¿Qué quieres encontrar?

3
Cómo cultivar la paciencia en las relaciones: cinco claves para lograrlo

Cómo cultivar la paciencia en las relaciones: cinco claves para lograrlo

*Podéis seguir a Leonor en FacebookTwitter y en su BLOG.

Quién no ha querido alguna vez tener el don de cambiar al otro. Quién no ha querido alguna vez tener el súper poder de controlar la mente y, como por arte de magia, hacer que esa persona a quien tanto queremos pero que tanto nos saca de nuestras casillas haga lo que sabemos que tiene que hacer en ese  momento.

Si hay alguien que se esté leyendo este artículo y alguna vez no haya sentido el deseo de querer cambiar algo en el otro, por favor, que levante la mano y cuente en los comentarios cómo lo hace. Por lo que veo cada día en mis sesiones de coaching y por mi propia experiencia, creo que ésta es una de las fantasías más extendidas: que los otros, en especial aquellas personas más próximas a nosotros como los buenoshijos o las buenasparejas, hagan lo que consideramos que toca hacer.

Y claro, si no lo hacen, lo habitual es que llegue el enfado, el grito y el “estooooooy haaaaarta”. Aunque sea un “estoy harta” interno, que muchas veces no es necesario para expresarlo.

¿Cómo hacerlo? ¿De qué forma cultivar la paciencia en las relaciones? Te doy cinco claves que te pueden ayudar a cultivar esa paciencia en las relaciones. Y para darte esas cinco claves voy a usar la Programación Neuro Lingüística. Por si no lo sabes, la PNL es la base del coaching y nos ayuda a mejorar la comunicación con nosotras mismas y con los otros, además de darnos excelentes herramientas para el cambio humano.

Fue diseñada en los años 70 por John Grinder y Richard Bandler, quienes se dedicaron a estudiar los patrones de lenguaje usados por los terapeutas más exitosos del momento en Estados Unidos. Ese estudio dio lugar a un modelo llamado PNL y que reúne varias presuposiciones de gran ayuda en las relaciones con los otros

paciencia-malasmadres

¿Cuáles son esas cinco claves que te pueden ayudar a cultivar la paciencia en las relaciones?

A continuación te las detallo:

1. Ver la intención positiva del otro

Ésta es la más importante, y quizás también la más difícil y es tener claro que detrás de todo comportamiento hay una intención positiva. Ya, ya sé que es muy complicado ver la intención positiva que hay detrás de un buenhijo o buenahija enganchado con un gran berrinche a una farola porque no se quiere ir de ese parque de juegos tan chulo. Sin embargo, si te paras a analizar su conducta la intención positiva puede ser el disfrutar un poco más, por mucho que a ti te fastidie y por mucha prisa que tú tengas. Ver la intención positiva del otro evita que nos tomemos los comportamientos de los otros como ataques personales y nos ayuda a entenderlos un poco mejor.

2. Tener claro que tu mapa no es el mismo mapa que el del otro

Mapa, ¿qué mapa?, te preguntarás. Cuando en PNL hablamos de mapa hablamos de la interpretación de la realidad que hacemos y que, por mucho que nos pese, no es la misma para todos. Imagínate que te vas a Berlín de vacaciones, entras en una oficina de turismo y pides un mapa de la ciudad. Lo más probable es que el mapa que te den sea el del centro de Berlín, no el de la ciudad entera. Hay una parte de esa ciudad que se queda fuera del mapa pero que también existe, que también es Berlín.

El que no visitemos esa parte, no significa que no exista. Lo mismo nos sucede en las relaciones, pensamos que nuestro mapa es el correcto, el válido, cuando cada persona tiene su propio mapa.

¿Lo deseable? Poder ampliar nuestro mapa cada vez más para que sea un mapa extenso extenso, con más puntos de encuentro que de desencuentro, tal y como estás haciendo ahora al leer este artículo. No es lo mismo sentir que alguien hace algo para fastidiarte la vida que pensar que su mapa es diferente al tuyo. ¿Ves como así se le quita mucho hierro al asunto?

3. Ser flexible

La flexibilidad viene de la mano de los anteriores puntos. Ver el mapa del otro y su intención positiva nos permite mayor flexibilidad en las relaciones. Si somos capaces de ver estos dos puntos, este tercero vendrá por sí sólo y hará que nuestra conducta sea más relajada, más permeable, por así decirlo. Al dejar de tomarnos como personal el comportamiento del otro, podremos idear formas nuevas de relacionarnos en las que lo importante no será llevar la razón, sino que la comunicación sea fluida, relajada y en la que podamos disfrutar ambas partes.

4. No es lo mismo la conducta que la identidad

Si tu buenhijo, buenahija o tu buenapareja te contesta mal un día, no significa que sea un borde, simplemente significa que ese momento había enfado y su comportamiento ha transmitido ese enfado. Este punto es muy importante porque poner el énfasis en la conducta del otro hace que haya posibilidad de cambio, de mejora. Si lo ponemos en la identidad y le decimos a alguien “eres un borde” o “eres desagradable” ahí no hay margen de mejora.

Si no me crees, rebobina hasta tu infancia y deja que te llegue uno de esos momentos en los que tu madre, tu padre o alguien querido te dijo “es que eres…” y deja que aparezca el adjetivo. ¿Aún hoy a estas alturas de tu vida sigues pensando que eres así? Lo más probable es que sí sigas pensándolo.

5. Si lo que haces no funciona, haz algo distinto

Pues sí, para las relaciones también sirve con eso de probar algo distinto. Si en una relación ves que hay algo que no funciona, pues prueba a hacerlo de otra manera. Y, ojo, es muy importante que tus mejores recursos los pongas a disposición de esa relación. Uno que suele venir muy bien: el sentido del humor. Verás cómo al aplicarlo es más fácil encontrar esa ansiada calma.

¿Cómo lo haces tú para cultivar la paciencia en las relaciones? ¿Qué te funciona y qué es lo que aún sigue desesperándote de los otros? Espero tus opiniones ahí abajo, en los comentarios.

Han comentado...

  1. Paciencia!! Mi tarea pendiente… con un buenhijo de dos años de lo más intenso y -1 en paciencia por mi parte ahora mismo me anima ver que aún hay cosas que puedo intentar y que queda esperanza para mí! Es realmente frustrante ver que no puedes, que pierdes los nervios a la mínima y que al final lo paga el pequeño (que no siempre entiende por qué) y los que están a tu alrededor. Llevo meses haciendo yoga y tampoco he notado grandes cambios. Supongo que no hay un remedio mágico y que hay que trabajarlo desde distintas perspectivas.
    Gracias por la ayuda 🙂

  2. Oye, muchas gracias por estas claves. Ojalà pudiése ponerlas en pràctica en cada uno de mis intercambios y relaciones… Qué dificil es ser paciente y qué dificil también ser uno mismo sin dejar por ello de considerar a los demàs. Creo que me las voy a poner en el frigo, para tenerlas a mano y entrenarme todos los dias, a ver si asi llegamos a lago. Me ha gustado mucho lo del “mapa”. Apertura, ganas de descubrir y de respetar. Un abrazo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *