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Cuando los hijos crecen y dejo de tener un lugar

Cuando los hijos crecen y dejo de tener un lugar

Nos contaba una Malamadre que se sentía fuera de lugar ahora que los buenoshijos habían crecido y eran más independientes. Sentía que todo su tiempo lo ocupaban ellos y que ahora quería retomar sus gustos, aficiones pero se encontraba absolutamente perdida. Nos pidió que Leonor Cabrera escribiera un post sobre es tema que pudiera sacarla de esta situación. Y hoy, nuestra colaboradora y coach ha preparado este interesante post. ¡No os lo perdáis!

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* Podéis seguirla en FacebookTwitter y en su BLOG.

Criar a los hijos implica mucha dedicación. Implica dedicarle muchas horas, mucho tiempo y mucho esfuerzo. Llegan a ser casi  una prolongación de ti misma y que ellos crezcan puede llegar a convertirse en un problema porque tú te quedas sin lugar.

Este es el caso que nos planteaba una malamadre que está viendo como sus buenoshijos crecen, cada vez están más desapegados de ella y el resultado es que no sabe muy bien cómo volver a encontrar su lugar tras la crianza.

¿Cómo hacerlo? ¿Cómo volver a encontrar tu sitio?

Lo primero teniendo claro que tú no eres tus hijos. Aunque durante algunos años los hayas sentido como una prolongación de ti misma, a medida que ellos ganan independencia tu presencia ya no es tan necesaria como lo era cuando eran pequeños. Lo más probable es que ellos vayan ganando en autonomía y tú en tiempo libre. ¡Bienvenido sea! Además, ten claro que cuando sea necesario, tú vas a estar ahí para atenderlos y para cuidarlos.

Eso sí, ojo Malasmadres protectoras, no eres imprescindible. Hay muchos momentos de la vida en la que pensamos que somos imprescindibles para los otros y hacemos que nuestra vida gire alrededor de eso para lo que nos consideramos imprescindibles.

Es habitual que suceda con los buenoshijos. A mí me pasa con mi empresa, Viventi. He de confesar que en muchas ocasiones siento que yo soy imprescindible para que funcione. El alivio llega cuando no estoy en ella y, mira tú por dónde, todo sigue funcionando a la perfección. Es más, a veces incluso funciona mejor que cuando yo estoy.

Confiar en que, cuando llega cierta edad, los buenoshijos tiene recursos para prepararse el desayuno o para realizar cierta tarea por su cuenta es una manera de dejarlos crecer y de comenzar esa fase de desapego que se da en toda crianza. El problema de muchas Malasmadres es que el darse cuenta de que no son imprescindibles puede suponer un fuerte puñetazo a la identidad que se han montado durante los años de crianza.

Porque, ¿tu identidad va ligada al hecho de ser madre?

Hay madres que convierten el hecho de estar criando a sus hijos en una seña de identidad. Si les preguntas quienes son, te dicen “soy madre de dos hijos”. Está claro que el ser madre es una parte de ti, pero no eres tú. Tú eres más que el ser madre y tener uno, dos o tres hijos.

Recuperar tu identidad, quién eres tú sin tus hijos es un paso muy importante para vivir esa fase con relativa tranquilidad. Porque si tienes claro quien eres sin ellos, será más difícil que dejes de tener un lugar cuando creces y comienzan a desapegarse de ti. Así que reflexionar un poquito sobre ti misma puede ser algo muy jugoso justo en ese momento.

Y dentro de esa reflexión te invito a que te plantees qué te gusta en la vida, con qué vibras y qué te hace sentir viva. Es posible que durante muchos años no hayas tenido tiempo para dedicarle a eso que te gusta tanto y que tan feliz te hace. Es posible que esas aficiones las hayas dejado de lado. También es posible que quieras hacer algo nuevo, diferente, quizás éste sea el momento.

Ahora tienes la posibilidad de tener tiempo para ti con mayúsculas. ¿Qué tal si la aprovechas para expresar quién eres y darle espacio a lo que te gusta y te apasiona?

¿Qué problemas te estás encontrando a medida que crecen tus buenoshijos? ¿Cómo lo estás haciendo tú para encontrar tu lugar? Me encantaría que nos dejaras tu testimonio ahí abajo, en los comentarios.

Antes de irnos…

¿Quieres ahondar más en los temas que nos trae Leonor?

No te pierdas el canal de youtube de Viventi donde trabaja nuestra colaboradora y coach. Encontrarás temas tan interesantes como el que compartimos hoy con vosotras.

