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El control parental, ¿dónde está el límite?

El control parental, ¿dónde está el límite?

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– Mamá, ¿puedes dejar el móvil y mirarme a la cara cuando te estoy hablando? 

Y ahora que levante la mano quien no ha vivido esto en sus carnes, se ha estremecido en ese preciso instante y ha empezado a reflexionar sobre el uso de las pantallas en esta sociedad donde TODO ocurre a través de ella. Nos emocionamos, nos reímos, vivimos y nos comunicamos a través de las pantallas. ¿Y ahora qué?

¿Es realmente malo?

¿Debemos pararlo, prohibirlo, ir en contra de una digitalización que no es el futuro, sino el presente de nuestra realidad? Cuando tus hijas tienen 3 y 6 años hay ciertos temas que ves desde la tranquilidad de la lejanía como la elección de universidad, su futuro laboral, las relaciones sentimentales, los piercings, pero otros te inquietan desde ya, viendo lo que llega y solo mirando a tu alrededor. Y ese temazo es sin duda: las nuevas tecnologías, con la bonita derivada de las redes sociales, que por suerte aún no han llegado a nuestra vida, perdón a sus vidas, a las nuestras sí. Hubo un momento clave en nuestra relación buenashijas-Malamadre- Nuevas Tecnologías, además de ese día en el que te mira fijamente y te quita el móvil para que le hagas caso.

Fue una tarde cualquiera hace un par de años cuando descubrí a la buenahija1, que tenía 4 años en ese momento, viendo vídeos de peleas de unos seres extraños disfrazados en YouTube. Yo la había dejado tranquilamente viendo a su querida Peppa Pig en inglés. No penséis que estábamos en habitaciones distintas. No, eso quizás me exculparía de algo. No. Ella estaba justo detrás mía, en la cama mientras yo intentaba terminar una propuesta urgente o escribir algo decente para el post de la semana en un pequeño escritorio donde tengo el portátil. Una Malamadre agudiza el poder de concentración cuando no tiene más remedio hasta límites insospechados. Tanto que eres capaz de quedarte absorta, tecleando como si nada a tu alrededor estuviera pasando. Sí, se trataba de esa época “maravillosa” en la que trabajaba en casa o al menos lo intentaba. Había momentos en los que la “querida tablet” era nuestra mejor aliada y me permitía avanzar cuando era necesario, mientras La Niña Intensa dormía en su cunita.

A dos clicks de contenidos inapropiados

Ese día me quedé en shock sin entender cómo podía haber llegado a ese contenido. Más tarde entendí que dos o tres clicks son suficientes para salir del contenido infantil y que era muy difícil controlar qué contenido veían en internet. Sobre todo, si no te quedas a su lado con los 5 sentidos puestos. Empecé a investigar sobre el control parental y a reflexionar sobre la ardua tarea de poner límites en el uso de los dispositivos móviles, hacerlo bien sin prohibir y ser buen ejemplo.

Esto último también me preocupa mucho. El móvil hoy en día para todos nosotros es una herramienta de trabajo, de gestiones, de comunicación, de entretenimiento y de mucho más. Solo hay que ver los grupos de Whatsapp. Quién sea capaz de mantenerlos al día, que me diga cómo. Por eso toca poner límites si queremos que ellos también lo pongan y no sea demasiado tarde. Recuerdo como un “antes y un después” el día que la buenahija1 se puso como una energúmena porque se había acabado el tiempo de la tablet. Ahora hemos puesto normas, hay veces que las cumplimos mejor y otras no tanto, pero es un tema que nos preocupa mucho.

Y en esas estábamos el buenpadre y yo cuando nos recomendaron el capítulo Arkangel de la serie “Black Mirror” de Netflix. WOW! Menudo impacto. Aún tenemos grabada la historia a fuego. Te hace reflexionar muchísimo sobre los límites del control parental a través de la historia de Marie, que implanta un chip a su hija Sara con una tecnología futura para controlarla y saber hasta cómo se siente la pequeña, cuáles son sus pulsaciones en todo momento y todo lo que ocurre a partir de ahí.

El capítulo dirigido por Jodie Foster abre un debate necesario para todas nosotras porque si no es ahora en unos años nos tocará enfrentamos a ello y mejor estar preparadas.

