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Cómo aumentar la autoestima en 5 pasos

Cómo aumentar la autoestima en 5 pasos

Alta o baja autoestima. ¿Cuál es tu caso?

Cuando hablamos de autoestima hablamos de la percepción que tenemos hacia nosotras mismas, hacia nuestra manera de ser, de comportarnos y de estar en el mundo. Es una especie de evaluación interna que nos hacemos de forma continua y que puede acabar con un insuficiente, un aprobado o una nota más alta.

Si te paras a pensar un poquito sobre ti misma, ¿cómo te sueles evaluar?

¿Sueles ser crítica, meterte caña, ya sea con tu aspecto físico o con tu forma de ser, y decirte de forma continua lo mal que lo has hecho? O, por el contrario, ¿crees en lo que estás emprendiendo, en tus decisiones y en tu forma de ser y de estar en la vida, dando un margen al error?

Para tu tranquilidad he de decirte que lo habitual es que estas dos maneras de pensar se den la mano de forma continua a lo largo del día. Si observas tus pensamientos te darás cuenta cómo de forma constante te dan una de cal y una de arena. Un, por así decirlo, “olé” y un “vaya cagada que has hecho”.

Es posible que por la mañana te sientas mal, algo que se soluciona al llegar al trabajo y tomarte un café con esos compañeros con quienes te ríes y echas un buen rato, para pasar de nuevo a esos podríamos decir ‘pensamientos cañeros’ cuando te das cuenta de toda la pila de tareas inconclusas que tienes encima de la mesa. “Tengo que mejorar mi organización”, te puedes decir de forma interna. O incluso pensar un contundente y bastante más condenatorio “es que soy una vaga”.

La importancia de hablarnos a nosotras mismas

Las emociones que irán surgiendo a lo largo del día de estas experiencias, entre las que por supuesto se incluyen las relaciones con los otros y la forma de hablarte a ti misma, irán configurando un determinado estado de ánimo, de tono vital por así decirlo. Ese tono vital será más bajo o más elevado, dependiendo del filtro que le pongas a tus experiencias y, como te decía, de la forma de hablarte a ti misma.

Igual de jodido es el hablarte siempre mal, condenándote de forma interna y, por así decirlo, con un látigo en tus pensamientos azotándote de forma perenne, como el hablarte siempre bien, validando todo lo que haces y diciéndote lo buena que eres, porque aquí estarás rozando el narcisismo, ese que tanto impulsan redes sociales como Instagram en las que parece que tan sólo podemos mostrar lo bueno.

Para tu tranquilidad he de decirte que es casi imposible (igual hay por ahí alguna iluminada que lo logre) tener tan sólo pensamientos positivos. Lo habitual y normal es que esos pensamientos más fastidiosos se vayan colando en el día a día. De hecho, esos cuestionamientos internos son los que hacen posible que haya un aprendizaje y un progreso porque si siento que todo lo he hecho tan bien, ¿dónde queda el margen de mejora?

Dicho esto, de qué forma trabajar la autoestima. Te doy cinco pasos que puedes empezar a aplicar desde ya.