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Han comentado...

  1. Que alivio me ha dado encontrar este post y los comentarios de tantas mujeres, tan diferentes y a la vez tan parecidos. Yo como una de estas bellas mujeres también he vivido mendigando amor desde pequeña, y el haber tenido 2 hijas ha sido lo más maravilloso que me ha sucedido en la vida, he sido tan feliz cuidando de ellas , dando y recibiendo tanto amor , que ahora que ya se marchan a estudiar fuera de casa siento que me hundo, que nada más vale la pena vivir. Soy divorciada, emigrante y autónoma , todas la papeletas para sentirme sola !! Y buscaba consejo y lo he encontrado en muchas de las frases que he leído, muchas gracias , ahora se que debo retomar mi camino , ese que deje aparcado cuando fui madre , es difícil porque lo he olvidado por completo pero veo ahora que se puede y que hay luz al final del túnel, gracias a todas.

  2. Hola !
    Gracias por compartir consejos y experiencias como madres me reconfortan en este día al leer que no estoy sola que es una etapa de la vida.
    Mi niñez y juventud estuvieron marcadas por abandono y soledad como resultado aprendí a mendigar amor. A mis 25 y 28 años ya era mamá, pensé que ser mamá era lo mejor que me había pasado en la vida , porque es vez de mendigar amor, podía sembrarlo en la vida de 2 personitas que estaba conociendo.
    Ha mis 46 años y con 2 buenas hijas ( 21 y 18 años ) he tratado de aceptar el hecho de que el trabajo que hice en ellas algún día lo voy a ver florecer y dar frutos, mi esperanza es que ellas sean mujeres virtuosas y cariñosas , he visto como en su adolescencia ellas se alejaron de mí y lo que más me ha dolido es su constante rechazo a todo lo que diga o haga que tenga que ver con ellas, me he culpado muchas veces creyendo que de lo que tanto estaba orgullosa era tan sólo una fantasía; pero bueno, me vuelvo a levantar y pienso que estoy viviendo días como el agricultor que siembra y tiene que esperar a que llegue el tiempo de la cosecha.
    Como mujer he experimentado retornar a trabajar en una oficina , pero descubrí que me gusta más trabajar con niños , porque con ellos todos los días son diferentes , sus sonrisas y ocurrencias alegran mi día , así que soy niñera he tenido en mi casa al cuidado más de 5 niños y ahora estoy en exclusiva con un bebé de 3 meses únicamente, decidí cuidarlo en su casa para cambiar la rutina y caminar 3 kilómetros de lunes a viernes para mantenerme en forma, además de caminar me gusta escuchar a las personas, leer buenos libros , bailar , comer rica comida saludable, me gusta el mar y la arena , no tengo problema con caminar debajo de la lluvia sin una sombrilla , mojarme el pelo me hace sentir la libertad que muchas personas se oponen cuando se ocultan debajo de un pequeño techo para no mojarse y me ven asombrados cuando paso con mi capa roja y mis rizos mojados .
    Ayer murió mi papá , a pesar de que nunca viví con él , en mi juventud lo buscaba para que comiéramos juntos cada 15 días , él fue siempre un hombre machista y nunca quiso ser papá, siempre pensé que a pesar de que aprendí a mendigarle compañía , nunca lo había necesitado como papá, porque él así lo había decidido en su vida, gracias a Dios lo pude perdonar desde hace ya mucho tiempo y ayer en su entierro tuve paz , claro esperaba que por parte de mis hijas iba a tener acompañamiento pero me equivoqué , aún no es el tiempo, sé que les he demostrado que soy una mujer fuerte y que comprendo que la vida y la muerte están entrelazadas , que lo entiendo y lo acepto.
    Mi hermano mayor murió hace 1 año de cancer terminal, a pesar de que nuestra relación era distante tuve la oportunidad de cuidarlo antes de que muriera , lo que me entrelazó con mis sobrinos y esposa.

    Hoy entiendo que la etiqueta que me he puesto de mujer fuerte muchas veces me hace llorar en mi soledad, ya que espero muestras de cariño por parte de mi familia ( hijas y esposo ) y lo que recibo es tan solo silencio .

