No veo el momento en que llegue el 3 de agosto, reencontrarme con las buenashijas y disfrutar por fin del verano. Pienso hacer una desconexión cerebral total, olvidarme de reloj y disfrutar a lo grande. Ha sido un año estupendo pero muy intenso y toca recargar la batería así que a esta desconexión le voy a unir los consejos que nos da hoy Alejandra Melús.
*Podéis seguir a Alejandra en Facebook, Twitter y en su BLOG.
Llegamos al verano deseosos de tiempo libre, de desconexión y cambio de rutina. Es necesario parar y recargar pilas, porque el curso se hace muy largo y merecemos un descanso que nos haga desconectar para poder conectar y re-conectar con aquello que es tan importante y nuestra base: la familia, los amigos y uno mismo.
Para hacerlo con éxito y volver con la pilas cargadas debemos ponernos ciertos “deberes” y ser capaces de cumplirlos, sin excepción ni excusa.
1. Quítate el reloj
No tenemos por qué olvidarnos de todas las rutinas, ni volvernos locos, si no lo deseamos, pero ser más flexibles que el resto del año seguro que nos proporciona grandes beneficios, tales como ver una puesta de sol en la playa, tomarse un helado paseando por la orilla del mar, reírse un buen rato en la cama antes de dormir o quedarse jugando a un juego de mesa hasta la hora que nos apetezca, pueden ser algunos pequeños placeres que marquen la diferencia.
3. Exigir y exigirnos menos. Menos es más.
Menos exigencia en lo prescindible y mayor tiempo para aquello que nos proporcione felicidad.
No somos mejores madres o padres por llevarlo todo al día y perfecto.
A veces pensamos que teniendo todo limpio, recogido, la compra hecha, el menú planificado, los deberes supervisados, a nuestros hijos e hijas impolutos, con todo planchado y perfecto, somos más felices, ellos y nosotros. Y aunque el bucle del día a día nos sumerja en una rueda a veces imparable, debemos saber poner límite y frenar a tiempo.
En vacaciones es necesario aprender a exigir y exigirnos menos. La perfección debemos dejarla en casa. Debe haber normas, limites y asignación de tareas, pero mayor permisividad en aquellas funciones que no son vitales para el día a día.
3. Poner el foco en lo que necesitamos
Llevamos todo el año hablando de las deseadas vacaciones, de lo que nos gustaría hacer cuando llegaran, de lo que necesitamos hacer para desconectar…
Toma las riendas de tu tiempo y haz lo que deseabas hacer desde hace meses. Es momento de re-conectar con uno mismo, con la familia, de dedicarse tiempo, dormir lo máximo posible, sentir, cambiar la rutina, escucharse más, porque para poder cuidar hay que cuidarse a una y uno mismo.
4. Compartir tiempo juntos nos enriquece a todos
El juego a veces es un punto complicado para algunas madres y padres. No a todos ni todas nos gusta jugar y dedicar tiempo al juego cada día.
Es importante que conozcamos nuestros límites y no forcemos algo que no fluye de manera natural, ya que el juego debe ser un momento de placer y de compartir con nuestras hijas e hijos.
Podemos dedicar tiempo a nuestros hijos e hijas de muchas otras maneras: con paseos al atardecer, juegos de playa, ratos de baños en la piscina, cuentos antes de dormir, tiempo de cosquillas, confidencias y conversación, contándoles qué hacíamos nosotros de pequeños en nuestros veranos, preparando la mesa o la comida o cualquier otro momento que nos haga compartir tiempo y conectar entre nosotros.
Se trata de compartir, tiempo, mirada, conversación, intereses y momentos que queden en nuestras memorias.
5. Párate a observar y escuchar
Observa, escucha y no hagas nada más. A veces eso es lo único que necesitan nuestras hijas e hijos.
Les abordamos con miles de preguntas, obligaciones, tareas y no escuchamos su “Yo”. No tenemos ese punto de escucha bien trabajado y solo queremos que entren en nuestra conversación, sin sumergirnos nosotros en la suya.
Párate a hablar solo de lo que él o ella te proponga, deja que inicie la conversación y habla de lo que te pregunte y sugiera, sin juicio ni prisa. Verás cuánto tiene tu hija o tu hijo que contarte. Observa cómo juega y qué hace cuando está inmerso en su juego; aprende a escuchar y conoce más a tus hijos e hijas.
Esos momentos de observación mientras juega, se divierte o realiza una actividad, pueden proporcionarte muchísima información sobre tu hijo e hija, y ayudarte a saber cómo conectar con él o ella.
6. Déjate llevar y llena su memoria de buenos recuerdos
Disfruta más y piensa menos. Quizás lo que más te apetezca sea tirarte por el tobogán con tu hijo o tu hija o dormir una noche en la hamaca de la terraza enseñándole las estrellas, comer en la arena, saltar las olas, ir cantando por la calle o tirarte a la piscina de bomba. No lo pienses mucho y hazlo.
Piensa en aquello que nos queda grabado en la retina, en lo que guardamos en la memoria para siempre.
7. Da ejemplo
Este es un clásico entre mis consejos. Sirve para todo. Pero aunque parezca mentira es el punto más efectivo para todo.
Los niños y las niñas son nuestro reflejo. Si queremos que sean felices, seamos felices. Si queremos que sean buenas personas, seamos buenas personas. Si queremos que sean optimistas, resolutivos, generosos, cariñosos o empáticos, ya sabemos lo que debemos hacer: dar ejemplo.
No podemos olvidarnos de los ojos que nos miran constantemente para imitarnos y aprender un buen ejemplo, por lo que debemos de serlo.
Y con estos 7 tips os deseo feliz verano y felices vacaciones. Haced de cada día uno único y especial.
Y tú, ¿vas a proponerte nuevos retos este verano en familia? Te esperamos en los comentarios.
Me ha encantado el post: está lleno de verdades que, por desgracia, no soy capaz de llevar a cabo. No lo digo con sarcasmo, lo.digo.con frustración. Mi problema soy yo, lo.sé: todo lo enumerado (la.teoría, vamos), me lo sé, pero por mi forma.de ser, de hacer las cosas y/o de enfrentarme al papelón de criar, no soy capaz de ponerlo en prácrica. Tengo dos hijos (uno de 7 y el otro de 3) y, aun siendo niños normales y sanos, todo con ellos.me.sobrepasa y me anula.como persona. De verdad que me gustaría hacer aunque fuera uno solo de los tips.de este artículo, pero no creo que pueda.
Este comentario es más un desahogo que una aportación al hilo del.post (y lo siento), pero me.ha pillado floja y lo he soltado.
Gracias por ofrecernos palabras, ideas y experiencias tan positivas y llenas de valor.
Bueno yo soy madre y tb abuela y cuando viene mi nieto k es dia si dia no. Pues no hago nada y todo el tuempo se lo dedico a el. Y soy muy feliz. Ademas lo he casi criado prque mi hijo y mi nuera trabajan los dos.
Qué alegría que disfrutes tanto del tiempo con tu nieto. Es una maravilla! Un abrazo
Me encanta leer artículos como este. Gracias.
Ayer quise dedicar toda la tarde a mi hija de 10 meses. Parece que es un imposible con el trabajo y los quehaceres diarios :/ y eso me entristece y preocupa. Así que me dije, a tomar por saco todo lo demás, mi hija es lo primero y mi dedicación y relación con ella lo más importante. Así que estuvimos jugando en casa primero, en su mantita con sus juguetes, y después de la siestecita y la merienda nos fuimos también con papá al parque. Con una colcha nos sentamos a la sombra, en el cesped y estuvimos jugando un rato largo. Luego al columpio otro rato y un paseito por el paqrue después. Es lo más reconfortente de la vida y necesario para nuestros pequeños.
Pasamos un tarde estupenda en familia y mi hija se durmió muy relajada y feliz anoche. Yo también.
Todos los días debería de poder ser así y voy a luchar por ello.
Qué bonito Marta. Cuánto me alegra leer tu plan de tarde de ayer, un fuerte abrazo.