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Las 6 claves para afrontar la  nueva normalidad

Las 6 claves para afrontar la nueva normalidad

Poder salir a trabajar, llevar los niños al colegio, hacer recados o hacer alguna actividad, salir a tomar un café o charlar con un amigo… Una vida que hemos dejado atrás y que parece que hemos dejado en cuarentena esperando a ser retomada.

Ese ritmo de antes, muchas veces frenético y agotador, se paró también durante un tiempo. Pero dio paso a otro ritmo diferente: el de estar en casa 24 horas. De repente observamos como en muchos hogares se replicaba la vida anterior pero en versión indoor: colegio, trabajo, compras, actividades, tomar un café y charlar con un amigo con la ayuda de una pantalla. Añadir tareas domésticas. ¿Acaso es posible mantener esta estructura, al mismo ritmo y nivel de exigencia, sin despeinarse?

¿Cómo seguir produciendo y esperar rendir como antes?

A veces parece que podemos actuar como si nada hubiera pasado, sin pararnos a pensar que hace tiempo que nos acompaña el miedo y la incertidumbre. Anhelamos tener “la vida de antes”, como si esperando un poco más las siguientes fases nos devolverán esta ilusión.

Y ahora que vamos “desescalando” poco a poco y retomando algo de la vida fuera de casa – si bien lo hemos deseado mucho – tampoco nos devuelve a la casilla de salida: nuestro bienestar y sensación de equilibrio siguen mermados.

Todavía con muchas incógnitas a nuestro alrededor, el fin de curso y el confinamiento acumulado seguramente encontráis varios efectos y desperfectos en vuestra salud.

Las 6 claves para afrontar la nueva normalidad

“Efectos y desperfectos” sobre nuestra salud

Ha sido –y está siendo- una locura. A veces una película de terror, otras una película surrealista.

Llevamos tiempo escuchando muerte en los telediarios, viendo desde nuestras ventanas como la vida que conocemos se desmorona. Así que no es nada extraño querer retomar las salidas con cautela, con poca energía, irascibles o tristes. Despertarse por las noches, dificultad para concentrarnos o sentir cierta inquietud.

Podemos salir pero no podemos tocar. Faltan los besos y los abrazos. Y estos encuentros con distancia saben algo amargos. Alertas y pendientes de las reglas nos falta todavía la espontaneidad de la que antes podíamos gozar.

¿Por qué llamarnos entonces “caóticos”,mal organizados” o que “estamos haciendo todo mal”?

La vida confinada ha requerido de mucha energía, de paciencia, de limitaciones, de convivencia 24/7. A veces nos hemos paralizado, otras no hemos podido parar. Hemos hecho ajustes y nos hemos adaptado como hemos podido.

Porqué no aceptar todo aquello que SÍ conseguimos hacer, que por poco que nos parezca seguramente sea mucho.

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Cómo construir frente a la pérdida: pautas

Hemos hablado poco de las pérdidas. Se han ido seres queridos, conocidos. De un día para otro se han ido también el colegio y los amigos. Algunos incluso se han mudado en el proceso. Los lugares de trabajo se transformaron y aquel paseo que se hacía a la mesa de al lado para un pequeño favor o comentario ahora requiere de una videoconferencia. La cercanía y los afectos se transformaron en distancia y cautela.

Pero la vida continúa y no es posible mantenerla intacta (tampoco nuestra salud). Aquello que conocíamos es posible que no regrese. Frente a la espera de “poder volver” nos toca construir algo nuevo.

Contamos con pocas certezas y nadie posee la fórmula magistral. Así que frente a esta nueva vida, a pesar del miedo al caos y al vacío, nos toca construir:

  1. Construir nuevas lógicas.
  2. Pensar nuevas modalidades.
  3. Tomarnos en cuenta más que nunca.
  4. Dosificarnos para cuidarnos.
  5. Aceptar nuestros límites.
  6. Permitirse decir no puedo.
  7. Y, sobre todo, construir día a día. Abrir la puerta a una mayor flexibilidad, a disminuir las exigencias y aceptar un “paso a paso”.

