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Hogar es donde está tu corazón

Hogar es donde está tu corazón

No soy malamadre expatriada, pero si una malamadre que hizo la maleta un día para irse a vivir a más de 500 kilómetros, dejando atrás mi ciudad, donde nací y a familia y amigos. Volver a casa me ronda la cabeza, me haría muy feliz por supuesto pero también pienso que de regresar algún día tendría que adaptarme nuevamente a la ciudad que habrá cambiado al igual que lo he hecho yo. De cómo afrontar la vuelta a casa nos habla hoy nuestra colaboradora Anna Fargas.

Malasmadres-Anna-Fargas

*Podéis seguirla en @annafargas

¡Qué ganas tenía de volver por aquí! Escribir estas líneas me hace reconectar con mi vida de expatriada y me hace especial ilusión. De alguna manera aquí empezó todo y, ahora, no puedo evitar sentir un pelín de nostalgia.

El post de hoy va sobre la temida o deseada “vuelta a casa”. Seguro que estarás de acuerdo conmigo en que, cuando estás expatriada te sorprendes a menudo fantaseando sobre tu vuelta, la vuelta. Yo ya sabéis de sobra que en París tuve una experiencia maravillosa y que, aunque hubo momentos muy duros, en general no puedo dejar de agradecer al universo por darme la oportunidad de vivir tal experiencia.

Pero vamos a lo que vamos. En uno de mis últimos post recuerdo que una chica sugirió que hablase sobre este tema. Pues bien, después de 6 meses de vuelta, me parece que ya estoy en condiciones para contaros como me las he apañado en esta nueva aventurilla.

Reconozco que cuando al principio de todo surgió la opción de volver, tuvimos un bajón inmenso. Con mi marido nos habíamos hecho a la idea de que iríamos de expatriados por el mundo e incluso yo decidí enfocar mi proyecto profesional en esa línea. Pero mira, todo pasa por algo y tardamos tantos meses en saber del nuevo destino que, al final, fuimos nosotros los que, de alguna manera, tomamos la decisión de volver.

Creo que ya os he dicho alguna vez que yo me siento tranquila cuando tengo la situación “bajo control”. Por lo que tenía claro que no quería que me cogiese un ataque de nervios. Sabía que podía contar con mis recursos, por lo que me puse manos a la obra, con toda la antelación que pude.

La vuelta a casa es un momento formado por diferentes etapas: la previa, la mudanza y la adaptación al nuevo sitio ya conocido. 

Para mi la primera fase era la más importante, pues al fin y al cabo, es la que te haría “disfrutar” del resto. En esta fase hice una lista de prioridades entre las que estaban el colegio de mi hija, buscar piso, campus de verano y hacer una exhaustiva limpieza para facilitar la mudanza. Me centré, sobre todo, en estas cuatro tareas y me esforcé mucho por mantenerme centrada. Intentaba mantener a raya cualquier pensamiento negativo para evitar caer en el estrés y perder el control de la situación. Hice un plan y lo seguí a rajatabla.

Vine tres días a buscar piso y sabía que no iba a conseguir el piso de mis sueños por lo que el listón lo tenía bajo (así evitaba frustraciones). Pasó un milagro y encontré un piso que nos encanta.

Después me centré en vaciar el piso. Empezamos a vender todo aquello de Chloe que pensamos que no necesitaríamos y alguna cosa más que habíamos adquirido allí. Seguí con la ropa, mudarte es el mejor momento para hacer balance de aquello que realmente necesitamos.

Estuve tres semanas haciendo bolsas, ¡parece mentira todo lo que se llega a acumular en tan sólo tres años! Con la operación limpieza terminada, dejar París fue relativamente fácil, pues se ocuparon de empaquetar todo los de la mudanza. Yo sólo iba viendo como el hogar que habíamos compartido durante un tiempo tan importante para nosotros, se llenaba de cajas y más cajas. Todo fue muy rápido y no tuve mucho tiempo para ponerme nostálgica, aunque reconozco que no soy de lágrima fácil.

Y así, sin darme cuenta estaba en un avión con mi hija camino a Barcelona, cerrando la etapa más importante de mi vida (de momento).

La tercera fase fue ya en Barcelona. Recuerdo que los muebles llegaban un jueves, el viernes por la noche llegaba mi marido y el lunes empezaba a trabajar en la nueva empresa y Chloe el campus de verano, por lo que el domingo teníamos que estar instalados sí o sí. No os imagináis el palizón que me pegué, pues no es lo mismo vaciar la casa que llenarla de nuevo. Encima mi marido se puso enfermo por lo que me lo comí yo solita. El hacer limpieza facilitó la tarea pero una vez aquí me di cuenta que tendría que haber sido más exhaustiva, así que mientras abría cajas hice una segunda fase de limpieza.

