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Cuatro claves para negociar con tu hijo o hija adolescente

Cuatro claves para negociar con tu hijo o hija adolescente

¡Déjame tranquilo, tú no me entiendes, sólo te preocupa que te haga caso!

Pocas cosas nos generan tanta culpa y frustración que sentir que hemos dejado de entendernos con nuestro hijo adolescente. Que nuestra conexión es casi inexistente y nos hemos convertido en unos auténticos desconocidos que viven bajo el mismo techo. Que vivimos entrelazando broncas y malas miradas que rompen nuestro vínculo y llenan nuestro hogar de incomprensión, tensión y mal humor.

La adolescencia es un momento de crecimiento físico, cognitivo, social y emocional sin precedentes. Un período de desarrollo repleto de cambios donde nuestro hijo experimenta emociones al máximo voltaje que a menudo le llevan a adoptar conductas desajustadas e impulsivas.

Una etapa vital repleta de nuevos retos y experiencias donde construye su nueva identidad sintiendo a menudo que los adultos que le acompañan muestran poco interés por entenderle. Un cóctel de inseguridades, frustraciones, miedos y búsqueda de libertad que facilitan la explosión de los conflictos en casa y el distanciamiento.

Unas discusiones que a menudo provocan que  nos comuniquemos con nuestro hijo de forma autoritaria, esperando una respuesta rápida a nuestras demandas. La ira que acompaña, a menudo, estas situaciones nos lleva adoptar una comunicación violenta normalizando los gritos y las amenazas en nuestras conversaciones, creándole un gran malestar emocional.

Tu hijo e hija en esta etapa necesita, más que nunca, que le acompañes con grandes dosis de calma y comprensión. Que te conviertas en la paz que necesita y le trates con respeto y empatía. Que entiendas que para él es muy difícil hacerse mayor y aún no está preparado para pensar o actuar como un adulto. Que estés presente y disponible para poder dar respuesta a sus nuevas necesidades y fortalezas.

Aunque te sea muy difícil entender por qué en ocasiones te habla de forma irrespetuosa, se comporta de manera tan desafiante o no muestra interés por escuchar tus opiniones deberás aprender a mantener tu serenidad. Lo sé, no es nada fácil educar a una persona que únicamente muestra interés por aquello que él necesita, le cuesta aceptar sus errores, no sabe hacer frente a la frustración omodular correctamente sus emociones.

Por esto será tan importante que aprendas a negociar con él. Una negociación que os permitirá hacer frente a los conflictos de forma más racional, sosegada y cuidar vuestra relación mientras le ayudas a crecer. Deberás comprender que la necesidad que tiene de cuestionar tu autoridad es natural y necesaria para que pueda aprender a tomar sus propias decisiones y empezar a llevar con responsabilidad las riendas de su vida.

La forma como te comuniques con tu hijo marcará vuestra relación

Si te pasas el día dándole órdenes, etiquetándole, comparándole o criticando sus errores no mostrará ningún interés por compartir contigo todo aquello que le gusta o le preocupa. Únicamente provocarás que se pase todo el día encerrado en su cuarto y busque en su grupo de iguales las respuestas o la complicidad que no siente contigo.

Una comunicación afectiva y respetuosa te permitirá mostrarte más cercano proporcionándole la seguridad y el cariño que tanto necesita en esta etapa tan convulsa. Te tocará desarrollar nuevas estrategias comunicativas para conseguir que tu hijo se sienta escuchado, querido y respetado.

Cuatro claves para negociar con tu hijo o hija adolescente

¿Cómo puedes negociar con tu hijo adolescente?

1. Propiciando una comunicación basada en el respeto donde tu hijo pueda expresar lo que siente o necesita sin sentirse juzgado. Eliminando de vuestras conversaciones las críticas desmesuradas o los juicios de valor que tanto dañan su autoestima. Utilizando un lenguaje lleno de afecto y positividad que le haga sentirse valorado e importante sintiendo que validas o acompañas todo aquello que siente.

2. Aprendiendo a escoger las batallas y buscando el momento y lugar adecuado para poder hablar con él con tranquilidad. Un espacio donde pueda expresarse u opinar con libertad sin sentir que le interrogas, penalizarle o que tu único objetivo es reprocharle todo aquello que ha hecho mal. Respetando la intimidad que necesita, sus ritmos de aprendizaje y estados anímicos.

3.Cuida tu forma de hablarle, de mirarle, de enseñarle el mundo que le espera ahí fuera. Conviértete en el mejor ejemplo comunicativo que pueda tener, gestionando correctamente tus propios conflictos, controlando tu ira y buscando soluciones conjuntas desde el sosiego y la comprensión.

4. Cuando el conflicto estalle, tú serás el encargado de sofocar el incendio, no de avivar más el fuego. Ofrécele el tiempo que necesita para calmarse, escuchando atentamente todo aquello que quiera explicarte sin interrumpirle o reprocharle aquello que ha hecho mal creando un clima donde tú también puedas expresar cómo te sientes.

Tu adolescente, aunque no te lo diga o demuestre, te sigue necesitando al igual que cuando era pequeño. No pierdas la oportunidad de recordarle a diario lo mucho que le quieres a través de tus muestras de afecto y de recordarle que estás a su lado para todo aquello que necesite. Tu hijo necesita tener a su lado un adulto que le acompañe en esta etapa tan complicada con serenidad, amor incondicional y optimismo.

Han comentado...

  1. Os admiro. Soy madre de “dos niñ@s”
    Uno de 19 y otra de 17.
    Me estoy planteando irme a un hotel para poder escapar de mi casa y de la mierda que hay en ella (física y literal).
    Estoy frustrada y harta de inculcarles lo que llevo años enseñándoles y se lo pasan por el forro. Soy divorciada desde que el mayor tenía 6 años y he llevado esta familia sola y sin ayuda económica. Trabajo y según llego a casa me meto en la cocina y salgo para cenar y morir en la cama

  2. Buenas,

    la comunicación, el cariño y el respeto hay que trabajarlos desde peques… la adolescencia es muy complicada en estos tiempos, yo con la mía de 9 años ya me cuesta en algunos momentos.

    A. Moreno

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