Un debate, de plena actualidad

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Para debatir sobre este tema, hemos pedido ayuda a 3 expertos en la materia a los que admiro muchísimo y que nos contestan a las siguientes preguntas. A ellos 3 y a todas las que queráis venir os invitamos a un evento reflexión muy especial, así que lee hasta el final que te contamos cómo apuntarte. Álvaro Bilbao, neuropsicólogo y autor de ‘El cerebro del niño explicado a los padres’, María Zabala de ‘Iwomanish’ y Paloma Blanc de ‘7 pares de katiuskas’ serán los expertos invitados con los que contaremos para nuestra mesa de debate el próximo 19 de abril.

Cita una ventaja de las nuevas tecnologías para los buenoshijos

María Zabala: para mí, una de las mayores ventajas del mundo digital para los buenoshijos es que se multiplican las oportunidades de entretenimiento, comunicación y sobre todo aprendizaje y creatividad, incluso de oportunidades de compartir nuevas formas de convivencia en familia. El mundo es más accesible y la relación de los niños con él puede ser infinitamente más positiva si aprenden a buscar, encontrar, elegir y expresarse. Todo esto será especialmente útil si les enseñamos a no perder de vista su capacidad para ser pacientes, aprender a tener un equilibrio y respetar a los demás.

Álvaro Bilbao: les permite conectar con otras personas y aprender habilidades que los padres no podemos enseñarles.

Paloma Blanc: La ventaja fundamental que veo en la tecnología es la nueva manera de comunicarse que nuestros hijos tienen a su alcance. Tanto el acceso a la información, que bien utilizada y con espíritu crítico, les puede abrir un gran abanico de posibilidades que de otra manera no tendrían, como la facilidad de hacer llegar a los demás su voz, de mostrar su talento, de movilizar, inspirar… Esto es una maravilla.

¿Hay que controlar el tiempo de exposición a las pantallas?

María Zabala: en general, soy más defensora de “controlar” qué hacen los niños con las pantallas en lugar de hablar únicamente de tiempo. Es indudable que no es en sí mismo beneficioso que alguien se pase horas y horas delante de una pantalla, especialmente en el caso de niños pequeños, pero no podemos medir igual hora y media de película, media hora de juego, 40 minutos de una serie, 20 minutos leyendo en un ebook,  tres cuartos de hora haciendo un montaje de fotos de un personaje en una presentación, 10 minutos creando una lista de canciones para un viaje, una hora editando fotos de un viaje, dos horas  viendo tutoriales para aprender a tocar un instrumento mientras lo tocas ó 5 minutos viendo vídeos no adecuados a una edad concreta. El tiempo es importante pero lo es más el tipo de uso que el niño o el adulto den a ese tiempo. En el caso de los niños, es el tiempo de pantalla en el que ellos negocien solos qué uso hacen lo que puede ir en contra de unos hábitos digitales “saludables”.

Álvaro Bilbao: sí. Sin lugar a dudas.

Paloma Blanc: por supuesto que sí. Hay que tener un control en el tiempo que usan las pantallas los niños, pero en el de los adultos también. La tecnología tiene cosas muy buenas, la clave está en encontrar el equilibrio. Un uso excesivo puede ser muy perjudicial para cualquier persona. El equilibro debe darse manteniendo otro tipo de planes off line. Es imprescindible hacer deporte, disfrutar de la naturaleza, mantener el contacto con los amigos, en directo, sin pantallas, disfrutar de las conversaciones cara a cara, planes familiares, fomentar la lectura… Si esto sigue siendo así, y el uso de las pantallas está integrado de forma saludable en el día a día, entonces se podrá sacar todo lo bueno de la tecnología y aprovechar las ventajas que tiene. Con las pantallas es importante que haya uso, no abuso.

Y por último, ¿somos buenos ciudadanos digitales?

María Zabala: ¿somos buenos ciudadanos ‘a secas’? Para las nuevas generaciones no hay un mundo on y otro off, todo forma parte de lo mismo. Así que quizá la pregunta que debamos hacernos es: ¿somos buenos ciudadanos y estamos educando a buenos ciudadanos, para que todos sepamos vivir en un mundo súper conectado? En términos generales, todos tenemos al menos cierto grado de conciencia sobre la importancia de aprovechar las ventajas de la tecnología y al mismo tiempo mantener la capacidad de desconectar de vez en cuando y disfrutar de la vida 1.0. Lo importante es entender qué significa eso de “ciudadano”, que no es sólo consumir y opinar, sino también crear, participar, asumir que no vivimos en una burbuja y que hay que respetar reglas, entender cómo funciona el sistema y convivir con los demás.

