La vida a veces nos pones duros retos y entre ellos ninguno más duro que el de ver a nuestros buenoshijos enfermos. Hoy nuestra colaboradora Sonia López, maestra y psicopedagoga, ha querido ponerse en la piel de estos padres que luchan a diario con sus buenoshijos con la esperanza de la cura definitiva y de que todo vuelva a la normalidad. Para ello Sonia ha visitado la Asociación para conocer más de cerca el día a día de estas familias.
* Podéis seguirla en Facebook, Twitter y en su BLOG.
– Este dibujo es para Manuel y sus papás.
– Estoy segura que les encantará.
– ¿Por qué él no puede hacer una vida como los demás?
– Porque necesita estar un tiempo en el hospital para poderse curar.
– Ahora entiendo porqué su mamá no deja de llorar. ¿Cómo puede ser que a un niño le toque pasar por una enfermedad así?
– Eso no te lo puedo contestar.
– Sé que se va a curar pronto porque se lo he pedido a una estrella fugaz.
Muchas preguntas que te provocan un nudo en la garganta antes de poderlas contestar. La mayoría de ellas sin respuestas que sacien sus ganas de saber, sin la capacidad de hacerle entender porque su amigo lucha contra una enfermedad que no debería existir, que expliquen el dolor que sienten unos padres ante la pesadilla que les ha tocado vivir.
Nadie está preparado para escuchar que su hijo tiene cáncer, para recibir ese golpe devastador. Una enfermedad que hace que el mundo se derrumbe ante tus pies, que te parta el alma en dos. Que tambalea toda la estructura familiar, que hiere sin compasión, que provoca que la vida se interrumpa posponiendo proyectos, sueños, retos por cumplir. Marcos y María nunca pudieron imaginar que les pudiese pasar una cosa así.
Un diagnóstico que llena los días de desconcierto, de rabia, de negación. De enojo ante el destino que enseña su peor versión. Que te vuelve vulnerable, que te hace sentir desarmado, que llena tus días de dolor y culpabilidad. Que provoca que las emociones emerjan de manera incontrolada creando un remolino de miedo, incredulidad, conmoción. Madrugadas angustiosas que buscan respuestas que no tienen explicación, soluciones que pasan por tratamientos agresivos teñidos de dolor, meses por delante de combate ante una enfermedad que llega sin avisar.
Es imposible entender porqué a un niño le toca batallar contra esta enfermedad cuando en realidad debería dedicarse a jugar y aprender. Sus compañeros de clase sólo quieren que Manuel vuelva a compartir con ellos esos ratos de recreo, de carreras en el parque, de dibujos por colorear… y no entienden que ahora su futuro más inmediato esté teñido de incertidumbre, batas blancas y olor a hospital.
Padres que deben aceptar que hay cosas que no se pueden controlar y aprender a vivir entre tratamientos, resultados, cosas por probar. Que deben ser capaces de adaptarse a cada fase de la enfermedad, a los cambios constantes, a que haya días que los resultados no vayan bien. Superando la cólera, la tristeza, la impotencia, trabajando en equipo como un tándem sin reproches, mentiras o culpas que no ayudan a avanzar.
Familias que deben aprender a vivir el cáncer desde la calma, la esperanza, el coraje, las ganas de luchar. A confiar y trabajar codo a codo con en el equipo de profesionales que trabajan por salvar a su pequeño luchador. A ser capaces de aferrarse a la esperanza y la ilusión de que todo mejorará, a desear con anhelo que funcionen los tratamientos para volver a la vida de antes.
Aprender a cuidarse para poder cuidar, a compartir todo lo que les desgarra por dentro en esta cruel situación y pedir ayuda antes que les invada la desolación. Que deben reprogramar una nueva forma de sentir, de querer, de proteger, de dejarse acompañar por aquellos que comparten con ellos silencios llenos de dolor y llantos desesperados con un hilo de esperanza.
Manuel, Marcos y María son un ejemplo de fortaleza, de positivismo, de ganas de luchar… Hijo, estoy convencida de que esa estrella fugaz es el preludio de que todo irá bien.
Y vosotras Malasmadres, ¿habéis o estáis pasando por esta situación?
¡Nacidos para luchar y sonreír!
Campaña solidaria junto a la Fundación Aladina
El Club de Malasmadres quiere rendir homenaje a los pequeñ@s luchador@s contra el cáncer (como os contábamos aquí) y ha lanzado la campaña solidaria ‘Nacidos para luchar y sonreír’ junto a la Fundación Aladina. Dos camisetas para buenhijo y buenahija cuya venta irá en su totalidad a la Fundación que preside Paco Arango.
*Para participar de esta iniciativa puedes adquirir tus camisetas aquí.