No me quito de la cabeza las palabras de María y Amanda.
Sabía que no sería fácil entrevistarlas, pero también sabía que ese ratito con ellas sería un verdadero regalo, como lo está siendo este proyecto “Nacida para Luchar” que me unió para siempre a Fundación Aladina desde hace 3 años. Te une porque ya no hay manera de separarte de su misión, de la gran labor que hacen y de sus familias, que me han enseñado tanto.
>Laura junto a María y Teo a la izquierda, sostiene a Amanda, la buenahija de Amanda, su madre a la derecha.
La historia que hay detrás de las protagonistas
María y Teo
Teo, el pequeño de María, ha salido de la enfermedad, esta semana fue una gran semana para ellos porque el lunes le quitaron ya el “port-a-cathel dispositivo que lleva desde hace 3 años bajo la piel, para administrar la quimio, las transfusiones y hacer las extracciones de sangre”, tal y como nos contó en el post ‘Cuando la leucemia entra en casa’. Eso es un gran paso, eso te aleja de la enfermedad y te coloca en un nuevo tiempo y espacio. Una nueva etapa que para María está siendo más dura de lo que pensaba. Porque ella ha renunciado a todo por cuidar de Teo y ahora ya no sabe quién es. Tiene que reecontrarse, buscar su identidad como María.
Y esto me lo contaba con los ojos llenos de lágrimas. Me abracé a ella y le dije: “aquí estamos para ayudarte”. Y en ese momento me di cuenta de nuevo por qué ELLAS, las Malasmadres ‘Nacidas para Luchar’ eran las verdaderas protagonistas de esta campaña. Y quise quedarme con ella para siempre jamás, abrazadas cuidándola y diciéndole que lo iba a conseguir.
A María las ganas de seguir luchando se las ha dado Teo y su hermana, sin su amor ella no se explica cómo hubiera podido seguir adelante. Ella y Teo son dulzura. Se aprende tanto teniéndola al lado. Inevitablemente relativizas las cosas y todo te resulta más fácil.
Las dos Amandas
Amanda me llegó al corazón directo cuando hablaba de su madre, malagueña, que había dejado su ciudad y su casa para estar a su lado. Y ahí viví la increíble magia de las madres y de cómo, tengamos la edad que tengamos, siguen siendo nuestro pilar, nuestro hombro, nuestra fuerza. Se le llenaban los ojos de lágrimas, pero con una sonrisa.
Si algo aprendes de estas madres de niños y niñas con cáncer es a que cada paso cuenta, a que no lo han elegido pero van a superarlo. Ella decía que ha aprendido a vivir la vida cada día, a respirar entre suspiro y suspiro y mientras decía esto el tiempo se paró y no podía dejar de llorar.
Nuestras Malasmadres Nacidas para Luchar
Gracias María y Amanda…
Porque vosotras sois la verdadera razón de este proyecto, que nació un día cuando Aladina se cruzó en mi camino, cuando la historia de Marta Brule llegó y con ella una relación que espero nunca se acabe porque ellas, las Malasmadres ‘Nacida para Luchar’ nos han regalado mucho y poder ayudarlas de alguna manera hace que todo merezca la pena
Marta Brule, ‘Malamadre Nacida para Luchar 2019’
Para Marta ser protagonista de nuestra primera campaña Nacida para luchar supuso: “Ser parte de la primera campaña de Nacida para luchar a parte de un honor, supuso para mí, un antes y un después, conocer a Laura y a su equipo con esos grandes corazones solidarios produjeron un gran cambio en mi, sentí que todo lo vivido empezaba a tener sentido que efectivamente había nacido para luchar y sonreír, ¡esa era yo!”.
“Recibir el premio este año ha sido y es un gran orgullo, es representar a todas esas madres que luchan por la vida de sus hijos a pie de cama día a día, este premio no es personal, eres el corazón y la historia de muchas”, afirma Marta Brulé. “Ser la Malamadre ‘Nacida para luchar’ de 2019 es algo que llevaré conmigo siempre. ¡Es un honor! ¡Gracias Laura! Conocerte ha sido una de las mejores cosas que me han pasado, me hiciste creer en mí”.
Y ahora me siento tan orgullosa de verla, de disfrutar de ese cambio y de tener en mis manos su libro ‘Piedras en el bolsillo’, que solo de pensar que nuestro “Nacida para Luchar” ha ayudado un poquito a este cambio es maravilloso.
Todo lo recaudado lo destinaremos al ‘Programa de Ayuda Psicológica de la Fundación Aladina’
Todo lo que recaudemos con esta nueva campaña irá destinado al programa de apoyo psicológico de la Fundación Aladina, una labor fundamental para las familias que Paco Arango nos contaba en la entrevista que le realizamos el pasado lunes: “Las psicocooncólogas son indispensables en el cáncer infantil. Son lo que une a doctores, padres y pacientes. Es como si fuesen bomberos en mitad de un fuego” .
Cada año ofrece atención psicológica a una media de 500 menores, y familiares. El impacto emocional de un diagnóstico de cáncer, tanto para los pequeños, que no saben qué sucede, como para los familiares y hermanos, es un trance difícil de superar. El apoyo profesional se convierte en una pieza fundamental para ayudar a todos a conseguir las herramientas para salir adelante, para mantener las fuerzas y el ánimo alto ante una enfermedad que supone muchos meses de tratamiento, largas estancias en el hospital y grandes altibajos.
Aladina cuenta ya con cinco psicooncólogas, profesionales que ayudan a los niños a entender lo que sucede y a los padres a superar sus miedos. También prestan especial atención a los hermanos, que se ven apartados de su hermanos y padres sin llegar a entender bien por qué.
Para entenderlo mejor os dejamos con las palabras de Sara Barbas, psicooncóloga.