Ese fin de semana terminé agotada. Tenía muchas ganas de terminar y eso me daba fuerzas pero había momentos en los que sólo veía cajas y cajas. Ya sabes que dicen; nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción. Por lo que después me sentí muy orgullosa de haberlo hecho sola.

Bueno, pues hasta aquí la parte más formal. Sin darnos cuenta, en un abrir y cerrar de ojos, habíamos empezado nuestra nueva vida. Pero eso, más o menos, creo que ya se sabe. Lo importante es el adaptarse a tu nueva vida.

¿Qué hay de la vida que dejaste tiempo atrás?, ¿qué hay de tu entorno y tus amigos más cercanos?

Pues evidentemente esa vida ya no existe. Yo sigo con una vida muy parecida a la que tenía cuando vivía en París y del mismo modo que yo no tengo la costumbre de levantar el teléfono para encontrarme entre semana con mis amigas, ellas tampoco. No es nada que se tenga que echar en cara, es que pienso que son cosas que tienen que ver con los hábitos y es inevitable que las cosas no sigan como las dejaste.

En mi caso, en París había conseguido un día a día que me llenaba mucho y, mi miedo era perder mi independencia. Yo soy una persona que disfruto de momentos en soledad y a veces me agobia el tener mucha vida social. Al final, en esencia, ha cambiado poco más que el ambiente y la ciudad. Ahora tenemos la suerte de tener la familia más cerca pero eso no significa que a algunos de ellos los veamos mucho más a menudo. Supongo que es cuestión de encontrar el equilibrio.

Soy consciente de que a muchas les entristece darse cuenta de que “han perdido” lo que tenían y les cuesta un poco resituarse en la nueva situación. Yo pienso que en la vida no se pierde nada y que todo son momentos. Siento que cuando me fui también era otra persona y volver como si fuese la misma, me parece absurdo.

Creo que la clave del éxito reside en saber aprovechar las oportunidades que te brinda cada momentos de tu vida y que si hay algo que no te gusta mires qué puedes hacer para que las cosas mejoren. Ante una situación que nos desagrada siempre hay algo en nuestras manos que podemos hacer para que esta situación sea mejor.

También tengo que ser sincera en que aún no me siento 100% situada. Precisamente hoy se lo comentaba a una amiga, que aún me cuesta hacerme con la idea de que tengo a mis amigos aquí, disponibles. Así visto de fuera parece un poco absurdo pero a mi me está costando un poco.

Y por otro lado, reconozco que echo de menos París. Es verdad que llovía casi cada día, que el cielo era gris y que los franceses son un poco estirados, pero nosotros fuimos muy felices allí y nadie puede negar que la ciudad es maravillosa. Incluso mi hija Chloe muchas veces me dice: -Mamá, ¿cuándo volveremos a París? Y yo suspiro profundamente y pienso que… Siempre nos quedará París.

Como ya sabéis, me fui con una profesión y volví con otra, por lo que también ha tocado resituarse. Al principio, con tanta movida, me plantee volver a la Publicidad y desaparecer 8 horas de casa. Ya sabes que el tema de conciliar, más bien complicadillo. Con todo el follón de la mudanza y la niña me costaba mucho encontrar tiempo para trabajar y me costaba organizarme, pero por suerte, pasó el verano, empezó el colegio y sigo aquí, cumpliendo mi sueño de ayudar a otras personas a descubrir los suyos y cumplirlos.

Si algo he aprendido gracias a mi profesión y los 3 años que pasé en París es la importancia que tiene conocerse a uno mismo. Si yo no hubiese pasado por este tiempo de interiorización, ahora no sería capaz de tomar decisiones con el corazón, decisiones que muchos no entenderán pero que son las mías, decisiones que hacen que cada día me sienta agradecida por poder vivir la vida que siempre he deseado en silencio.

¿Y tú?, ¿sientes que vives la vida que deseas? Como dice Gandhi, la felicidad sucede cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía. Y yo, antes de ir a París, no sabía lo que pensaba, predicaba un discurso inculcado por la sociedad y tomaba decisiones que para nada me acercaban a mi felicidad. ¿Pero cómo iba a ser feliz si no tenía ni idea de lo que quería en mi vida?