Cómo aumentar la autoestima en 5 pasos

  1. Cuando me llega alguien a sesión diciéndome que tiene un problema de baja autoestima lo primero que le pido es que concrete y que me diga exactamente en qué ámbito se siente con esa baja autoestima. Porque lo habitual es que usemos la expresión “baja autoestima” como un cajón de sastre en el que cabe todo y en el que metemos un estado de ánimo bajo, así que lo primero es concretar en qué concretos de mi vida siento que tengo baja autoestima. Porque estoy segura que hay terrenos en los que te sientes segura, decidida y resolutiva y en otros en los que te sientes insegura, con miedo y con las de perder. Si tienes un papel delante puedes por ejemplo marcar cuáles son esos momentos.
  2. Lo segundo es detectar cuáles son tus pensamientos. ¿Qué creencias sobre ti misma son las que aparecen y te llevan decir que tienes baja autoestima? “Eres torpe”, “vaya desastre que estás hecha”, “no tienes ni idea de cómo hacer las cosas”… Son algunas frases de esas en apariencia inconfesables que pueden aparecer en tu diálogo interno y que te harán sentir bastante mal.
  3. Para este tercer paso es necesario un plus de sinceridad, de auto observación y de ganas de bucear porque se trata de detectar de quién es esa frase que te dices y que te conecta con esa devaluación interna. Y me dirás: pues es mía. Sí, pero ¿de quién la aprendiste? ¿Quién te la dijo por primera vez? ¿Quién usó ese tono con el que tú te hablas para hablarte? ¿Quién te dijo por primera vez en la vida que eres un desastre, que eras torpe o que no tenías ni idea de cómo hacer las cosas? Lo habitual es que esas creencias provengan de la infancia y que se la compráramos a papá, a mamá, a algún abuelo o a alguna figura de referencia para nosotros, como algún profesor. Como madre que eres seguro que notas la diferencia entre decirle a tu hijo “eres torpe” o “ estás aprendiendo y puedes equivocarte”. Lo primero es un sello que se graba a fuego en el niño o niña, lo segundo es un permiso para explorar y para seguir su ritmo habitual de aprendizaje. Este paso es importante, porque darte cuenta de que esa creencia no es del todo tuya es vital para diferenciarte de la misma.
  4. Una vez que has detectado cuál es esa creencia que te está fastidiando y de dónde viene, el trabajo consiste en encontrar una creencia que pueda reemplazarla. Por así decirlo se trata de encontrar una creencia más amable que sea potenciadora en lugar de limitante. Como te decía antes, un ejemplo es poner la alerta en cuando te dices de nuevo “eres torpe” porque ya sabes que eso sólo sirve para hundirte. ¿Cómo te vendría bien hablarte? Pues diciéndote que “estás aprendiendo la mejor manera de hacerlo”. Se trata de entrenar sobre todo la observación sobre ti misma.
  5. Poner conciencia en tu día a día y preguntarte “¿qué estoy sintiendo?” cada vez que conectas con esa sensación de baja autoestima es otra manera de ir cambiando esas creencias. Porque lo habitual es que haya una emoción y de esa emoción surja una creencia que da contenido mental a la emoción, así que observar la emoción es una manera de empezar a diferenciarte de la creencia y empezar a entender que esa creencia no eres tú. Una vez que has observado la emoción y que la has catalogado como tristeza, rabia o asco, por ejemplo, puedes preguntarte qué es lo que ha causado en ti esa emoción. Te pongo un ejemplo: vas a recoger al buenhijo/a al colegio y, al estar hablando con otras familias que están esperando, te surge la creencia “es que no sé criar a mi hijo”. Lo que te pido es que vayas un paso atrás y observes qué emoción es la que te ha surgido hasta llegar a esa creencia y qué ha provocado esa emoción. Tal vez sea otra madre contando que toda la tarde anterior estuvo estudiando con su buenhijo/a, lo que ha provocado que tú te compares y te des cuenta de que la tarde anterior te dedicaste a trabajar y no pudiste estar con tu buenhijo/a, de ahí que pienses que no sabes criar a tu hijo. Así podrás relativizar estas creencias que son las que van provocando esta baja autoestima.

Cómo aumentar la autoestima en 5 pasos

En definitiva, la mejor receta para subir la autoestima es el autoconocimiento. Cuanto más te conozcas a ti misma y más conozcas tus mecanismos internos, más fácil será salirte de los automatismos que gobiernan tu vida y conectar con tu fuerza interior.

¿Cómo te llevas con tu autoestima? ¿Cuáles son esas creencias que te están boicoteando? ¿De qué te has dado cuenta leyendo este artículo?

Han comentado...

  1. Hola chicas!!
    hay que pensar que siempre hay una salida, tarde o temprano la tormenta pasa. La autoestima es muy importante para sentirse bien, yo en mis días bajos me pongo lo mejor que tengo en el armario y salgo a comerme el mundo.
    Ánimo.

  2. El problema va muy ligado al deterioro (o descalabro) de la profesión, con lo q eso conlleva: dependencia económica, merma en la libertad, mayor aislamiento social, cierre de puertas, depreciación como persona en tu propia casa, por no estar generando dinero y por no ser capaz de encontrar trabajo de nuevo… Y el boquete se va haciendo mayor y mayor. Está guay lo de bucear en ti y hablarte con cariño, por supuesto. Verte desde fuera y ser consciente de lo bueno q tienes. Pero sí la raíz no cambia, esto, x sí mismo, no se sostiene en el tiempo. Lo que necesitamos es el fin de la doble doscriminación que sufrimos las mujeres: por razón de sexo (y la real o potencial maternidad) y por razón de edad (el edadismo nos afecta a nosotras. Se nos ve antiguas, mayores y desechadas con 40). Cómo va a recuperar una mujer la autoestima real con este panorama? Gracias

    1. Hola. Llevas razón en que la situación está bastante mal. Eso está ahí y lo único que podemos hacer para cambiarlo es dar pasos en lo social. Lo que sucede es que si te centras en esa visión sólo queda una opción: ser víctima. De ahí que lo interesante sea empezar a dar pasos para poder ver la situación desde otro sitio y poner nuestro grano de arena para que la situación cambie. Saludos y muchas gracias por tu visión y por tu comentario.

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