Álvaro Bilbao: creo que no. Fenómenos como los haters, las adicciones al móvil o el exceso de tiempo que dedicamos a los dispositivos hacen que no se nos pueda poner buena nota. Soy de los que pienso que la tecnología nos controla a nosotros.

Paloma Blanc: creo que en general sí, aunque generalizar en este tema, como en todos, es complicado. Tenemos mucho que aprender todavía. La tecnología ha llegado a nuestras vidas arrasando, todo va muy rápido, y debemos adaptarnos a las circunstancias que nos ha tocado vivir. A los padres de hoy nos ha tocado aprender a hacer un buen uso propio de la tecnología, y a la vez, educar a nuestros hijos en ese mismo uso y esto no es fácil, porque además no tenemos experiencia de qué está pasando y qué va a pasar. Debemos seguir educando a nuestros hijos como siempre, para que sean buenos ciudadanos en la vida, y así lo serán también en el mundo digital.

Han comentado...

  1. Menudo tema, se podrían escribir varios libros y con opiniones de todos los colores. Yo en particular, a mi buenahija, que acaba de cumplir 6 años, le dejo el móvil o la tablet con cierta frecuencia, eso sí con control. He instalado un control parental que sólo le permite acceder a las aplicaciones que yo selecciono, así evito disgustos y cuando quiere añadir nuevas aplicaciones, las vemos juntas y si no es adecuada lo hablamos.
    Respecto a los vídeos, yo el youtube lo tengo “desinstalado”, en su lugar tengo el youtube kids, con contenidos más apropiados para ella.

    Saludos.

  2. Pues sí que es un temazo. Me gusta lo que decía Isabel antes: que su hijo pudo hablar con ella. Creo que eso es lo fundamental, acompañarlos y que puedan tener confianza en nosotros. Y, como decía Sara, prohibir termina siendo una espiral sin límites. Mucho mejor hablar, compartir, preguntar, enseñar a pensar, a ser críticos, a tener estrategias para gestionar lo que no entienden o lo que les desagrada… y sobre todo estar disponibles para que puedan comentar todo eso con nosotros.
    Claro que esto se aplica a toda su vida, no sólo a la tecnología. Pero en el ámbito de la tecnología digital, para que eso funcione la mayoría de las madres y padres tenemos que hacer un esfuerzo por estar informados, conocer lo que existe, las cosas que pueden llegar a usar y por dónde podrían meterse, los códigos, etc.
    Además, como decías en el post (y yo siempre insisto mucho en esto también jeje), la tecnología digital ha venido para quedarse y no va a dar marcha atrás. Cada vez la tendremos más incorporada en nuestras vidas y las de nuestros hijos… más vale ir gestionando su presencia desde ya mismo.

  3. Este es un tema peliagudo que efectivamente hay que afrontar y no es fácil. Desde mi punto de vista el acceso a las tecnologías para los pequeños es algo que no se puede evitar sobretodo pensando en su futuro, un mundo que no va a ser ni mucho menos como el nuestro, y ellos ya los saben, nosotros no.
    Recomiendo no solo ver este capitulo del que habláis de Black Mirrow sino todos los demás, dan “pavor” pero también te pone en perspectiva sobre que cosas podemos cambiar en la educación de nuestros hijos para que ese futuro sea el más humano posible, conseguir encontrar un punto de equilibrio, difícil ya lo sé…
    Un día mi hijo de 10 años en Youtube estaba viendo videos de porrazos porque le hacen mucha gracia, casi siempre estaba yo presente, pero a esa edad empieza a ser difícil, dejo la tablet y horas después me comentó que había visto algún otro vídeo que le había sido muy desagradable, saltaron todas mis alarmas!!!! Instalé un programa de control parental…pero creo que lo más importante es que él me lo contó y espero que así siga siendo, que podamos tener conversaciones sobre estas cosas, aunque sé que a medida que crece es más difícil.