Por primera vez en mi vida, puedo decir que soy consciente de lo que hago y por qué lo hago.

Me despido con una frase que me llamó la atención de Antonio Banderas que he customizado para mi: “Cuando me fui a París me subí en un tren del que todavía no he bajado”. Y es que muchas veces el lugar en el que vivimos es lo de menos, lo importante es que vivas la vida que desees y eso, si lo tienes claro, puedes hacerlo en casi cualquier lugar del mundo.

Deseo que pases una Feliz Navidad y que aproveches para cerrar el 2015 reconociéndote todo aquello de lo que te sientas orgullosa. Prepara el 2016 con ilusión, y tú malamadre expatriada, ¿estás viviendo la vida que deseas? Si no es así, ¿qué podrías hacer para mejorarla?

Mis mejores deseos para estos días y el nuevo año ¡Mucha suerte!

Pd. ¿De qué te apetece que hable en mis próximos post? ¡Estaré encantada de responder a tus preguntas!

Y antes de irnos os recordamos dos cositas navideñas importantes: 
  1. PULSERA DE REGALO navideño en todos vuestros pedidos. Corre que la promoción termina esta noche y estamos preparando todos vuestros paquetitos para que salgan volando y os lleguen muy rápido, antes de fin de año. Yeahhhh! Promoción válida para todos los pedidos de España en soymalamadre.com
  2. HORARIO DE LA MALASMADRESHOUSE estos días. ¿Queréis conocer la Malasmadres House? ¿Queréis autorregalaros una agenda, una camiseta golden o una pulsera de malamadre? ¿Queréis que os firme el libro? ¿Queréis darme un achuchón? jaja Hoy y mañana estaré en la #MalasmadresHouse en el horario que indico en la foto. Así que os espero por allí. Yeahhh! * La Malasmadres House está en General Perón 38-40 en Moda Shopping (al lado de Mallorca Pastelería​).

Han comentado...

  1. Tu post me ha caído como anillo al dedo, después de 6 años fuera, acabamos de regresar y la readaptación está siendo más complicada de lo que imaginaba. Gracias por compartir tu experiencia.

  2. Me ha encantado leer tu post Anna : ) Yo vivo en Austin, Texas desde hace tres años y aquí hemos tenido a nuestros dos hijos (imagínate la aventura a 8000kms de la familia!) Con ganas de volver a España y estar cerca de los nuestros no puedo evitar pensar en cómo nos adaptaremos alli después de todos los cambios ue hemos vivido desde que aterrizamos aquí! Gracias por compartir tu experiencia. Saludos

  3. Me ha encantado leer tu post Anna : ) Yo vivo en Austin, Texas desde hace tres años y aquí hemos tenido a nuestros dos hijos (imagínate la aventura a 8000kms de la familia!) Con ganas de volver a España y estar cerca de los nuestros no puedo evitar pensar en cómo nos adaptaremos alli después de todos los cambios ue hemos vivido desde que aterrizamos aquí! Gracias por compartir tu experiencia. Saludos

  4. Nosotros vivimos 3 años en Italia, una experiencia fantástica y que exprimimos a tope. Hemos cambiado sin duda pues estar fuera de casa te hace abrirte a nuevas y distintas experiencias y a tu regreso todo eso que llevas en tu maleta te hace ser y sentir diferente. No se si volveremos a tener otra oportunidad igual pero, sin duda, diría siiiii…

    1. ¡Hola Laura!

      La verdad es que si volviese a tener la oportunidad de ir fuera repetiría sin dudarlo ni un segundo! Creo que la experiencia de estar en un país nuevo compensa cualquier momento difícil… lo que no te mata te hace más fuerte 😉

      Un abrazo y feliz año!
      Anna

  5. Yo me encuentro preparando la vuelta para dentro de 6 meses, con todo lo que ello significa…muchas cosas en las que pensar y muchas emociones que saber gestionar. Para más inri, vuelvo separada con mis dos buenahijas…En fin, muchos cambios, muchas oportunidades nuevas. Así me lo tomo yo. No pretendo recuperar la vida que llevaba antes de irme, prefiero llevar una vida nueva, por que yo ya no soy la misma que se fué. Siempre con pensamiento positivo!
    Un saludo Malasmadres!

    1. ¡Hola María!

      Estoy totalmente de acuerdo contigo y te deseo muchísima suerte en esta nueva etapa que estará cargada de cosas buenas

      ¡Un abrazo enorme y feliz año!
      Anna

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