Y que aunque no siempre tengamos un escenario claro podamos centrarnos en pequeños logros, en acallar un poco las preocupaciones y que el motor de una nueva esperanza sea que seguimos remando todos hacia adelante.

Y vosotras Malasmadres, ¿cómo lleváis esta situación?

Han comentado...

  1. Yo estoy deseando construir una nueva normalidad,la de antes no me gustaba,esto me ha pillado en plena crisis de ansiedad,y gracias al parón y al trabajo con mi psicóloga tengo todo más claro, no quiero lo de antes,lo bueno si ;obvio,pero el stress, el consumismo, el hacer sin ser, durante todo el día, enlazando rutinas,no, estoy empezando una nueva normalidad,y me hace mucha ilusión.

  2. A mí me sacudió y me sacudirá en cuanto me quiten del Erte. Pero me he dado cuenta de que mis dos hijos son lo más importante en mi mundo. Exijo menos a nivel académico, pero hacemos las tareas a diario. Aprender a dejar a cada uno su espacio, a los cuatro de la familia. Tener TIEMPO PARA ESTAR EN FAMILIA❤️. Claro que pierdo la paciencia, pero parar el tiempo es lo que da más miedo cuando se acumulan los gastos… Mi familia es lo primero. Disfruto de mi trabajo pero dejarme llevar por el mundo de mis hijos, tener tiempo para conocerles, dejar que pase el reloj sin enfadarme, es mi mayor regalo ❤️
    Gracias, me encanta leeros.

  3. En nuestro caso nos hemos ido amoldando, más bien un dejarnos llevar por la rueda de las nuevas rutinas. Derepente se nos ha ido la mitad del año, pero podemos decir que hemos conseguido estar agusto todos con esta nueva situación. Los peques (2-4-9años) han estado muy contentos de poder estar en casa con nosotros aunque los mayores echan de menos a los amigos. Y nosotros después de las dos primeras semanas de continuas crisis de adaptación podemos decir que hemos empezado a conocer a nuestros hijos de verdad, hemos creado nuevas rutinas y desde que se nos permite salir a la calle nuestra nueva normalidad se ha vuelto bastante placentera. Siempre hay cosas que podrían ir más a nuestro gusto, pero sobrevivimos ?

  4. Pues yo prefiero no pensar en ello, siento que como lo haga voy a caer. Sigo tirando para delante (como si fuera un ratón en una rueda que tiene que hacerla girar) a todo esto se une la perdida de mi suegra y su madre, el duelo no realizado, la sensación de que no ha pasado. El trabajo, los niños, la casa y que nadie piense que no puedes con ello. El apoyar a tu marido y tu suegro y ver lo fuerte que son, y tú sigues llorando en los rincones.

  5. Fatal. La nueva normalidad no es la que quiero. Yo quiero la normalidad de antes, no estar pendiente de que hago o no hago. Ahora salir y volver a casa es un circo:zapatos, mascarilla, distancias, limpieza… Añoro la vida de antes, Añoro cuando habia dias que nos quejabamos del trabajo, de la casa, de nuestra família … De no poder atrapar. Pero era vida. Ahora no. Solo pido volver comp antes y prometo no volver a quejarme jamas

  6. Yo repito mucho eso de: quiero mi vida de antes. No pido más, mi vida anterior, mis rutinas. Mis hijos se han adaptado mejor que yo, están tan felices en casa, mientras a mí la incertidumbre de qué pasará con el trabajo, el colegio, habrá campamentos, etc, no me deja dormir.

  7. Bastante mal…. siento que la soledad se ha apoderado de mi vida. No tengo amigos, todos nos dan esquinazo, Por mas planes que proponemos nunca pueden; y es tan triste querer ir a una casa rural y no tener a nadie a quien decirle !vente!Vivo con mi hijo de 10 años y mi marido que se ha quedado en el paro. Lo siento pero necesitaba desahogarme

  8. Hola,

    nosotros fatal, mucho trabajo, únido a las tareas de los peques y la casa nos han ahogado… Nos hemos currado nosotros todo y estamos exhaustos y lo de las vacaciones no está claro.. así que… regulin, lo tomaremos con filosofía y metas a más largo plazo.. buen artículo..

    Besos!

    Anabel

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