  4. Creo que es muy importante la diferencia entre prohibir y educar. No podemos estar prohibiendo porque llegará un momento en que se volverá en nuestra contra porque al final será el objeto deseado.
    No sé si conocéis la iniciativa del gobierno de is4k buscarlo en internet página gratuita con un montón de recursos estupendos (todo gratuito) incluso charlas en coles para los peques y para padres y educadores que habla del uso responsable de las nuevas tecnologías.

  5. Es un tema complicado, en el que según como muestres tu opinión te conviertes en la friky, la rara o la juzga-madres.
    No tenemos tablet y no le he dejado nunca el movil a mi hijo, tiene 4 años y hemos sobrevivido por ejemplo a viajes largos en coche.
    ¿Por que no se lo dejo? Por que mi movil es muy simple y aparte del whatsapp poco más le puedo meter, así que como no se mire las fotos de mis contactos poca cosa más va a hacer. ¿Si tuviera uno mejor se lo dejaría? Seguramente tampoco, creo que no es un juguete. No juzgo a quien se lo deja, pero si es verdad que a veces me revuelve un poco ver a niños de apenas dos años con el movil en la mano en el carrito manejándose perfectamente, eso son “horas de vuelo” no un “pasar el rato”.
    Sí se maneja con el ordenador, pero como es mi herramienta de trabajo y es sagrado los ratos de ordenador estoy a su lado.
    Y un día enlazando videos descubre los huevos de las narices y como se dice en catalán “ja has begut oli” (ya has bebido aceite, es decir ya la has cagado).
    Las tecnologías están aquí, forman parte de nuestra vida, pero creo que has de saber controlarlas y conocerlas. A veces hablando con algunos padres/madres veo mucha felicidad y desconocimiento del mundo virtual. Si tu no sabes que se cuece en ese mundo tu hijo por un lado corre peligro y por otro el día de mañana te va a dar cien mil vueltas y no lo podrás controlar.

  6. Me ha parecido un post super interesante, teniendo en cuenta que es un “problema” que padecemos todos y que si lo comentas con las mamis/papis a tu alrededor no saben como gestionarlo porque es algo que a nosotros nos esta viniendo de nuevo y creo que no sabemos como abordarlo.
    Pero que con foros como el que proponéis estoy segura que sacaremos cosas buenas para poderlo poner en practica.
    Hablando de las tecnologías, las mamas que no somos de Madrid y nos es imposible asistir ¿podrías hacerlo en streaming?
    Yo ahí lo dejo…

    1. Me parece una gran idea lo del streaming pues el tema es muy interesante!

    2. Sí, lo daremos en Directo por IG o en streaming en Youtube, os iremos informando. Un abrazo!!!

  7. Temazo!! Y es que cuando hablo de este tema, siempre encuentro dos posturas distintas: las madres que no le dan importancia alguna y las que estamos “pelín” obsesionadas con este tema. Me impactó la frase de alguien: ¿le dejarías una pistola a tu hijo de 5 años? Pues entonces, ¿porque le dejas tu móvil sin control?” Quizá es exagerado, pero hay que reflexionarlo. Y sí, también flipé con el capítulo de Black Mirror. Y con algunos otros. ¡¡Pero lo peor es que se van haciendo realidad!! Mirad los chinos con el ranking social para coger trenes o aviones… Ay maaaaa!

  8. ¿Te imaginas ponerle un dispositivo de esos a tu niña intensa? Ríete tu de toda la saga de Pesadilla en Elm Street…

  9. En mi caso que tengo tres buenoshijos, la tecnología es una de las mayores peleas en nuestra casa.
    Cuando eran pequeños tenían horarios para estar en el ordenador o jugar a la play que cumplian bastante bien.
    Pero al llegar a la adolescencia, o ahora q ya son más mayores, es inposible gestionar ese tiempo. Con 18-29 años ya no led puedes quitar el móvil o la play y os aseguro q se convierten en adictos.
    Mis hijos no sueltan el móvil en todo el día y es tiempo q se quitan de estudios, lectura, ocio ….
    Para mí es l mayor conflicto con ellos.

    1. Sin duda alguna, es nuestro reto, nosotras no crecimos con las nuevas tecnologías y ellos están todo el día pegados a ellas. Veremos a ver cómo lo gestiono yo cuando las buenashijas sean más mayores.

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