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¡Hola vacaciones, adiós estrés…!

¡Hola vacaciones, adiós estrés…!

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Las vacaciones de verano se acercan peligrosamente, por suerte. Mientras tachamos los días en el calendario soñando con la idea de que llegue agosto, vamos pensando en lo fabulosos que serán estos días de asueto. A priori, la imaginación nos sitúa en una hamaca, tumbada y leyendo un revistón de los que no hueles desde que fuiste madre. Ya no hablo de libros porque leer y enterarte de más de dos líneas lo veo tarea imposible en estos momentos de mi vida. La razón, buenhijo de 3 años con ganas de explorar, es la edad.

Corremos el peligro de que el ansiado descanso se convierta en cansancio extremo sino sabemos gestionar bien la situación. Todos de vacaciones y conviviendo juntitos a todas horas puede convertirse en una bomba de relojería, al menos en mi caso. Niño en proceso de asilvestramiento, buenasprimas cerca y buenosabuelos consistiendo a destajo es la receta perfecta para acabar de los nervios… O no porque para poder tomarnos con calma este tiempo de vacaciones y sacar lo mejor de él hemos contado con la ayuda de Carmen Gómez, coach y hermana de nuestra colaboradora y sexóloga Arancha Gómez. ¡Cuánto saben estas chicas!

El eustrés vs el distrés por Carmen Gómez

Cuando pienso en las vacaciones… Se me empieza a poner cara de tonta pensando en una toalla extendida en la arena, con un mojito al lado y una playa paradisiaca…. Y de repente me acuerdo que soy madre de dos buenoshijos y entonces el mojito se transforma en dos botellas de agua con pitorro, mi toalla tan bien extendida y sin arena se convierte en algo parecido al arenero del parque y mirar el mar, con sus corrientes, hace que mi estrés se eleve como la espuma en una copa de champán.

El estrés se divide en dos partes: eustrés y distrés. El eustrés, para entendernos, es esa parte del estrés “que nos pone”, un ejemplo puede ser, para aquellas que les gusta la decoración, decidir hacer obra en casa. Empieza el proyecto haciendo un boceto y estamos a mil cosas, pero no nos importa, porque nos va a quedar de muerte. Pero llega un punto en que aparece el distrés, que es la parte mala del estrés, en nuestro ejemplo, es cuando ya llevamos un mes con el pintor de turno en casa, que no termina de quitar el gotelé, poner ese papel pintado tan cuqui y estamos hasta las narices, entonces llega el buenpadre y dice: “pues ya que no está puesto aún el papel pintado, qué te parece si metemos cableado nuevo para meter ese conector usb que mola mil“. Y tú sientes como tu estrés aumenta a la enésima potencia.

Es en ese momento, y no en otro, en el que notas como el proyecto ya te está empezando a tocar la moral, primero la reforma está durando más de lo que tu esperabas y segundo no te apetece poner ese cablecito que va a hacer que se retrase aun más. Entonces el eustrés que te hacía tan efectiva se ha tornado en distrés.

Llegado a este punto ¿qué hacemos?

Lo que yo os propongo es un método que os va a llevar unos 10 minutos más o menos.

  1. En primer lugar búscate un sitio tranquilo, esta opción, para mi voy a confesarlo, es el momento “me voy a fumar al patio”, mal hábito, lo reconozco.
  2. En segundo lugar, aceptar todo lo que está pasando: que estás agotada, que la obra no se acaba nunca, que el buenpadre quiere más, que los buenoshijos, a los que quieres con locura, te tienen hasta la peineta y que hay asuntos varios de trabajo. (nota: sé muy sincera contigo para disminuir al máximo tu estrés.
  3. El tercer paso es saber qué es lo que necesitas para disminuir el estrés y que ahora no tienes: descansar, acabar la obra sin que el buenpadre (y demás familiares voluntariosos) pidan más, que los buenoshijos se calmen y que en el trabajo las cosas vuelvan a su ser.
  4. Cuarto paso, tienes que tomar decisiones al respecto. Qué puedes hacer para descansar, que la obra acabe antes, que el buenpadre deje de pedir más, que los buenos hijos se calmen y que el trabajo vuelva a su cauce.
  5. Y por último, pasa a la acción y ponlas en marcha. Cuanto antes pases a la acción, antes bajará tu nivel de estrés.

El estrés sólo puede combatirse actuando o cambiando la forma de observar las situaciones. Yo hoy os he explicado cómo hacerlo pasando a la acción. Y tú ¿cómo actúas frente al distrés?

Antes de irnos…

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Han comentado...

  1. Hola,

    Yo me voy a la cocina, me siento con una taza de café y priorizo lo que hay que hacer…¡hago una lista! jajajaja me funciona, me centro y me relajo jijijiji

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