  3. Es un tema de mucha cobertura, cuando se tiene una hija que apenas cumplió los veinte se busco pareja y viene a casa cuando quiere, y la otra hija con un trabajo de enfermera que te puso a cuidar el nieto ausente de padre, y ser neurodiabetica y a pesar de eso brindarles el respaldo que aún necesitan, no hay tiempo ni espacio para una

  4. Y si no quieres dejar de ser eso… La madre a la que necesitan? Mi problema es que me hundo pensando que llegaran a ser independientes y no me necesitaran.

    1. A mi me pasa exactamente lo mismo. Es un dolor muy fuerte el que me produce pensarlo y siento que soy una egoísta, pero no puedo dejar de sentirlo

  5. Buenas!!! Como me gusta lo que nos cuentas, Leonor. en mi caso tengo dos hijas una se ha marchado este año a estudiar fuera de España y de repente me he encontrado con una familia de tres ufff los primero días!!! y yo soy una mala malisima madre siempre las he vigilado de lejos y dejando su espacio, aun así difícil, pero ahora me he dado cuenta que “tu no eres tus hijos” y eso es muy bueno para ellas y para mi. Muchas gracias!!

  6. Yo soy Verónica, Vero, tengo dos hijos increíbles de 8 y 15 años y si bien cuando eran pequeños todo eran ellos y en un momento solo era que la mamá de …. , en cuanto me dí cuenta que me estaba perdiendo hice todo lo posible por recuperarme, por ser Vero otra vez, por recuperar un rato para mi, para ir al gimnasia, para tomarme un café con mis amigas, para leer, en fin todas esas cosas que había perdido. Hoy por hoy, soy yo Vero, mamá de dos hijos, trabajadora fuera y dentro del hogar, esposa, amiga, y sobretodo mujer. Es genial recuperar ese espacio, confiar en lo que inculcas a tus hijos, ver que pueden arreglarse muchas veces solos, pero que cuando la cosa se complica enseguida buscan a mamá o a papá para que los ayuden. A veces me siento muy mala madre porque no sé que deberes tiene la buena hija o como se llama el tutor del buen hijo, pero entiendo que esa es su responsabilidad y ellos tiene que asumir sus obligaciones y encontrar soluciones, sabiendo que mamá siempre estará allí si la necesitan.

  7. A mi tambien me encanta la frase: “tu no eres tus hijos”. La verdad es que desde que nacen te absorven tanto que no sabes ni quien eres y tienes que luchar muchisimo para salir a flote y no olvidarte de ti misma. Yo no suelo quejarme mucho porque se que pasara como tu dices y que un dia tendré todo el tiempo del mundo para mi de nuevo y echare de menos a mi pequeña intensa que no duerme y me demanda tooodo el dia ( aunque ahora me parece imposible). Gracias a tu post voy a intentar con mas fuerza vivir mi vida y no una vida a través de mi hija, soy mama pero muchas otras cosas mas. Lo necesito y lo que es bueno para mi sera bueno para mi hija también. Mama feliz= bebe feliz

  8. Es bonito el post y te hace reflexionar, pero espero no ser la unica a la que le pasa porque yo ya no se quien soy ni para que puedo servir despues de ser madre.
    Tengo un trabajo que me gusta pero que exige tanto que ya no tengo ganas de dar mas, asi que pienso que me despidiran algun dia y seguramente ese dia coincidira con la mayor autonomia de mis pequeños. Y fuera de ahi no hay mucho mas, no hay grandes amistades, porque se han quedado por el camino por falta de tiempo y sueño (Que envidia me dais cuando “malamadreais”!)y no hay hobbies porque tampoco hay tiempo para ellos. Realizarse como persona requiere tiempo y el tiempo es dinero y lamentablemente no todos tenemos suficiente dinero.

    Parece negativo pero soy feliz, aunque no niego que me preocupe. Espero me pille todo con buena forma fisica y mental para poder afrontarlo

    Gracias por la preparacion previa.

  9. Muy interesante el post. Llegué a la maternidad a la edad en que debería comenzar a abandonarla, si es que ese momento llega algún día, con muchas cosas vividas ya y con ansias de dedicarme en cuerpo y alma y…confieso que ahora mismo, más allá de la madre del moreno y del rubio, no sé quién soy…no lo había pensado y resulta inquietante, cuando menos. Me encanta el post, ya digo.

