuente. Seguro que le sienta genial.
SI QUERÉIS CONOCERLA MÁS…
Será nuestra protagonista del ‘Quinto Desayuno Ligero #daelpaso’.
APÚNTATE en hola@clubdemalasmadres.com
I QUERÉIS CONOCERLA MÁS DESAYUNAMOS LIGERO CON ELLA…
Buenísima entrevista… la amigdala esa ayer me explotó y le di un cachete a la buenahija, todavia me arrepiento pero para compensar luego me volqué mogollón con ella…ains, no os parece que las dos palabras que más repetís son “venga, vamos”…??? en lugar de otras que dice Laura…
Yo con dos niños me estoy volviendo loca, eso de respirar y darme unos minutos creo que lo voy a tener que poner en práctica, pero no se cómo poder hacerlo por ejemplo en el metro, cuando el cachorro después de repetirle ¡no te muevas, espera un momento!, sale corriendo nomás le suelto la mano para pagar el boleto.
Necesito que me extirpen la amígdala esa.
Jajajaja…lo que me he reído con tu comentario. Me apunto. Que nos hagan un 2 x 1 🙂