Soy Raquel, tengo 48 años y hace 10, recibí la peor noticia que creo que una persona puede recibir:
– Tienes cáncer de mama metastásico con afectación ósea y dudosa afectación hepática.
-¿¿¿ Yo ???, no puede ser, tengo dos niños pequeños – pensaba sin saber el alcance real de esas palabras.
Era una sentencia de muerte, y así me lo comunicaba la que hoy sigue siendo mi oncóloga, la mujer que decidió actuar rápido, solicitar a la gerencia del hospital la autorización de un tratamiento innovador, un tratamiento que a día de hoy me mantiene viva.
Esta etapa de mi vida que marcaría un antes y un después, comenzaba el 1 de abril de 2014, tenía un juicio, en los juzgados civiles, lo que antes llamábamos por su situación Juzgados de Capitán Haya, (Madrid). Yo era la abogada de la demandada, no puedo negar que estaba tremendamente nerviosa. Con mi toga puesta, esperando entrar a juicio con la clienta y con los nervios a flor de piel, notaba pequeños y punzantes dolores por toda la zona de la espalda y del esternón, -serán los nervios que junto con la esclerosis múltiple (que también tengo diagnosticada desde 2007), me están jugando una mala pasada – pensaba en la espera.
El diagnóstico
Pasaban los días, los meses y los dolores no se iban, al contrario se hacían cada vez más intensos. Llegué a ir al médico de cabecera que me mandó una radiografía de tórax y aparentemente todo estaba bien. En julio me tocaba nuevamente revisión ginecóloga, la anterior había sido en octubre. Ese día la pedí, puesto que por edad no me correspondía, que me mandase una mamografía, y tras mi insistencia me hizo el volante. La mamografía y la ecografía me la hicieron el 12 de septiembre de 2014, a los 5 días tenía el fatídico diagnóstico. Comenzaba así mi periplo por el hotelito ( jerga oncológica) cada 21 días por suerte, porque lo normal es como poco un par de visitillas por semana, bien por pruebas, operaciones varias, consultas médicas o ponerme el tratamiento en vena a parte del tratamiento diario oral.
Tengo una esclerosis múltiple muy buenina como la llamaba mi neuróloga, ya jubilada, ella lo decía por otros motivos, no me da mucha guerra, yo lo digo porque si no es por las resonancias craneales de control que me hacen, hoy no hubiera estado escribiendo esto. En marzo de 2017, me toca revisión de la esclerosis con su correspondiente resonancia, y me detectan una metástasis en el cerebelo izquierdo. Hay que intervenir de inmediato. Afortunadamente la operación agresiva, sumada a la radioterapia craneal dan sus frutos y mi cabeza respira aliviada, limpita hasta el día de hoy.
Convivo con múltiples metástasis óseas y una buenína esclerosis múltiple, y aún así, me siento muy afortunada de vivir ensanchando mi vida segundo a segundo. En estos 10 años de vida extra, he tenido momentos muy malos, malos, regulares, buenos, días de todos los tipos y colores, pero ell@s mi familia y mis amig@s no me han soltado de la mano en ningún momento.
Creo que no soy muy consciente del marronazo que tengo encima, o sí, es en mi subconsciente donde realmente sé lo que supone vivir con cáncer de mama metastásico. Vivo de momentos, mi retina lleva reteniendo imágenes 10 años, que con el chemobrain que tengo en algún sitio de mi cabeza reposan porque no me acuerdo de la mitad, pero ahí están.
#Dame5mas#, la campaña junto a Cris Contra el Cáncer
Soy una disfrutona de la vida, quiero vivirlo todo, hacer de todo, sentirlo todo, exprimirme y dar todo de mí para seguir viviendo, como lo logrado el mes pasado con el movimiento de firmas que formamos un grupo de pacientes de cáncer de mama metastásico, bajo el lema #essencillosintratamientonosmorimos, consiguiendo la aprobación de la financiación de dos tratamientos oncológicos potentes que dan VIDA, de lo cual me siento muy orgullosa. O una preciosa campaña junto a Cris contra el cáncer, #dame5mas# , 5 años más de vida por 5€, que gracias a la ayuda conjunta, ojalá hagamos realidad, porque sola no puedo, pero con ayuda de la sociedad de vosotr@s sí, confiamos que sea un éxito.
Reconocimiento en ‘Ellas Cuentan’
En septiembre del año pasado estaba escribiendo mi historia para ‘Ellas cuentan’ del Club de Malasmadres y los laboratorios CINFA, y el 25 de octubre recogía mi reconocimiento, rodeada de personas maravillosas. Tod@s los que me hicieron ganadora, no se imaginan que me dieron VIDA, nos dieron VIDA EXTRA a l@s enferm@s de cáncer de mama metastásico, doné el premio a la Asociación española de cáncer de mama metastásico para la INVESTIGACIÓN. Y hoy, vuelvo a seguir viviendo momentos preciosos, gracias a ellas, a ese club que me mantiene viva, soñando, riendo, al Club de Malasmadres. Y cuentan conmigo, esta vez escribiendo para su sección de “Ellas opinan”.
No dudé ni un segundo en decir que sí, cuando me hicieron el ofrecimiento. Una historia, mi testimonio de vida con el cáncer, que espero dé mucha esperanza y levante el ánimo a tod@s aquell@s pacientes que están pasando por un cáncer de mama. Que no, que no es un año malo como dicen, que el cáncer de mama no es rosa, no, que hay que transitar por ello para afirmar esas palabras, pero sí, dentro de la gama de colores, podemos ver unos dias unos y otros días otros, y seguro que saldrá el sol para ver la vida de un único color.
El color de la ESPERANZA QUE NUNCA SE TIENE QUE PERDER, aunque flaqueen las fuerzas hay que SEGUIR VIVIENDOPORQUE LA VIDA ES MUY BONITA COMO PARA VENDERSELA AL CÁNCER.