  10. Muchas gracias Leonor por abordar este tema, me hace mucha ilusión contar con vuestros consejos para ir superando esta etapa. Me han servido mucho los consejos y las aportaciones sobre cómo miramos y percibimos a nuestros hijos y la crianza. Me ha encantado la frase “tu no eres tus hijos” es muy clara y precisa! A partir de ahí, ese desapego es ese caminar por el que día a día según se hacen independientes nos permite ir saliendo de nuestra coraza de “primero madre” para mirar nuevamente a quien soy yo en este momento y qué quiero hacer ahora. Es maravilloso haber compartido estos años de cercanía con los niños y también es maravilloso ver que crecen y se hacen independiente, y que no solo han crecido ellos, sino que nosotras y nosotros como padres y personas también sufrimos una metamorfosis importante en el camino. Ahora toca sentirnos cómodas en nuestro cuerpo y mente y echar una dosis de ingenio, y de ganas para encontrar en estos momentos nuestra identidad y nuestra fuerza interior, como tu dices y seguir reencajando piezas y ocupando nuevos roles en cuanto a nuestras vidas y en las vidas de nuestros hijos. Espero que esta reflexión sirva para muchas otras madres que estén pasando por este momento vital.
    gracias Malasmadres y besos. Belén

  11. Buenas,
    interesante tema, la verdad es que ahora mismo con los dos pequeños he hecho una reflexión y costaría, pero conforme vayan creciendo es un sentimiento que tendrá que ir aflorando para ir recuperando cada uno su tiempo y actividades, y ellos su autonomía. A no ser que quieras convertirlos en tiranos y tus en sus esclavos… es ley de vida, como la naturaleza, cuando puedan volar solos, hay que dejarlos, los padres siempre estaremos ahí para lo que necesiten, pero tenemos que tener en cuenta que ese momento llegará.

    Besos!

    Anabel

  12. Pienso que es muy importante tener un ratito para ti y no olvidarte que ser madre sólo es una faceta de tu vida
    Yo tengo dos hijas muy intensas,una de cuatro años y otra a punto de hacer dos y no he dejado de dedicar tiempo a mis proyectos, eso si, con mucha organización y trabajando en equipo con el buen padre. No es fácil y no carece de sacrificio pero, creo que merece la pena. Yo al menos siento que soy más cosas que madre, aunque mis hijas son superimpotantes.

  13. En mi caso ,al hecho de que los 2 buenoshijos estén empezando a ganar autonomía se une las ganas de empezar un proyecto propio,el descubrir que soy altas capacidades (quien lo diría ,a mis 43…),la búsqueda interior…es un momento único en mi vida que por momentos se hace aterrador. Es un punto de inflexion difícil también por el momento socioeconómico que vivimos como mujeres, así que SI: TODA AYUDA TUYA SERÁ BIENVENIDA!!

  14. Los míos son pequeños todavía y ademås estoy embarazada… Pero cierto es que mi identidad lucha por salir a la liz a ratitos a pesar de la crianza! Una eterna lucha, diría yo 😉 Eso sí, muy identificada con lo de no ser imprescindible… Así que, aunque disfrutando mucho de la crianza (cn sus momentos de agobio, claro estå)) pero a la vez con ganas de que crezcan para darle un poco más de riensa suelta a mi identidad, jejeje.

  15. A mi me pasa al revés, cuando nació mi hijo llevé muy mal la pérdida de identidad que supuso, yo soy una persona muy independiente y tener un bebé tan demandante que apenas dormía y necesitaba atención constante fue duro. Ahora tiene 3 años y empiezo a ver la luz y retomar poco a poco mi vida, aficiones, etc. Soy consciente de que cuando llegue la adolescencia y no quiera ni verme echaré de menos llevarle todo el día agarrado a mi pierna y por eso intento “disfrutar” de su intensidad. Todo pasa.

  16. A mí me quedan varios años aún para la libertad, y dejar el control de la vida del buenhijo en sus manos. Es cierto que cuando le pierdo de vista por unos días hecho de menos el “satélite”, pero, como comento con una amiga en la misma situación, la edad madura nos pillará con muchas ganas de hacer todo lo que ahora no podemos. Y ciertamente, lo más difícil será no saber qué hace o dónde está exactamente, más que no saber qué hacer yo o dónde estar. Espero que el síndrome del nido vacío me pille con energía y salud, que hay vida después de los buenoshijos.

  17. En mi caso no ha supuesto pérdida de identidad sino todo lo contrario. El hecho de que tengan mayor autonomía me está brindando la oportunidad de disponer del tiempo necesario para dedicarme a escribir (aunque sea tan solo a nivel personal) , leer, retomar amistades, hacer deporte y probar cosas que despertaban mi curiosidad desde hace mucho.

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